Eso es lo que decía el consejero delegado de una gran entidad financiera española en febrero de 2008 cuando presentaba los resultados de la entidad correspondientes al año 2007: Ahora toca desapalancarse. Y con esta frase lo que quería transmitir a su audiencia es que se había acabado por muchos años la época del crédito fácil, que a partir de entonces, como consecuencia de la crisis que se había desatado, las entidades financieras españolas ya no iban a tener la posibilidad de acceder a más financiación barata para continuar concediendo créditos a la clientela. Lo que había que hacer a partir de entonces es devolver los cerca de 500.000 millones que habían recibido prestados de las entidades financieras extrajeras y para ello lo que tenían que hacer es recuperar previamente el dinero de los prestamos que ellos habían concedido. Al recuperar este dinero y devolverlo tendría que disminuir tanto el Activo como el Pasivo de las entidades.
A finales de 2008, según la información del Banco de España, el total de créditos concedidos por nuestras entidades financieras sumaba 2,44 billones de euros y a finales de octubre de este año suman 2,34 billones, o sea que tres años después solo han sido capaces de recuperar100.000 millones porque aunque las familias y empresas si amortizan deuda, las Administraciones Públicas se endeudan más haciendo que el proceso se ralentice, y curiosamente continuamos debiendo los 500.000 millones al exterior porque en realidad lo que ha disminuido son los depósitos de las familias y empresas españolas.
Pese a que en estos tres años las entidades se han recapitalizado en 110.000 millones más de forma que ahora el capital más reservas representa el 10,55 % del Pasivo, el Activo lógicamente se ha incrementado en la misma cantidad, pasando de 3,23 billones de euros a 3,33 billones, pero la calidad de estos activos no ha ido a mejor sino todo lo contrario. Como ya he comentado antes en número de créditos ha disminuido ligeramente pero en cambio se ha multiplicado por dos la proporción de créditos dudosos, ha aumentado la cantidad invertida en deuda soberana, fundamentalmente española, y sobre todo ha aumentado la cantidad de solares, edificios y pisos aceptados en dación de pago de préstamos imposibles de pagar y claro, si el dinero que se recupera de la amortización de créditos de familias y empresas junto con el procedente del aumento del balance se destina a nuevos créditos a las AAPP y a la compra de deuda soberana así no hay manera de devolver nada a los acreedores extranjeros.
Han pasado tres años en los que el empeoramiento de la calidad del Activo ha evolucionado a mayor velocidad que la recapitalización de nuestras entidades financieras de forma que no han sido capaces de desapalancarse en lo más mínimo. Lo único que se está consiguiendo es cambiar de acreedor de forma que seguramente en febrero el mayor acreedor de nuestras entidades será el Banco Central Europeo y no parece que se encuentre solución para invertir esta tendencia, así que no esperen grandes mejoras de la situación con el cambio de gobierno porque no está al alcance de su mano resolver este embrollo.
En estos tres años lo único que ha disminuido son los depósitos de familias y empresas que han pasado de 1,43 billones de euros a 1,37 billones y que parece que poco a poco vamos a ser los paganos de todo este desaguisado.
Que pasen unas buenas fiestas.
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