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El odio a lo catalán

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El odio a lo catalán
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El odio a lo catalán

El odio a lo catalán
Publicado por Ramón Cotarelo en 12:01 a. m.
http://cotarelo.blogspot.com.es/2016/07/el-odio-lo-catalan.html

En un incidente típico y normal en cualquier lugar del Estado (esta vez en las Baleares), un castellanoparlante se dirige a un catalanoparlante en términos agresivos y ofensivos. Mucha gente -no solo entre los nacionalistas- protesta y hasta pide que el agresor sea sancionado. Pero héteme aquí que este encuentra un defensor en un personaje de izquierda quien señala que la ofensa no es tan importante porque se inscribe dentro de la catalanofobia estructural y que, en cambio, cargar contra aquel, al fin al cabo un trabajador, sería injusto.

Catalanofobia estructural. Muy interesante expresión que significa, exactamente que en la sociedad española hay una actitud generalizada de odio a lo catalán, algo que todo el mundo sabe pero nadie reconoce de forma pública y formal. Al contrario, los discursos edulcorantes hablan siempre de lo bien que nos llevamos y lo mucho que nos queremos castellanohablantes y catalanohablantes. Mentira. En España hay "catalanofobia estructural" y esto tiene unas consecuencias determinadas en aspectos a corto, medio y largo plazo que trato de analizar en mi artículo de hoy en elMón.cat y cuya versión castellana es la siguiente:

Catalanofobia estructural.

Dice Carles Puigdemont que cuanto antes nos vayamos de España, mejor. Presidente: eres un radical. ¿Cómo propones marchar de un país caracterizado por una catalanofobia estructural? ¿No estás a gusto? Recuerda que esa atinadísima definición viene de la izquierda en donde, desde los tiempos de Lévy-Strauss, se mueren por tratar con buenas estructuras, que son como los cimientos de la casa de sus volanderos pensamientos.

¡Catalanofobia estructural! ¿Qué se le va a hacer? España y yo somos así, Señora. España es estructuralmente catalanófoba como Chile propenso a los seísmos y Bangla Desh al monzón. Condición natural hombre, que no conviene torcer ni manipular porque no somos dioses, aunque hablemos en su nombre. Pretender que la gente se comporte civilizadamente cuando la estructura impone otra cosa es pura demagogia de derechas.

Sí, presidente, de derechas. Es como pretender que el ministro del Interior garantice la seguridad y la libertad de todos los ciudadanos, administrados y contribuyentes, ignorando el hecho natural y hasta ciclópeo, de que hay una catalanofobia estructural. No, señor, el ministro tiene que distinguir entre ciudadanos normales, estructuralmente catalanófobos, y catalanes a la hora de saber contra quién organiza la guerra sucia para defender a los ciudadanos de bien que son esos que estacionan los coches con ayuda de un querubín.

¿Marcharnos cuanto antes de España, un país moderno en el que el ministro del Interior fabrica los delitos de acuerdo con sus esbirros y un puñado de fiscales y gacetilleros a sueldo? Independizarnos de unos gobernantes que fabrican pruebas delictivas falsas contra un alcalde democráticamente elegido? ¿Dejar de pertenecer a un país en el que antaño se fusilaba al presidente de la Generalitat y hoy, en prueba de su modernidad, solo quiere procesarlo penalmente por haber consultado a la población?

No has calculado bien las ventajas que de la pertenencia a España se siguen para Cataluña. Por ejemplo, ahora parece que el ministerio del Interior va a abrir una nueva vía de investigación para descubrir a la opinión pública las sórdidas maquinaciones de la gente de tu entorno y el cúmulo de delitos que cometías en tus anteriores responsabilidades, como alcalde de Girona. Si fueras trigo limpio, como le gusta a monseñor Cañizares y no mala hierba, como la que extirpa monseñor Echenique, pondrías todos tus archivos a disposición del ministerio del Interior para que pudiera inventarse un par de delitos con que acusarte y dar carnaza a la prensa amiga.

Una vez que la izquierda ya ha decidido que la catalanofobia en España es estructural, estaremos más cerca de encontrar una solución de mutuo respeto, admiración y cariño para que los catalanes entiendan cómo, a pesar de todo, los españoles los aman. Tómese por ejemplo otro grupo de españoles capaces de dejarse la piel por tender puentes entre Cataluña y España, esto es, el de los socialistas. El señor Iceta, en un alarde de audacia, decidió volver diez casillas atrás en el juego de la oca por el que el PSC camina hacia la irrelevancia, proponiendo ahora un referéndum a la canadiense que previamente había rechazado y previamente a lo previamente había solicitado. Típica inconstancia socialdemócrata. Por fortuna tomaron la palabra los órganos catalanes de dirección de PSOE para rechazar esa peligrosa aventura referendaria que ignora los límites estructurales de España. Así no fue necesario esperar el inevitable ukase que llegaría desde Ferraz en Madrid con un “no” rotundo a las veleidades secesionistas y quizá también con un cordón de seda para que se resuelva la molesta presencia de Iceta al modo que se hacía antes con quienes disgustaban por sus actos a los sultanes de la Sublime Puerta.

Debes tener en cuenta, Presidente, que España, como nación de naciones, también es estructura de estructuras y la catalanofóbica no es más que una pequeña fracción de un mosaico mucho más amplio y variado en el que todos los pueblos del Estado encontramos nuestro lugar ideal, un terreno en el que, además de catalanofobia, hay taurofilia, fascismolatría, monarcofagia, clérigomanía y cleptodemia.

Solo un ingenuo iluso estaría dispuesto a vagar por los espacios siderales en lugar de sentirse cómodamente encadenado en las mazmorras de un Estado que vive de la luz de Trento.

#2

Construcción preventiva de la "otredad"

Ese anticatalanismo furibundo que muestra cierta parte del nacionalismo español es solo una venda preventiva antes de que exista la herida.

Todos los Estados llega un momento que declinan, se disuelven, desaparecen, o mutan. Todos. Y a España, a la España que ahora conocemos también le puede llegar su momento. Quizás más pronto que tarde. Y quizás por el lado catalán (o no).

Lo cierto es que en las sedes pensantes del nacionalismo español el pronóstico es que si sucede (la mutación de la España que ahora conocemos), sucederá seguramente por la pérdida, exclusión, separación o como quiera llamarse, de Catalunya. Así que, para que cuando llegue la cosa no sea tan dolorosa, andan construyendo desde ya el discurso de que Catalunya y lo catalán NO son España ni españolas. Así, si no era España, cuando deje de serlo, no será tan percibible ni dolorosa la pérdida.

Es curioso que tenga más fe en la independencia de Cataluna cierto nacionalismo rancio españolista que no buena parte del nacionalismo independentista catalanista.

¿Es probable el suceso? Depende de dos factores, simultaneos o independientes entre sí.

A.- El auge de una plena conciencia de si misma en tanto que  sujeto propio y autónomo, com amplia capacidad de inclusión en Catalunya (lo cual, aunque no lo comparta, constato que está sucediendo), y

B.- El declive de la capacidad de inclusión de lo múltiple en lo unído en España, no solo en su dimensión coercitiva (fuerte aun), sino sobretodo en su dimensión simbólica y de ilusión e identidad (camino de la irrelevancia en Catalunya y Euskadi).

la plus belle des ruses du Diable est de vous persuader qu'il n'existe pas!

#3

Re: El odio a lo catalán

esta claro hay un odio a cataluña...

El Constitucional anula las estructuras del Estado creadas por la Generalitat

El fallo, adoptado por la unanimidad, impugna, entre otras, la creación de la Agencia Tributaria de Cataluña y el Plan rector de infraestructuras y energías.

#4

Re: Construcción preventiva de la "otredad"

Parece que nacionalismo español va indisolublemente unido a rancio....y nacionalismo periférico a libertad y progresía......
La democracia no es el triunfo de las mejores ideas es el triunfo de las ideas mas aceptadas.
Existe un nacionalismo español que respeta todas las opciones, solo pide que se lleven a cabo las que representan a la mayoría.
A todas las naciones les llega su fin como dices, a está le llegará cuando le parezca bien......a la mayoría. Cuando no le llegará es cuando le parezca bien solo a una minoría.
Mientras esa mayoría tenga el convencimiento y la capacidad coercitiva suficiente para llevar a cabo su idea de nación esta nación seguirá como está. Tal vez un dia, esa capacidad coercitiva mengue, o cambie la opinión generalizada de lo que queremos ser. Hasta ese dia la nación seguirá como hasta ahora. Con un problema serio si hay muchos independentistas, y con un problema mas manejable si hay menos.
?es probable? desde luego que no.
?imposible? desde luego que tampoco.

#5

Re: Construcción preventiva de la "otredad"

Yo he mencionado muy intencionalmente "cierta parte...".

Y sí, hay nacionalismos, español y catalán, muy rancios y casposos.

Nacionalismo español, nada rancio ni casposo, es el de Joan Maragall en su Oda a Espanya (http://www.visat.cat/traduccions-literatura-catalana/cat/fragments/54/19/0/3/0/joan-maragall.html), o lo era Joaquin Costa, por ejemplo.

A mi juicio y entender nacionalismo español rancio es aquel que aun añora un pasado imperial (que dejó mucho que desear), que concibe el Estado-Nación español como una mera realidad castellano-andaluza hipertrofiada, y que solo contempla el centralismo y el uniformismo como únicas maneras legítimas de gobernar y administrar el pais.

Del nacionalismo racio catalán, por ahora poco me preocupo. Influyen (y resulta algo incómodo a veces), pero por suerte, aquí, no gobiernan.

la plus belle des ruses du Diable est de vous persuader qu'il n'existe pas!

#6

Re: Construcción preventiva de la "otredad"

Sobre el posible (y digo posible, no probable), futuro de decaimiento del actual Estado de España, no se como acontecerán estas cosas a lo largo del S. XXI o XXIII. Pero durante el S. XX hemos tenido multitud de ejemplos.

Planteas que mientras el Estado original sea fuerte y mantenga su poder coercitivo, aun a pesar de la existencia de una minoría potente que quiera irse, no se logrará.

Dos ejemplos:

Irlanda y el Reino Unido, años 20.RU era aun entonces el mayor imperio mundial. Y resistió con éxito los embates del III Reich. Así que capacidad disminuida no creo que fuese el caso en los años 20 del siglo pasado. Irlanda tampoco era una isla muy poblada, ni sumamente rica en aquel entonces. Incluso siendo mayoritario el sentimiento nacionalista, ni siquiera lo era en todas partes de la isla. Y sin embargo, ahí nació la independencia de Irlanda.

Paises Bálticos y la URSS/Rusia, años 90. Si bien el modelo/Estado sovietico tenía una profundísima crísis económica y simbólica, creo que incluso para la Rusia decadente de Yeltsin, "Balticolandia" era poco más que ratones. Incluso aun hoy en día están habitados dichos paises por importantísimas minorías rusas totalmente contrarias a la integración. Y por aquel entonces la OTAN no estava como para hacer de primo de Zumosol de esas repúblicas. Pero quisieron independizarse, y desvincularse (no como otras ex-repúblicas sovieticas), y lo lograron.

¿La existencia de minorías independentistas dentro de un Estado supone un problema? Sí, por supuesto. Y solo tiene dos finales posibles (además de alargar indefinidamente el problema sin solucionarlo jamás), o la incorporación al "hecho común" como propio y general de todos de aquello que es sentido y reivindicado como especial por la minoría, o la desvinculación de esa minoría del Estado. O sea, o España se catalaniza y vasconiza (creo que se diría así), o algún año de estos lo catalán y lo vasco deberan separarse de España. Por el bien de ambas partes, ya que ni contemplo la posibilidad de guerras de exterminio y deportación.

 

la plus belle des ruses du Diable est de vous persuader qu'il n'existe pas!

#7

Re: Construcción preventiva de la "otredad"

Bueno...dos ejemplos que abundan en lo que yo defiendo.....
Irlanda. Accede a la independencia tras una guerra contra El reino Unido.
Una guerra en la que el reino Unido empleó 20.000 hombres y tuvo menos de mil muertos (no es precisamente un improbo esfuerzo belico para una nación como el reino unido).
Las republicas Balticas: declaraciones unilaterales de independencia sin intervención de la URSS.
En ambos casos se tenia el poder coercitivo suficiente para evitar esas independencias. Pero no el convencimiento. En el primer caso el Reino unido no quiso prolongar una guerra,que podía ganar y el el segundo Yelsin se encontró con una situación que ya no tenia marcha atrás.La Perestroika acabo con la URSS no el nacionalismo de las republicas Balticas.
Como dijo Borrell tenemos que acostumbrarnos a un independentismo en Cataluña que ronde el 30% y convivir con el.
Muchos estados conviven con nacionalismos dentro de sus fronteras desde hace decenas de años y ahí siguen.Los franceses tienen los suyos, los italianos, los belgas....mas que un problema es una característica de ciertos estados que puede derivar en un problema.
Como dices hay dos soluciones posibles al problema. Pero hay una tercera via: la no solución y la convivencia con el problema

#8

Re: Construcción preventiva de la "otredad"

¿Cuántos estados conviven con un 48% de independentistas?
¿Cuántos sin buscar soluciones tipo federal, ni acuerdos?
¿Cuántos son los que afrontan la principal región industrial de país?
Las repúblicas Bálticas no lo eran, Irlanda no lo era.
Normalmente se independizan regiones más pobres o insignificantes...no la región más rica.
¿En cuántos se montan enormes manifestaciones cada año?
Saludos.

#9

Re: Construcción preventiva de la "otredad"

A) Canadá, Bélgica y España y Reino Unido (porcentaje supongo en el territorio en cuestión)
B) España y Francia
C) España , Italia y Canada
D) España desde hace tres años. Italia, en su dia.
Me he centrado en el mundo occidental.
Podias haber preguntado cuantos han evitado por las malas la independencia de un territorio con mas del 50% de independentistas....y siguen tan panchos. Tambien lo hay: EEUU

#10

Re: Construcción preventiva de la "otredad"

¿Y cuantos todo a la vez?

#11

Re: Construcción preventiva de la "otredad"

¡joder Mafijus¡
¡me rindo¡

#12

Re: El odio a lo catalán

La anulación que ha decretado el Tribunal Constitucional de las estructuras de Estado que está tratando de montar la Generalitat son un golpe definitivo a la estrategia soberanista. La reacción del Govern por boca de su portavoz, Neus Munté, anunciando que mantienen "firme" su compromiso de seguir adelante y asegurando que el fallo no tiene una "afectación real" a su programa es un puro ejercicio de voluntarismo. La realidad es que esta sentencia establece claramente cuáles son las fronteras de la legalidad.

El Constitucional ha anulado la Agencia Tributaria catalana -mediante la cual la Generalitat pretende gobernar todos los impuestos- y también los pasos previos para controlar las infraestructuras y la energía. Y lo ha hecho por unanimidad.

¿DESOBEDIENCIA?

Saltarse el fallo del Tribunal no es un asunto menor y la desobediencia puede comportar incluso responsabilidades penales. Recuérdese que cuando el TC anuló el año pasado la resolución independentista del Parlament, ya avisó individualmente a una veintena de dirigentes autonómicos de que debían abandonar cualquier iniciativa encaminada a la secesión.

Si los responsables políticos catalanes insisten y hacen oídos sordos a esta resolución, el Estado deberá mantenerse firme y hacer cumplir la ley, que en el Código Penal contempla delitos como el de sedición y rebelión con penas de cárcel. De ahí también la importancia de que se conforme en España un Gobierno sólido y moralmente legitimado para poder hacer frente al desafío independentista.

ARTÍCULO 155

Si las palabras de Munté no son un brindis al sol, no hay que descartar que hubiera que recurrir en algún momento al artículo 155 de la Constitución, que prevé intervenir a aquella comunidad autónoma que atente contra el interés general ignorando sus obligaciones. En ese caso, el Gobierno asumiría el control de los órganos autonómicos.

Tampoco puede desecharse que ante este nuevo revés al procés del Constitucional, los partidos separatistas intenten trasladar la tensión a la calle. Tanto el próximo Gobierno como los partidos constitucionalistas tienen que tener clara su estrategia para defender la legalidad y arrancar a los independentistas la más mínima esperanza de que podrán dobrar la mano al Estado de Derecho.

#13

Re: El odio a lo catalán

Pero de donde diablos sacas esos artículos. Dicen que han asestado un "golpe definitivo" al proceso soberanista y luego se desmienten ellos mismos... ja ja

Bufff...que basura de periodismo más rancio nos traes... Solfam...es que no te daña la vista cuando lees.?

#14

Re: Construcción preventiva de la "otredad"

Solución Rajoyana la tuya...el no hacer nada. ¿en serio eso es una solución? Creo que algún ilustre ministro ya nos lo contó desde el Parlamento español hace muchos lustros. Te acuerdas?

Da la impresión que convivir con este problema... tanto tiempo... se está enquistando un poquito no?

#15

Re: Construcción preventiva de la "otredad"

Dices: " Pero hay una tercera via: la no solución y la convivencia con el problema "

Eso es lo que se llama dontancredismo, o lo que yo llamo hacer el ficus, buscar en tu propio interior tu dimensión botánica, y permanecer quieto e impasible. Don Mariano es un maestro en esto.

Si bien es una solución posible de la ecuación, es un equilibrio inestable. Solo cualquier leve cambio en algún parámetro, y si una de las partes comienza a moverse, la otra se ve automáticamente desestabilizada.

Me alegra que te percibas que la independencia de un nuevo Estado tiene poco que ver con la fortaleza del Estado precedente. Estados débiles y poco integrados pueden permanecer unidos por ser eso lo mejor para todos, y Estados fuertes pueden verse disgregados por no estar dispuestos a asumir el coste que implicaría el uso de la fuerza contra una parte de si mismo.

Sobre el particular del caso español-catalán, y la solución de la "convivencia con el problema", justamente se trata de eso. Y la premisa de partida es que "el problema" es tanto en independentismo catalán para España, como la continua injerencia centralista española para Catalunya.

Como en cualquier comunidad de vecinos, puedes no llevarte bien con alguno de ellos. Pero eso no es mayor problema, siempre y cuando ni tú entres en su vivienda, ni él entre en la tuya. Si se coincide, por desgracia, en el ascensor, se pone cara de poquer y se habla del tiempo.

Esa solución es la que hace tiempo está reclamando el nacionalismo catalán, y también el vasco. Y justo eso es a lo que no está dispuesta la Brigada Aranzadi, auxiliada por la Policía Patriotica.

"Yo no cuestiono España, tú no cuestionas Catalunya". Quid pro quo

Este era en esencia el espíritu del Estatut que promovió Maragall, y que el PP, Constitucional mediante, no estuvo de acuerdo.

Es curioso que teniendo el PP como lider al mejor político en muchas décadas para aplicar con maestría lo del dontancredismo, a su vez haya sido el gran factotum imposibilitador de la solución "convivir con el problema".

Ergo, como NO se está aplicando una política de "convivir sin solucionar", es solo cuestión de tiempo o que el nacionalismo independentista catalán sea laminado, o que España se disgregue.

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