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Con la independencia del País Vasco y Cataluña,

768 respuestas
Con la independencia del País Vasco y Cataluña,
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#433

Re: Con la independencia del País Vasco y Cataluña,

El 5% de us ejercito (según wikipedia) es profesional. De todas formas, todo el mundo (en sentido literal) tiene buena parte de su dienro allí, técnicamente se puede decir que están aliados con todos :)

Saludos

#434

Re: Con la independencia del País Vasco y Cataluña,

Hemos pedido dinero...
Estamos a punto de ser intervenidos en toda regla....

¿Alguien tiene alguna duda de que existan otras formas de organizarse y convivir politica y territorialmente?

¿Porque tanto miedo a las consultas?
¿Porqué no dejar la soberanía en el pueblo?

Somos todavía un pueblo infantil donde necesitamos tutela en muchos ambitos.

¿Porqué? ¿Hasta cuando?

Yo soy mayor de 18 años , tengo sensatez ,soy contribuyente de este país y simplemente me gustaría tener políticos sensatos y si eso no fuera posible me gustaria decidir.

Libertad de decisión , pués los politicos y todos los cazaelefantes institucionales no representan ni salvaguardan mis ansias y anhelos elementales como persona y dicho sea de paso me estoy cansando de mantenerlos.

#435

Re: Con la independencia del País Vasco y Cataluña,

EL DÍA DE DESPUES.

¿Por qué no estuve en la marcha independentista?
Cartas | 12/09/2012 - 14:33h
ORIOL PUIG
Les Franqueses del Vallès, Barcelona

Permítanme primero la licencia de dirigirme a ustedes en castellano, no como acto político, sino por puro pragmatismo ante el objetivo de que mis opiniones lleguen a un número mayor de personas. En días como hoy de pan y sal, donde hasta el aceite ha pasado a ser un bien de lujo. En días como hoy, tristes a la vez que alegres, grises aunque también luminosos, silenciosos además que locuaces, me otorgo el permiso de presentar mis razones por pertenecer al grupo que hoy, día 11 de septiembre de 2012, no estuvo en la que probablemente sea la mayor manifestación independentista en la historia de Catalunya.
Necesito explicarme conmigo mismo y con los que me rodean. La bandera de la independencia enarbola los deseos de un pueblo que quiere ser libre, que grita con fuerza y rabia hacia un enemigo común: España. A esas personas que luchan por ese viaje futuro que acabe con el lastre anacrónico de los descendientes de la corona de Castilla; a esas personas que se reafirman cada día en su convicción diáfana de apostar por un Estado independiente; a esas personas que trabajan a diario por hacer de la estelada el máximo símbolo de nuestra tierra; a esas personas que tienen las cosas tan claras como para no dudar. A cada una de ellas y ellos me dirijo para transmitirles mis vacilaciones y mis miedos al "día después" de una posible independencia, un día del que pocos hablan y que me temo que podría comportar una ola de decepción de magnitudes impredecibles. ¿Quién sería entonces el enemigo?
La autodeterminación es -o debería ser- un principio básico de toda democracia y aún me asombra que quienes gobiernan el Estado hayan podido ser tan ingenuos de creer que serían capaces de callar a un pueblo a base de empequeñecerlo. Lejos están de conseguirlo. Así que de seguir obstaculizando un valor tan elemental como el de escuchar a la ciudadanía, les puede suponer un error imperdonable conseguir más bien lo contrario. Nadie, y menos el Estado español, debería temer a una sociedad que, a pesar de su esencia nacionalista y rebelde, se ha mantenido leal y solidaria a su lado. Dicho esto, sin embargo, considero que la autodeterminación no debería comportar la independencia.
Creo que hablar actualmente de independencia es una antítesis que se adivina falaz. ¿Independientes de las Merkel, los Hollande, los Draghi, las Lagarde? Si no es así, no me sirve. ¿Independientes de los Rajoy que dependen a su vez de las Merkel, los Hollande y las máximas neoliberales que mueven el mundo? Tampoco me sirve. Me gustaría que los independentistas me convencieran de qué y de quién vamos a ser independientes y, sobre todo, para crear qué y cómo. Me parecen preguntas demasiado trascendentales como para no ser tratadas y, desafortunadamente, creo que pocos son los que las abordan.
Yo sueño con una Catalunya ante todo justa, sin diferencias sociales, sin personas por debajo del umbral de la pobreza, sin empresarios burgueses que exploten a sus trabajadores y sean bien vistos por el mero hecho de ser nacionalistas; sin políticos corruptos que sean amnistiados por ser nacionalistas, y con una sociedad abierta y plural. Sueño con todo eso, más allá de una independencia a la que no me cierro, pero que nadie me garantiza hacia dónde irá.
Es por este motivo que, a pesar de mi amor por la lengua, la cultura y las tradiciones de mi tierra, Catalunya, igual o mayor que el de cualquier otro independentista concienzudo -o captado en los últimos tiempos para la causa-, me muestro sensible a las consecuencias nefastas que han conllevado históricamente todos los nacionalismos. Habría tantos ejemplos para citar, pero sólo con la Segunda Guerra Mundial o el conflicto de la antigua Yugoslavia, creo que es suficiente. Ambos fueron resultados directos de la intolerancia, el extremismo y el etnocentrismo de que cada uno se creyera el centro del mundo. Es esa visión egoísta la que no quiero para un futuro. He visto demasiados pueblos fragmentados por un odio enraizado que impide a las personas establecer puentes para con el "otro". Ellos son víctimas de sus líderes que encabezan y fomentan discursos según sopla el rédito electoral.
Y es por todo esto que denuncio aquí y ahora que no quiero formar parte de este circo. Pretendo que jueguen conmigo lo menos posible, consciente como soy, que como parte del sistema me tocará tragar en algunas ocasiones. Las maniobras execrables de los nacionalistas españoles para movilizar a los suyos a través de una arma política llamada Catalunya deberían ser denunciables en los juzgados y las artimañas usadas por los conservadores catalanes con el mismo fin deberían de igual forma ser repudiadas.
La cuerda entre España y Catalunya se tensa cada día más con sus declaraciones y tretas políticas engrandecidas por unos medios de comunicación que atizan el recelo y contribuyen cómplices a difundir un pensamiento único del sistema, sucumbiendo a ejercer su papel de cuarto poder de un protoestado del bienestar ficticio y desactivado. Eso, claro está, afecta a todos y cada uno de nosotros que, sin estar dentro del juego, decantamos la balanza en uno y otro sentido cada vez que se nos reclama.
Por este motivo, esta irresponsabilidad que relato me hace temer, no sin motivo, que una Catalunya independiente en el futuro continuaría con los mismos problemas que en la actualidad, aunque con un añadido: la búsqueda de un enemigo común, máxima por la cual los sistemas se autoconforman a través de la demanda de un antagónico que los constituye -en el caso que nos ocupa, esta esencia es más perceptible que en cualquiera "ni contigo ni sin ti"-.
Es por todo esto que hoy, no sin desdicha, me encuentro en casa, junto a mi amada, observando por televisión con nostalgia y tristeza cómo han truncado otro de mis sueños: el de andar junto a los míos, de manera serena pero decidida, reivindicando un mundo más justo. Hoy observo, en cambio, como mi estimado pueblo se moviliza por una causa que no es la mía, por una bandera que no es la mía, por una razón que no es la mía. Es entonces cuando pienso dónde quedan mis estandartes y bajando los brazos comprendo el éxito del nacionalismo que ha logrado encauzar esas reivindicaciones bajo su paraguas. Es su pequeña gran victoria, que celebro y que a su vez me permite soñar aún en un día junto a mis padres, mi hermana y mi sobrina, en el que unidos reclamemos justicia, en toda la amplitud del término. Esa justicia social, judicial, económica y de todo tipo que los mismos nacionalistas de ambos lados nos han arrebatado.

Detesto a las víctimas que respetan a sus verdugos.

#436

Re: Con la independencia del País Vasco y Cataluña,

Está escrita con la cordura y respeto.

Mirar esto:

ENVIDIO A CATALUÑA
JAVIER SALVADOR
periodista de teleprensa de Almeria

http://www.teleprensa.es/almeria/envidio-a-cataluna.html

"Entiendo que me van a llover tortas por todas partes, pero lo escribo como lo siento: envidio a los catalanes. No obstante, tengo que puntualizar algunas cosas, aunque ciertamente muy pocas, porque me gusta como país, como modelo organizativo y, sobre todo, por ese sentimiento patrio que allí, como en Euskadi o Galicia han sabido no sólo transmitir de generación en generación, sino madurar y asentar, que no es lo mismo que radicalizar.

En estos momentos puedo imaginarme a muchos de mis amigos subirse por las paredes, pero estas cosas creo que hay que escribirlas por lo menos una vez en la vida para poder sentirte a gusto contigo mismo, decir eso que piensas realmente, aunque sea una locura para tu círculo más cercano, y poder decir que no te dejaste nada en el tintero cuanto realmente le tocaba salir.

Y sí, es el momento de dejar salir a la calle el debate de un estado federal, como Alemania o Estados Unidos, como Suiza y tantas otras naciones. Es cierto que a unas les va mejor, como a las mencionadas y a otras peor, como a Argentina o Venezuela que también son federaciones de estados o provincias independientes. En definitiva es un camino que España casi empezó a recorrer antes de que cualquier intento de expresión de libertad fuese sesgada por una dictadura.

Pero empezando por algo tan sencillo como significativo tal cual es una bandera. Siento envidia de ver esas caras de cientos de miles de personas que se sentían amparadas por los colores de su señera, capaces de defender y de dar no se sabe qué por ella. Igual sucede en el País Vasco, donde su bandera, al igual que en Cataluña, es un verdadero estandarte, una seña de identidad que les llena realmente. En definitiva algo que no sucede en este país, donde sólo se saca la bandera y a duras penas, en los partidos de fútbol y en las plazas de toros. Y esa, señoras y señores, era otra España.

El actual Gobierno de España se ha ganado a pulso, con sus luchas internas y constantes guiños a su sector más radical, que existan dos sentimientos mayoritarios en este momento hacia esa figura que debería regir el camino de todos, el menos malo es la apatía, pero el peor de todos es la desconfianza.

Vivimos en un país crispado por la sensación de un fraude electoral sin precedentes, en el que se votó justo lo contrario de lo que se hace, una elecciones en las que se buscó una salida a una crisis que no terminaba para llegar a un escenario de rescate al que nos llevan quienes tenían las grandes soluciones. Más de tres millones de puestos de trabajo llegaron a decir que crearían en sus momentos más álgidos de euforia preelectoral. Claro, que en esos momentos la prima de riesgo llegaba a cotas inasumibles, según el PP, superior a los cuatro puntos, cuando llevamos instaurados en los cinco puntos de diferencia respecto al bono de la “federación alemana” meses y meses.

La manifestación vivida esta semana en Cataluña, más que una prueba de fuerza es sencillamente una demostración de lo que siente, aspira y quiere Cataluña. Ojalá en Andalucía existiese esa identidad nacional tan definida, pero no la hay y eso me genera enormes dosis de envidia, sana, pero envidia.

Mariano Rajoy sembró vientos en la oposición y sus compañeros de partido han azuzado continuamente aquello que hoy se recoge como tempestad.

Quizás, en unas elecciones anticipadas, no sólo tendría que decidirse qué modelo es el que queremos para salir de la crisis sino también con qué modelo de Estado queremos hacerlo."

#437

Re: Con la independencia del País Vasco y Cataluña,

aquí tienes la carta que se publicó como respuesta. (traducida con Google, perdón si la gramática es justita)

Cartas | 14/09/2012 - 11:42h
JOSEP MARIA SÒRIA
Periodista

El otro día, La Vanguardia.com publicaba una interesante carta del señor Oriol Puig explicando las razones por las que no había ido a la manifestación del Once de Septiembre en Barcelona. Quiero decir que me pareció un escrito sincero y muy interesante en cuanto a las razones expuestas, con muchas de las cuales estoy de acuerdo.
Permítame hacerle una exposición personal. En la plaza del Lápiz, donde estaba acompañado de parientes y amigos, me encontré una persona a la que hacía mucho tiempo, quizá diez años, que no veía. Un amigo de la infancia que me conoce bien, por qué me dijo, con un tono de extrañeza, y tú que haces aquí? Tenía razón me hacerme esa pregunta. Yo qué hacía allí, acompañado de cientos de miles de banderas independentistas y tras una pancarta que decía "Cataluña, un nuevo estado de Europa?" Quien me conoce, como aquel amigo de la plaza del Lápiz, sabe que he sido un defensor del encaje de Cataluña en España. El hemeroteca de este estimado diario donde he trabajado muchos años está lleno de escritos míos en este sentido. Pero también hay uno, diría que en los alrededores del cambio de siglo, mandando el señor Aznar, donde me preguntaba si realmente en España me quería tal cual soy. No soy nacionalista, por mi formación internacionalista, pero tampoco me siento español y no me da miedo la independencia, decía, ¿por qué la he mamado desde muy pequeño. Cada uno somos como somos y venimos de donde venimos. Y terminaba diciendo que, si no realmente España no me quiere como soy, a mí me desapuntin.
En estos últimos diez años han pasado muchas cosas y mi percepción ha sido que no hay manera de resolver la cuestión del encaje de mi tierra con España. He recordado a menudo el célebre discurso de Ortega y Gasset en las Cortes españolas del año 1932, cuando dijo que la relación conflictiva entre Cataluña y España no tenía solución y que lo máximo que se puede hacer es "conllevarla" entre unos y otros. La conllevancia, como se conoce en todo el pensamiento de dicho filósofo respecto de la cuestión que estamos tratando, ha dado vueltas por mi cabeza todos estos años, mientras constataba hasta qué punto lo que yo presentía, que no me quieren como soy, se iba haciendo cada día más evidente y que la forma en que era tratado, por la única razón de ser catalán, me marginaba hasta el ahogo. No le señalaré las razones de esta constatación. Pienso que todo el mundo las conoce y son aún muy recientes para olvidarlas. Es cierto que nosotros quizás no hemos estado a la altura de las circunstancias y hemos cometido errores estúpidas. Nunca, cuando dos entran en conflicto, la responsabilidad es de uno solo. Pero también es cierto que los medios de unos y otros no son los mismos y ni dicha conllevancia parece posible. Lo que ha pasado estos años con el Tribunal Constitucional es un buen ejemplo.
Cansado y decepcionado por todo lo que ha pasado, fui a la manifestación consciente de que era un encuentro independentista. No sé si la independencia de Cataluña es la solución. Las reservas que expresaba la carta del señor Oriol Puig las comparto. Pero en todo caso estoy seguro de que lo que venga, será mejor para todos. Por mis amigos españoles y para los catalanes. Fui a manifestarme, y me encontré muy bien y con una ilusión renovada. Y además, recuperé un amigo.

#438

Re: Con la independencia del País Vasco y Cataluña,

además del escrito, los comentarios también son interesantes

#439

Re: Con la independencia del País Vasco y Cataluña,

Este periodsta demuestra no tener ni idea de donde está el origen de nuestros problemas... Cambiar el modelo de Estado, con la clase política que tenemos actualmente, sería un fracaso garantizado.

Saludos

#440

Re: Con la independencia del País Vasco y Cataluña,

Bueno, según deduzco de tus palabras, eres joven y dices que bastante preparado como para no ser manipulado, y según tus descartes ideológicos parece que eres de la izquierda nacionalista. Una verdadera contradicción, porque la gente de izquierda suele ser internacionalista y solidaria, de la que mira mucho más lejos del campanario de su pueblo (aunque sea el de la Sagrada Familia). Sin embargo, tú divides a los habitantes de España entre “ellos” y “nosotros”. “Ellos” (los españoles, como tú dices), como si Cataluña perteneciera a los países Bálticos, y “nosotros” (los catalanes, por supuesto), aunque más de la mitad ya no sois “de soca pel” (de pura cepa).

“Decidle a vuestros políticos que no os tomen el pelo, que por hablar catalán no sois distintos.” Eso lo dice en este foro el colega “Diurdu” en la entrada núm. 349, con más razón que un santo y en el mejor post que desde mí punto de vista se lleva escrito sobre este ya largo y agotador tema.
https://www.rankia.com/foros/economia-politica/temas/1461729-independencia-pais-vasco-cataluna?page=44

Por otra parte, Jordi Argelaguet, Director del Centre d’Estudis de Opinió (CEO), dice que “El independentismo reúne gente con recorridos biográficos sociales muy diversos, y aunque predomina el de origen catalán, ha penetrado también en los castellanohablantes, sobre todo en los más jóvenes”.
Bien, pues aquí estamos ante un caso típico y digno de estudio: tu propio caso. O sea, el de un joven castellano-parlante imbuido de un excesivo “papismo” (ser más papista que el Papa), que es lo que al parecer han conseguido que abunde bastante por ahí los políticos nacionalistas (de izquierdas y de derechas) con su política de los últimos 30 años.

Sois cientos de miles de jóvenes mucho más radicales que el propio Jordi Pujol; vamos, sin comparación. El Sr Pujol se ha pasado la vida regateando a los de Madrid, a sus compañeros de equipo y hasta al propio árbitro. Vamos, ni Messi, Porque todo esto que os pasa viene de aquella frase lapidaria que pronunció hace más de 20 años: “Catalán es todo el que vive y trabaja en Cataluña”. No es listo el tío ni ná. Un genio de la MANIPULACION. Así, de aquellos polvos estos lodos: o sea, vosotros mismos, una juventud neo-catalana ara lo que le echen.

Pero, en el fondo, puro teatro. Porque quien tiene que darle el OK a Artur Mas para que siga tensando la cuerda de ese seudo-independentismo o taparse y limitarse a coger el cheque que le va a tender Rajoy para llegar a fin de año, son los 30 ó 40 representantes de las 400 familias de la Alta Burguesía Catalana, los que de verdad “tallan el bacallá”, por ejemplo, en palco del Nou Camp. Esos y sus monaguillos son tus verdaderos adversarios políticos, tan intolerantes con tus solidarios principios (si de verdad eres de izquierda), así como TODOS sus amigos de Madrid y de la periferia que tanto se han aprovechado de esta crisis provocada por ellos mismos para destrozar a la clase media de TODOS los territorios de esta España del fracasado cachondeo autonómico. Esos que solo van a la suya y a pillar todo lo que puedan, y les importan un carajo que tú te sientas independentista o forofo del C.D. Alcoyano.

Pd.- Respecto a la comparación que haces entre que se reunieran de tapadillo y tomando unas cañas PP y PSOE para reformar el artº 135 de la Constitución para atender al déficit antes que nada aunque la gente se muera de hambre comparado, con que se pueda convocar una consulta en TODA ESPAÑA (incluida Cataluña) para revisar los Artículos 1 y 2 (o sea, toda la Carta Magna) porque una parte de los habiyantes de Cataluña quiere la secesión, no se lo cree, de verdad, nadie. Ni harto de cava.

S2