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Las apariencias engañan: la misión empresarial

En el post en el que comentaba los motivos últimos que animan a la Banca a financiar a los promotores, Eguzkialde, siempre certero y listo para matizar, vino a decir que si, que todo eso esta muy bien, pero que el Negocio de la Banca consiste en tomar y prestar dinero, cobrando por ello. Yo en parte le di la razón, aunque no veía que incongruencia había con mi planteamiento. Y es que el financiar a los promotores era usado para tomar y prestar dinero, con más volúmen, con más facilidad y con mejores margenes. Evidentemente también con más riesgo que financiando únicamente hipotecas finales a particulares. Pero en todo caso, estaba claro su papel coadyuvante a la finalidad clásica del negocio bancario.
El problema es que hace tiempo que no tengo claro que esa sea la finalidad, la esencia, el corazón del negocio bancario. Por cierto que hablar de modelos de de negocio o de modelos de generación de ingresos esta de moda en la Red. Eso esta bien, porque aquí, de lo que se trata es de ganar pasta y de garantizar la supervivencia de la empresa como organismo. No de dar un pelotazo o de satisfacer nuestro narcisismo tecnológico o de gestión.
Y para explicar mis dudas, pondré algunos ejemplos de otros sectores donde la visión clásica de su modelo de negocio, inspirado directamente por su misión empresarial, ha cambiado radicalmente, al menos para mi.
Tenemos el sector de las grandes superficies. Hablo del Carrefour, del Pryca, del Mercadona. Si aplicásemos la visión de Eguzkialde estaríamos hablando de un negocio eminentemente mercantil, donde se busca comprar y vender bienes de consumo, cobrando por ello, of course. Y es posible que hasta finales del siglo pasado fuese así. Hoy por hoy no sería tan tajante. Si, el negocio mercantil es la excusa, el sustento, la infraestructura, que da soporte a negocios mucho más elaborados, más dificilmente atacables. Voy a señalar fundamentalmente 3:
  1. Financiero: Debe ser de los pocos sectores con un periodo de maduración negativo. O traducido al cristiano. Que cobra la mercancía mucho antes de la que lo paga. Son auténticos maestros en conseguir e imponer los mejores plazos de pago a sus proveedores, así como claúsulas que hacen que, muchas veces, la mercancía en la práctica este en mero depósito. Los centros comerciales cuentan con ingentes cantidades de dinero fruto de estas técnicas. Dinero que les permite autofinanciarse, dinero que les permite emitir sus propias tarjetas de crédito al amparo sus propias Entidades de Financiación al Consumo. Tanta liquidez tienen que han pasado a ofrecer directamente préstamos al consumo desligados de la financiación a sus propios productos. Tanta liquidez atesoran que han intentando conseguir fichas bancarias. En España la respuesta del regulador ha sido negativa.
  2. Inmobiliario: Los centros comerciales crean tejido comercial allí donde apenas había un páramo o ruinas industriales. Los terrenos son relativamente baratos en comparación con lo que costaría el equivalente en el centro de la ciudad. Las grandes firmas se hacen a bajo coste (relativo) con los mismos, y dan lugar a autenticas avenidas comerciales, con plazas de parking y mil y un servicios. Todo ello, ayudado por el efecto motor de la gran superficie de alimentación que es el corazón del sistema, genera tráfico de clientes. Muchísimo tráfico. Se convierte así en el sueño de muchas franquicias. Miniciudades con un ambiente controlado, clónicas, donde poder expandir su modelo de negocio sin las limitaciones derivadas de la naturaleza de los cascos urbanos. Evidentemente, todo ello se cobra a precio de oro. La explotación de esos centros comerciales, los ingresos generados por los alquileres y otros conceptos complementarios que se cobran a los comercios arrendados, son un un caramelo golosísimo.
  3. La información: Y me refiero a la información en materia de consumo. Los centros comerciales, utilizan tarjetas de crédito, o de fidelización, que les permiten, con modernas técnicas estadísticas (el término clave es data mining) realizar retratos robots de los distintos tipos de consumidores, de sus hábitos de consumo, y a través de ellos de su modo de vida. Así como los dos primero tipos de negocio están sobradamente explotados por las Grandes Superficies, este último aún se encuentra en los umbrales de su explotación comercial. Tiempo al tiempo.

Por tanto, reducir el negocio de la gran distribución a un tema mercantil es algo que, en mi opinión, pertenece al pasado. Lo mercantil, en ocasiones, es una excusa. ¿Qué es Carrefour, una empresa de distribución o financiera?, ¿o quizás inmobiliaria?

No es el único sector donde se están produciendo estos cambios. Otra tendencia imparable es la conversión de las empresas industriales en empresas de servicios. Un ejemplo se puede observar en la web de Renault. Tradicionalmente el negocio de esta firma podría resumirse en vender coches. Y sin embargo, si examinamos con detenimiento su oferta (como la de otros fabricantes), lo que nos están prestando es un servicio de movilidad. Se trata de que siempre tengamos a nuestra disposición un medio de transporte, que nunca nos quedemos parados. Todo ello materializado en un objeto (o más de uno) pero donde lo que importa es el servicio para cubrir este fin último. Los tradicionales optarán por la propiedad y los contratos de servicios ad hoc. Los más extremos por el renting. Puede parecer una broma, pero la tendencia hacia la desmaterialización, hacia la desindustrialización esta ahí. Y es que en la medida que se incorporen los chinos y otros países en desarrollo, competir en producto industrial carecerá de sentido. La clave es servicio, más allá de la mera venta de coches.

¿Y la Banca? Lo dejaremos para un próximo post. Y es que ya le dije a Gurus que su post me había dado una idea para una continuación en mi Blog. Post que tiene una relación íntima con el tema tratado.

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  1. #5
    17/01/08 18:57

    Jean Paul, muy buena la frase. Me la apunto.
    Julen, es cierto que aferrarse a un core business que se hunde es uno de los errores más frecuentes. En la Margen Izquierda, o en muchas Minas de Asturias, se puede contar mucho sobre ellos. Respecto a los Bancos es cierto que olfatean la pasta, y creo que ese es su trabajo. Eso si hay tiburones blancos y pequeños escualos.
    Joaquim, eso es solo el principio. Es aterrador y fascinante lo que se puede hacer con los datos y las matemáticas.
    Eguzki, cierto, se crean minicuidades. Pero más allá de si nos gustan o no nos gustan, alguno debería analizar la causa, cuál es el fracaso de las ciudades y pueblos que compiten con estas nuevas realidades urbanas.

  2. #4
    16/01/08 10:33

    Hola Echevarri; como siempre la realidad , la verdad , se encuentra en las profundidades.Cuando más profundizas , más conoces la realidad y por tanto más cerca estás de la verdad última.Que por cierto sólo hay una.Por tanto todo depende de la profundidad que adquieres en el tema escogido.Yo tambien me quedo a medio camino , pero me conformo si el camino elegido es el correcto y además voy en el sentido correcto de la circulación; no únicamente porque otros lo hagan sino porque coincido em primer lugar conmigo mismo.Que ya es mucho coincidir.
    Lo mismo pasa con los centros comerciales a parte de su actividad cotidiana , tienen las que acabas de describir.Considero que la verdadera misión empresarial debería de consistir en lo que se ha llamado creación de valor; yo le añadiría la coletilla de socialmente.
    Que no deja de ser otra cosa que devolver a la sociedad más que lo que han cogido de ella.
    ¿Lo hacen los centros comerciales?
    Tengo severas dudas.Y si lo hacen, dudo que lo hagan equitativamente.De todas formas tampoco voy a negar que como consumidor me aprovecho de la oferta de productos que me ponen a la altura de mis narices en el lineal.
    En estas pseudociudades sólo veo que falta la iglesia o una sinagoga que mí me da igual y el ayuntamiento junto con toda la corporación , de estos no voy a decir nada(porque podría afectar al precio de la carne porcina)...ah .....que se me olvidaba , la estafeta de Hacieda.
    Así tendríamos una verdadera ciudad.
    ¿Y todo esto hace falta?
    Pués como dijo Trillo: MANDA COJONES.Porque esta sí es la realidad que estamos contruyendo.

  3. Top 100
    #3
    15/01/08 16:13

    Como mínimo hay una cadena, pionera en el uso intensivo de la tarjeta de fidelización y en la compra online, que explota estos datos para (por ejemplo) determinar diferente precio para el mismo producto en cada tienda. Impresiona la información que llegan a acumular y cruzar de nuestros hábitos de compra: productos, movilidad, fechas...

    Salu2

  4. #2
    Anonimo
    15/01/08 07:34

    Yo creo que en el momento actual una de las vías para generar competitividad en las empresas es estar dispuestas a que el ingreso pueda venir no de sus negocios tradicionales. Quiero decir con esto que veo muchas empresas que no atienden oportunidades evidentes de negocio porque "no forman parte de su core business" (que de tanto oírlo ya cansa).
    Y los bancos, ¿qué problema tienen? Que de tanto ganar y de tanta (insana) ambición, acaban muy alto en el ranking de reclamaciones de usuarios en las oficinas del consumidor. Estos negocios -los de los bancos- sí que son en general espabilados para ver dónde se mueve dinero. Les da igual cuál sea el sector, si el río se revuelve seguro que lleva peces. Y allá van. Dinero es dinero.

  5. #1
    Anonimo
    14/01/08 21:54

    Saludos a todos,

    este post me ha recordado mucho una frase que el presidente de McDonald´s Harry J. Sonneborn dijo hace unos años:

    "Nosotros estamos en el negocio inmobiliario. El único motivo por el que vendemos hamburguesas es porque es el mayor generador de ingresos para que nuestros franquiciados puedan pagarnos el alquiler."