Carta de un Rankiano a los Controladores

el que permitiese que controladores del resto de Europa viniesen a trabajar a España (si es que no lo pueden hacer ya).

Me parece bien que se investigue esta idea, por qué no les interesa venir , si pueden realmetne o no o si los controladores están dispuestos a acptarlo.

" Bajada de sueldos, debido al aumento de la oferta"

¿qué te hace pensar que los contreoladores iban aceptar un abajada de sueldo sin montar follón?

"como siempre parto de la culpabilidad de los políticos"

Partir de entrada con un culpable definido no ayuda a arreglar las cosas ni a buscar la verdad poruqe todo tu esfuerzo lo vas a dedicar a justificar ese planteamiento inicial.

Tampoco tienes prubas de que los controladores fuesen a aceptar un acuerdo que no implicase el asumir sus exigencias en lugar de buscar el interés general de un servicio público.

Saludos

Hay diversas formas de bajar el sueldo.
- Si se dejan de hacer horas extras, parece ser que bajaría una barbaridad, pues según dicen, se las pagan a precio de oro (o se las pagaban).
- Si los nuevos que entren entran con menos sueldo, baja el salario medio, aunque no bajen nominalmente a cada uno.

Si se tiene una legión de controladores en reserva, ¿a ver si si atreven a irse de huelga? con los sustitutos cobrando mucho menos, AENA podria aguantar indefinidamente.

Respecto a los políticos, es aquello del pastorcillo embustero. Tras tantas mentiras, me resulta dificil creerles. ¿a ti todavia no te han mentido bastante? Parece ser que los controladores habian pedido un presidente de mesa neutral que permitiese desbloquear la situación con AENA, pero AENA no quiso.

Como bien dics, no tengo pruebas, pero ni esto es un juicio, sino una conversación, ni he visto pruebas en el sentido contrario. Pero si he visto otras cosas, por ejemplo, el gobierno bien podria haber salido nombrando un juez como arbitro, que dictase un laudo arbitral, de obligado cumplimiento. Prefirió tirarse al monte.

No mires lo que los politicos dicen, mira lo que hacen.
Los hechos (lo que uno hace o lo que, pudiendo hacer, no hace) hablan más que las palabras respecto lo que cualquier persona piensa realmente.