En el anterior post vimos que el precio de las energía fósiles mas directamente relacionadas con la generación de la energía eléctrica, carbón y gas natural, han bajado cerca de un 20% desde que se instauró el nuevo sistema de tarificación de la energía eléctrica (primeros de abril), y aunque sería lógico pensar que el término de energía de nuestro recibo de la luz debería bajar, la realidad es que no solo no baja sino que casi se ha multiplicado por dos tal y como pueden ver en la siguiente gráfica, confeccionada por Red Electrica Española, para determinar el coste de la energía eléctrica consumida ayer (línea amarilla).
Si la comparan con la de primeros de abril, puesta en el anterior post, verán que mientra el coste de las materias primas ha bajado un 20% el precio del kwh ha subido desde los 0,07€ de primeros de abril hasta los 0,13€ de ayer. ¡Se ha multiplicado por dos!. La explicación, para nosotros, está la inelasticidad de la curva de la demanda de la energía.
La curva de la demanda es una representación gráfica de la relación entre la cantidad de consumidores que demandan un bien o servicio (en este caso tener luz en casa) y su precio. Lógicamente es una curva con pendiente negativa: si el precio sube el número de consumidores que demandan el bien o servicio disminuye, y si el precio baja el número de consumidores aumenta. Pero no son iguales las curvas de todos los bienes y servicios. las hay que son más “elásticas” porque ante pequeñas variaciones del precio, por ejemplo subida del mismo, el número de consumidores que dejan de demandarlo disminuye en mayor proporción (es el caso del aceite de oliva, que una subida de su precio, provoca que muchos consumidores dejen de consumirlo pasándose a consumir aceite de semillas que es más barato), y hay curvas que son “inelásticas”, en las que las variaciones en los precios provocan cambios mínimos en el número de consumidores que lo demandan porque no hay alternativa posible.
La curva de la demanda de energía eléctrica es inelástica, los consumidores no tenemos ninguna alterativa a la que cambiarnos si nos suben los precios (no podemos cambiar el aceite de oliva por el de semillas), y el gobierno y las empresas eléctricas lo sabían cuando se aprobó la reforma energética.
En realidad lo del reparto del coste del déficit de tarifa entre consumidores y empresas eléctricas, era un simple montaje para suavizar la subida que nos esperaba a los consumidores. Las empresas eléctricas, se han limitadoa, poco a poco, ir incluyendo todos los sobrecostes con que las penalizó el gobierno en los costes de generación, y así hemos llegado a la situación actual en la que ya no hay ninguna relación entre el coste de las energías fósiles y el recibo de la luz.
Saludos.
Deloleo: Cada vez más claro que la OPA no va a ser de exclusión.
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