Acrasol!, guardate estas opiniones para tí. No ha lugar en el foro.
Todos tenemos opiniones parecidas de algunos foreros, pero no es motivo para "embadurnar" el foro. Solo conseguiremos, en el mejor de los casos, ahuyentar a algunos foreros del foro, y en el peor, que lo cierren..., justificadamente.
Saludos
Eso sobra, venga, edítalo.
El articulo no es mas que un conjunto de opiniones y juicios de valor. Opiniones con las que tu, evidentemente estas de acuerdo.
Una opinión no se convierte en verdad por el hecho de que te parezca acertada.
Una verdad, es otra cosa.Es algo verificable y demostrable
Y la única verdad que se puede verificar en lo que adjuntas es que esa biblioteca tiene los libros que tiene. y tiene los libros en castellano que tiene.
Luego lo del problema del castellano, los catalanes buenos y malos, los paniaguados...... eso es opinión.
Asi que todo es opinión salvo dos cosas. Una que es verdad (lo de las bibliotecas) y otra que es mentira (en castellano Madrid se escribe con d).
Ya sabes...aquí en Rankia todos somos politólogos y tenemos un arma de no menos de 20 cm.
¡joder¡ (voy por la regla.........)
Pues yo quiero creer y creo (a falta de más datos) a los dos. La mujer vio lo que miró y quien le contesta, además de ver, aporta unos datos objetivos.
Por tanto hemos tomado posición los dos, tanto tú como yo. Pero creo que en la tuya pretendes que no vale lo aportado por quien contestó, máxime si lo hizo en catalán.
Pues bien, ahí va otro argumento por mi parte: ¿Crees que en una biblioteca de reciente creación estará una la edición del Quijote de 1908, o numerosos tratados de Derecho Romano en castellano?
El silencio es hermoso cuando no es impuesto.
Que Madrid en castellano se escribe con d, no lo dudo. Aunque cabe dudar de su corrección ante palabras como "matritense" (en vez de madridense) o incluso "madrileño" (en vez de madrideño).
Por lo demás, en el articulo, la palabra escrita con t implica un mensaje que no es demasiado críptico.
El silencio es hermoso cuando no es impuesto.
Ninguna reunión oficial, una entrevista que no fue en la BBC y un encuentro por casualidad con el político escocés Alex Salmond son el exiguo balance de la visita de tres días del presidente de la Generalitat de Cataluña, Carles Puigdemont, a Londres. Pese a la evidencia de los hechos, y como balance del viaje aseguró ayer desde las nuevas instalaciones del Banco Sabadell en la City en Londres, que había visto «acreditado una vez más» el «gran interés» que despierta el proceso catalán. «Tanto es así –recalcó– que el propio Gobierno español ha encargado a dos personas que recorran miles de kilómetros por el mundo intentando contrarrestar las explicaciones que damos, cuando le sería más fácil y más barato recorrer 500 kilómetros que separan Barcelona de Madrid y ponerse a trabajar en una situación democrática a un problema político democrático que debe resolverse satisfaciendo la voluntad de la mayoría de los ciudadanos de Cataluña».
Puigdemont señaló que había tenido una «interesante reunión» con un foro financiero en la que habían participado «representantes de entidades catalanas y no catalanas» a las que se les presentó su hoja de ruta. Pero no se pudieron saber detalles al respecto, ya que convocó a los medios para luego negarse a responder preguntas. Puigdemont sí tuvo una entrevista en la cadena de televisión CNBC, El presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, donde destacó la «paradoja» que supone el hecho de que la UE haga «grandes esfuerzos para que el Reino Unido no se vaya, mientras amenaza a Cataluña» con su eventual salida del club comunitario «si se declara independiente» de España. Es decir, comparó el Reino Unido con Cataluña. Y expresó su «preocupación por la posibilidad de que el Reino Unido pueda marcharse de la Unión Europea» si así lo deciden los británicos en referéndum.
El viaje a la capital británica, donde el político independentista ha estado acompañado por una comitiva de tres personas y se ha alojado todas las noches en el céntrico hotel de la capital británica H10 de Waterloo –151 euros la noche con desayuno incluido– sucede al decepcionante viaje a Bruselas, donde intentó reunirse sin éxito con el jefe del Ejecutivo comunitario, Jean-Claude Juncker, y el presidente del Parlamento Europeo, Martin Schulz.