Hay que tener en cuenta en que la sociedad actual conviven personas que han vivido bajo un régimen y tipo de vida con otros con otro enfoque. Las personas más ancianas se cuentan entre las primeras y viven de sus ahorros, las pensiones de jubilación y viudedad y de otro tipo de rentas. Es curioso que se hable de feminización de la vejez cuando los que mueren antes son los varones ( podríamos hablar de masculinización de la mortalidad ) y dejan al conyuge con la pensión de viudez y/o herencia. Estos casos coinciden con aquellas parejas que vivían con roles tradicionales en los que el varón ejercía de protector y proveedor y la mujer de gestora y ama de casa, por tanto con cotizaciones escasas por vida laboral más corta en el caso de la mujer. En las generaciones más jovenes que viven bajo un nuevo régimen y sin unos roles tan definidos la situación cambia: hay menos matrimonios estables ( en consecuencia divorcios, pensiones o cargas de manutención parental y/o reparto de custodia de la progenie ), hay menos hijos por unidad familiar, nuevos tipos de unidades familiares, las cargas familiares y responsabilidades se reparten en general y hay más carga fiscal en general.
En España no era muy común tener una planificación de inversión o gestionar a largo plazo, pero sí había una cultura de ahorro o "sentido común", debido a que esa responsabilidad descansaba en el Estado y en el sistema de pensiones.
La diferencia salarial se puede explicar por la elección del puesto de trabajo, carrera profesional ( aunque actualmente hay mucha más oferta de trabajadores que demanda de asalariados ) y elecciones personales, no por ningún tipo de discriminación de género ( por otro lado ilegal segun legislación )
Desde hace años, con el estallido de la burbuja y la crisis, la población en general ( sin distinción de género ) reconoce la importancia de evitar el endeudarse, el ahorrar y planificar el futuro.
Es cierto que las mujeres son más prudentes a la hora de invertir en general, aunque la rentabilidad tambien puede venir de gestionar el riesgo, a más riesgo más rentabilidad como ya es conocido, por tanto mayor recompensa en caso de éxito. La fecha del estudio ( 2009-2010 ) coincide con las tensiones en la deuda soberana de los paises europeos, que aumentó su rentabilidad ante el riesgo de fractura en la eurozona, y de alta volatilidad en la bolsa en general.
Seguramente la Ley de Dependencia podría contemplar el incluir familiares como trabajador con su cotización correspondiente, si no lo hace ya.
Personalmente soy contrario a la petición de la autora, discriminando a aquellas personas que optan por continuar su carrera laboral destinando los recursos obtenidos a beneficio propio presente o futuro, o para cuidado de esos familiares sin transladar la responsabilidad al resto de la sociedad o al Estado, cada persona adulta ha de ser responsable de sus propias acciones y consecuencias, no son niños que están a cargo y responsabilidad de otra persona.
La conclusión del artículo se establece en medio de un cambio de generaciones con roles tradicionales a generaciones sin rol fijo, que influyen en los datos aportados al final. No hay discriminación económica por sexo desde que se inició un cambio en la sociedad, con una legislación que condena dicha discriminación y con otros criterios, se garantiza la igualdad de oportunidad y ante la ley, no la igualdad de éxito.
Hace unos años se realizó un plan de prestamos o micropréstamos en los paises en desarrollo o emergentes, con sociedades tradicionales. El dinero era prestado a familias necesitadas a condición de que se entregase a la mujer, bajo la visión tradicional de que la mujer lo invertiría en la familia y en prosperar, mientras que el hombre se lo gastaría principalmente en alcohol.
El papel del hombre como cabeza de familia tradicional, que había estado en peligro por no poder encontrar trabajo y sustentar a su familia, quedó anulado al ser sustituido así por la esposa y efectivamente, como profecía autorealizada se dió a la bebida y a otros medios de escape, poniendo en peligro a la unidad familiar. Durante un tiempo se dió propaganda al éxito de la iniciativa como un triunfo de la mujer, hasta que empezaron los problemas por impago, dado que las mujeres acudían al Estado como sector de población protegido, con sus familias rotas e incapaces de devolver la deuda. Los sistemas de microcrédito casi se fueron a la quiebra, hasta que se reorganizaron y se eliminó la discriminación por sexo, concediendo crédito a hombres y mujeres y haciendo un estudio de riesgo más riguroso.
El dinero y el poder no entienden de sexo, como mucho de cultura y personas.