(Fuente: Swisslatin / 27-02-2007)
En 2003, el archivo filatélico de la sede europea de la ONU en Ginebra fue puesto a la venta en Ginebra (Suiza) por un grupo de funcionarios, operación que se realizó sin la autorización del secretario general, Kofi Annan. La venta está siendo investigada por la oficina de control interno de la ONU. Cabe señalar que la primera subasta de la colección filatélica de la ONU de mayo de 2003 y la reventa posterior a Greg Manning del archivo no se consideran en principio irregulares. Por esta razón, Naciones Unidas evita, por ahora, citar en sus informes públicos la venta de su exclusiva colección filatélica, a pesar de que los detalles de la subasta en Ginebra estén publicados en la página en Internet de la firma suiza David Feldman. Los investigadores intentan aclarar los motivos que llevaron a los funcionarios de la Administración Postal de las Naciones Unidas (APNU) a desprenderse del archivo y pretende determinar si la venta de la colección se hizo cumpliendo las reglas. El material histórico de la ONU debió contar con la autorización del secretario general de la ONU antes de que pudiese ser vendida. Kofi Annan no habría dado en principio ese permiso, según fuentes del organismo. "Se trata de saber si esos funcionarios vendieron los sellos creyendo que beneficiarían a la institución o si lo hicieron para enriquecerse personalmente", indican. Se calcula que la ONU podría haber recaudado unos 2,5 millones de euros en la subasta original del lote. Las fuentes consultadas evitan hablar en este momento de irregularidades en la APNU, a pesar de que los ocho funcionarios que supuestamente participaron en la venta de la colección están suspendidos de sus puestos. Y entre tanto, en la sede de la ONU se teme que los sellos que componían el valioso archivo, sobre todo las piezas más desconocidas y raras, estén ya demasiado dispersas como para poder recomponer la colección original. El conjunto subastado incluía diseños originales, pruebas de impresión y sellos desconocidos, todas piezas muy apreciadas por los coleccionistas. El precio de salida de esas piezas, recogidas en un catálogo de medio millar de páginas, rondaba los 150 dólares y los 10.000 dólares, y podrían haber duplicado o triplicado su valor. Se calcula que la subasta permitió recaudar a la filial de Afinsa en torno a 1,25 millones de dólares, una cifra que no confirma la firma estadounidense. Tampoco se dan detalles sobre las ventas que podría haber realizado la subsidiaria de Afinsa en los años sucesivos con la venta de los otros sellos que componían el valioso archivo, no tan exclusivos como los del primer lote pero de gran valor para los coleccionistas. La ONU era la única organización internacional autorizada a emitir sus propios sellos postales. Para ello fue creada en Ginebra en 1951, la Administración Postal de las Naciones Unidas (APNU). Sus sellos eran verdaderas obras de arte en miniatura, como indican los expertos en este sector, creadas por artistas de todo mundo y que reflejaban las preocupaciones universales de sus pueblos, lo que explica que el 85% de las piezas sean coleccionadas por filatélicos. El organismo ginebrino emitió un millar de sellos diferentes desde octubre de 1951. También disponía de su propia colección, con miles de piezas desconocidas en el mundo de la filatelia. Hasta que un grupo de funcionarios de la Administración Postal de las Naciones Unidas (APNU) decidió poner el archivo filatélico en manos de la casa de subastas suiza David Feldman en 2003. La APNU registraba esos años unas pérdidas de 2,9 millones de dólares. La colección postal de Naciones Unidas -integrada por centenares de miles de sellos que databan desde 1951- fue subastada en Ginebra en mayo de 2003, sin que se le diera mucha publicidad al evento, que ocurría en pleno apogeo de privatizaciones. Esta subasta habría pasado desapercibida de no ser porque se pagó un precio récord. Arthur Morowitz, consejero delegado de la firma neoyorqui