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España país de pandereta y genocidio

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España país de pandereta y genocidio
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España país de pandereta y genocidio
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#826

Re: España país de pandereta y genocidio

Alfonso Yuste Álvarez, delegado en el Congreso Provincial de las Juventudes Socialistas Unificadas, celebrado en Pozoblanco el 24 de septiembre de 1936, y comisario político de su compañía durante la guerra civil. Fue condenado a 30 años de cárcel.

#827

Re: España país de pandereta y genocidio

Andrés García Crespo, soldado de la 88 Brigada, condenado a 12 años de cárcel, preso en un batallón de trabajadores en Punta Calea (Bizkaia).

#828

Re: España país de pandereta y genocidio

Antonio Romero Romero, alcalde de Fernan Nuñez por Izquierda Republicana, fusilado el 25 de julio de 1936.

#829

Los socialistas ya no saben honrar ni a su pasado, ni a sus muertos.

Que triste el espectáculo de aquellos viejos dirigentes que decían que lo importante eran las ideas y no las personas.

Un saludo

#830

España pais de pandereta y genocidio

Grupo de campesinos de Fernán Núñez, detenidos por los genocidas golpistas el día 25 de julio, mientras esperan la ejecución en la cuneta de la carretera de Córdoba.

#831

Re: España pais de pandereta y genocidio

Marina sostiene la foto de su padre, Antonio Pintor Marín, fusilado el 16 de agosto de 1936. Pudo recuperar sus restos de una fosa común y darles una sepultura digna en el cementerio de Fernán Núñez.

#832

Re: España pais de pandereta y genocidio

José Frías Collado, de Izquierda Republicana, fusilado el 25 de julio de 1936. En la fotografía aparece con su mujer y su hijo Julián Frías Pozo.

#833

Re: España pais de pandereta y genocidio

Mª Antonia Jiménez Alcaide “La Fina”, de 41 años, embarazada de 5 meses, fusilada junto a su marido el 16 de agosto de 1936 en Aguilar de la Frontera.

#834

Re: España pais de pandereta y genocidio

Cadáveres de vecinos asesinados por las fuerzas de la columna del golpista Sáenz de Buruaga en una de las calles de Baena. La propaganda franquista difundió la foto asegurando que los muertos eran de derechas.

#835

Re: España país de pandereta y genocidio

No olvidemos el "turismo penitenciario" del Poeta del Pueblo: 10 cárceles y finalmente la muerte.

El silencio es hermoso cuando no es impuesto.

#836

Re: España país de pandereta y genocidio

A principios del reinado de Carlos I de España y V de Alemania, el ambicioso rey francés vio la ocasión perfecta de apropiarse de la mayoría de los reinos italianos. Tal vez cada noche ante el espejo se decía que la juventud y la inexperiencia de su rival debía ser su perdición. O al menos esa es la única razón posible a tanta cerrazón. La guerra resurgía de forma cíclica cada vez que Francisco I de Francia lograba fondos para levantar un nuevo ejército, aunque casi siempre con un mismo desenlace. Dos derrotas casi seguidas, Bicocca y Pavía, demostraron al galo que, aunque Carlos era joven, contaba con temple y estaba respaldado por una brillante generación de consejeros y militares.

En ese momento se les consideraba la mejor infantería mercenaria de Europa; y eran la mejor baza con la que contaba Francisco I.
La facilidad con la que los españoles vencieron en Bicocca, de hecho, ha dado lugar a una expresión popular: una bicoca es algo sumamente fácil, o de escaso valor. Y como siempre en esa eterna guerra italiana, todo aquel desastre empezó por un exceso de confianza francés. Tras ser desalojados de Milán y Parma recientemente, los franceses se propusieron a principios de 1522 recuperar el terreno perdido con la ayuda de un gigantesco ejército de mercenarios suizos, cuya habilidad con las picas habían revolucionado los campos de batalla europeos. En ese momento se les consideraba la mejor infantería mercenaria de Europa; y eran la mejor baza con la que contaba Francisco I.

Lautrec contra Colonna, la oveja contra el zorro
Como relata Antonio Muñoz Lorente en su excepcional libro «Carlos V a la conquista de Europa» (Nowtilus, 2015), «el 10 de febrero de 1522 los suizos asomaron por Bellinzona y ocho días después la totalidad de los 16.000 hombres contratados se concentraron en Gallarate». Se dirigían todos a recuperar Milán, entre ellos la infantería gascona dirigida por el español Pedro Navarro, un antiguo oficial de los ejércitos del Gran Capitán que había cambiado de bando. En total, incluyendo mercenarios, franceses y venecianos, se contaban 28.000 infantes. Al frente de este ejército francés estaba Odet de Cominges, Vizconde de Lautrec, el hombre que iba a servir la victoria española en bandeja.

Retrato del Vizconde de Lautrec
Retrato del Vizconde de Lautrec
Los españoles por su parte contaban en su dirección con Prospero Colonna, un condotiero italiano, veterano en decenas de batallas y conocedor de los pormenores de la guerra en Italia. Suya fue la decisión de alistar dos regimientos de lansquenetes, mercenarios alemanes, cuando los suizos le comunicaron que no habría más levas ese año. Abriéndose paso a través de un invierno terrible, los alemanes contactaron con las huestes de Colonna el 21 de febrero y el ejército imperial al completo se replegó hacia Milán. Allí reforzó las defensas y multiplicó el cerco al castillo de la ciudad donde seguía resistiendo una pequeña guarnición francesa.

Lautrec intentó cercar Milán, aunque la nieve impedía mover los cañones y los suizos no estaban hechos para cavar. El asedio se quedó en amago, por lo que el ejército francés se desplazó a los alrededores de Pavía con la intención de que sus acciones de saqueo hicieran sacar a Colonna de su guarida. El general francés se pasó seis semanas en Cassino sin apenas realizar nuevas maniobras.

A esas alturas de campaña lo único que estaba claro, y así lo reseña Antonio Muñoz en el citado libro, es que los suizos estaban dictándo lo que debía hacer a Lautrec, en vez de ser el comandante el que ordenaba a sus hombres. Le habían obligado primero a lanzarse a por Milán, luego se habían negado a cavar y ahora le habían condenado a semanas de inactividad solo por el saqueo.

Una estrategia impuesta por los chantajes
Mientras los franceses estaban parados, las fuerzas imperiales lograron reforzarse con un pequeño contingente a cargo de Francesco Sforza, aliado de Carlos V, de las tropas papales de Francesco Gonzaga y de las españolas del riojano Antonio Leyva. Hostigado por varios frentes, los franceses tuvieron que esperar a la llegada del buen tiempo para poder aumentar ellos sus fuerzas. Con la llegada el 4 de abril de las Bandas negras y de su mítico capitán, Giovanni de Médici (protagonista de la película de culto «El oficio de las armas»), se completó el tablero de los participantes de la batalla de Bicocca.

Retrato de Prospero Colonna
Retrato de Prospero Colonna
Lautrec acometió al fin el 9 de abril una acción de envergadura, asediar Pavía, pero ni siquiera era lo que quería hacer. De nuevo los suizos incluyeron en una decisión poco meditada. Es posible que Pavía no estuviera bien defendida, si bien el problema residía en que Prospero Colonna se encontraba apostado con sus tropas en Binasco a la espera de cerrar la pinza sobre su enemigo.

En cualquier caso, la única razón por la que el comandante francés había iniciado un asedio ante la atenta mirada española es porque los suizos llevaban semanas sin cobrar y las enfermedades habían matado a una quinta parte de sus hombres.

El 13 de abril Lautrec ordenó el asalto sobre la ciudad, prometiendo a los mercenarios el botín íntegro del saqueo. No obstante, éstos se negaron por tratarse de Domingo de Ramos. Y al día siguiente también se negaron a atacar porque, simple y llanamente, querían cobrar primero.

La indecisión francesa permitió a Colonna llegar al fin a los campos de Pavía. El enemigo le doblaba en número, pero no en inteligencia. Cuando los suizos clavaron en el suelo sus picas y se prepararon para el combate, el astuto zorro que había en Colonna supo que lo mejor que podía hacer era desesperar aún más al enemigo y retirarse de nuevo. No se equivocaba ni un pelo: coléricos, los suizos exigieron a Lautrec que los llevara cuanto antes al combate.

«¡Dinero, licencia o batalla!». De las tres opciones, un desesperado Lautrec eligió la que parecía la menos mala
El 20 de abril, el capitán Albert von Stein trasladó al francés las intenciones mercenarias: o había batalla o al día siguiente se marcharían. Solo ante la promesa de que cobrarían el doble y de la proximidad del convoy con nuevos fondos, los mercenarios accedieron a seguir bajo las filas galas.

También aquí Colonna respondió con astucia. Tras retrasar la llegada del convoy con el dinero todo lo que estuvo en su mano, el comandante imperial se trasladó a una posición bien defendida (tras un foso de un metro de profundidad y fortificado con estacas) entre Milán y Monza, la Bicocca, y esperó cruzado de brazos a que los suizos retomaran el discurso de los ultimátum. Y así fue. Stein y otro mítico capitán suizo, Winkelried, exigieron a Lautrec entrar en combate: «¡Dinero, licencia o batalla!». De las tres opciones, un desesperado Lautrec eligió la que parecía la menos mala y ordenó un ataque el 27 de abril.

Los arcabuceros destrozan la fama suiza
Fieles a la confianza en sí mismo que les había hecho imbatibles en Europa, los mercenarios suizos alardearon ante los franceses de que no tendrían problemas en desalojar a la infantería hispano-alemana de su posición, por muy ventajosa que fuera. Evidentemente estaban lanzándose un farol, como poco. Las armas ligeras de fuego, arcabuces y mosquetes de posta, habían evolucionado tanto como para que los piqueros suizos ni siquiera tuvieran ocasión de chocar sus aceros.

Los dos mil arcabuceros españoles, italianos y alemanes se situaron en primera línea imperial y causaron una auténtica matanza entre los envalentonados «ordeñavacas» (la forma despectiva que usaban las otras naciones para dirigirse a los suizos). Asimismo, la compañía de lansquenetes y 8.000 piqueros españoles e italianos les esperaban atrás una vez superaran la lluvia de pólvora.

Pintura que muestra la huida desesperada de los mercenarios suizos en la batalla de Pavía. Bicocca y Pavía supusieron la pérdida de la imbatible moral suiza
Pintura que muestra la huida desesperada de los mercenarios suizos en la batalla de Pavía. Bicocca y Pavía supusieron la pérdida de la imbatible moral suiza
Originalmente, Lautrec había dispuesto que los suizos fueran secundados en su avance por arcabuceros venecianos y gendarmes franceses. Sin embargo, los mercenarios se arrojaron de forma suicida en dirección recta sin esperar a sus apoyos. Al sonido de los cuernos de Uri, dos gigantescos cuadros de cinco mil hombres cada uno avazaron compitiendo incluso entre ambas formaciones por ser el primero en llegar a la vanguardia imperial. El resultado fue desastroso: los cañones borraron del mapa a un millar de hombres antes de que llegaran al foso. Allí, en una zona fangosa y repleta de obstáculos, apenas un puñado de suizos logró escalar y batirse en batalla contra la infantería imperial.

Uno de ellos fue el propio Winkelried, que se topó de frente con el capitán de los lansquenetes, Georg von Frundsberg. Recordándole que en otro tiempo habían combatido juntos, el suizo afirmó

–Viejo compañero, ¿te encuentro aquí? ¿Has de morir por mi mano?

–¡Por Dios que no ha de ser así! –respondió el alemán–.

Winkelried murió a consecuencia del disparo de un arcabuz, así como la mayoría de los 3.000 suizos que perdieron la vida en aquella jornada. El resto huyó en mil direcciones.

Mientras se producía la mastodóntica huida, el otro plan ideado por los franceses también fracasó con estrépito. La caballería franco-italiana se internó en el corazón enemigo valiéndose de la treta de coserse cruces rojas en la ropa, que eran el distintivo de los ejércitos imperiales, pero fueron finalmente rodeados por miembros de la infantería española. Es por ello que ni siquiera fue necesario que interviniera la caballería española, al mando de Antonio de Leyva. La batalla fue un paseo triunfal.

Retrato de un capitán suizo vestido a la manera de los Reisläufer
Retrato de un capitán suizo vestido a la manera de los Reisläufer
Suiza perdió a un gran número de compatriotas ese día, mientras que los imperiales apenas sufrieron bajas. Se dice que solo hubo un muerto, pero no fue por un arma suiza sino por una coz de mula. No en vano, quebrar su fama era peor que la muerte en aquel siglo loco de militares románticos: «Las pérdidas sufridas en La Bicocca les afligieron de tal forma que ya no volvieron a mostrarse en los años que habían de seguir con el ardor de costumbre», afirmó el historiador Francesco Guicciardini sobre lo que verdaderamente extraviaron los suizos aquel día.

La principal ventaja para el Imperio español obtenida en la fácil victoria en Biccoca fue la sucesiva conquista de Génova. Colonna aprovechó la victoria para lanzarse a por esta ciudad de simpatías francesas, así como uno de los más importantes puertos mediterráneos. El 30 de mayo de 1522 cayó la ciudad y Francia sacó uno de sus últimos pies de Italia. La nueva ofensiva de Francisco I había devenido en otro desastre.

#837

Re: España país de pandereta y genocidio

Franco, durante la campaña de Marruecos, cambia impresiones con un moro notable.

#838

Para y por la libertad Miguel Hernandez

Los demócratas, fuertemente unidos en torno a Hillary Clinton

Hillary conoce muy bien las Escrituras, aunque siempre he pensado que su marido, Bill, las conoce aún mejor, tanto el Antiguo como el Nuevo Testamento. No hace falta recordar que son demócratas. Ronald Reagan, republicano, defensor de ideales y principios conservadores, ni asistía a Misa los domingos ni creo que pudiera citar pasajes de la Biblia de memoria. Donald Trump, de quien el Papa Francisco ha dicho que "no es cristiano", tampoco ha sido capaz de citar de memoria ningún texto bíblico, aunque leyó uno en una iglesia afroamericana hace poco, sobre el amor.

Una de las citas evangélicas que más gusta a Hillary es la de que una "una casa desunida no puede prevalecer". Y aplica este principio a la política, también. Por eso, en junio de 2008, primero, y en la Convención de agosto de ese año, no dudó en apoyar a Barack Obama, pedir públicamente su apoyo y cederle sus delegados. En 2016 en el partido había dos corrientes: una más a la izquierda y renovadora, personificada en Bernie Sanders y en Elisabeth Warren y otra más conservadora, que tiene el apoyo del aparato del partido y que está mucho más centrada en lo ideológico.

Hillary ha luchado con denuedo -lo he venido narrando en prensa, radio, televisión e Internet- desde hace meses para conseguir que Sanders y Warren le apoyaran, para lo cual ella ha hecho concesiones. Y lo que vimos en la Convención demócrata en Filadelfia fue una casa unida que puede prevalecer: un partido demócrata unido en torno a Hillary, que recibió el apoyo de el matrimonio Obama y de los izquierdistas Bernie Sanders y Elisabeth Warren; ahora, todos ellos hacen campaña a su favor.

Por contraste, el partido republicano -también lo he venido explicando por extenso durante meses- está muy dividido y son muchos los líderes que no apoyan a Trump y dicen que votarán a Hillary Clinton.

http://blogs.cincodias.com/eeuu-mercados-emergentes/2016/09/los-demócratas-fuertemente-unidos-en-torno-a-hillary-clinton.html
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Que difícil es mirar los días robados ahogados en sangre
Sin ventanas y sin puertas el pasado se condena
Que difícil es contar los pasos que se dieron por la
libertad

Días de angustia y de soledad después de la noticia de
la última emboscada
La larga espera, los días de cárcel, la visita anual
antes de Navidad
Y hoy por fin con los nervios en un puño le verás salir
después de veinte años
Barricada Por la libertad
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Para la libertad, sangro, lucho, pervivo
Para la libertad, mis ojos y mis manos
Como un árbol carnal, generoso y cautivo
Doy a los cirujanos
Para la libertad siento más corazones
Que arenas en mi pecho: dan espumas
Mis venas
Y entro en los hospitales, y entro en
Los algodones
Como en las azucenas
Para la libertad Miguel Hernandez Joan manuel serrat

Un saludo

#839

España pais de pandereta y genocidio

Efectos de un bombardeo fascista sobre Alicante. Probando la aviacion para lanzarse a la 2ª guerra mundial

#840

Re: España pais de pandereta y genocidio

Esta basilica de Elche fue expropiada por el ayuntamiento para convertirla en refugio contra los bombardeos fascistas. Depues los fascistas les acusaron de quemar iglesias y profanarlas.

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