Afortunadamente no tengo mucho tiempo para escribir por cuestiones de trabajo. Encima me pillas cambiándome de casa -ya te contaré lo mucho que he aprendido este último mes sobre impuestos, notarios e inmobiliarias-. Pero ya ves, llevamos un rato largo con la crisis económica de marras, de la que sabemos cómo hemos entrado pero no cómo ni cuándo saldremos, según dice tu compañera Mari Tere. Y a estas alturas ya te habrás percatado de que te ha tocado lidiar con un problema en el que tu Gobierno y tú no tenéis ni la culpa ni la solución.
Sí, digo bien. Ni la culpa ni la solución. Perdona que sea tan directo. Tu jefe te ha puesto en el cargo para que parezca que algo ha cambiado y para animar al personal. No me cabe duda de que tienes curriculum y valía de sobra -el que diga lo contrario, entre nosotros, es un gilipollas-. Pero eso no es lo relevante porque lo que toca no es saber sino liderar. Y perdona de nuevo mi atrevimiento, tienes que currarte lo de las apariencias, ya sabes: las ruedas de prensa, los mítines, el tono de voz, las fotos -me refiero a la calidad, no a la cantidad. No te creas que Obama tiene otra cosa que ofrecer. Y para eso está: para liderar, acompañar, guiar, animar. Para la parte técnica ya están los de abajo.
En efecto, poco puedes hacer aparte de coordinar a los que van a manejar de verdad el dinero, en especial a Chaves y a Blanco. Procura que en los próximos presupuestos el cuadro macroeconómico sea un poco más creíble que el de este año. Y no hagas caso a los ideólogos del partido: el déficit va a ser un problema serio, a ver si convences a tu jefe de ello. No dudes en reconocer que algunas medidas fracasaron. Tampoco tengo muy claro si esas reformas estructurales que algunos llevamos tiempo pidiendo van a dar resultados visibles a estas alturas, pero algo tendrás que hacer para justificar el sueldo. Personalmente, prefiero que los cambios en materia laboral sean pactados y no impuestos. No vendría mal un retoque a las cotizaciones sociales, al IVA y a la fiscalidad del ahorro. ¿Demasiadas cuentas que cuadrar? Ya sabes de dónde hay que recortar. Pero es dífícil mentar a la bicha funcionarial. En cualquier caso, será el sector privado el que salga de la crisis de la mano del Gobierno, y no al revés.
Supongo que no soy digno de aconsejar a un ministro. Tampoco conozco a nadie (en su sano juicio) que quiera estar en tu lugar. Así que te deseo buena suerte. A todos nos trae cuenta.