Bajo este epígrafe o frase tan grandilocuente podemos explicarnos muchos de los disparates cometidos en los últimos tiempos.
Caso Camps: Un presidente de una Comunidad Autónoma, que a pesar de todas las evidencias vistas y oídas durante la fase oral del juicio, es absuelto por un jurado popular que demostró grandes divergencias en su fallo.
Caso Garzón: Juez de la Audiencia Nacional, que se vió expulsado de la carrera judicial, tras ordenar unas escuchas entre abogados e imputados de un grave caso de corrupción, que vinieron a demostrar el alcance de los supuestos investigados.
Caso Urdangarín: Miembro de la Familia Real por su condición de consorte dela Infanta Cristina, que al parecer montó un negocio de recaudación monetaria con finalidad onerosa disfrazado de Instituto con objetivos filantrópicos.
Caso Bankia: Quizás el más grave de todos ellos, por la elevada cantidad de dinero necesario para su saneamiento. Más de 24 mil millones de euros (3 camiones de 20 Toneladas llenos de billetes de 500 euros) “desaparecidos” durante los últimos años debido a una gestión nefasta y ¿fraudulenta? por parte de sus responsables.
Caso Divar: Presidente del Consejo General del Poder Judicial (C.G.P.J. ) tercer Órgano del Estado por su importancia. El sujeto, al parecer se iba de vacaciones de fin de semana a lujosos hoteles de la costa mediterránea a cargo del erario público. El Consejo, reunido y dividido, rechazó su cese por 7 a 5. Pero ello no alejó las dudas suscitadas a los ciudadanos, a pesar de las declaraciones al respecto del Ministro de Justicia, en cuanto a que “la Justicia había salido reforzada”.
Caso Eres: El montaje de una trama en la Comunidad Andaluza, para indemnizar a personas que no habían tenido relación laboral con empresas reales o ficticias, en las que se declaraba un Expediente de Regulación de Empleo.
Caso Gibraltar: Posible maniobra de distracción política, alrededor del conflicto surgido con el derecho de los pescadores a faenar en la zona lindante con el Peñón. Con el ánimo de motivar el sentido patriótico de los españoles alrededor de su integridad territorial y así olvidar otros asuntos.
Caso Botsuana: Viaje de S.M. el Rey, invitado con carácter privado, a un país africano para cazar elefantes. Y que debido a un accidente fortuito, se convirtió en “vox populi” y puso en conocimiento de la opinión pública, la existencia de unas deterioradas relaciones conyugales.
Hasta aquí algunos, que no todos, de los casos que por su trascendencia en la sociedad española, han acaparado portadas y titulares en los medios de comunicación.
A todo ello y mientras tanto el gobierno promueve un anteproyecto de ley: La Ley de Transparencia, cuyo objetivo es principalmente el acceso a la Información Pública y las prácticas de Buen Gobierno como pieza fundamental. Proyecto que contribuirá de forma determinante a restaurar la confianza en las instituciones y a mejorar la calidad de nuestra democracia.
Buenas intenciones, no cabe duda, pero que han tenido en los últimos tiempos algunas oportunidades, más de las deseables, para haber puesto en práctica y como periodo de rodaje para así irnos acostumbrando. No sea que con toda la transparencia de golpe nos vaya a dar “un patatus” sobrevenido e irreversible.
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