Acceder

Yo también soy Charlie. Libertad de expresión y religiosa, blasfemia, fascismos

El atentado contra el equipo de Charlie Hebdo (incluidos los policías que trataban de proteger a los redactores) invita a realizar una serie de reflexiones sobre diversas cuestiones: los límites de la libertad de expresión; el alcance de la libertad religiosa; el uso de la violencia y cómo evitarla; las razones de esa violencia; las reacciones contra el terrorismo.

La libertad de expresión
Bajo el título “El derecho a blasfemar”, el profesor de Derecho Constitucional de la Universidad de Oviedo Miguel Presno Linera hace un breve e interesante estudio sobre este derecho constitucional, con referencias a algunos pronunciamientos judiciales y a algunas previsiones legales un tanto chocantes. Coincido en todo con su defensa de esta libertad fundamental como elemento transcendental de la democracia que no debe quedar limitado por la conformidad de las manifestaciones realizadas por cada cual con las opiniones, ideas o creencias propias o de la mayoría social.
Ahora bien, toda libertad o derecho puede entrar en conflicto con otros derechos. Así, en particular, la libertad de expresión frecuentemente entra en conflicto con el derecho al honor de otras personas; en cualquier base de datos de jurisprudencia pueden encontrarse innumerables sentencias que se resuelven demandas civiles o querellas penales presentadas por personas que se sienten agraviadas por lo manifestado por otros; se condena por el delito de calumnia a quien realiza manifestaciones que suponen atribuir falsamente a otro la comisión de un delito; se condena por injurias a quien realiza actos o manifestaciones dirigidos a lesionar la dignidad de otro, menoscabar su fama o atentar a su propia estima; en román paladino, a quien insulta o difama a otro, entendiendo por difamar incluso la difusión de información veraz con el ánimo de perjudicar la fama del interesado si ello no tiene interés público. Se impone a los autores de manifestaciones que afectan al honor de otros que les indemnicen por el perjuicio moral causado cuando esas manifestaciones exceden el derecho a la libertad de expresión, en una compleja casuística cuyo desglose sería excesivo para el propósito de esta entrada del blog. Baste decir que en el campo de la dialéctica política, entendida en su más amplio sentido, se entiende con carácter general que la libertad de expresión prevalece sobre el derecho al honor.
Existen sin embargo algunas excepciones un tanto incongruentes, como el caso que señala Miguel Presno de la quema de la bandera, que es delito en España pero que los tribunales han considerado lícita en un país que tiene tan arraigado el patriotismo como Estados Unidos. También se considera delito en España insultar al Rey en cuanto tal, lo cual tiene una evidente connotación de posicionamiento político que en cuanto tal me parece más que discutible que debiera ser sancionado.

Libertad de expresión vs libertad religiosa.
Más en relación con el criminal suceso que motiva esta entrada, la libertad de expresión puede entrar en conflicto con las creencias o sentimientos religiosos. Miguel Presno señala algunos casos recientes vividos en España que muestran este conflicto: el proceso penal abierto a Javier Krahe por un vídeo denunciado como atentatorio contra los sentimientos religiosos de los cristianos (fue absuelto); o la injustificable prohibición de las procesiones ateas, prohibición que desconoce la doctrina del Tribunal Europeo de Derechos Humanos que reproduce el mismo profesor: (asunto Plattform Ärtze für das Leben c. Austria): “sucede a veces que una determinada manifestación molesta o irrita a personas contrarias a las ideas o reivindicaciones que promueve. Sin embargo, los participantes deben poder celebrarla sin temer los posibles actos violentos de sus oponentes, ya que este temor podría disuadir a las asociaciones o a grupos que defienden sus opiniones de expresarse abiertamente sobre cuestiones palpitantes de la vida de la sociedad… la libertad real y efectiva de reunión pacífica no se reduce a un mero deber de no injerencia por parte del Estado; requiere, a veces, medidas positivas”.
Al final de su artículo, Miguel Presno cita un estudio jurídico de la Catedrática de Derecho Civil de la Universidad de Santiago Mª Paz García Rubio sobre el conflicto entre libertad artística y sentimientos religiosos, publicado como comentario del caso de Javier Krahe. Ese estudio describe algunos casos históricos en que se produjo este conflicto, desde un cuadro de Veronese hasta exposiciones artísticas muy modernas, pasando por las Majas de Goya o la película La última tentación de Cristo. En la pag. 19/57 señala que ni las declaraciones internacionales de derechos humanos ni las constituciones de las democracias avanzadas recogen como contenido del derecho de libertad religiosa que las propias creencias deban ser respetadas por los demás o una protección frente a ofensas por terceros, lo cual no quiere decir que cualquier manifestación pueda ser lícita: se ha propuesto una distinción entre expresiones ofensivas que atacan a la religión y expresiones ofensivas que se dirigen a determinados grupos religiosos; las primeras estarían amparadas por la libertad religiosa de quien las formula (y por ello, en el caso de Javier Krahe lo que habría sería un atentado a la libertad religiosa del propio Javier Krahe por ser denunciado y enjuiciado en vía penal); las segundas no serían admisibles en tanto puedan conducir al odio religioso o el racismo: los ataques antisemitas o antimusulmanes, p.ej. Resume luego cuatro argumentos para defender la libertad de expresión en este contexto: como herramienta para el descubrimiento de la verdad; como medio para el pleno desarrollo de la personalidad individual; como instrumento de participación democrática; y como límite a la intromisión del poder en la libertad de los individuos. Sigue con la exposición de una sucesión de casos enjuiciados por el Tribunal Europeo de Derechos Humanos que muestra una evolución desde unos pronunciamientos iniciales muy controvertidos y criticados, con votos particulares disidentes, que parecían reflejar los criterios de una sociedad fuertemente religiosa, hasta unas últimas sentencias ya más acordes con la libertad religiosa y la de expresión en el seno de una sociedad democrática y laica o, al menos, aconfesional. Señala luego que en el Derecho español, el art. 525 del Código Penal castiga el delito de escarnio, que protege según unos autores la religión misma o el sentimiento religioso de un grupo o una persona; según la doctrina mayoritaria, protegería el derecho a la libertad religiosa de cada persona; esto resulta contradictorio con la delimitación del propio derecho fundamental de libertad religiosa, en cuanto que, según queda expuesto más arriba, no incluye la protección frente a las ofensas por parte de terceros. Continúa el artículo con un resumen crítico de la sentencia absolutoria de Javier Krahe, destacando positivamente la presentación de las creaciones satíricas y provocadoras como parte de la libertad de expresión. Luego hace una presentación de la cuestión en otros países europeos, con cita entre otros de la fatwa que condenaba a muerte a Salman Rushdie y de las caricaturas de Mahoma publicadas por una revista danesa. En fin, la autora se muestra partidaria, en línea con la doctrina mayoritaria, de no penalizar la blasfemia, el escarnio ni otras ofensas a los sentimientos religiosos (salvo que incurran en algún otro tipo penal); muestra además que su penalización tiene un efecto disuasorio de la creación artística en cuanto que induciría a los artistas a crear obras que estén conformes con los sentimientos mayoritarios en la sociedad para evitar sanciones; al mismo tiempo que tiene un efecto contrario al que se pretende con la sanción, que es presentar al artista como mártir dándole mayor notoriedad.
Un buen ejemplo de este efecto que expone la profesora García Rubio lo constituye la notoriedad que han alcanzado las Pussy Riot merced a la desproporcionada reacción del régimen autoritario de Vladimir Putin ante su actuación de denuncia provocadora en una iglesia, que ha llevado a convertir a este grupo en adalid mundial de la libertad de expresión y religiosa, cuando de no haberlas perseguido y condenado como criminales seguramente no habría pasado de ser un grupo disidente local.
Otra modalidad de ejercicio de la libertad de expresión en forma de provocación ofensiva a postulados establecidos, asociados a una sociedad patriarcal, machista y de dudosa calidad democrática, es el de Femen.
 
El valor político de la sátira.
Habitualmente se reconoce el valor de la crítica satírica, ácida, corrosiva, provocadora, para desafiar prejuicios, posturas o creencias afianzadas en la sociedad o en la cultura política induciendo al debate y a replantearse su razón y legitimidad; incluso para forzar la autocrítica en personalidades de la política, la sociedad, la cultura o el deporte; así, constituye un acicate, a menudo desagradable, obsceno, poco elegante, para cuestionar el estatus de instituciones, personas o ideas y facilitar la renovación de unas y otras. De la  misma forma que la ciencia progresa mediante el falseamiento de las hipótesis de partida, la sociedad avanza y se transforma mediante el diálogo y confrontación entre ideas, diálogo que puede plantearse en los términos más agrios.
Entre las instituciones, personas, ideas o creencias a cuestionar, no existe motivo para excepcionar las de orden religioso. Y no sólo porque el debate sobre las creencias religiosas puedan contribuir a la depuración y el progreso de postulados éticos (por mucho que se quiera plantear una dicotomía artificiosa e interesada entre religión o ética, cómo si aquélla no debiera estar sujeta a ésta), a la aproximación a verdades ontológicas (acercando la religión a la ciencia), a la convivencia entre distintas confesiones; también porque con excesiva frecuencia la religión ha sido un instrumento para fortalecer el poder establecido, cuando no han coincido jerarquía religiosa y política (confundiendo así el debate religioso y el político).

El derecho a blasfemar: libertad de expresión y religiosa.
Corolario de lo anterior es que la blasfemia, en el contesto descrito, está amparada por la libertad de expresión. Es decir, siempre que no constituye simplemente y llanamente un insulto a otros, proferido con el único ánimo de ofender (caso en el que debería castigarse como delito o falta de injurias) o en la incitación al odio, a la discriminación o a la violencia por razón de las creencias religiosas, sino la expresión de una crítica a los postulados de una religión o a actuaciones de sus instituciones, la crítica acerva, incluso ofensiva, ha de considerarse lícita.
Es más, en línea con lo expresado por la profesora García Rubio referente al enjuiciamiento de Javier Krahe, creo que cabe defender que  la blasfemia forma parte del derecho a la libertad religiosa. Por un lado, hemos visto que ésta no ampara a los fieles de una determinada religión (o no-religión) frente a las ofensas por razón de su creencia, salvo que incurran en algún otro tipo penal. Por otro, la blasfemia puede constituir una forma de expresión de las propias creencias religiosas, formulada en el modo verbalmente más ofensivo, como exabrupto en reacción al carácter absurdo de los postulados de una religión (el “creo porque es absurdo” atribuido a Tertuliano, uno de los “Padres de la Iglesia”; la creencia basada en la fe, en la “revelación”, el fideísmo, frente a todo tipo de evidencia racional, propia tanto del cristianismo como del islamismo); a los crímenes cometidos en nombre de esa religión; a la acumulación de riqueza por la jerarquía eclesiástica; a los abusos cometidos por sus predicadores o sacerdotes; a su apoyo a, o promoción de gobiernos dictatoriales y asesinos;  a su defensa de una sociedad patriarcal con sometimiento de la mujer; a su resistencia al progreso de la ciencia, la sociedad, la cultura, las artes.

Sátira e intolerancia.
En este contexto, la línea editorial de Charlie Hebdo podría ser ofensiva para muchos, maleducada, chabacana; pero es aceptable en una sociedad moderna, democrática y libre. Todo dirigente, personalidad o responsable de cualquier nivel debe aceptar la crítica; y qué mejor forma de asumirla e interiorizarla haciéndola autocrítica que por medio de la sátira, del humor.
Sólo quienes son incapaces de aceptar cualquier discusión sobre sus ideas, de replantearse sus postulados, de cuestionarse sus “verdades”, rechazan la crítica satírica. Los dictadores y sus secuaces, los inquisidores, los tiranos, los déspotas, los fanáticos, carecen de sentido del humor y responden con la violencia a la crítica, incluso la humorística. Y en esto han coincidido, en el caso de Charlie Hebdo, los yihadistas y Le Pen con sus seguidores.
Compárese con su actitud la pragmática exigencia, hace algunos años, de Gaspar Llamazares a Canal + de que se le dedicase un muñeco del guiñol que le ridiculizara, para no ser discriminado frente a otros líderes políticos.

Asesinos vs mundo musulmán.
Quienes han asesinado al equipo de Charlie Hebdo no defienden una religión, una fe, una ética. Los fanáticos que ahora han asesinado a estos dibujantes asesinan sobre todo a musulmanes: en Irak, en Afganistán, en Pakistán, en Siria..., sus víctimas son principalmente otros musulmanes. Estos individuos deshumanizados matan para proclamar una autoridad, un califato, que sojuzgará a los musulmanes, acabará con todos los derechos de las mujeres, y creará un infierno en sus dominios, como ya ocurrió en el Afganistán de los taliban. Por ello, su primer enemigo es todo musulmán que no acepte su postulado inhumano, fanático, oscurantista.
Pero también asesinan en Occidente, y el crimen que ahora lamentamos es significativo en cuanto que se dirige contra quien más daño hace a los fanáticos: contra quienes les ridiculizan mediante el uso del sentido del humor, algo de lo que carecen y no comprenden esta clase de sujeto que han perdido las cualidades que cualifican al ser humano.
 
Yihadismo y fascismo.
Así, no hay que confundir a estos grupos criminales con el Islam en general, de la misma manera que no hay que confundir la Inquisición o las Cruzadas con la Cristiandad (por favor, lean Las cruzadas vistas por los árabes, para eliminar prejuicios y abrir la mente a la perspectiva del “otro”). Quienes reaccionan a los atentados que estos criminales realizan de tarde en tarde en Europa promoviendo actitudes xenófobas, islamófobas, racistas, no son mejores que ellos; son los herederos de quienes cubrieron de infamia casi toda Europa en el segundo cuarto del siglo pasado, desde Portugal a Rumanía; son los herederos de los creadores de los campos de exterminio, con prácticas similares a las que realizan los que ahora critican: quemas de libros, masacres de los grupos designados como enemigos, indignos o inferiores,  adoctrinamiento de sus seguidores para anular su personalidad y capacidad de crítica, uso de una violencia extrema, eliminación de las libertades democráticas. El líder histórico de esos xenófobos franceses luchó en defensa del imperialismo francés en Argelia, uno de los episodios más vergonzosos de la historia francesa; entonces eran los franceses quienes invadían el territorio de los musulmanes; ¿no se debería aplicado entonces a los franceses lo mismo que ahora postulan para los musulmanes?; o, a la inversa, ¿no se debería aplicar ahora a los musulmanes que residen en Francia lo mismo que los franceses que ocupaban Argelia entonces defendían? Y esto mismo cabe aplicarse a los xenófobos belgas, respecto a la ocupación por su país del Congo; a los holandeses, respecto a su ocupación de Nueva Guinea; a los españoles, ingleses, portugueses, respecto a sus extensos imperios; o a los alemanes, respecto a su ocupación de Tanzania, Namibia, Camerún o, más recientemente, la “gran Alemania” que pretendía la expansión hitleriana.
Y estas actitudes no son exclusivas de un grupo, una sociedad o una raza: se han dado a lo largo de la historia por todo el planeta y al amparo de todo tipo de religiones, incluso las seculares: lo han hecho los cristianos (inquisición, cruzadas, trata de negros, dictaduras del siglo XX...); los israelitas (masacres de Gaza...); los hindúes (matanzas de musulmanes); los budistas (en Birmania contra minoría musulmana); los comunistas (las checas, el Gulag, la Revolución cultural...), etc., etc., etc.

Educación, justicia y paz.
El antídoto contra el odio y el crimen no es más odio, no es la expulsión de los pobres, los refugiados, los inmigrantes; no son las vallas inhumanas ni las ilegales expulsiones en caliente. No se pueden poner fronteras al hambre ni a los que huyen del crimen institucionalizado. El remedio contra la violencia, la intransigencia, el miedo y el odio al diferente, es la educación, la cultura, el contacto y el diálogo entre personas, ideas y culturas. ¡VIAJEN!
Y también, muy importante, es la justicia social. El hecho de que los terroristas sean franceses (en este caso, en otros casos fueron ingleses, españoles o de otras nacionalidades occidentales) de segunda o tercera generación no se debe a que los musulmanes sean violentos asesinos por naturaleza. Se debe al desarraigo, a la exclusión social, a la pobreza. Los inmigrantes que llegan huyendo del hambre, de la dictadura criminal, de la trata de blancas, de los desastres ambientales, de la desertización, del agotamiento de sus recursos vitales hoy explotados por la industria occidental, no vienen para cometer crímenes, sino para salvar su vida y la de sus familias; con toda seguridad habrían preferido poder llevar una vida normal en su lugar de origen, en el paisaje conocido, con toda su familia y conocidos; pero han venido por necesidad vital, y se mostrarán agradecidos si son admitidos en el país de llegada; e incluso admitirán vivir en peor situación, con trabajos peor pagados y en peores condiciones laborales que los nativos, porque en cualquier caso serán mejores condiciones que las que soportaban en sus lugares de origen. Pero sus hijos y nietos ya no tienen la referencia de las dictaduras, el hambre, el crimen o la persecución de su lugar de origen; su referencia es el desequilibrio social en el país en que viven, que ya es su país, el único país que han conocido. Si no tienen acceso a una educación de calidad, a unos servicios sociales adecuados, a unas expectativas de vida equiparables a las de sus vecinos, no podrán integrarse en la vida social y política que llevan sus vecinos. No alcanzarán referencias vitales en este país y deberán buscarlas en el medio social próximo al de procedencia de sus padres: serán presa fácil para los predicadores del odio que fundamentan su discurso en la injusticia y la “depravación de costumbres” de Occidente para convertirles en soldados fanatizados del imperio que quieren crear.
Por esto, debe perseguirse implacablemente a los predicadores del odio; y facilitar educación, cultura, salidas laborales a todos los residentes en el país.

La paz es el camino.
Quiero acabar esta entrada con un himno a la paz y la concordia, un clásico con una letra que es todo un programa político y vital y cuyo autor fue también víctima de un loco fanático.

119
¿Te ha gustado el artículo?

Si quieres saber más y estar al día de mis reflexiones, suscríbete a mi blog y sé el primero en recibir las nuevas publicaciones en tu correo electrónico.

  1. en respuesta a dilbert
    -
    Top 100
    #60
    13/01/15 00:57

    No, no digo que JUSTIFICA, simplemente digo que la historia demuestra que la gente reacciona violentamente, un hecho que veo repetido una y otra vez. La violencia no se justifica, pero las personas no parecen comprender eso. Me gustaría que fuera distinto.

    Estoy de acuerdo en que el "escarnio" debe ser definido sobre una base de lo que resulta ofensivo para los grupos culturales que componen la sociedad. El objetivo es mejorar la convivencia mediante el RESPETO. Y tienes razón en que la indefinición puede llevar a leyes mordaza, que no tienen nada que ver con respeto y convivencia, sino a proteccionismo hacia el delito.

    En general burlarse de lo que es sagrado para unos, no es necesario, como en el caso de Charlie hebdo.

    Claro, hay quienes en cierto momento toman todo como sagrado, y por eso es que en 2007 sufrí bastante bullying cuando dije en foros anglosajones que los bancos les iban a hacer daño y que iba a haber desempleo en los EUA. Es que en mi deseo de ayudar no comprendía el fundamentalismo religioso de los americanos que adoran ciegamente al "mejor sistema del mundo" conocido como "the american dream". Era bastante molesto querer ayudar y advertir, y que te traten como enemigo. Al final la realidad les abrió los ojos a la manera dura.

  2. en respuesta a especuleitor
    -
    #59
    13/01/15 00:51

    Yo tampoco defiendo la libertad de expresión como un valor absoluto. Está claro que si empezamos a hacer chistes sobre la violencia a la mujer, los judíos o los homosexuales, por poner un ejemplo, la mayoría de los que estaban ayer en París se nos echarían al cuello. (siento decirlo viendo tu icono, pero no tengo una gran opinión de los je suis charlie, porque pienso que hay mucha hipocresía, en cuanto la sátira les tocase a ellos dirían 'esto es distinto').

    Lo que no tengo claro es donde poner el umbral de lo intolerable. Está claro que no donde lo colocan comstar y 8....s, pues para mí el hecho de que a alguien le moleste lo que digo no es el punto donde tengo que callarme. Que va! Ese umbral tiene que estar mucho, pero que mucho más lejos! Pero tiene que estar en alguna parte. ¿O no? No lo tengo claro, me gustaría oir la opinión de filósofos sobre este tema.

  3. en respuesta a 8........s
    -
    #58
    13/01/15 00:44

    Pero es que, según tus postulados, no podría haber libertad de expresión. Los límites, en un Estado de derecho, los marca la ley.

  4. en respuesta a 8........s
    -
    #57
    13/01/15 00:43

    Ese es tu GRAN error. La libertad de expresión COMIENZA exactamente cuando empiezas a sentirte agredido. Hasta entonces no es libertad de expresión.

  5. en respuesta a dilbert
    -
    #56
    13/01/15 00:42

    Si el problema con lo que ha escrito ese forero es que hacer escarnio de víctimas de atentados no es que sea escandaloso, o blasfemia, si sólo fuera por eso no pasaba nada. El problema es que puede ser considerado un delito de apología del terrorismo, es algo perfectamente tipificado en el Código Penal. No tiene nada que ver con este tema, algunos de los que hablan por aquí confunden términos. Por eso le preguntaba si está entonces de acuerdo con incluir la blasfemia en el Código Penal. Como bien dices, si empezamos por censurar lo que resulte incómodo o escandaloso entonces terminamos con la libertad de expresión. Lo que no quieren tener en cuenta algunos por lo que se ve es que determinadas corrientes religiosas extremistas quieren acabar con las libertades de Occidente, imponiéndonos a todos sus dogmas religiosos. El asunto es bastante serio y hay que tratarlo con propiedad, no a la ligera.

    Saludos.

  6. en respuesta a cracoma
    -
    #55
    13/01/15 00:41

    Te cito: "hay una dictadura intelectual que impone, bajo la amenaza social de la burla, del menosprecio, una vision atea de la existencia. A mi no me ha tocado, pero es la realidad objetiva. Hay una costumbre social, de no dejar que cada individuo crea como quiera. Antes era en un sentido y ahora es en otro."

    Dictadura intelectual, amenaza social, realidad objetiva, no dejar que cada individuo crea como quiera, antes era en un sentido y ahora en otro. He entendido EXACTAMENTE lo que has dicho (a pesar de mi nivel de comprensión). Otra cosa es que no lo puedas defender, porque no es cierto, y que seas orgulloso como para retractarte. De ahí la pataleta y el portazo.

    Hasta otra.

  7. en respuesta a dilbert
    -
    Top 100
    #54
    13/01/15 00:39

    Mi libertad termina donde empieza la tuya...tu libertad de expresión termina donde comienzo a sentirme agredido....un abrazo...

  8. en respuesta a Comstar
    -
    #53
    13/01/15 00:35

    A ver si lo entiendo bien: básicamente estás comprendiendo que si alguien toca determinados temas que otros consideran intocables, eso les justifica para dar una respuesta violenta. Y lo que propones es que los primeros dejen de tocar las narices (eufemisticamente 'despertar emociones innecesarias'). Vamos, que eres diametralmente opuesto a la libertad de expresión y al 'je suis charlie'.

    Lo mismo que el forero 8.....s, que habla de impedir el escarnio, como si éste fuese algo objetivo y medible, y no algo subjetivo. Algo como la 'alteración del orden público', que en el fondo es una vaguedad para darle carta blanca a un tribunal. Cuando la selección española llega con la copa del mundo 'altera el orden público'? Cuando se hacen chistes sobre Barcenas, es escarnio? En el fondo creo que vuestra postura lleva a la mordaza impuesta mediante tribunales, o a la autocensura, que casi es peor.

    Me irrita ver a toda esa gente en la manifestación que luego en sus respectivos países son durísimos con los periodistas y humoristas, en particular a Rajoy. ¿Por qué Je suis Charlie? Más bien Je suis el jueves, o je suis Krahe!

  9. en respuesta a cracoma
    -
    #52
    13/01/15 00:30

    A lo mejor es que tú no te explicas bien, porque yo he interpretado lo mismo que dilbert. Podrías mirar dentro de ti en lugar de responsabilizar tanto a los demás. Es sólo una sugerencia, ¿eh?

    Buenas noches.

  10. en respuesta a dilbert
    -
    #51
    13/01/15 00:26

    Perdona, pero no has comprendido absolutamente nada de lo que he escrito. No creo que nos podamos entender. Si quieres a alguien de tu nivel de comprension, vas a tener a muchos candidatos. Disfruta con otros del dialogo.

    Hasta otra

  11. en respuesta a cracoma
    -
    #50
    13/01/15 00:21

    Me parece alucinante que quieras comparar la 'dictadura' que hacía la sociedad y el clero en los tiempos del monopolio católico, a la situación actual de libertad religiosa en la que la mayoría social es atea, agnóstica o vagamente cristiana. Antes se machacaba muy directa e intensamente a quien se saliera del guión. Ahora puedes hacer lo que te da la gana. Hombre, a alguien le puede sorprender que creas en un señor del espacio con superpoderes, pero nada más. Si vas en contra de la corriente social mayoritaria tienes que admitir que te miren un poco raro, pero eso no es 'opresión social' hombre. Eso es cuando te despiden, te excomulgan, no dejan enterrarte en el cementerio, no te dejan acceder a trabajos ni a becas, tu y tu familia sois rechazados, despreciados, marginados y atacados. ESO es lo que se hacía en los tiempos de la supremacía católica con los 'diferentes'.

    Lo que dices de la 'dictadura' no es una 'realidad objetiva', es que directamente es falso. Y conste que la libertad que disfrutamos ahora (si, los religiosos también) la han ganado valientes ateos/agnósticos, enfrentandose a la jerarquía católica y a su brazo político, y pagando un precio enorme por ello. Por eso ahora me parece mentira, y hasta indignante, que digas que la situación es la misma pero al revés. Es una mentira objetiva.

  12. en respuesta a especuleitor
    -
    #49
    13/01/15 00:09

    Además, la apología del terrorismo es un delito penado por la legislación española. ¿Estás también en contra de esto? Y ahora en serio, ¿de verdad piensas que en España se debe introducir la blasfemia como delito en el Código Penal? Porque este es el debate, y es lo que pretenden los fundamentalistas religiosos.

  13. en respuesta a Comstar
    -
    #48
    13/01/15 00:06

    Yo no veo sagrado nada de nada, esa es una palabra inventada por una ideología totalitaria para someter y coaccionar la libertad de los demás. Y en caso de que haya algo sagrado, lo será para los que crean y militen en esa religión, no para los demás (que no nos tienen que imponer nada, y mucho menos el no poder dibujar, o escribir). También era blasfemo para el cristianismo hace siglos decir que "Dios no existe", y mataron a mucha gente por ello, pero hoy día a nadie se le ocurre prohibirle decir esa afirmación a nadie. Creo que me he explicado, ¿no?

    En cuanto a intentar justificar un hecho de la violencia y crueldad de la semana pasada sólo porque un dibujante ejerció su derecho a reflejar en papel y lápiz a un personaje histórico como Mahoma... Me parece lamentable, aunque por suerte vives en un país como España y puedes ejercer aquí tu derecho a la libertad de expresión.

  14. en respuesta a especuleitor
    -
    Top 100
    #47
    12/01/15 23:53

    Para el religioso es tan ofensivo que se burlen se lo que es sagrado para él. Y para el americano o el español las victimas del atentado son sagradas. Y la ofensa contra estos parece invitar muy efectivamente ala violencia. La ofensa de Charlie Hebdo empujó a los sujetos a matarles. El 11S empujó a EUA a matar a 89 mil civiles inocentes en Irak para eliminar los "safe havens", siendo que los atacantes venían de Arabia Saudita y Pakistán (a alguien se le movió la brujula y nadie parece haberse dado cuenta). El 11M empuja a Españaa meterse en una guerra que no es suya.

    Evidentemente tu ves una cosa más sagrada que otra, pero igual todas esas formas de ofensa invitaron gente a participar de la violencia.

  15. en respuesta a especuleitor
    -
    Top 100
    #46
    12/01/15 23:36

    Arzobispado de Granada... Que desperdicio de papel.

    Mi libro se llamaría "cásate y se una revolucionaria" y trataría de cómo evitar lo que Erich Fromm llamaba el modelo de "dominiantes y dominados" que es el opuesto a tratarse con igualdad y respeto. Igualdad no quiere decir que la mujer deba hacer todo lo que hace el hombre, esencialmente aspirar a ser hombre y hacer lo que los hombres hacen, porque así no es.

    La igualdad significa sentirse cómodos, tratarse bien, que nada cuesta. Es algo tan simple, pero tan revolucionario, porque los esquemas que legitiman las interacciones enfermizas son tan comunes. Miras las canciones y todo habla de "sin ti no puedo respirar, sin ti no puedo vivir". Entonces no ama, sino que necesita tan urgentemente del ser amado que no tiene tiempo de amarlo.

    En la de menos escribiré un post dedicado a "la revolución en casa". Es una revolución no politica, sino vivencial. ¡¡Viva la revolucion!!

  16. en respuesta a Comstar
    -
    #45
    12/01/15 23:33

    Por cierto, me parece fuera de lugar que compares el dibujar a una persona (sea profeta, político o ingeniero) con mofarse de las víctimas de un atentado terrorista. Allá tú con lo que escribes en este foro.

  17. en respuesta a Comstar
    -
    #44
    12/01/15 23:30

    Pues sí, aunque no te gustara pero eso es libertad de expresión.

    Por cierto, eso mismo es lo que proponen libros como el Corán o la Biblia, no me hagas repetir pasajes que creo que ayer te transcribí uno de la epístola a Timoteo bastante esclarecedor.

    Por cierto, ya hace un par de años se editó un libro, "Cásate y sé sumisa", precisamente por el Arzobispado de Granada. Me parece lamentable, pero forma parte del derecho a la libertad de expresión y no me gustaría que nadie quemase ese libro en la hoguera, o que asesinase a su escritora o a sus editores, o que simplemente lo prohibieran. El que quiera que lo compre o que lo lea, allá él/ella.

    Saludos.

  18. en respuesta a Comstar
    -
    Top 100
    #43
    12/01/15 23:27

    Así es y más aún ...algunos usan el escarnio de hace siglos para escarnizar en el presente.... Un abrazo...

  19. en respuesta a 8........s
    -
    Top 100
    #42
    12/01/15 23:23

    Precisamente. Cuando la gente habla de escarnio siempre dice "yo victima de escarnio", apunta con el dedo al otro y aprovecha eso para agredir.

  20. en respuesta a Comstar
    -
    Top 100
    #41
    12/01/15 22:36

    Ya ves que curioso...vamos a mofarnos de los pobres y los satiricemos ....es curioso ...los límites tal vez del sadismo y la indolencia están más próximos según creamos o no en la declaración que eleanor promovió antes de ayer y en que parte de su articulado me defino como más o menos próximo a la xenofobia al racismo o al ...ya sabes...un abrazo...