Yo creo que una solución es que los bancos perdonaran las deudas a todos los hipotecados. O que pague el Estado.
No hombre, es broma. Una solución mejor es hacerle una lobotomía a todos los consumidores compulsivos que se endeudan por encima de sus posibilidades reales.
Que no, que es broma, la solución es impedir que los políticos especulen con el suelo para que los promotores sin escrúpulos (sí sí, ése que es vecino tuyo) en colegueo con los concejales sobreprecien los pisos unicamente por el terreno en el que están levantados.
No hombre, mejor hay que educar a la gente para que sepa que aunque le haya tocado una VPO de 60.000 euros, si no tiene ingresos de ninguna clase, ni siquiera paro, el banco no está obligado a darle una hipoteca, de hecho hace muy bien en no dársela.
O no, la solución es impedir el libre mercado en el sector inmobiliario para que el precio máximo sea el del coste de la vivienda. Aunque si hacemos eso no íbamos a poder reabsorber todo el empleo que antes generaba la burbuja, cuando no se quejaba nadie.
Y hay que hacer empresas tasadoras a medida, los años en los que aciertan cuando vaticinan un aumento del valor de la vivienda se les hace caso, se les premia y se utilizan sus tasaciones para sacar más dinero en el préstamo hipotecario, para el coche. Y los años en los que se equivocan porque hay una crisis subprime mundial que no se imaginaba ni Dios las metemos en la cárcel.
O bueno, si no, dependiendo de cómo ande el deudor, hacer miniescrituras a medida, ¿que tiene dinero? Pues que pague los recibos, ¿que no lo tiene? Pues que no pague ¿Que se queda en paro? Pues devuelve la casa y ya está. Bueno, si quiere claro, hay que hacer hipotecas flexibles en las que el deudor decide si tiene que pagar o no; y en las que antes de firmar pueda decir que está dispuesto a pagar una cantidad (para que el banco le conceda la hipoteca, claro) pero que, una vez concedida, pueda cambiar "las reglas del juego" para deber menos. O mejor aún, no deber nada. Porque cuando las "reglas del juego" no funcionan está muy bien cambiarlas. Siempre que las nuevas reglas perjudiquen a otro que no sea yo, claro.
Cuánta ingenuidad y cuánto mecánico en paro. Ahora, lo que relaja despotricar contra los bancos. Porque claro, los ciudadanos de a pie somos todos unos santitos, sólo hay que mirar al vecino...
Decir que hay que hacer algo es un avance impresionante. Bueno, una mejora bárbara, decir que hay que hacer algo frente a no hacer nada. Es como si, cuando el coche está a punto de estamparse el copiloto dice "pues no sé qué le pasa al coche, pero ya nos la hemos pegado" y el piloto dice "es que estos de la Mercedes son unos cabrones". Acabamos de arreglar el mundo.