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Asesinatos cometidos por ETA desde el 20 de Noviembre de 1.975

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Asesinatos cometidos por ETA desde el 20 de Noviembre de 1.975
Asesinatos cometidos por ETA desde el 20 de Noviembre de 1.975
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Re: Asesinatos cometidos por ETA desde el 20 de Noviembre de 1.975

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Los vecinos se sumaron también masivamente a la manifestación convocada por el Ayuntamiento de la localidad para después del funeral. La manifestación, silenciosa, arrancó poco después de las 20:00 horas. Más de 1.500 personas, entre las que además de varios dirigentes políticos estaban exmiembros de ETA político militar, desfilaron tras una ikurriña con crespón negro y una pancarta con la inscripción "Bakean bizi nahi dugu" (queremos vivir en paz). La manifestación concluyó ante el lugar donde Yoyes fue asesinada, donde los manifestantes arrojaron flores y cantaron el Eusko Gudariak (himno del soldado vasco).

Otro de los hermanos de Yoyes, Luis Ignacio González Catarain, apuntó en un escrito hecho público a título particular la idea de que la aparente unidad de los presos y refugiados de ETA m puede ser más consecuencia de la coacción que de la voluntad política. Luis Ignacio, entonces militante de la izquierda proetarra, hizo unas declaraciones muy duras contra la banda asesina, asociando el comportamiento mostrado por ETA en ese atentado con las actuaciones de la Mafia siciliana y de las organizaciones nazis. A su juicio, el atentado demostraba que ETA militar temía a la reinserción y era la respuesta a las dudas sobre su futuro inmediato que quizás albergaban gran parte de los miembros de la banda. "Un buen día, por lo que sea, empezamos a dudar, seguimos haciéndolo y terminamos dándonos cuenta de que el bonito sector abertzale en el que nos encontrábamos tiene un gran parecido con la Mafia siciliana". Y añadió: "Interiorizando ya en los asuntos de ETA, nos encontramos con un fanatismo ideológico en algunos sectores con resultados típicamente mafiosos que evidentemente nos llevan a pensar en qué será de lo que nos quieren liberar y qué podríamos esperar con alguien así en el poder". El hermano de Yoyes atribuyó el atentado "al grupo que queriendo seguir actuando como hasta ahora ve que necesita tener al resto alrededor, debido al acoso que sufren los refugiados por parte de los Gobiernos español y francés, ya que marchándose los que no hacen nada, quedan en total evidencia los que hacen algo. Ahora se entiende mejor, ahora los presos tienen dos cárceles; el asesinato es un mensaje claro a toda la organización y punto. Lo que no interesa para nada es un debate en el que se tienen todas las de perder. Los nazis no lo harían mejor".

Las declaraciones del hermano de Yoyes abundaban sobre el hecho de que un exetarra, acogido a las vías de reinserción, había alertado diez días antes a María Dolores de la existencia de una consigna concreta de la banda terrorista para atentar contra alguno de los activistas reinsertados de mayor relieve. El objetivo de ETA con esa acción era abortar un incipiente debate entre una parte de los presos y los refugiados en torno a la posibilidad de abandonar la lucha armada. Según este exetarra la banda terrorista ETA había señalado a cuatro o cinco personas que, por su relevancia, podrían ser objeto de un atentado, y sospechaba que en la relación de potenciales víctimas figuraba de manera destacada el nombre de María Dolores. Yoyes se mostró preocupada por la noticia, pero argumentó que cualquier precaución resultaría inútil a la larga y que no estaba dispuesta a volver al exilio. La orden de asesinar a algún exetarra, según la información transmitida a María Dolores, fue impuesta por el sector más duro de ETA militar, que había adquirido mayor peso en la organización a raíz de la expulsión a Gabón desde Francia de Txomin Iturbe. En el curso de la conversación, Yoyes indicó a su interlocutor que las noticias que le transmitía confirmaban sus temores, que iban en aumento desde que se produjo el alejamiento de Iturbe de la dirección ejecutiva de ETA como consecuencia de su reclusión durante varios meses en una prisión francesa y de su deportación posterior a mediados de julio. El por entonces máximo dirigente de la banda terrorista había ofrecido a María Dolores González, antes de que ésta regresara en secreto a España el 17 de octubre de 1.985, garantías personales de que no se tomarían represalias contra ella mientras de él dependiera, y le había pedido que no hiciera el juego a los partidos políticos favorables a la reinserción y que evitara realizar cualquier tipo de declaración pública porque podría resultar muy perjudicial para ETA, condición esta última que la exdirigente cumplió escrupulosamente. Pese a tener conocimiento de lo que se estaba preparando, Yoyes decidió seguir haciendo su vida normal, convencida, según explicó al compañero que le había informado, de la inutilidad de cualquier tipo de medidas de protección temporales. La única precaución eficaz, había explicado la propia María Dolores, habría sido abandonar de nuevo a su familia, alejarse del País Vasco y volver al extranjero, solución que ella no estaba dispuesta a aceptar.

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Re: Asesinatos cometidos por ETA desde el 20 de Noviembre de 1.975

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El diputado del PNV, Joseba Azkarraga, que había gestionado ante el Ministerio del Interior una parte considerable de los indultos a presos que habían abandonado ETA, confirmó que su impresión era que, efectivamente, se estaba dando ese debate en el seno de la banda terrorista. "Algo se estaba moviendo en torno a este tema. Había indicios de que comenzaba un debate. Lo de Yoyes parece motivado precisamente por esta circunstancia". El asesinato de Yoyes se produjo pocas semanas después de que se conociera el fracaso de las iniciativas paralelas de diálogo con ETA militar, dirigidas a una negociación con la banda terrorista. Los contactos quedaron rotos por la negativa del Gobierno a retrasar la deportación de Txomin Iturbe que había pedido, en la vía de contactos abierta a través del PNV, un plazo de tres semanas para convencer a sus compañeros de la posibilidad de llegar a un acuerdo. No obstante, se produjo finalmente el traslado a Gabón y su pérdida de peso en la organización terrorista.

Yoyes no era la única ni la primera etarra que se había acogido a las medidas de reinserción. Desde principios de los ochenta cerca de dos centenares de terroristas se habían acogido a la reinserción que ofrecía el Gobierno, lo que propició el regreso del exilio de muchos polimilis (exmiembros de la autodisuelta ETA político-militar) y también de algunos milis (de la rama militar) gracias a medidas individuales e indultos parciales. Tras la Ley de Amnistía de 1.977, Yoyes no tenía causas pendientes en España, por lo que su regreso al País Vasco dependía sólo de que el Gobierno le garantizase que no le buscarían alguna causa para llevarla ante los tribunales, por una parte, y de que ETA no atentase contra ella, por otra. Una vez que logró el compromiso de ambos, regresó al País Vasco.

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Re: Asesinatos cometidos por ETA desde el 20 de Noviembre de 1.975

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En relación a las garantías dadas por la banda terrorista, se manifestó también Juanjo Dorronsoro, marido de Yoyes, tras el asesinato. Dorronsoro declaró que fuentes vinculadas a ETA militar negaron expresamente en los primeros meses de 1.986 ante personas próximas a Yoyes que la banda fuese a atentar contra ella, y desmintió que altos cargos de la Guardia Civíl o exetarras reinsertados le hubieran alertado de la posibilidad de un atentado. Señaló que la única persona que les alertó de la posibilidad de que ETA atentase contra ella fue un conocido de la familia. "En enero esta persona nos informó que en el otro lado [en referencia al País Vasco francés] corría el rumor de que ETA preparaba un atentado contra Yoyes. Tratamos de comprobar esta información y la respuesta que se nos dio desde el otro lado fue que no había nada de eso y que todo era un rumor sin fundamento". Yoyes y Juanjo dieron credibilidad a esta respuesta, por lo que no adoptaron ningún tipo de precaución, en la confianza de que el compromiso del dirigente etarra, Domingo Iturbe Abasolo, Txomin, sería suficiente para que ETA no atentase contra María Dolores. "Creímos, efectivamente, que todo había sido un rumor sin fundamento, y no tomamos las medidas que, evidentemente, habríamos adoptado si hubiéramos sospechado que ETA m tenía intención de matarla".

A Yoyes le perjudicó la publicidad que se dio a su regreso, algo que ella no buscó en absoluto. Su presencia en el País Vasco se hizo pública al mes siguiente de su regreso, y poco después algunas calles de Ordicia se llenaron de pintadas amenazadoras en las que se le acusaba de ser una traidora. La campaña contra Yoyes provocó tensiones en Herri Batasuna (HB) de Ordicia, partido en el que militaban familiares directos de la víctima. La noticia de su vuelta suscitó entonces el siguiente comentario incrédulo de un destacado dirigente de HB: "Es como si me dicen que Txomin se ha arrepentido; no me lo creo". Desde que se acogió a la reinserción, María Dolores se había negado sistemáticamente a ser entrevistada por los medios de comunicación y guardó silencio absoluto, probablemente con la idea de que esta actitud calmaría a los que la acusaban de traidora a la banda. Su marido, Juanjo Dorronsoro, manifestó reiteradamente que Yoyes sólo hablaría para exponer su análisis de la situación política vasca en el caso de que se sintiera verdaderamente atosigada.

También le perjudicó la deportación de Txomin. La nueva cúpula etarra, más dura, formada por Francisco Mújica Garmendia, Pakito; José Luis Álvarez Santacristina, Txelis, y José María Arregi Erostarbe, Fitipaldi, decidió que había que acabar con Yoyes. Pakito fue quien dio la orden definitiva de acabar con Yoyes, igual que anteriormente hizo con Eduardo Moreno Bergaretxe, alias Pertur. Los ejecutores fueron José Antonio López Ruiz, Kubati, y José Miguel Latasa Guetaria, Fermín. Cuatro de los cinco son actualmente disidentes de ETA. Incluso Txelis manifestó en el diario El País (27/02/2.011) su intención de obtener el perdón de la familia de Yoyes cuando se cumplían veinticinco años de su asesinato.

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Re: Asesinatos cometidos por ETA desde el 20 de Noviembre de 1.975

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En 1.987 fue detenido José Antonio López Ruiz, Kubati, como presunto autor del asesinato de Yoyes. La Audiencia Nacional lo condenó a 29 años de reclusión mayor por un delito de asesinato, y a 7 años por otro delito de estragos. En la misma sentencia se condenó a José Miguel Latasa Guetaria, Fermín, a 27 años por un delito de asesinato. Latasa Guetaria, vecino de Ordicia, fue quien realizó las labores de vigilancia sobre María Dolores. Expulsado de ETA en 1.994, cuando salió de la cárcel en 1.998 la banda terrorista intentó matarlo por su "actitud colaboracionista con el Estado español".

María Dolores González Catarain, de 32 años, nació en Villafranca de Ordicia (Guipúzcoa). Con 18 años se trasladó a San Sebastián para iniciar estudios de Magisterio, que no terminó al integrarse en la banda terrorista ETA a finales del franquismo, en 1.973. Tras participar en el intento de volar un autobús de la Guardia Civil en la carretera de Martutene, el grupo del que formaba parte fue desarticulado y Yoyes cruzó la frontera, instalándose en Bayona. En el seno de ETA tuvo puestos de responsabilidad en el aparato político con José Miguel Beñarán, Argala, siendo la primera mujer que llegó a ocupar un puesto directivo en la banda terrorista. Pocos meses antes de la muerte de Franco conoce a Juan José Dorronsoro, que no militaba en ETA. El asesinato de Argala en 1.978, y su enfrentamiento con el sector más radical de ETA, fue lo que hizo que se desvinculara de la banda y la abandonase en 1.979, yéndose a vivir a México en 1.980, donde estuvo seis años y donde nació su hijo. Durante su exilio en este país se licenció en Sociología en la Universidad Autónoma Metropolitana de Ciudad de México. En 1.985 decidió acogerse a las medidas de reinserción propiciadas por el Ministerio del Interior tras la amnistía de 1.977. La exdirigente etarra había negociado su vuelta directamente con el Ministerio de Interior a través de la embajada de España en México. En una primera etapa se instaló en París y, más tarde, regresó al País Vasco. Desde entonces residía en San Sebastián, pero acudía regularmente a Ordicia, su pueblo natal, donde vivían sus padres y algunos de sus hermanos. Su viudo, Juan José Dorronsoro, y su hijo Akaitz, llevaron una vida discreta tras el asesinato de Yoyes. Juanjo, que ha protegido al niño evitando que se convirtiera en "el hijo de un símbolo", se jubiló anticipadamente en 2.004 como profesor en el Instituto Santo Tomás de San Sebastián. Según informes de la Guardia Civil, sectores proetarras intentaron aproximaciones al hijo durante su etapa universitaria, aunque sin éxito. En cuanto a los hermanos de Yoyes, que en la época en que la asesinaron "eran entre los radicales los más radicales de todos, cambiaron tras el asesinato de Yoyes. Asun, la mayor, militante de las Gestoras pro Amnistía, trabaja ahora, con idéntica pasión, con Gesto por la Paz. A Isa, que en tiempos estuvo en ETA y sufrió prisión por ello, se la ve en las manifestaciones contra ETA. También a Glori, que confiesa que la muerte de su hermana supuso un cambio radical en su vida. Lo de José Luis es diferente. Fue concejal de HB y miembro de ETA, y sólo 10 años después de la muerte de su hermana se atrevió a decir en la televisión vasca que nadie tiene derecho a matar a nadie" (El País, 18/10/1.998).

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Re: Asesinatos cometidos por ETA desde el 20 de Noviembre de 1.975

El día 10 de septiembre de 2.015 se cumplieron 27 años de los asesinatos de Pedro Antonio Fonte Salido (Agente de la Policía Nacional) y Martín Martínez Velasco (Inspector de la Policía Nacional) a manos de la banda terrorista ETA. A las cinco y media de la tarde del sábado 10 de septiembre de 1.988 la banda terrorista ETA asesinaba a tiros en Izurza (Vizcaya) al agente de policía, Pedro Antonio Fonte Salido, y al inspector Martín Martínez Velasco. El agente Fonte Salido fue acribillado mientras esperaba en un vehículo camuflado a que su compañero saliera del Bar Ozaeta, situado en la carretera que va de Vitoria a Durango. El inspector Martínez Velasco fue asesinado segundos antes mientras hablaba por teléfono dentro del bar, donde en esos momentos jugaban a las cartas una docena de personas. Ambos estaban adscritos a la Brigada de Información Antiterrorista de la Jefatura Superior de Policía de Bilbao.

Según testigos presenciales, los tres etarras que llevaron a cabo el atentado actuaron con celeridad y de forma casi simultánea. Dos de ellos, que esperaban dentro del bar, dispararon repetidamente por la espalda contra el inspector Martínez Velasco, mientras hablaba por teléfono, al tiempo que el tercero tiroteaba, a través de la ventanilla del coche policial, a Pedro Antonio Fonte. Los policías recibieron diecisiete impactos de bala y fallecieron en el acto. En el lugar de los hechos, la Ertzaintza recogió varios casquillos del calibre 9 milímetros parabellum. Los terroristas pudieron identificar a los policías por la emisora que llevaba el vehículo, un Opel Corsa de color blanco, según hipótesis barajada por la Ertzaintza.

Los terroristas, que actuaron a cara descubierta, no huyeron en un vehículo robado con anterioridad, lo habitual en los atentados de ETA, sino en un coche propiedad de uno de los clientes del Bar Ozaeta del que se apoderaron después de cometer el doble asesinato.

El coche, un Peugeot 505 gris, fue encontrado media hora después frente al ambulatorio de Durango, a dos kilómetros del lugar del atentado. Los especialistas en desactivación de explosivos inspeccionaron el coche en previsión de que albergara alguna bomba trampa, y tomaron huellas dactilares.

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Re: Asesinatos cometidos por ETA desde el 20 de Noviembre de 1.975

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Los dos policías asesinados fueron sorprendidos por los terroristas cuando llevaban a cabo una labor de investigación en diferentes bares que podían estar siendo utilizados por miembros o simpatizantes de ETA para contactar telefónicamente, según informó El País (12/09/1.988). La Brigada de Información Antiterrorista de Bilbao seguía, en las semanas previas al doble asesinato, una serie de indicios sobre la presencia de un grupo de ETA en el área de Durando, dentro de la cual se encuentra la localidad de Izurza. Martín Martínez Velasco y Pedro Antonio Fonte Salido habían visitado ya en varias ocasiones el Bar Ozaeta, donde fueron asesinados, por lo que es probable que fueran detectados en alguna ocasión anterior. El hecho de que los terroristas no acudiesen con un coche propio sino que huyesen en un vehículo robado a uno de los clientes del bar, podría indicar que controlaban perfectamente el área del atentado y que habían descubierto la labor investigadora iniciada por los agentes. Izurza, además, es una pequeña localidad de unos cuatrocientos habitantes, lo que habría facilitado la detección de unos forasteros, según señalaron medios de la lucha antiterrorista. Los servicios de información policial tenían sospechas de que el bar en que fueron asesinados los policías nacionales, así como otros establecimientos de localidades próximas, servían de punto de contacto de etarras y proetarras, que utilizaban los teléfonos públicos para realizar o recibir llamadas de terroristas.

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Re: Asesinatos cometidos por ETA desde el 20 de Noviembre de 1.975

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Por su parte, el diario ABC (12/09/1.988) informó que el inspector Martín Martínez había formado parte de una rueda de reconocimiento en un Juzgado de Bilbao tres meses antes del atentado. Debido a que la legislación procesal de la época no garantizaba el anonimato de los agentes de la lucha antiterrorista, este periódico señaló la posibilidad de que Martín Martínez hubiese sido identificado en dicha rueda.

Al día siguiente del atentado, a las diez de la mañana, se celebró el funeral por los policías asesinados en la Iglesia de los Padres Agustinos de Bilbao. Al mismo asistió, entre otros, el ministro del Interior, José Luis Corcuera, que al terminar hizo unas breves declaraciones en las que señaló que los policías asesinados eran trabajadores, miembros de familias humildes, y subrayó el sarcasmo que supone que los asesinos justifiquen sus crímenes en nombre del pueblo trabajador vasco. "Espero que la mayoría del pueblo vasco no olvide mañana, lunes, la indignación que hoy siente por este atentado". La ceremonia se desarrolló en un ambiente cargado de emoción por las escenas de dolor protagonizadas por los familiares, amigos y compañeros de las víctimas. Concluida la ceremonia, un pequeño grupo de personas dio gritos aislados de "ETA asesina" y "Gobierno culpable", junto con vítores a la Policía, a la Guardia Civil y a España.

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Re: Asesinatos cometidos por ETA desde el 20 de Noviembre de 1.975

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En 1.991 la Audiencia Nacional condenó a Juan Carlos Arruti Azpitarte, alias Paterra, a 30 años de reclusión por cada uno de los dos asesinatos. Gracias a la aplicación de la doctrina Parot por la Audiencia Nacional en febrero de 2.010, la excarcelación de este asesino, con condenas que suman 403 años por diferentes atentados, se ha visto aplazada hasta el año 2.019. El fiscal en sus conclusiones determinó que los otros dos autores materiales del atentado fueron Juan Ignacio Oyarbide Aramburu, alias Txiribita, y Manuel Urionabarrenechea Betanzos, alias Manu, fallecidos en Irún durante el enfrentamiento con la Guardia Civil en septiembre de 1.989 en el que fue detenido Paterra. También fue condenada a 12 años como encubridora María Begoña Arroyo Pérez Nanclares, quien escondió durante cinco días a los asesinos en su domicilio de Abadiano (Vizcaya).

Pedro Antonio Fonte Salido tenía 27 años y estaba soltero. Natural de Neda (La Coruña), sus restos mortales fueron trasladados en un avión de la Fuerza Aérea a El Ferrol (La Coruña), donde residía su familia, y enterrados el lunes 12 de septiembre, en el panteón familiar del cementerio de la localidad coruñesa de Vilachá, en el municipio de Monfero.

Martín Martínez Velasco tenía 33 años de edad. Era natural de San Andrés de Montejos, en el Bierzo leonés, y se había casado menos de un año antes de ser asesinado. Sus restos mortales se enterraron en el cementerio de Derio (Vizcaya) por expreso deseo de su familia. Una semana después, unos dos mil ciudadanos se manifestaron en Ponferrada (León), convocados por los familiares y amigos de la víctima.

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Re: Asesinatos cometidos por ETA desde el 20 de Noviembre de 1.975

El día 11 de septiembre de 2.015 se cumplieron 30 años del asesinato de Eugene Kent Brown a manos de la banda terrorista ETA en Madrid el 11 de septiembre de 1.985.

Dos días antes, el 9 de septiembre, Eugene hacía footing por la plaza de la República Argentina. La explosión de un coche bomba contra un autobús de la Guardia Civil le alcanzó de lleno. Fue uno de los 18 heridos, 16 de ellos guardias civiles. Ingresado en el Hospital de la Cruz Roja, murió a primera hora de la noche del día 11.

Era norteamericano. Tenía 40 años.

http://ciudadanosenlared.blogspot.com.es/2007/02/eugene-kent-brown-ciudadano.html

El 9 de septiembre de 1.985, en la plaza de la República Argentina de Madrid, al paso de un furgón de la Guardia Civil, estalló un coche bomba. Afortunadamente, ningún agente resultó muerto, si hubo heridos graves, sin embargo, un ciudadano norteamericano, Eugene Kent Brown, directivo de "JHONSON & JHONSON” que hacía footing en el lugar inadecuado a la hora inoportuna, resultó muerto debido a la onda expansiva.
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#41

Re: Asesinatos cometidos por ETA desde el 20 de Noviembre de 1.975

El día 12 de septiembre de 2.015 se cumplieron 26 años del asesinato de Carmen Tagle González (Fiscal de la Audiencia Nacional) a manos de la banda terrorista ETA. A primera hora de la tarde del 12 de septiembre de 1.989, los etarras Henri Parot y Jacques Esnal, con información suministrada por Francisco Múgica Garmendia, alias Pakito, acribillaron a tiros a través de la ventana de su vehículo a Carmen Tagle González, fiscal de la Audiencia Nacional.

Ese 12 de septiembre, en torno a las 15:15 horas, la fiscal Carmen Tagle se disponía a entrar en el garaje de su domicilio en la calle Julio Palacios de Madrid. Pese a que estaba amenazada, algo que había comentado con compañeros y amigos la semana antes a su asesinato, no disponía de escolta. Había salido de la Audiencia Nacional con María Dolores Márquez de Prado, su colega y amiga, a la que trasladó a su domicilio, en la calle Pío XII. De ahí se encaminó al suyo, donde Parot y Esnal aguardaban en el interior de un vehículo aparcado en las inmediaciones. Mientras la fiscal esperaba a que se abriera la puerta del garaje, Parot le disparó a bocajarro en la cabeza a través de la ventanilla, que tenía bajada. Carmen Tagle recibió varios impactos de bala, uno de ellos en la nuca, y falleció en el acto. En el lugar de los hechos se recogieron siete casquillos del calibre 9 milímetros parabellum.

En la zona en la que vivía la fiscal tenían también sus domicilios varios magistrados que, en el mismo lugar del atentado, criticaron duramente la decisión de retirar la escolta de varios de ellos, pese a que la Policía estaba en alerta ante la posibilidad de que ETA atentara en estas fechas próximas a las elecciones legislativas. Además, en recientes documentos de la banda terrorista se hacía referencia a la conveniencia de actuar contra los jueces. No obstante, Carmen Tagle no había tenido nunca servicio de escolta.

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Re: Asesinatos cometidos por ETA desde el 20 de Noviembre de 1.975

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La Asociación Profesional de la Magistratura difundió un comunicado de repulsa tras el atentado en el que señalaba que atacando "frontalmente a la justicia imparcial e independiente" se puede llegar "directamente a medios extremos de defensa del Estado, asimismo indeseables". Jueces para la Democracia, por su parte, calificó el crimen de "una muerte más contra la democracia".

La fiscal Tagle desempeñaba fundamentalmente la acusación pública en sumarios sobre atentados de la banda terrorista ETA en la Audiencia Nacional. De hecho, y tal como declaró Parot ante la Guardia Civil, la decisión de asesinar a Carmen Tagle estuvo directamente relacionada con el interrogatorio en Francia de José Antonio Urrutikoetxea Bengoetxea, alias Josu Ternera, y Santiago Arrospide Sarasola, Santi Potros. Al mismo, que tuvo lugar en mayo de 1.989 -cuatro meses antes de su asesinato-, la fiscal acudió acompañada del juez Baltasar Garzón y del comisario Pedro Díaz-Pintado. Josu Ternera se negó a declarar en español, salvo para decir, mirando a Tagle: "Cuando hablemos de las torturas que practican contra nosotros en las cárceles españolas, entonces hablaremos de eso" (en respuesta a una pregunta previa sobre si asesinar a un niño de dos años era su forma de luchar por la independencia). En otro momento, el asesino dijo que no reconocía la jurisdicción española y que no pensaba contestar a las preguntas, a lo que Tagle comentó en voz baja a Díaz-Pintado: "¡Valiente hijo de puta!", frase que Josu Ternera debió de oír "porque se volvió y le clavó una mirada... que no se me ha olvidado nunca", según contó Garzón (Pilar Urbano, El hombre que veía amanecer, Plaza y Janés, 2.000).

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#43

Re: Asesinatos cometidos por ETA desde el 20 de Noviembre de 1.975

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En 1.991 la Audiencia Nacional condenó a Henri Parot a 30 años de prisión como autor material del asesinato de Carmen Tagle. En 1.997, Jacques Esnal fue condenado a cadena perpetua por el Tribunal de lo Criminal de París. En el año 2.000, la Audiencia Nacional condenó, como inductor y cooperador necesario para cometer el asesinato, a Francisco Múgica Garmendia a los mismos 30 años que al autor material, Henri Parot. Múgica Garmendia no sólo suministró la información sobre los hábitos de la fiscal, sino que facilitó a los autores materiales el vehículo con el que cometieron el atentado. Durante la primera vista del juicio, Múgica Garmendia fue expulsado de la sala por dirigirse al tribunal y decirles que "para nosotros, todos vosotros sois Tagle".

Carmen Tagle González, de 44 años, era natural de Madrid y estaba soltera. Miembro de la Carrera Judicial desde once años antes, desde hacía cuatro su actividad profesional la desempeñaba principalmente en el Juzgado Central de Instrucción número 5 de la Audiencia Nacional, cuyo titular era el juez Baltasar Garzón. La fiscal Tagle era una mujer valiente que solía expresar públicamente, cuando así se lo requerían, sus opiniones sobre la benignidad del ordenamiento legal hacia los asesinos de ETA. Un mes después de su asesinato empezó en la Audiencia Nacional el juicio contra los autores de la masacre de guardias civiles en la plaza de la República Dominicana de Madrid. El escrito de conclusiones había sido elaborado por la fiscal Tagle.

#44

Re: Asesinatos cometidos por ETA desde el 20 de Noviembre de 1.975

Desgraciadamente también el mismo día 12 de septiembre de 2.015 se cumplieron 26 años del asesinato de Luis Reina Mesonero a manos de la banda terrorista ETA. Apenas seis horas después del asesinato de Carmen Tagle en Madrid, la banda terrorista ETA asesinaba en Bilbao al pescadero Luis Reina Mesonero mediante un paquete-bomba remitido a su nombre. Faltaban pocos minutos para las nueve de la noche cuando Luis entró en el portal de su domicilio, en la calle Fica, y recogió un paquete del buzón. Debido a que había sufrido una embolia meses antes, que le había dejado secuelas en la vista y el oído, Luis se acercó el paquete a la cara para poder verlo mejor, momento en el que la bomba explotó. La deflagración le provocó graves heridas en el cráneo y el tórax. El artefacto contenía entre 150 y 200 gramos de explosivo y la explosión provocó también algunos destrozos en el portal.

El asesinato de Luis Reina se debió a un error de la banda asesina ETA. Su situación familiar, su estado de salud y la falta de motivaciones claras hicieron que la Policía barajase desde el primer momento la hipótesis de que se tratara de un error. En medio de la confusión, y como había hecho en otras ocasiones, el entorno proetarra intentó desviar la atención culpando a grupos de extrema derecha del atentado. De esta forma, pocas horas después del asesinato, el dirigente de Herri Batasuna, Jon Idígoras, señaló que Luis Reina era simpatizante de la coalición proetarra y que HB colaboraría en la organización del funeral. La familia desmintió inmediatamente que existiese ninguna vinculación de Luis con los proetarras, por lo que HB tuvo que aclarar que la víctima no tenía ninguna relación con ellos.

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#45

Re: Asesinatos cometidos por ETA desde el 20 de Noviembre de 1.975

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El 23 de septiembre, ETA se atribuyó el asesinato de Luis en un comunicado publicado por el diario Egin, en el que calificaba de "equivocación y error irreparables" el atentado, por lo que hacían "la más seria y sincera autocrítica". La causa de la confusión se debía, según ese comunicado, a que un policía nacional tenía el mismo nombre que el pescadero, extremo que desmintió de forma tajante la Jefatura Superior de Policía de Bilbao. Chapuza tras chapuza de una banda chapucera y asesina.

El motivo real del error, según cuenta José María Calleja en su libro La diáspora vasca (Aguilar, 1.999), es que la banda asesina habría confundido a Luis Reina, el pescadero, con el propietario de un concesionario de coches y motos de Bilbao, también apellidado Reina, que sí había recibido amenazas del entorno proetarra por vender coches a policías y responsables del Gobierno civil de Vizcaya. Tras las amenazas, Reina habría hablado con dirigentes batasunos para pedir explicaciones y para que le garantizasen que ETA no atentaría contra él. Habló, entre otros, con Txomin Ziluaga, que le prometió "tratar su caso para que no le pasara nada, consciente de que este hombre no merecía un atentado". Acudió, además, a Txema Montero, abogado de HB, que le garantizó que no le pasaría nada, y a Jone Goirizelaia, también abogada de la coalición proetarra, que le contestó que si "la organización" le había amenazado, era porque algo habría hecho. Cuenta Calleja que, pocos meses después de estos contactos, se produjo el asesinato de Luis Reina Mesonero, y que el propietario del concesionario se marchó del País Vasco.

Luis Reina Mesonero tenía 61 años y era propietario de una pescadería en el mercado de Abastos de Bilbao, ciudad en la que había nacido. Estaba casado y su mujer llevaba veintisiete años impedida en una silla de ruedas. El matrimonio tenía un hijo de 25 años que, desde que Luis sufrió la embolia, había pasado a hacerse cargo del negocio de la pescadería.

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