Ni George Orwell (1984) ni Aldous Huxley (Un mundo feliz) habrían imaginado como se han reinterpretado sus novelas en los inicios del siglo XXI.
En las últimas semanas tengo la sensación que los dirigentes de nuestro país se consideran los grandes hermanos de todos los demás ciudadanos. Ejemplos los tenemos todos los días en las noticias. Repasemos algunos:
Se quiere limitar el salario por la Ley de la llamada Economía Sostenible a los directivos de grandes empresas.