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Pacto inminente de CiU y ERC...próxima estación 11 de Septiembre del 2.014

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Pacto inminente de CiU y ERC...próxima estación 11 de Septiembre del 2.014
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El futuro del PSC

http://politica.elpais.com/politica/2012/12/22/actualidad/1356190958_900041.html

El país del PSC

TONI SOLER

| Actualizada el 12/23/2012 12:00

Piensen qué pasará si se rompe el PSC en los lugares donde PP y C 's están al acecho. P. VIRGILI

Acritud. No sé si los catalanes nos pierde la estética, como decía el Unamuno, pero creo que el país suele castigar la prepotencia característica de los que en Madrid llaman chulos y en Cataluña milhombres, de manera bastante más peyorativa. Aquí la ostentación se suele castigar, por eso creo que Artur Mas puede sacar provecho del baño de humildad que ha recibido de las urnas y, en cambio, estoy seguro que la gente de Ciudadanos sufrirá si no aprende a dosificar la legítima autosatisfacción por Su éxito electoral. El tono de Rivera y sus compañeros en el debate de investidura fue muy agrio, quizá porque piensan que la chulería gusta a sus votantes (cosa que dudo) o porque les molesta que la CUP haya heredado su papel de minoría alternativa y no contaminada. Lo peor vino cuando David Fernández, a quien Jordi Cañas llama "carlista con rastas" (?), Se acercó a felicitar Artur Mas, como Junqueras, Navarro y Herrera, mientras Rivera y Camacho se quedaban sentados y desafiantes. Esto va más allá de la discrepancia ideológica. Es una denuncia de la situación. PP y Ciutadans quieren explicitar que están fuera de Cataluña como sistema político.

EMOCIÓN. Pero PP y Ciutadans representan muchos miles de catalanes, y su autoexclusión no es una buena noticia. Cierto, sería peor que los excluidos fuéramos los demás-la mayoría-. Pero es muy importante que evitemos que el conflicto pase al terreno emocional, no debemos hablar más de si nos gusta o no España, de si nuestra catalanidad es telúrica, sensual, cultural o monetaria. Construir un estado-un espacio político compartido-no son unos juegos florales. El conflicto lo tendremos con el gobierno español, no con los ciudadanos españoles ni con España entendida como una realidad sentimental. Porque, si no lo hacemos así, el conflicto también será interno. Debemos ponernos en la piel de los que pueden sentirse agredidos y animarles para que, a su vez, comprendan nuestra frustración. Pero manteniendo nuestro objetivo democrático, porque esto no se soluciona con una mayoría victoriosa y una minoría derrotada, pero al revés, aún menos.

EL PARTIDO. Esta complejidad la vive en su propia carne el PSC. Por eso es tan importante lo que le pase. El socialismo catalán hizo un esfuerzo ingente para coser un país que tenía todos los números para rasgarse. "Que el PSC tenga dos almas no es un demérito, al contrario, su mérito es conseguir que ambas almas convivan", me dice un dirigente del partido. La cuestión, sin embargo, es que las dos almas no tienen nada que ver con lo que fueron hace 30 años, el PSC las debe identificar y unirlas bajo postulados diferentes. Puedo entender los que sueñan en una rotura del socialismo catalán, porque bajo el puño de hierro de los aparatos-el de Nicaragua y el de Ferraz-el partido ha acabado siendo una rémora en los principales debates que ha encarado este país. Pero piensen, todos estos soñadores, qué pasará si el PSC se rompe en Santa Coloma, Cornellà, Tarragona y tantos otros lugares donde el PP y Ciutadans están al acecho. Hay que explicar lo que está pasando, el contenido social que hay detrás, a toda la gente que vive este proceso con angustia. Y sin el PSC será mucho más complicado. Prestamos atención, más bien, a la gente del partido que forzó Pere Navarro a prometer la abstención en la tramitación de la consulta-con gran escándalo de la dirección del PSOE-. Esto, tengámoslo claro, tiene más mérito y más importancia que movilizar un 90% de independentistas en Osona.

Esta reflexión de Toni Soler, hace replantearnos a todos nuestra opinión del PSC y su futuro.
Personalmente la encuentro acertada y lógica. Interersa al proceso soberanista la ruptura con el PSOE y la incorporación cuanto antes del nuevo partido de Maragall....todo eso mucho mejor que la desaparición del PSC.

Por otro lado entiendo que el PSOE quiera romper con el PSC y entiendo por otro lado que muchos militantes se encuentren con dificultades a votar en contra de un principio tan democrático como es el derecho de autodeterminación...

Un saludo,

#122

Re: El futuro del PSC

No se jordi , yo desde la postura de mis amigos de badalona .
que son de izquierdas , e incluso a alguno le gusta y mucho CUP , pero por ser de
izquierdas ojo .
Se puede ser de izquierdas y español , no queriendo independencia .
El Analisis del Toni soler , creo que es sobre la importancia y el peso del PSC
en cataluña , que es un partido transversal , el unico de cataluña .
las conclusion esa de maragall y demas yo no la comparto .
la puedo compartir para forzar un referendum , pero para el resultado propicio
a tus deseos es decir independencia , no lo veo asi .
Estamos de deuda hasta arriba 18 o 20 meses es muchisimo tiempo .
Los de Bildu estan muy moderados por algo sera y Otegi es un gran estratega politico
y un encantador de serpientes .
Si intervienen a España , lo hacen con cataluña e incluso euskadi y navarra a pesar de la hacienda propia y que la deuda nuestra tenga un poco mejor calificacion ,
aunque yo ahora mismo veo a Navarra quebrando en 2013 , .
asi que intervenidos en proximas fechas , sino lo estamos ya, aqui lo de moverse , no lo veo
, vamos que no me lo puedo tomar en serio

La desigualdad importa aunque aún no lo sepas

#123

Re: El futuro del PSC

http://blogs.publico.es/dominiopublico/6180/que-paso-en-las-elecciones-catalanas/
.
otro articulo ahora me gustaria tu opinion ,
http://blogs.publico.es/dominiopublico/6180/que-paso-en-las-elecciones-catalanas/
.

Vicenç Navarro
Catedrático de Ciencias Políticas y Políticas Públicas Universidad Pompeu Fabra

Un comentarista bien conocido en los medios de mayor difusión de las cadenas públicas de la Generalitat y del diario ARA, el independentista Toni Soler, alentaba a las personas de izquierda en Catalunya a que votaran partidos a favor de la independencia de Catalunya, argumentando que ésta y sus instituciones representativas (incluida la oferta electoral) estaban más a la izquierda que el resto de España. Concluía con ello que, si Catalunya fuera independiente, podría realizar su potencial reformador, ofreciendo mayor capacidad de influencia a las izquierdas catalanas que sí continuaban siendo parte de España.

Tal observación, sin embargo, no se corresponde a la realidad mostrada por los datos. El arco ideológico parlamentario –es decir, la diversidad ideológica dentro de espectro político representado en el Parlament— es más limitado que el existente en las Cortes Españolas. Y las izquierdas están menos representadas hasta ahora en el Parlament que en las Cortes Españolas.

Y definamos primero qué quiere decir ser de derechas y qué quiere decir ser de izquierdas. Y para ello tenemos que ver los instrumentos tradicionales que las distintas clases sociales en la mayoría de países de la Europa Occidental han tenido a su alcance para defender sus intereses. Las derechas en Europa son partidos conservadores, partidos cristianodemócratas o partidos liberales fundados por los establishments financieros y empresariales y/o por la Iglesia para defender sus intereses intentando movilizar las clases populares a su favor, mediante ideologías nacionalistas conservadoras y/o la ideología cristiana.

Y Catalunya no es una excepción. Divididas entre el PP (de ideología españolista) y CiU (de ideología catalanista), las derechas han llevado a cabo, en las áreas económicas y sociales, políticas basadas en priorizar los intereses económicos de aquellos establishments económicos y financieros. En realidad, los equipos económicos del gobierno CiU hoy están incluso más comprometidos en sus políticas de reformas laborales regresivas y recortes sociales que el PP. La ocupación de la Consejería de Sanidad por el que fue jefe de la patronal hospitalaria privada, es un claro indicador de ello. No es sorpresa, pues, que esta formación política gobernante esté claramente entrelazada con intereses financieros y empresariales que financian tal partido gobernante. Los supuestos casos de corrupción que se están investigando son claro indicador de ello.

Los intereses de clase que ambos partidos, PP y CiU, representan quedan ocultados por la temática nacionalista que ambos utilizan y por la línea argumentativa que siguen, ampliamente reproducida en los medios públicos de la Generalitat (Catalunya Ràdio y TV3), abusivamente instrumentalizados por la coalición gobernante de Catalunya, CiU. Ambos partidos, CiU y PP, tienen escasa cultura democrática (escasez más acentuada en el PP que en CiU), que se refleja en la limitadísima diversidad ideológica de tales medios, los cuales son financiados por la población que paga impuestos (la mayoría de la cual no les vota). En Catalunya, CiU es el partido más semejante que existe en España a la democraciacristiana y a la derecha italiana, teniendo un arraigo en la sociedad civil a base de políticas clientelares. Ven el Estado de Catalunya como de su propiedad. Y tiene un enorme poder e influencia sobre el sistema judicial, influencia compartida en Catalunya con el PP. Los retrasos en la resolución de casos de presunta corrupción, como el bochornoso caso Palau, refleja tal influencia. Su influencia también la consigue a base de pagos y apoyos financieros a los medios, siendo el caso más notorio La Vanguardia, de la familia Godó, que ha recibido recientemente, de nuevo, casi 6 millones de euros del gobierno Mas (según ha informado el altamente creíble El Triangle) habiendo sido el diario más pro-Mas que existe en España, cambiando su lealtad editorial, pasando del PP a CiU, resultado de tal abundante financiación pública, percibida como donación por servicios prestados.

Los dos nacionalismos conservadores

Los dos partidos dominantes, PP y CiU, son profundamente nacionalistas y conservadores. CiU es, en realidad, una coalición de dos partidos, CDC y UDC. UDC y PP (próximos ambos a la Iglesia) pertenecen a la misma familia política europea, el Partido Popular Europeo. CDC es un partido liberal que pertenece a la Internacional Liberal, que representa la sensibilidad más derechista en las esferas económicas de la UE. La mayoría de personalidades que dirigen la gobernanza del euro y del Banco Central Europeo, el BCE, pertenecen a tal postura político-económica, desarrollando las políticas que están causando una gran recesión en la Eurozona a base de insistir en medidas de recortes y de austeridad. Tal sensibilidad también se presenta en el equipo económico del partido gobernante en España, más próximo a la sensibilidad liberal (en el área económica, neoliberal) que a la demócrata cristiana.

El nacionalismo españolista

Su nacionalismo les sirve para intentar movilizar a sus bases electorales. El nacionalismo del PP es el heredado de la dictadura, que transmitió una visión de España uniforme y centrada en Madrid. Tal nacionalismo españolista es intolerante a la diversidad y no acepta la plurinacionalidad de España. Se presenta como el defensor de la “unidad de España”, mensaje que facilita la movilización electoral de sectores de la población en Catalunya y muy en particular aquellos sectores que proceden de otras partes de España, porcentaje muy elevado entre la clase trabajadora en Catalunya. Tal movilización es también respaldada en el mensaje anti-inmigrante, explícitamente utilizado por el PP, para conseguir el voto obrero. El PP se presenta siempre como el defensor de la unidad de España (y también de su “calidad étnica” queriendo expulsar al inmigrante). Esta estrategia está siendo altamente rentable electoralmente, pues el PP está creciendo en los barrios obreros de las ciudades catalanas. Una de las ciudades más importantes de Catalunya, con fuerte implantación de la clase trabajadora y con un elevado porcentaje de población inmigrante, Badalona, está gobernada por el PP (con el predecible apoyo de CiU). En las elecciones del pasado domingo, el PP pasó de conseguir el voto del 7,2% del electorado (que incluye la población que votó y la que pudiendo votar no lo hizo) en las últimas elecciones autonómicas, al 9%, siendo en los barrios obreros, donde hay mayor número de inmigrantes, donde aumentó más su voto.

El otro grupo nacionalista español que reprodujo tal visión uninacional de España fue Ciutadans, que subió de un 2% del electorado a un 5,2%. Ciutadans es la otra visión del nacionalismo españolista, distinta a la del PP, al cual se le identificó con el conservadurismo social y político poco atrayente al trabajador españolista, que siente hostilidad hacia el soberanismo que confunde con el independentismo. No es sorprendente, por lo tanto, que Cs creciera más acentuadamente en los barrios obreros, como Nou Barris, de habla predominantemente castellana. Su presentación (con grandes ambigüedades) como partido progresista, con tintes pro-clase trabajadora (apoyó la Huelga General última, sin participar en ella) le hace atrayente al votante que antes apoyaba al PSC. Es el partido que utiliza con mayor frecuencia el castellano en sus intervenciones públicas, lo cual explica que atraiga también votos en los barrios más pudientes de las poblaciones urbanas que se consideran liberales en su posicionamiento en temas sociales y no se encuentran cómodos apoyando al PP debido a su profundo conservadurismo. En total, el voto a favor del nacionalismo españolista (PP+Cs) consiguió sólo el 14,2% del electorado.

El nacionalismo catalanista

El nacionalismo, a CiU, le es particularmente útil, pues le permite atribuir el enorme subdesarrollo del Estado del Bienestar catalán (el gasto público social por habitante es de los más bajos de la UE-15) al famoso “expolio” de Catalunya por parte de España. El hecho de que la crisis esté teniendo un impacto devastador en el bienestar de las clases populares en Catalunya (clase media y clase trabajadora) se atribuye al crecimiento del “expolio” y a la hostilidad hacia Catalunya por parte del Estado español, gobernado por el Partido Popular, mensaje que es constantemente reproducido en los medios públicos de información, controlados en su inmensa mayoría por CiU. La batería de intelectuales afines a tal partido político, tales como Joan B. Culla, Salvador Cardús, Manel Fuentes, Mònica Terribas y una larga lista de columnistas, constantemente se refieren a voces profundamente conservadoras españolas como José Bono, Fernando Savater, Mario Vargas Llosa, Federico Jiménez Losantos, y un largo etcétera, como representativas de España. Estas últimas voces son las mayores productoras de independentistas en Catalunya, voces que predeciblemente tienen una gran visibilidad en los medios de información influenciados por el nacionalismo catalanista. El hecho de que Izquierda Unida, el tercer partido de España, votara hace unas semanas en las Cortes a favor del “derecho a decidir de Catalunya” fue deliberadamente ignorado por estos columnistas y por aquellos medios. La España presentada mediáticamente en los medios públicos de la Generalitat es la España centralista, ofensiva a Catalunya, antipática. Cualquier otra España distinta a esta España no existe a ojos del nacionalismo catalanista. Este silencio hacia “la otra España” se debe, no sólo a una manipulación, sino a un profundo anti-izquierdismo que caracteriza a las derechas catalanas. Las izquierdas reformistas españolas (la génesis para desarrollar otra España) no existen para CiU ni para sus intelectuales.

Esta intelectualidad nacionalista conservadora tiene un gran poder debido al control que los partidos nacionalistas tienen en los aparatos mediáticos públicos de la Generalitat y afines. Tal establishment mediático-político es lo que en inglés se llama “clubish”, es decir, muy cerrado en sí mismo y con poco contacto con la realidad popular del país. Fue tal establishment el que se llevó el mayor batacazo el domingo, pues todos ellos habían profetizado la gran victoria del presidente Mas en su apuesta por la independencia, como si fuera un cheque en blanco. En realidad, la mayor pérdida de votos la sufrió CiU, perdiendo 90.489 votos (pasando de recibir 1.202.830 en 2010 a 1.112.341 en 2012), pasando de un 22,4% del electorado en 2010 a un 21,2% en 2012.

Las izquierdas en Catalunya

El partido mayoritario de las izquierdas en Catalunya ha sido históricamente el PSC, que es un partido federado con el PSOE. Su fundación es resultado de una alianza de los instrumentos políticos existentes en la clandestinidad antidictatorial, caracterizados por un reformismo socialdemócrata entre sectores profesionales y un socialismo de clase trabajadora enraizada en el sindicato socialista UGT, entonces clandestino, y en la sección catalana del PSOE, también clandestina. El PSC, fruto de esta alianza convertida en unión, ha sido el mayor instrumento de la clase trabajadora en Catalunya durante el periodo democrático y alcanzó su cénit en el periodo de gobierno tripartito, cuando gobernó en Catalunya aliada con ICV-EUiA y ERC.

Su descenso electoral no se debe, como constantemente indica su componente profesional (definido como catalanista) por su supuesto abandono de su sensibilidad catalanista, sino a su abandono de sus principios socialdemócratas, al incorporar, en su respuesta a la crisis, las políticas neoliberales también desarrolladas por el gobierno Zapatero. Ésta es la mayor causa del declive del socialismo español, incluyendo el catalán, en toda España. Y tal partido, sorprendentemente, no ha hecho ninguna crítica de aquellas políticas que llevaron a cabo y que dañaron a las clases populares. Cada una de las políticas que está siguiendo el gobierno de Rajoy fueron iniciadas por el gobierno de Zapatero. El hecho de que el gobierno de Rajoy haya profundizado enormemente en cada una de estas políticas, no niega que fueron comenzadas muchas de ellas en la época Zapatero. El socialismo español ha perdido apoyo popular debido a su identificación con tales políticas. En este sentido, sorprenden varios hechos:

1) La existencia de voces económicas del PSC, que apoyaron las políticas de recortes de CiU (en el primer año de mandato del gobierno Mas), dándoles una legitimidad que la coalición gobernante utilizó hábilmente. Una de tales voces socialistas llegó incluso a acusar de “demagogos” a aquellas voces de autores de izquierda que criticaban tales recortes.

2) Que no haya habido un cambio en el equipo que lidera el PSOE, siendo su dirigente el señor Rubalcaba, la misma persona que dirigió el desarrollo de tales políticas sumamente impopulares. La proximidad del PSC al PSOE y la falta de crítica del primero al segundo han contribuido a su declive electoral.

3) Que el necesario cambio en el PSC se haya malentendido como un cambio predominantemente generacional, manteniéndose, sin embargo, las políticas económicas neoliberales que causaron su declive. En las primeras declaraciones en El País del economista Maurici Lucena (segundo en la lista por Barcelona del PSC), procedente del establishment socialista basado en Madrid, tal economista, dirigente de la sección económica del PSC, se declaró como un liberal, hablando de las excelencias del socioliberalismo. Cuando leí tales declaraciones, pensé en el trabajo del economista Jordi Sevilla sobre el Nuevo Socialismo (la guía de la Tercera Vía o Zapaterismo), y que era un canto al liberalismo (ver la crítica que hice de tal postura en mi libro El Subdesarrollo Social de España. Causas y Consecuencias. Anagrama. 2006). Tales políticas fueron responsables del declive electoral del PSOE y del PSC. No hay conciencia en el establishment socialista español (incluido el catalán) de que la situación desesperada en la que se encuentran las clases populares en Catalunya y en el resto de España no se debe sólo a la crisis, sino a la manera neoliberal como se ha respondido a la crisis (ver el artículo El impacto de la crisis en las familias e infantes. Publico. 22.11.12), y ello como consecuencia de la incorporación del pensamiento liberal en el ideario de los partidos socialistas gobernantes en España y en Catalunya (en su segundo mandato). El hecho de que los gobiernos de Rajoy y Mas hayan profundizado en estas políticas no elimina, en la memoria popular, el recuerdo de que tales políticas se iniciaron en la época de crisis por el socialismo español, incluyendo el catalán.

No es sorprendente, pues, que el PSC continuara su declive, perdiendo 50.900 votos, pasando de recoger el 10,7% del electorado a un 10% (descendiendo de 575.233 en 2010 a 523.333 en 2012). Tampoco es sorprendente que los dos partidos que perdieron más votos en estas elecciones fueran CiU (por haber desarrollado las políticas neoliberales) y el PSC (por no haberse distanciado de su pasado y no haber hecho un cambio significativo en sus propuestas políticas). No hay duda de que el PSC continuará este declive al haberse desarmado ideológicamente frente a un adversario político cargado de ideología —el nacionalismo—. La estrategia política del socialismo catalán y español no debería haber sido luchar en el territorio ideológico del adversario —el nacionalismo—, sino en la denuncia de lo que el adversario representa. Es lo que los políticos del Partido Demócrata de EEUU llaman la estrategia de “lucha de clases” presentando a las derechas por lo que son, los portavoces de aquellos grupos fácticos que mandan en el país. Ni el PSC ni el PSOE siguieron tal estrategia, en parte porque están excesivamente ligados y son dependientes de tales grupos fácticos, y en parte a no haber hecho una autocrítica y haber realizado un cambio en sus políticas.

La izquierda radical

Un problema grave en Catalunya y que demuestra que el abanico electoral esté más sesgado a la derecha que el español es que no hay un partido de la izquierda radical como es IU. Hoy no existe una fuerza equivalente a IU en Catalunya. Se me dirá que existe Esquerra Unida i Alternativa, pero tal grupo político es, en la práctica, un apéndice de Iniciativa per Catalunya (IC) sin tener ninguna visibilidad propia. IC es un partido verde, que pertenece al Partido Verde Europeo del Parlamento Europeo. No es parte de la Izquierda Europea, el grupo de partidos de izquierda. Sí que lo es EUiA, pero no tiene ninguna visibilidad. De hecho, el rojo de tal coalición no se ve por ninguna parte, pues su color es el verde. Y cuando vino Alexis Tsipras, el dirigente de la coalición radical de izquierdas griega, Syriza, debido a su relación con Esquerra Alternativa, miembro de la Izquierda Europea a la cual pertenece Esquerra Alternativa, apareció en plataformas coloreadas de verde, sin que aparezca ningún rojo.

El tema no son sólo los colores, sino la visión política. ICV decidió cambiar su pertenencia a las izquierdas enraizadas en la espléndida historia del PSUC. Fue un error que ahora, y en estos momentos de crisis, aparece con toda claridad. Ninguna fuerza ha defendió con mayor intensidad Catalunya, durante la dictadura, que el PSUC. Y es injusto y un profundo error que el partido de coalición ICV-EUiA, que se presenta como heredero del PSUC, excluya la visibilidad del rojo. El hecho de que tal coalición se haya distinguido por su crítica a las políticas neoliberales del gobierno CiU explica su notable crecimiento. Y aún cuando el crecimiento de ICV-EUiA es notable (un aumento de 128.033, debido a la campaña social de ICV-EUiA, más roja que verde, pasando de recoger el 4,3% del electorado a un 6,8%) el potencial de crecimiento de tal coalición es mucho mayor si se centrase en el conflicto social y (sin diluir su verdor) conjugándolo con la defensa de la personalidad y especificidad catalanas, tal como siempre hizo el PSUC. Hoy la lucha de clases es más viva que nunca en Catalunya, en su periodo democrático, una lucha de clases que no sólo incluye la tradicional —conflicto entre el capital y el mundo del trabajo— que continúa existiendo, sino también la de una minoría de la población (los establishments financieros, empresariales, mediáticos y políticos) frente a una gran mayoría de la población, las clases populares.

Tal fuerza política requiere de un mayor radicalismo, rompiendo con esta imagen tan injusta, claramente manipulada por las derechas al referirse a ICV de “buena gente, que van en bicicleta”. Su radicalismo, con un lenguaje más de denuncia de la lucha de clases, no centrándose únicamente en las políticas sino los perpetradores de tales políticas, es lo que ampliaría su apoyo popular. El enfado popular exige un radicalismo que todavía no aparece en sus prácticas y en su narrativa.

Una nueva izquierda como soplo de aire fresco con la esperanza de que se convierta en vendaval

Llenando este vacío ha aparecido la CUP (Candidatura d’Unitat Popular), un soplo de aire fresco, que tiene características comunes con el 15-M. Un movimiento radical de clara orientación socialista anticapitalista, de gran atractivo entre los sectores más explotados en el país, que decidió presentarse a última hora (sólo un mes antes de las elecciones) y, a pesar del boicot mediático, consiguió nada menos que 126.219 votos, que representaron un 2,4% del electorado. Uno de los componentes de su ideario, el del independentismo, puede frenar su conexión con amplios sectores de la clase trabajadora catalana que no se identifican como tal. Y tal independentismo puede también dificultar su conexión con otros movimientos antiestablishment que están floreciendo a lo largo del territorio español, y cuya complicidad será necesaria para cualquier cambio profundo que pueda ocurrir en Catalunya. Pero su aparición en la vida parlamentaria es un gran desarrollo y avance, pues su radicalidad se necesita (como el aire que se respira) en la vida política catalana.

El peligro sería que la faceta independentista (diferente a la soberanista), diluya su radicalidad social, peligro que no es hipotético y que podría ocurrir con ERC, anteponiendo su independentismo al proceso de cambio profundo del orden (en realidad desorden) social existente en Catalunya. ERC fue la fuerza política que mejor canalizó el deseo independentista, conservando su vocación transformadora, que sería de desear que mantuviera. Aumentó su respaldo en 277.119 votos, pasando de recoger un 4,1% del voto del electorado a un 9,4%, pasando a ser la tercera fuerza en cuanto al voto.

Las grandes limitaciones de la democracia en Catalunya y en España: su sesgo profundamente conservador

El hecho de que ERC haya pasado a ser la segunda fuerza parlamentaria se debe al enorme sesgo conservador del proceso electoral. En realidad, si el sistema electoral catalán hubiera sido proporcional (el sistema en que cada ciudadano hubiera tenido el mismo poder de decisión), CiU hubiera tenido 43 escaños en lugar de 50, ERC hubiera tenido 19 en lugar de 21, el PSC hubiera tenido los mismos escaños, 20 (pasando a ser la segunda fuerza política en el país), el PP hubiera tenido 18 escaños en lugar de 19, Iniciativa hubiera tenido 14 en lugar de 13, Ciutadans hubiera tenido 11 en lugar de 9, y la CUP hubiera tenido 5 en lugar de 3, pudiendo hacer grupo propio. En general, tal sesgo electoral ha desfavorecido más a las izquierdas que a las derechas, como también ocurre en España.

En realidad, sumando todos los votos a los partidos de izquierda (hay muchos partidos de izquierda que no consiguen representación parlamentaria), tales votos superan en votos a los partidos de derecha. La población de Catalunya está más a la izquierda que sus representantes, una situación que, por cierto, se da también en España.

El futuro político de Catalunya (y de España)

De tal observación puede derivarse que falta una coalición amplia de izquierdas que, sin complejos, explicite un discurso de clase frente al establishment financiero, económico, político y mediático catalán, el mayor responsable del subdesarrollo social de Catalunya. Que tal coalición se lleve adelante dependerá de una profunda transformación de los partidos existentes, estimulados por la aparición del movimiento radical CUP. Este movimiento —surgido de las clases populares en Catalunya— ha surgido como parte del hartazgo existente hacia el establishment catalán y también español. Es la única fuerza que habla del conflicto de clases en Catalunya, y presenta al establishment político y mediático por lo que es: la defensora a ultranza de unos intereses de clase. Su presencia en los medios, sin embargo, ha sido nula. Un boicot y veto dignos de una dictadura mostrando la gran estafa que es hoy lo que se llama democracia en Catalunya. Ahora bien, su gran potencial de atracción, sensible al gran enfado popular, puede actuar como elemento estimulador de cambio entre las fuerzas políticas con representación parlamentaria.

En cuanto a las izquierdas en España, su mayor reto es democratizar al Estado español. Sin tal democratización, ni Catalunya ni España saldrán de la crisis. De ahí que las izquierdas españolas deberían exigir que la insuficiente democracia representativa existente en nuestro país se transformara en una democracia proporcional, auténticamente representativa junto con una democracia directa con amplio desarrollo de referéndums que permitieran decidir a sus poblaciones sobre cualquier tema. El “poder de decisión” debe aplicarse en Catalunya y en el resto de España, sobre todos los temas que la propia población desee.

E, igualmente importante, debe exigirse una auténtica pluralidad de los medios (los cuales utilizan un bien común y público, el aire), rompiendo con la limitadísima diversidad mediática existente en Catalunya y en España.

La desigualdad importa aunque aún no lo sepas

#124

Re: El futuro del PSC

Otro articulo interesante .
Interesante no quiere decir compartir todo .
si quiere decir querer leer opiniones y darle mas importancia que a compartirlas
.
http://elpais.com/elpais/2012/12/13/opinion/1355421816_941675.html
.
Hace un tiempo que el País Vasco ha dejado de ocupar las primeras páginas de los periódicos nacionales. El final del terrorismo es una causa principal de esta saludable ausencia, pero también debemos reconocer que la acción del último Gobierno Vasco ha contribuido considerablemente a consolidar esta "normalidad", tan anhelada durante mucho tiempo. La derrota de ETA, aunque todavía no hayamos celebrado su funeral, nos deja ver una realidad oculta tras las bombas, los asesinatos y las extorsiones de la banda terrorista. Durante todos estos años, con más claridad y ninguna justificación plausible desde el 78, la violencia terrorista ha proyectado una imagen distorsionada de la sociedad vasca, que no pocos vascos han disfrutado con satisfacción incomprensible. Así, Javier Arzalluz, imbuido del espíritu del “Cura de Santa Cruz” pasado por el Lazarillo de Tormes, se lamentaba hace años, “con la boca pequeña”, de que los vascos solucionáramos nuestros problemas a tiros mientras que los catalanes, más mediterráneos, más civilizados, lo hicieran negociando. Jordi Pujol le recordó que no siempre había sido así y que la historia nos decía otras cosas.

En el País Vasco se vive un periodo de confusión, en el que los derrotados quieren imponer su relato histórico

Efectivamente, si buceamos en el periodo histórico de la industrialización nos encontramos una sociedad vasca que sufre cambios radicales en sus fundamentos más básicos y ancestrales —el nacionalismo es producto incontestado de este fenómeno— y sin embargo la reacción es distinta a la provocada en otras tierras de España que igualmente sufrieron cambios de parecida identidad. En Cataluña adquiere fuerza el anarquismo, primero político y posteriormente sindical, con la CNT como expresión mayoritaria, en el País Vasco la UGT y el sindicato nacionalista y católico, Solidaridad. En Cataluña la lucha de clases adquiere tintes violentos, los asesinatos de empresarios no son infrecuentes, siendo su reacción proporcional y de la misma naturaleza, como si ambos comportamientos arraigaran en el pretérito bandolerismo catalán, del que ya hablaba Cervantes en la segunda parte del Quijote cuando Barcelona se convierte en el escenario de la novela española más universal; mientras, en Vizcaya los conflictos sociales tienen características menos revolucionarias, más pragmáticas, la lucha obrera es más sindicalizada, más parecida a la que surgía en la Europa industrializada. En el País Vasco nacen grandes empresas mineras, metalúrgicas y navales muy relacionadas con el impulso expansionista británico, y como consecuencia de todo ello aparecen grandes bancos que muy pronto se extienden por el resto de España; en Cataluña tenemos que acercarnos a finales del siglo XX para encontrarnos con una entidad financiera de parecidas características —no está de más recordar el esfuerzo primitivo y fracasado de Jordi Pujol por crear un banco catalán—.

La burguesía vasca muy pronto se instaló en Madrid, la catalana decidió hacer más grande Barcelona y paradójicamente intentó desde finales del siglo XIX cambiar España con propuestas regeneracionistas. Todo ello nos indica unas clases dirigentes económicas muy distintas: los atlánticos nunca vieron incompatibilidad con el resto de España, era su mercado nativo, los mediterráneos vieron más una oportunidad que una expansión natural. Solo el terrorismo etarra unido a una falta de vocación por la historia real, muy al gusto de los españoles que nos movemos mejor entre la leyenda y el “presentismo”, nos ha impedido ver lo que había detrás de las primeras páginas de los periódicos: dos realidades muy diferentes y distantes. Hoy en día seguimos con las disimilitudes entre las dos comunidades, según desaparecían las noticias sobre el País Vasco de los diarios, éstos ocupaban sus primeras páginas con los llamamientos insurgentes, pronunciamientos radicales y posiciones rupturistas de los dirigentes políticos catalanes, todo ello en medio de un estruendoso silencio de su clase empresarial, en un conflicto extenuante entre sus intereses, sus afectos y sus miedos.

Las posiciones rupturistas de los políticos catalanes chocan con el silencio de la clase empresarial

En Euskadi existen motivos para el desasosiego, la derrota de ETA no ha significado todavía hoy nuestra victoria. Vivimos un periodo de confusión, en el que soterradamente los derrotados quieren imponer su relato histórico y la alternativa adolece de fuerza y coherencia suficiente para imponerse. Las víctimas dudan sobre como construiremos el futuro y el consuelo en esta situación es difícil, más si tenemos en cuenta que el resultado de las últimas elecciones autonómicas ha ratificado como segunda fuerza a los herederos de la banda terrorista. Todo es hoy complejo en el País Vasco, abigarrado, pero podemos ver algunas pautas que nos acercan a la esperanza. Los nacionalistas vascos han realizado una campaña electoral muy moderada, confundiendo a sus adversarios cuando dieron la espalda a los cantos de sirena que venían desde Cataluña, su objetivo prioritario durante la campaña electoral fue la superación de la crisis económica, haciendo lo imposible para que no les confundieran con los herederos de ETA. Sus dos retos políticos de envergadura, la liturgia del enterramiento de la banda terrorista y el famoso y difuso “nuevo status”, necesitan de consensos muy amplios.

El primer reto requiere la colaboración protagonista del gobierno de la nación —los próximos meses veremos un acercamiento entre el PNV y el PP tan necesario para hacer el relato de estos últimos años como incómodo para el ejecutivo de Rajoy—, el segundo, en palabras de Urkullu, necesita un acuerdo amplio entre las fuerzas políticas vascas, y la premisa del líder nacionalista complica su consecución y asegura un equilibrio tranquilizador. También puede suceder lo contrario, pero hoy y aquí me he querido referir a la posibilidad mejor que tiene la sociedad vasca, hurtada durante más de cincuenta años por la banda terrorista. La esperanza consiste en que la decisión es posible y es nuestra, de los vascos.

Igual que siempre, cada uno por su lado, mientras los nacionalistas vascos necesitan acuerdos, creo más en la necesidad que en la virtud en la vida pública, para conseguir sus próximos objetivos, en Cataluña, después de las elecciones autonómicas, en las que todos hemos ganado un poco de tiempo para enfocar los problemas planteados, los nacionalistas de CiU parecen optar por el conflicto, desde luego pacífico, y por el desacuerdo cuando optan por ERC como socio y la autodeterminación como objetivo tras perder doce escaños.

Nicolás Redondo Terreros es presidente de la Fundación para la Libertad.

La desigualdad importa aunque aún no lo sepas

#125

Estrategias sobre la mesa

Por parte del PSC, creo que tienen un discurso forzado hacia un lugar que es del terreno de IU. Todos conocemos el federalismo que defiende IU. Ese discurso intenta "contaminar" el deseo independentista de CIU, acercando posibles posturas dentro de un marco nuevo, donde se negociaria el tan deseado "concierto" economico, dondre podria caber como estado dentro de la nacion española y muchisimas cosas mas.
En el tiempo que transcurra hasta esa posible consulta, habrá que ver si la postura inmovilista del PP, esconde algun As bajo manga, donde se lleve a su terreno a Ciu, mediante alguna propuesta dulce y remolona, que le haga pensar mucho en ese paso tan complicado que es la independencia.

Respecto a bildu está a la espectativa, intentando ser suave con el PNV, aún con su estrategia de confrontacion (pnv) activa en los pueblos como astigarraga, hernani, con el tema del puerta a puerta.
El PNV esta jugando al despiste, dejando a CIU como cabeza de turco, sin desgastarse en lo mas absoluto. Pero está claro que en cuanto PP mueva ficha en algun asunto que pueda influir (negativamente: tocando el concierto economico o positivamente hacia una mayor soberania), bildu y pnv iran a saco.

#126

Re: Estrategias sobre la mesa

Hola Anarcko a mi lo del puerta a puerta no me disgusta .
En Belgica lo hacen .
En Amberes resulta muy curioso , la recogida del carton en las tiendas sacan todas las cajas a la calle al terminar el dia , y las depositan en la acera sin contenedores ni nada .
En bruselas hay un puerta puerta y tambien en suiza .
En Suiza creo que las basuras en alguno sitio no se paga, sino que pagas las bolsas de colores ,
sino estoy equivocado , como es un estado cantonal supongo que no sera en todos los cantones .
El problema de las incineradoras es que nadie las quiere y tampoco los vertederos

.
un saludo

La desigualdad importa aunque aún no lo sepas

#127

El que algo quiere algo le cuesta.

El problema es de educar a la gente. Nada más, ya que nos tomamos bastantes más molestias en cosas menos trascendentes y nadie se queja. Sólo que el PNV usa como arma contra bildu, fomentando la crispación, con un clarísimo objetivo... la incineradora. Date cuenta que en 2008, estando ya casi sentenciada la construcción de la incineradora, PNV firmo en Astigarraga su conformidad para que se pusiera el puerta a puerta... y ahora??? se les a visto el plumero de una manera vergonzosa.
Hay cosas que no entiendo, y es como el PSOE en la alcaldia de sanse con el apoyo de PNV, en impulsar los servicios de tranportes publicos, junto al proyecto de peatonalización de media ciudad, los "bidegorri"s.... (que me parece perfecto) para reducir las emisiones de CO2... y por otro lado, si es para el negocio (bien de construcción como explotacion como central termica) podemos quemar basura, la nuestra mas la que nos traen de fuera, con lo que eso conlleva (quemar aceites, plasticos y cualquier residuo toxico) dando razones sin sentido como la de "a 1000 grados no produce gases contaminantes apenas".
Sin contar que hace falta un vertedero para echar esas cenizas altamente toxicas que salen, en contra de lo que dicen... el tema es que PNV quiere negocio... ya sea la Y vasca, incineradora o superpuerto (ya descartado).

#128

Re: El futuro del PSC

No hace falta que te cuente mis pensamientos relacionados con la deuda... (los mismos de aquel señor que tiene chapetas de colores y va con gafas).

Si intervienen a España es beneficioso (para el proceso independentista) para Cataluña, ya que España cede poder y soberania a Europa.

La incorporación del partido de maragall y su importancia, de momento no esta clara. Las importancia del PSC es máxima. Ya dije hace dias que pienso que son la clave del proceso.

Saludos,

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