En primer lugar, como soy paellero, destacaré el restaurante Samm, en la calle Carlos Caamaño 3 (tef. 91 345 30 74). Sus arroces son una maravilla. Cocinados con el sabor y el saber de una familia valenciana, afincada en Madrid hace muchos años. Dificil decantarse por un arroz u otro, todos son exquisitos. Senyoret, una estupenda paella dónde el arroz es la estrella, con ese socarret inigualable. Apenas tres granos forman la capa de arroz, con lo que se consigue una coción perfecta y homogénea. Se puede acompañar el arroz con una maravillosa ensaladilla, calamares a la plancha y/o unas gambas rojas del Mediterráneo -Denia, Palamós-. Otro arroz estrella, es el arroz de la abuela. Un arroz con garbanzos, chorizo, carne, morcilla, terminado en el horno para gratinar su superficie. Más que exquisito, pero se recomienda tener libre la tarde para una buena digestión. Imprescindible reservar.
Seguimos con un factor común a todos ellos, la gestión familiar. En La Gloria, Calle Ramos Carrión 5 (tef. 91 415 08 81), junto a Lopez de Hoyos, podemos degustar unos fabulosos platos. Cocina casera, ciento por ciento. El pote gallego, en un punto inmejorable o los callos a la madrileña o el guiso de costillas con patatas o unas simples judías. Sin olvidar las berenjenas rebozadas, la ensaladilla o el pincho de huevo. Siempre platos del día, que podemos rematar con unos salmonetes, boquerones, merluza o una carne fresca, tierna y sabrosa. De los postres destacaría, el surtido de fruta -naranja, kiwi, piña, melón- toda pelada, cortada y dispuesta en el plato, lista para comer. Conviene reservar, hay pocas mesas.
Ya por último, otra tasca recientemente visitada es Casa Perico, en la popular y antes "prohibida" calle de la Ballesta, hoy transformada en zona comercial y de ocio. Es un lugar entrañable, con un toque añejo. El servicio es muy afectuoso y a uno le parece que está comiendo en casa de los abuelos. Su especialidad son los guisos del día. Judiones, lentejas, callos,..todos ellos impresionantes. La carne o el pescado, muy frescos, pueden ser el remate perfecto a una buena y suculenta comida.
