Dios me libre de meterme en política, pero me hace mucha gracia la nueva (bueno en realidad no es nueva, sino una reedición, por llamarla de alguna manera) campaña de boicot a los productos catalanes.
La verdad es que me hace mucha gracia, no me imagino yo a la típica madre de familia (o padre para no herir las sensibilidades) cuando van a la compra, mirando todas las etiquetas de los productos, para ver de donde proviene y dejando de nuevo en las estanterías los que provienen de Cataluña, vamos que lo que antes duraba 30 minutos ahora puede alargarse a mas de 2 horas.
El caso es que desde mi punto de vista esto es tirarse piedras contra nuestro propio tejado, puede que con la modificación del estatuto quieran mas dinero, o gestionar ellos mismos los impuestos. Pero no nos damos cuenta que la mayoría de las empresas con sede en Cataluña tienen fabricas por toda España, imaginaos que esta pantomima llega a buen puerto y nadie compramos productos catalanes, que fabrica pensáis que cerraran primero, la de Extremadura o Albacete o la de Cornella.
Muchos los acusan de ser poco españoles, pero para mi unos y otros son igual de extremistas.
Para cuando un boicot en toda regla a los productos fabricados en condiciones infrahumana, por poner un ejemplo las zapatillas de Niké o Adidas fabricadas por obreros chinos por menos de 0.20 € la hora de trabajo. Claro eso no interesa. Un enlace gracioso de nuestro amigo Escolar