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España país de pandereta y genocidio

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España país de pandereta y genocidio
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España país de pandereta y genocidio
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Re: España país de pandereta y genocidio

La madrugada del 23 de agosto de 1572, una señal dada por las campanadas de maitines desde la iglesia de San Germán-Auxerrois, próxima al Louvre, dio comienzo a la llamada Matanza de San Bartolomé en Francia. Como Felipe II de España llevaba años aconsejando, Carlos IX ordenó eliminar a los cabecillas protestantes reunidos en París durante esos días a modo de ataque preventivo. Cuando el embajador francés acudió al Alcázar de Madrid a dar las novedades, Felipe «empezó a reírse, dando muestras de placer y satisfacción» y aseguró que tuvo aquel día uno de los mayores «contentamientos de mi vida».

La brutal y sorpresiva persecución de protestantes se cobró entre 7.000 y 12.000 muertos, con la boda teñida de sangre entre uno de los líderes calvinistas y la hermana del Rey de Francia como rojo telón de fondo.

Retrato de Catalina de Médici
Retrato de Catalina de Médici- Wikimedia
Mientras España disfrutaba de un tiempo de paz en lo que a guerras internas se refería, Francia se desangró todo el siglo XVI en una guerra civil interminable entre católicos y calvinistas. Carlos I y Felipe II no dejaron en ningún momento que crecieran en la península las corrientes heréticas, siendo aquella una demostración de la uniformidad de su dominio hispánico; en contraste con los monarcas franceses, demasiado debilitados para impedir una guerra civil que privó a Francia del puesto de potencia hegemónica que parecía tener su nombre a principios de la Edad Moderna.

Felipe II de España, en cualquier caso, sufrió sus particulares guerras de religión en los dominios hispánicos de los Países Bajos, donde el apoyo de los protestantes alemanes, ingleses y franceses mantenía abierto el conflicto a pesar de los muchos recursos y tropas enviados desde España. De ahí el interés de los españoles en que Francia pusiera fin al poder de los hugonotes (los protestantes franceses), que se aprovecharon de la debilidad de la Monarquía gala para aumentar su influencia.

El Rey de Francia, Carlos IX, era católico y se cuidaba por mantener la paz con su cuñado el Rey de España, pero se mostró incapaz de cortar la creciente influencia hugonote, mas cuando era su madre, Catalina de Médici, quien realmente reinaba en las sombras debido a la debilidad física y mental del soberano.

España carga contra la debilidad de Carlos IX
En julio de 1566, la Corona enmendó el edicto de Amboise para prohibir el culto protestante en Francia, a lo que los hugonotes reaccionaron intentando secuestrar al Rey en Meaux. A la vista de su fracaso, los protestantes franceses se lanzaron a poner sitio a París. Carlos IX y su madre se vieron obligados a pedir auxilio al Gran Duque de Alba, gobernador de los Países Bajos, que llegó a enviar 2.000 arcabuceros y 1.400 soldados de caballería, si bien el cerco se rompió sin necesidad de que intervinieran las tropas españolas.

III Duque de Alba de Tormes
III Duque de Alba de Tormes- Wikimedia
No obstante, las tropas católicas vencieron finalmente a los hugonotes en la batalla de Saint-Germain (1567) y forzaron su retirada a la región que se extiende entre Sens y Troyes, allí se unieron con refuerzos alemanes dejando de nuevo el tablero de juego en punto muerto. En poco tiempo, Catalina de Médici se convirtió en la máxima defensora de alcanzar un acuerdo de paz y poner fin a la tercera de las Guerras de religión en Francia.

En 1570 se firmó la conocida como la Paz de Saint-Germain por la que la Corona aceptó la readmisión de los protestantes en la administración pública, así como la libertad de culto en privado. Felipe II, casado con una de las hijas de Catalina, veía incomprensible el cambio de postura de su suegra. En diciembre de 1568, Alba escribió al Monarca español en gruesos términos sobre lo que estaba ocurriendo en Francia:

«Vuestra Majestad no puede imaginar el mal gobierno que Carlos y Catalina conducen, creyendo engañar al mundo entero; no he visto ni un hombre ni un caballo que crea capaz de hacer nada de mérito; negocian puramente como niños».

Para más humillación, la paz habría de certificarse con el enlace matrimonial entre la Princesa Margarita de Valois –otra de las hermanas del Rey– y el noble calvinista Enrique de Borbón (el futuro Enrique IV de Francia). Esta boda fue prevista para el 18 de agosto de 1572, sin que fuera aceptada ni por el Papa Pío V, ni por su sucesor Gregorio XIII. Tampoco por el pueblo parisino. Si bien se calcula que había cerca de dos millones de protestantes en Francia, la capital del reino era un lugar hostil a este grupo religioso y recibió con desprecio la llegada de un gran número de nobles protestantes para asistir al enlace. Los gastos y la exhibición de lujos terminaron de incendiar el ánimo del pueblo.

Enrique III de Navarra y Margarita de Valois
Enrique III de Navarra y Margarita de Valois
Y no era menor la hostilidad entre los nobles. Las sucesivas guerras y masacres había convertido a muchos en enemigos irreconciliables, siendo ahora que tenían que compartir los asientos de la Corte. Como muestra de la tensión, la católica Casa de Guisa se negó a ceder su lugar en las ceremonias a los Montmorency, redomados protestantes, y la tensión empezó a materializarse en ruido de conspiración. Así y todo, la ceremonia se llevó a cabo en la fecha fijada con la bendición realizada por el cardenal de Borbón, tío de Enrique, delante del atrio de la Catedral Notre Dame de París. La incapacidad para ponerse de acuerdo limitó la ceremonia a una mera bendición, evitando la celebración de la misa de esponsales

La violencia hizo acto de presencia poco después de la bendición. Todavía en el contexto de la boda, el 22 de agosto de 1572 se perpetró un atentado con arcabuz contra Gaspar de Coligny, almirante hugonote, a consecuencia del cual perdió un dedo y resultó herido en el brazo izquierdo.

Un partido protestante fuerte en Francia significaba más aliados para los rebeldes de Flandes
¿Quién estuvo detrás de un atentado que ponía en riesgo una paz tan precaria? La Casa de Guisa atrajo todas las miradas sospechosas, porque además creían que Coligny había estado detrás de la muerte de Francisco de Guisa, asesinado diez años antes. Asimismo, el disparo contra el almirante se hizo desde la casa de un miembro de la familia. El otro de los grandes sospechosos era el propio Rey de España, aliado de Guisa, que buscaba así evitar una paz que iba a perjudicar sus intereses en los Países Bajos: un partido protestante fuerte en Francia significaba más aliados para los rebeldes en Flandes.

Una boda roja a la francesa
Las miradas también se dirigieron a Catalina. Difícilmente podía no estar enterada de los preparativos de un atentado de esa magnitud, si es que no lo orquestó ella misma; y por supuesto, no movió un dedo para hallar a los auténticos culpables cuando los calvinistas se lo reclamaron. Según la tradición, Coligny habría adquirido demasiada influencia sobre el joven Carlos IX y la Reina madre quiso poner fin de golpe a esta amenaza. Si en algún momento Catalina se había elevado como garante de la paz, su papel en el atentado y en la Noche de San Bartolomé dejó claro que la suya era una postura más cercana, en verdad, a la de Felipe II.

Carlos IX ordenó ejecutar «a los que pretenden levantarse contra el estado», a excepción de los príncipes Enrique de Navarra y el príncipe de Condé
Mientras la Reina madre cenaba en vísperas del día 23, los protestantes irrumpieron para pedir justicia y recordando a Catalina que a las afueras de París un ejército 4.000 hombres hugonotes clamaba por encontrar a los asesinos. Catalina entendió al momento (si es que todo no formaba parte de un plan organizada por ella para llegar a esa situación) que debía adelantarse al inminente ataque hugonote.

Tras cerrar todos los accesos a la ciudad y proporcionar armas a los burgueses, la Reina madre se dirigió a la habitación de su hijo y le describió con grandes palabras un complot de los hugonotes para asesinarle aquel mismo día y apoderarse de la Corona. Histérico por la noticia, Carlos IX ordenó ejecutar «a los que pretenden levantarse contra el Estado», a excepción de los príncipes Enrique de Navarra y el príncipe de Condé. A los pocos minutos, la campana de la iglesia de Saint Germaint Auxerrois, que durante siglos había avisado a los ciudadanos de París para que tomaran las armas, tocó a rebato y Catalina transformó en masacre lo que todavía era parte de los festejos por el enlace matrimonial entre su hija y un calvinista.

Representación de la matanza de San Bartolomé según François Dubois
Representación de la matanza de San Bartolomé según François Dubois
En una escena que haría las delicias del televisivo personaje de «Juego de Tronos» Walder Frey, los soldados católicos recorrieron el palacio, sacando a los nobles hugonotes y a sus mujeres de las camas y matándolos allí mismo. Se dice, no en vano, que un hombre escapó y entró gritando en la habitación de la recién casada princesa Margarita, sujetándola ante su cuerpo para que le sirviera de escudo. El hombre no salió con vida de aquel lance.

Una guarnición de soldados se dirigió también a la casa del almirante Coligny a terminar el trabajo. El almirante Coligny fue sacado por la fuerza de su lecho y arrojado a la calle por una ventana de palacio. La matanza se extendió a las calles parisinas y se alargó varios días, a pesar de los intentos reales por frenar la locura homicida del pueblo.

Además, el Rey firmó la orden de que se aplicaran medidas similares en el resto del país. En los días siguientes tuvieron lugar matanzas en los lugares en los que los hugonotes estaban en minoría. El número total de muertos se estima en total en 2.000 en París y de 5.000 a 10.000 en toda Francia.

#887

Re: España país de pandereta y genocidio

El local, el del Ateneo Republicano de Vallekas, parece de otro tiempo y de otro país, en concreto, el tiempo y el país de la Transición. De hecho, el sitio diríase la localización de interiores de la serie aquella con la voz de Victoria Prego en off. La composición de lugar –los bajos de un bloque de viviendas– traerá a la cabeza de los socios de más veteranía memorias de la lucha vecinal. Recuérdese que las comisiones obreras –cuando eran en minúscula, con artículo y no pesaba sobre ellas el lastre de los eres, los cursos de formación y las mariscadas– se organizaron en bajos como este o como los de la no muy lejana, geográfica y políticamente, San Carlos Borromeo, la parroquia roja. Y, sin embargo, el Ateneo no data de cuando la Transición, sino que apenas tiene diez años recién cumplidos. Y se supone que es con un propósito conmemorativo que se ha hecho coincidir el aniversario con la Semana Cultural Vallekana, donde este año se ha dado cita lo más rutilante del star system de la izquierda, como Cañamero y Rufián o, rebajando el nivel y el caché, Leo Bassi.

Pequeña república autogestionada

Pero antes de ponerle un poco de narrativa al programa de intervenciones toca detenerse a las puertas del ateneo, flanqueadas por algunos socios. Los periodistas no son bienvenidos, o no todos los periodistas, no desde luego los de derechas, sin que ablande a los de la entrada el que uno engrose las filas de la famélica legión de los freelance. Vaya por delante que, mientras no se demuestre lo contrario, el Ateneo Republicano de Vallekas es un espacio autogestionado con las cuotas de sus socios y que estos están igual de legitimados que los del Real Club Puerta de Hierro para reservarse el derecho de admisión. No fue, sin embargo, necesaria semejante profesión de fe en la propiedad privada y sus encantos para vencer la resistencia de los de la entrada, que si finalmente dejaron el paso libre fue porque les dio la soberana gana y punto.

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Gente con clase… obrera

Así, como gente con clase, gente con clase obrera, se definían los miembros de otro ateneo, este libertario, el Eliseo Reclus de Jerez de la Frontera. Sirva la etiqueta también para los socios del de Vallecas, vecinos todos del barrio o, más que eso, patriotas, que, en buena lógica, el barrio debiera ser el primer círculo concéntrico del patriotismo; lástima que la suma de este y los demás círculos no tengan siempre como resultado España, sino en ocasiones un interminable memorial de agravios. Pero de esto se hablará luego. Seguíamos en el interior del Ateneo, cuya economía de recursos relega al terreno de lo absurdo la conjetura de que esto también se financia con las migajas del oro de Moscú, los petrodólares bolivarianos o las plegarias de los ayatolás.

Una flor de lis en la camisa

Ojo, que nada de lo anterior significa identificarse con unos planteamientos políticos que no han resistido el examen de la historia, como tampoco es ejercitar el buenismo –la banalidad del bien– dejarse invitar a algo en el ambigú de socios por el presidente del Ateneo, un señor encantador, todo hay que decirlo. Cuánto color le hubiera dado a la croniquilla esta destapar, no sé, que con los botellines vacíos de cerveza Pasionaria que aquí se consume fabrican los bukaneros del Rayo cócteles molotov. Pero es que no es verdad. Qué le vamos a hacer si la realidad raramente supera a la ficción y al final uno siempre se queda con las ganas de llevar a la práctica el consejo aquel de Cela para pasar inadvertido en situaciones de alarma, guerra y excepción: pon cara de tonto, no mires a nadie y pégate a una vieja. Porque es que no hizo falta. Así, lo más excitante fue la contemplación de un guillotina –de atrezo, entiéndase, y de pésimo gusto, eso también– y sentirse como el héroe de La Pimpinela Escarlata, y todo por llevar una camisa con una flor de lis en la etiqueta. Claro que tampoco se trataba de revivir ensoñaciones de la niñez, sino de tomar notas y luego con las mismas parir algo parecido a una crónica.

De la cartilla agraria al acta de diputado

La semana grande vallecana la abrió Diego Cañamero, el discípulo amado de Diamantino García Acosta, el cura Diamantino, aquel histórico del sindicalismo andaluz del campo que ocupaba los latifundios a los terratenientes. Parece Cañamero una fuerza de la naturaleza como surgida de la tierra, la misma que lleva trabajando desde muchacho, tal como acreditan sus cuarenta y cinco años cotizados a la Seguridad Social. Pero Cañamero ya no gasta cartilla agraria; ahora luce acta de diputado podemita por Jaén. Nada más tomar posesión de su escaño quiso el hombre renunciar a su condición de aforado, lo cual dice mucho de su temeridad, no en vano acumula incontables detenciones y tiene varios juicios pendientes, detenciones y juicios las más de las veces por delitos y faltas contra el orden público, odioso arcaísmo burgués, a lo que parece. La cosa es que lo del aforamiento no pudo ser, pero sí la renuncia a los mil y un privilegios del diputado.

El contribuyente, su bolsillo y el dinero

Ahora bien, no es que Cañamero haya cuantificado el coste de tales privilegios y lo haya reintegrado a las arcas públicas, como sería de esperar en un hombre de izquierdas como es él. No es eso, qué va. Ni tampoco es que se haya quedado con el importe. Lo que será es que el dinero tiene pensado destinarlo a las causas que considere dignas y justas, necesarias y saludables. Lo cual no deja de acudir en auxilio de la tesis según la cual la desconfianza del hombre frente al Estado está inscrita en el corazón de todos, incluido el de Cañamero, quien al conducirse así parece hacer suya, de alguna manera y sin querer, la célebre frase de Margaret Thatcher, esa que dice que el dinero del contribuyente donde mejor está es en su bolsillo.

Por seguiriyas y olé

Cañamero, con ese empaque suyo tan de cantaor protesta, se confundía con el paisaje y el paisanaje del Ateneo. Téngase en cuenta que el desarrollismo vallecano fue obra, en parte, en buena parte, de los inmigrantes andaluces. Eso explica que una de las actividades más demandadas por los socios sea el flamenco, en todos sus palos o variantes. De hecho, viéndolo en el escenario, iluminado solo por un foco, sentado en una silla, con un micrófono de esos de pie, parecía que el invitado iba a arrancarse de un momento a otro con una seguiriya contestataria. Todo esto, más los carteles de las paredes, daba al local un aire de casa regional –politizada, eso sí– en la que tampoco desentonaba, más bien lo contrario, el siguiente ponente de la lista, hijo y nieto al fin de la inmigración andaluza, y con un parecido razonable con el cantaor Miguel Poveda: Gabriel Rufián.

Rufián, telonero de sí mismo

La primera intervención parlamentaria de Rufián, allá por marzo, fue saludada como el nacimiento de una estrella. Y de entonces acá su señoría no ha hecho sino crecerse, venirse arriba. Volvió a hacerlo el otro día en el Ateneo, donde no solo hizo de ponente, sino también de telonero de sí mismo. La cosa es que tenía lío en el Congreso y llegó hora y media tarde a la cita, espera que fue amenizada con la proyección de sus mejores youtubes, como ese de la fallida sesión de investidura en la que el joven Rufián se dirige al señor Rajoy, al señor Sánchez y al señor Ibex. Lo que en su día fue comentado con interminables emoticonos llorando de la risa en los smartphones de la derecha, ahora también es saludado con grandes carcajadas en el Ateneo, solo que con un pequeño matiz preposicional: en Vallecas no se ríen de Rufián, en Vallecas se ríen con Rufián.

Ni un selfie con Lerroux

Así, a bote pronto, no se comprende que un discurso como el de Rufián, compañero de viaje –le guste o no– de los burguesazos de Convergencia, cale en un barrio obrero como este. Una de las posibles claves quizás haya que buscarla al comienzo de la crónica, cuando se apuntaba que el Ateneo parecía como sacado de la Transición, pero solo en lo tocante al papel que en aquel entonces jugaron los movimientos vecinales. Porque no parecen reconocerse los socios del local como herederos de todo aquello, en todo caso como los perdedores. Por eso aquí no se está por la reconciliación, sino por la ruptura. Por eso se habla de la necesaria liquidación del régimen del 78. Por eso la izquierda madrileña y suburbial ha incorporado a su discurso etiquetas como la del Estado Español, como si la historia y el día a día de los españoles únicamente se desarrollaran en los pasillos y despachos de los ministerios (y del Ibex 35, claro). Por eso, en definitiva, los jóvenes republicanos no están en el lerrouxismo sino en guardar fila para hacerse un selfie con Rufián.

Y Bassi no llenó

Preveían los del Ateneo lleno total con Cañamero y Rufián y acertaron de pleno. Lo mismo que con Carlos Sánchez Mato, concejal podemita de Hacienda del ayuntamiento carmení. Por eso se señalaron sus nombres en el programa con un asterisco, a modo de aviso de que la entrada sería libre hasta completar el aforo, y el que viniera detrás arrease y se quedara de pie o fuera. Nada de esto hizo falta con el resto de ponentes, entre ellos, Leo Bassi, quien no abarrotó la sala.

La gracia en salva sea la parte

Bassi tituló su ponencia "El espíritu laico y el Paticano", solo que haciendo uso de una inveterada costumbre muy del conferenciante tipo, habló casi de cualquier cosa antes que del tema anunciado. Habló, sobre todo, de sí mismo, de su vida. Y, sí, un poquito, al final, sobre el espíritu laico y el invento ese del Paticano. Pero vayamos por partes, como Jack el Destripador. Bassi desciende humorísticamente de una larga estirpe de payasos. Y esto hay que entenderlo en el mismo sentido, por ejemplo, en que Máximo Pradera desciende intelectualmente de su abuelo Víctor y de su padre Javier; o sea, haciendo hincapié en lo de desciende. El pobre Bassi tiene la gracia en salva sea la parte, o eso le parece al cronista este y no sé si también al público, que se reía, de acuerdo, solo que con menos ganas que con las salidas –algunas ciertamente divertidas, a qué negarlo– de Cañamero y Rufián.

Niño rico, niño pobre

Y, sin embargo, la vida de Bassi reviste cierto interés, claro que qué vida no lo hace. De la del italiano uno se queda con su infancia ambulante en un circo, fantasía de todo niño agobiado el domingo por la tarde ante la perspectiva de una semana de deberes por delante. El problema, como en cualquier relato autobiográfico, son los detalles de embellecimiento personal, como cuando Bassi contó que siendo un niño pobre le robó la merienda o le meó en la pechera, ahora no recuerdo, a un niño rico de nombre Mario. Se trataba, claro, de Mario Draghi, gran capo de las finanzas internacionales. Que sí, Leo, que sí, y también que te despertaste con la mano en el orinal.

Una sectaria de tomo y lomo

Y dejamos para el final lo del Paticano, un local de Lavapiés donde Bassi celebra misas dominicales y paródicas. Aunque lo patético es la carta de seriedad que algunos empiezan a darle a la cosa, como Tele K retransmitiendo las ceremonias los domingos. O el mismísimo Bassi, que llegó a lo de Vallecas acompañado de una suerte de acólita, ciertamente siniestra, una sectaria de tomo y lomo que anotaba en una libreta y fotografiaba a todo aquel que le resultara sospechoso. Por no hablar del cepillo que se pasó al final del coloquio para contribuir a las necesidades del templo, el Paticano, y que hizo que el asunto destilara un tufo a necesidad alimentaria. Si así fuera (y así parece), sirva el detalle, señoría, como atenuante en caso de que una querella por ofensas contra los sentimientos religiosos prosperase contra Bassi. Si bien lo que sería de justicia, y de justicia poética, es que tal querella no fuera siquiera admitida a trámite. Y no por falta de animus injuriandi, del que anda sobrado el tipo, sino de talento.

#888

Re: España país de pandereta y genocidio

El Imperio español vivió su cénit en 1580 con la anexión de Portugal, que entonces se encontraba entre las mayores potencias de Europa. «El mundo no es suficiente», rezaba el lema que Felipe II asumió tras la conquista del país vecino, en clara referencia al emblema de su padre «Plus ultra» («Ir más allá»). Pero no solo se adquirió un nuevo lema, la propaganda de Felipe II desempolvó la idea de que Portugal siempre había formado parte del Reino de León –cuando se separó lo hizo de forma ilegal, consideraban– y extendió el uso del león vinculado a una Monarquía Hispánica que volvía a unir a aquellos reinos hermanos. El enfrentamiento entre un león coronado (símbolo del reino de León) y un dragón (símbolo de Portugal) fue un episodio recurrente en la heráldica de la época.

La vieja idea de un único y cristiano reino ibérico era, de hecho, un lugar común en la Edad Media. A finales de la Baja Edad Media, la dinastía Trastámara se propuso en varias ocasiones vincular la Corona de Castilla con la de Portugal, si bien una de sus intentonas pasó a la historia como la peor de las derrotas castellanas frente a Portugal. En 1384, Juan I de Castilla entró en Portugal por la ruta de Ciudad Rodrigo y Celorico a reclamar los derechos dinásticos de su esposa, y de paso los suyos, a cuenta de la muerte de Fernando I de Portugal, el último representante de la Casa Borgoña.

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Alegoría de la conquista de Portugal (un dragón) por el León Hispano
Alegoría de la conquista de Portugal (un dragón) por el León Hispano
Las derrotas que sufrió el ejército de Juan en Trancoso y Aljubarrota, en mayo y en agosto de 1385, supusieron el fin de sus posibilidades de imponerse como Rey. A partir de entonces, los Avis iniciarán en el país vecino uno de los periodos de mayor esplendor. Hasta su final no regresaron las ambiciones españolas.

A principios de la Edad Moderna, los Trastámara y los Avis firmaron una serie de matrimonios que pretendían desembocar en la unión de reinos tras los tiempos turbulentos de Enrique el Impotente. El dragón y el león de nuevo juntos. Isabel, hija mayor de los Reyes Católicos, se casó sucesivamente con dos príncipes portugueses, Alfonso y Manuel I, y pareció por un momento que reinaría en toda la península. Cuando el único hijo varón de los Reyes Católicos falleció sin herederos, las esperanzas de unir, al fin, los reinos hispánicos se centraron en que Isabel diera a luz un heredero sano. Sin embargo, las complicaciones del parto causaron una hemorragia a Isabel, que falleció con solo 28 años, y su hijo Miguel tampoco vivió mucho tiempo. Murió de unas fiebres repentinas antes de cumplir dos años, cuando se hallaba bajo la custodia de sus abuelos en Granada. Con él se evaporó un sueño que Felipe II sí cumpliría más adelante.

Felipe II materializa la ansiada unión
Cuando en 1578 el Rey de Portugal Sebastián I de Avís perdió la vida en una demencial incursión por el norte de África, Felipe II –emparentado con la dinastía portuguesa por vía materna– desplegó una contundente campaña a nivel diplomático para postularse como el heredero a la Corona lusa, que fue asumida brevemente por el Cardenal-infante don Enrique hasta su muerte.

«El reino de Portugal lo heredé, lo compré y lo conquisté», aseguraría Felipe II. El Rey Prudente contaba con el apoyo de buena parte de la nobleza portuguesa y el beneplácito de las potencias europeas (más bien resignación), pero el levantamiento popular promovido por Antonio, el Prior de Crato, hijo bastardo del infante Luis de Portugal, obligó al Imperio español a iniciar las operaciones militares. El país vecino rindió pleitesía a Felipe II en abril de 1581, siendo coronado Felipe I de Portugal.

«Los portugueses cada vez son más en las Indias españolas y llegan en todas las flotas, mientras que tienen buen cuidado en mantener a los castellanos alejados de las Indias Orientales»
El imperio donde no se ponía el sol suponía, en la práctica, un conjunto de territorios con sus propias estructuras institucionales y ordenamientos jurídicos, diferentes y particulares, que se hallaban gobernados por los monarcas españoles de la Casa de Austria o por sus representantes. El Rey hacía cumplir su voluntad en Lisboa a través de un gobernador o un virrey, que solían rodearse convenientemente de funcionarios locales. Los oficios públicos se reservaban para los súbditos portugueses tanto en la metrópoli como en su territorios ultramarinos.

Entre 1580 y 1640, los portugueses se cuidaron de ser ellos quienes gestionaban su imperio comercial bajo la supervisión general de Madrid, que abrió todo el mercado americano a los insaciables comerciante portugueses. No fueron los castellanos los que penetraron en las posesiones portuguesas, como tanto temieron aquellos que siguieron al Prior Antonio en sus revueltas, sino todo lo contrario. A principios del siglo XVII se sucedieron las quejas contra los omnipresentes comerciantes portugueses por parte de colonos castellanos, mexicanos, peruanos: «Los portugueses cada vez son más en las Indias españolas y llegan en todas las flotas, mientras que tienen buen cuidado en mantener a los castellanos alejados de las Indias Orientales».

Retrato de Felipe II, primer Rey portugués de la dinastía de los Austrias
Retrato de Felipe II, primer Rey portugués de la dinastía de los Austrias
A pesar de las quejas castellanas, la relación entre Madrid y Lisboa se mantuvo estable sin revueltas ni apenas incidentes durante el reinado de Felipe II (I de Portugal) y Felipe III (II de Portugal), pero el progresivo debilitamiento del Imperio español empezó a sembrar la discordia entre la nobleza portuguesa, harta de tener que disputarse cada vez más cargos con otros súbditos de la Monarquía.

Las agresiones holandesas a los territorios de Portugal durante la Tregua de los 12 años hicieron ver a la aristocracia lusa que el Rey de España no podía satisfacer a todas las partes. Además, se responsabilizó a los castellanos de la pérdida de Amboina (1605), Ormuz (1622) y São Jorge da Mina (1637), el cierre de los puertos de Japón en 1637, y de las incursiones holandesas en Sudamérica. Aunque quisiera, Portugal no podía negociar una paz con sus enemigos si éstos también lo eran de los Austrias

Durante los doce años de tregua, los barcos holandeses comerciaron el doble de pimienta asiática que los portugueses y, al reanudar el conflicto, los principales ataques fueron dirigidos hacia las mal defendidas colonias portuguesas. En 1624, una flota holandesa dirigida por Jacobo Willekens asaltó Salvador de Bahía, capital portuguesa en Brasil, y se preparó para quedarse en propiedad esta estratégica ciudad. No fue recuperada hasta que la mayor flota que jamás hubiera cruzado el Atlántico, bajo el mando de Don Fadrique de Toledo, atacó en abril del año siguiente Bahía.

Los problemas de Castilla y del asediado Imperio español cada vez afectaba más a los reinos periféricos. O al menos esa era la visión lusa, cuyo imperio colonial en verdad llevaba un siglo afectado por una enfermedad degenerativa: habían descuidado totalmente sus defensas y su economía estaba en crisis.

El Conde-Duque acelera la rebelión
El estallido de violencia era ya inevitable, sirviendo el Conde-Duque la excusa con su Unión de Armas, es decir, con un proyecto que buscaba aumentar la implicación militar del resto de reinos en los asuntos y guerras de los Austrias. Y es que, como explica John Lynch en su libro «Los Austrias» (Biblioteca Historia de España): «Portugal era un problema fiscal para Castilla. No aportaba ingresos regulares a la hacienda central y sus defensas en la península tenían que ser costeadas por Castilla, de la que esperada, además, que acudiera periódicamente a la defensa de Brasil». Es por ello que Olivares insistió en que Portugal integrase la Unión de Armas, a cambio de que los portugueses ocuparan un papel más protagonista en la Monarquía.

Retrato del Duque de Braganza
Retrato del Duque de Braganza
Pero en paralelo a esta oferta, Olivares desarrolló una estrategia de infiltración de sus hombres en el gobierno portugués. Designó para este propósito a Margarita de Saboya como virreina y a un grupo de castellanos como sus consejeros. En 1634 y 1637, se produjeron dos revueltas populares, especialmente en la región del Alentejo, como respuesta al desembarco de funcionarios castellanos y al aumento de la carga fiscal; pero fue en la crisis de 1640 cuando la aristocracia portuguesa se levantó aprovechando la guerra de España con Francia y la sublevación de Cataluña. En suma, prendió la mayor crisis del Imperio español en su historia cuando Cataluña, Portugal, Nápoles y Sicilia emprendieron, con suerte desigual, sendas rebeliones contra Felipe IV.

El levantamiento portugués fue planeado en Lisboa por miembros de la nobleza, el clero y militares para destronar a los Austrias y proclamar un Rey portugués. El detonante final fue la exigencia de Olivares de que 6.000 soldados portugueses y la mayor parte de la nobleza en edad de combatir se sumaran a la guerra en Cataluña. Como respuesta, un grupo de conspiradores irrumpió en el Paço da Ribeira (Lisboa) el 1 de diciembre de 1640, sorprendiendo al secretario de Estado, Miguel de Vasconcelos, quien fue asesinado y defenestrado por la fachada del Palacio Real.

A raíz de estos graves acontecimientos, Margarita de Saboya intentó calmar los ánimos, pero pronto se vio aislada, sin apoyo local y finalmente encerrada por los rebeldes. La comunidad de jesuitas y el pueblo llano se decantó en bloque por los nobles rebeldes e hicieron triunfar el levantamiento.

En su lugar aclamaron al Duque de Braganza como Rey, con el título de Juan IV de Portugal, alegando viejos derechos dinásticos anteriores a la llegada de Felipe II de España. El nuevo monarca autorizó a Margarita de Saboya a que partiera para España en los primeros días de diciembre de 1641. Y es que eran aquellos los albores de una guerra que iba a alargarse durante 28 años.

El Duque de Braganza es proclamado Rey, con el título de Juan IV de Portugal
El Duque de Braganza es proclamado Rey, con el título de Juan IV de Portugal
Frente a la rebelión general, Felipe IV y el Conde-Duque empezaron a preparar la reconquista. Para ello encomendaron al duque de Medina-Sidonia la capitanía general de un ejército que debía atacar a los rebeldes y derrocar a Juan de Braganza. No obstante, la lentitud y falta de iniciativa del noble andaluz dejaron entrever sus planes ocultos: la nueva Reina de Portugal, Luisa de Guzmán, era hermana del duque de Medina-Sidonia y, de hecho, era ella quien había convencido a su marido Juan II de Braganza para que aceptara la Corona diciendo, según la tradición: «Más vale ser Reina por un día que duquesa toda la vida!». Sin capacidad de iniciar operaciones de la magnitud de antaño, el Imperio español se resignó durante años a una guerra de frontera especialmente dada a episodios de violencia y odios acumulados.

Así fracasaron los sucesivos esfuerzos de una agotada Castilla por tomar el control luso. Los escasos avances españoles se vieron una y otra vez malogrados debido a la ayuda internacional enviada casi desde el principio por Francia, Inglaterra y Holanda (firmaron con Portugal una tregua de 10 años en junio de 1641). Por el contrario, fueron las tropas portuguesas las que en 1657 invadieron España, amenazando seriamente Badajoz.

Portugal pierde sus colonias lentamente
En 1661, Don Juan José –el más famoso hijo bastardo de Felipe IV– se encargó de dirigir la última de las grandes intentonas. Las fuerzas portuguesas destrozaron en 1663 al ejército castellano en la batalla de el Ameixial, sufriendo más de 10.000 bajas contra solo 1.000 de los vencedores portugueses. Aquella fue la enésima batalla de la guerra de restauración portuguesa y la que marcó el final de la carrera militar de Juan José de Austria, que no la política.

La mayoría de las colonias portuguesas terminaron pronto en manos de los que habían ayudado al país vecino a obtener la independencia
Muerto Felipe IV; a su viuda, Mariana de Austria, no le quedaron fuerzas ni ganas de continuar con el conflicto y reconoció el 13 de febrero de 1668 la independencia de Portugal. No en vano, sin los recursos y el escudo del Imperio español, la mayoría de las colonias portuguesas terminaron pronto en manos de los que, como Holanda e Inglaterra, habían ayudado al país vecino a obtener la independencia. La separación fue traumática y no benefició a largo plazo a ninguna de las partes. Ni Portugal podía defenderse en América sin España; ni España podía sobrevivir en Asia sin Portugal.

#889

Re: España país de pandereta y genocidio.A galopar.

GERARDO MADROÑAL MORENO (31-10-39)
Detenido en Belvís de la Jara a las 9 horas del 3 de septiembre de 1938, tras su ocupación por las tropas de Franco el 25 de agosto. Pudo permanecer detenido en dicho pueblo y en Talavera de la Reina durante algo más de dos meses.
Consta su ingreso en la prisión de San Martín de Valdeiglesias el 17 de noviembre de 1938. Allí se le condenó a pena de muerte en consejo de guerra celebrado el 9 de febrero de 1939. Confirmada la pena capital el 3 de octubre de 1939, el 24 de ese mismo mes se le trasladó a la cárcel madrileña de Porlier.
Fusilado en las tapias del cementerio del Este a las 6 horas del 31 de octubre.

A Gerardo Madroñal la justicia militar franquista lo llevó a Madrid solo para ser ejecutado por un pelotón de fusilamiento. Sería el primer vecino de Belvís al que la justicia militar franquista le aplicara la pena de muerte; cuatro días después, la mañana del 4 de noviembre de 1939, en la cárcel de Talavera de la Reina, eran fusilados otros diez vecinos tras un recorrido procesal distinto al de Gerardo.

#890

Re: España país de pandereta y genocidio.A galopar.

VALERIANO JARA LÓPEZ (24-06-1939)
Nacido en Móstoles el día 15-XII-1906. Asesinado por fusilamiento en la tapia del cementerio del Este de Madrid el día 24-VI-1939. Hijo de Braulio Jara Gamallo y Agustina López Domínguez, segundo de siete hijos nacidos del matrimonio. Andrés muerto por enfermedad antes de la guerra. Los otros seis muertos o represaliados por el régimen Franquista: Natividad, exiliada en Francia, Valeriano, fusilado en 1939, Máximo, muerto en Valencia a consecuencia de las heridas sufridas en la batalla de Nules, Baldomero, herido en la defensa de Madrid y condenado durante tres años en un batallón “disciplinario” de trabajo, Ignacio, alistado en la quinta del chupete, detenido en 1947 y condenado a cinco años por ¿pertenencia al PCE, y guerrilleros del llano? Pedro, detenido y condenado por rebeldía, encarcelado y deportado a África. De profesión: Panadero.

Postal manuscrita (que nunca salió de la cárcel) por Valeriano, horas antes de su ejecución,

Postal manuscrita (que nunca salió de la cárcel) por Valeriano, horas antes de su ejecución,

#891

Re: España país de pandereta y genocidio.A galopar.

Se reproduce línea a línea lo que la postal dice en su reverso:

Madrid 22 de Junio del 1939. Año de la Victoria.
Querido primo: Quizas peque de moles-
to al dirigirme a ti por tercera vez, pero la impacien-
cia es tan grande en estos sitios, que no puedo por
menos que requerir tu ayuda.
Hace 8 días que tuve el honor de hablar contigo
Locual me llenaste de esperanza pero en vista
De que no me has contestado con nada, hoy te digo:
Harás el favor de comunicarme lo que sepas bueno o malo,
y en caso de que no sea cosa de que esté a tu
alcance, busques un abogado el cual se interese por
nuestros expedientes, y para tales trámites no regate-
aremos intereses materiales los cinco que estamos aquí juntos
por la misma causa que son: Valeriano Jara, Francisco
Reyes, Segundo arribas, Enrique López, y Andrés Piñeiro.
No dudando que me atenderás te doy las gracias.
Valeriano

#892

Re: España país de pandereta y genocidio.A galopar.

Reproducción línea a línea del documento:

FECHAS INOLVIDABLES
Marzo 28. Toman Madrid las fuerzas
Nacionales. Abril 4, mudanza de
la calle de Fuencarral. Abril 18, traslado de muebles y familia a
Móstoles. Abril 23, presentación
mia en la comandancia
Mayo 4, detención mia. -----
Mayo 17, traslado de Mostoles
A Madrid. Mayo 18, entrada
En la cárcel de “yeserías”. Mayo
Mayo 24, El juicio en el juzgado de
las salesas. Dia 30 de Junio
entrada en la cárcel de Porlier.
24 de Junio a fusilar a un
Inocente.
(Firmado) Valeriano.

#893

Re: España país de pandereta y genocidio.A galopar.

CÉSAR GONZÁLEZ CORTIJO (18-10-1939)
"Mis abuelos con seis hijos vivían entonces en Madrid. Mi abuelo era funcionario de prisiones y al poco de empezar la guerra enfermó y quiso que los tres varones se enrolaran como soldados republicanos. El mayor, Carlos, murió en el frente de Somosierra. El mediano, César, también debió de estar por allí. Es al que cogieron prisionero. Estuvo en la cárcel de Porlier antes de ser fusilado con 20 años junto a las tapias del Cementerio del Este. Era encuadernador. El pequeño, Conrado, cuando terminó la guerra estaba en Cartagena y no le cogieron porque, al igual que otros compañeros, regresó a Madrid andando de noche y escondiéndose de día. Fue el consuelo de la abuela, pobrecilla."
(Testimonio de su sobrina Celia)

#894

Re: España país de pandereta y genocidio.A galopar.

LA FISCALÍA GENERAL DEL ESTADO PRETENDE IMPEDIR QUE LOS JUZGADOS ESPAÑOLES TOMEN DECLARACIÓN A LAS VÍCTIMAS E IMPUTADOS EN LA QUERELLA ARGENTINA CONTRA EL GENOCIDIO FRANQUISTA La Fiscal General del Estado, Consuelo Madrigal, ha emitido una instrucción de obligado cumplimiento para tratar de impedir que los Jueces españoles, mediante la ejecución de los correspondientes exhortos, tomen declaración tanto a las víctimas de la dictadura franquista como a los victimarios en la causa penal que se tramita en el Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional Federal número 1 de Buenos Aires, esto es, en la denominada querella argentina, cuyo objeto no es otro que la investigación y enjuiciamiento de los crímenes contra la humanidad cometidos por el citado régimen dictatorial, defendido ahora por los fachas de este foro.

CIENTOS DE MILES DE VÍCTIMAS DEL TERRORISMO EN FOSAS COMUNES QUE LA MONARQUÍA BORBÓNICA QUIERE IGNORAR

CIENTOS DE MILES DE VÍCTIMAS DEL TERRORISMO EN FOSAS COMUNES QUE LA MONARQUÍA BORBÓNICA QUIERE IGNORAR

#895

Re: España país de pandereta y genocidio.A galopar.

Lo único bueno de todas las chorradas que pones es esto:
Madrid 22 de Junio del 1939. Año de la Victoria.

#896

Ta y genocidio.

La acción de los bombardeos protagonizados centralmente por la Aviación Legionaria italiana, pero también por la Legión Cóndor y la aviación sublevada, produjo la muerte directa de 4.736 personas y un número incalculable de heridos en Catalunya. No se conocen los nombres de todas sus víctimas, pero la obra de historiadores como Josep Maria Solé i Sabaté o Joan Villarroya, dedicada a las víctimas mortales de los bombardeos en Cataluñny, y el proyecto "El coste humano de la Guerra Civil en Catalunya", del Centro de Historia Contemporánea de Catalunya, han podido salvar una gran parte de esos nombres. El juzgado de Instrucción número 28 de Barcelona ha cursado una comisión rogatoria a la justicia italiana para que sean interrogados en calidad de imputados 35 soldados del ejército italiano, pilotos de aviación, que participaron en el bombardeo de Barcelona durante la guerra civil. Este juzgado investiga la denuncia presentada por la Asociación Altra Italia por un delito contra la humanidad y crímenes de guerra. Según la denuncia, pilotos de la aviazione legionaria bombardearon Barcelona entre los años 1937 y 1939 causando más de 5.000 muertos civiles. Los pilotos italianos, por orden del general Franco, lanzaron más de un millón de kilos de bombas en diversos ataques que partieron de la base de la aviación fascista italiana en Mallorca. Según la querella, en dichos bombardeos, participaron 759 aviones del ejército italiano.el juez de Barcelona ha tramitado una comisión rogatoria para su interrogatorio al objeto de poder saber de quién o quienes partieron las órdenes concretas de bombardear indiscriminadamente a una sociedad civil barcelonesa absolutamente indefensa. "Provocar terror" La querella recoge la literalidad de un telegrama enviado por el Ministerio de Justicia italiano al comandante en jefe de la Aviazone Leguionaria destinada en Mallorca en el que se le dice que el objetivo de los bombardeos es "provocar el mayor terror posible entre la población civil".

#898

Re: España país de pandereta y genocidio.A galopar.

!! Viva España !!

#899

Re: Ta y genocidio.

La querella italiana, presentada hace un año, había sido archivada anteriormente por un juzgado de instrucción, pero ahora la Audiencia de Barcelona decidió reabrirla e invitó al ayuntamiento de la ciudad y al gobierno regional de Cataluña a participar en la causa como parte perjudicada. Los jueces consideraron que "no cabe la menor duda" de la certeza de los hechos denunciados y que han sido "investigados y contrastados por numerosos historiadores de distintas nacionalidades". Se trata de la primera vez en España que un tribunal español aplica la legislación internacional sobre crímenes de guerra para perseguir crímenes cometidos durante la Guerra Civil, para los que fue aprobada en 1977 una ley general de amnistía.

Fuente: Emol.com - http://www.emol.com/noticias/internacional/2013/01/23/580570/tribunal-espanol-ordena-por-primera-vez-investigar-crimenes-de-la-guerra-civil.html

#900

España país de pandereta y genocidio

Un tribunal español ordenó hoy por primera vez investigar crímenes de la Guerra Civil (1936-1939), en respuesta a una demanda presentada por una asociación de italianos antifascistas residentes en Barcelona.

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