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Programa de Podemos.

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#417

Re: Programa de Podemos.

gracias felipenet he votado ya y claro mi voto ha sido diferente al tuyo yo soy de la idea al igual que en la forma en que se aprobo la constitucion que los grandes temas de estado es necesario que los dos grandes partidos voten en armonia
saludos

#418

Re: Programa de Podemos.

No lo dicen abiertamente en público desde que Podemos existe como partido político, pero está escrito por ellos mismos. La cúpula de la formación que lidera Pablo Iglesias lleva años defendiendo la necesidad de abandonar la moneda única para recuperar la soberanía monetaria. Sus economistas son perfectamente conscientes de que la política económica que proponen es irrealizable en el marco del euro.

Sin embargo, en los últimos meses, se cuidan mucho a la hora de defender esta opción de forma explícita, debido al rechazo que despierta entre la mayoría de la población y, sobre todo, ante los enormes costes que, sin duda, supondría su materialización, tal y como reconocen los propios miembros de Podemos en sus escritos.

Finales de 2015. Podemos gana las elecciones generales y logra formar gobierno. ¿Qué pasaría a continuación? ¿Cómo se manejaría el radical cambio de política económica, el impago de la deuda y, en última instancia, el abandono de la Unión Monetaria? ¿Qué consecuencias tendría para el conjunto de los españoles?

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Estas preguntas no son retóricas. Su planteamiento y consiguientes respuestas han sido formuladas por varios economistas de Podemos. Entre ellos, Nacho Álvarez, miembro destacado de la cúpula de Iglesias, y Daniel Albarracín, economista vinculado a Podemos.

Así, en un trabajo publicado a finales de 2012, Albarracín detalla la "política alternativa" que debería emprender España contra la crisis, avanzando con ello algunas de las principales líneas programáticas que hoy defiende Podemos.

A escala nacional es importante apoyar e impulsar una reforma fiscal progresiva, la nacionalización sin indemnización de toda la banca privada involucrada en el origen de la crisis, la creación de una banca pública bajo control social, el establecimiento de medidas de control del movimiento de capitales, y el impulso a una política de redistribución que desarrolle la creación de un empleo socialmente útil y un incremento de actividad ligadas al cuidado y el bienestar de las personas priorizando los bienes comunes (naturaleza, educación, sanidad, vivienda, pensiones, etc…).

¿Problema? Estas medidas no son realizables bajo el euro, tal y como reconocen incluso los gurús de Podemos encargados de diseñar el borrador de progama económico presentado la semana pasada.

[...] la UE se diseñó en oposición a estos objetivos […] Nosotros consideramos que la ruptura con este modelo de Europa es clave para construir una alternativa. Pero al mismo tiempo pensamos que, afirmando que el Sistema Euro es nefasto para las clases populares y los países del Sur de Europa y que la salida del euro ya no puede considerarse un tabú, no es este un tema que deba abordarse de manera aislada y que hay otras cuestiones que deben tratarse prioritariamente.

En este sentido, Albarracín es consciente de que la aplicación unilateral de dichas políticas por parte de España conllevaría "consecuencias adversas (fuga de capitales, aislamiento financiero internacional, bloqueos comerciales, empobrecimiento, etc…), con lo que no se trata de ser sólo más audaces sino de adoptar una perspectiva más amplia que haga viable la transformación socialista", advierte.

Tal y como avanzó Libre Mercado, la estrategia inicial consistiría en lograr un amplio consenso social sobre la necesidad de rechazar las políticas de austeridad y reformas que exige Bruselas, al tiempo que se alcanzan alianzas con otros países del euro (Grecia, Italia, Portugal...) para conformar un bloque común con el fin último de transformar las instituciones comunitarias y, en caso contrario, romper con las mismas.

Las reformas que merecen la pena, en un horizonte de transformación, no tendrán un alcance suficiente sino incluyen varios rasgos fundamentales: deben contar con un amplio respaldo social, deben satisfacer las aspiraciones democráticas de la mayoría, deben mostrar lo contradictorio del sistema vigente para poder superarlo, y, sobre todo en este contexto, han de tener una alianza internacional suficiente para poderlas ponerlas en práctica.

Pero, una vez alcanzado ese consenso, es decir, si ganara Podemos, ¿que debería hacer el Gobierno? Albarracín responde:

En el Sur de Europa, hay una mayoría social que, ante el drama que está viviendo, podría abrazar un programa centrado en varios capítulos, tales como:

El rechazo a las Memoranda de Entendimiento, especialmente su condicionalidad. Reclamar, por el contrario, el impulso a políticias de transferencia de rentas e inversiones hacia los territorios y población más desfavorecida, construyendo una división internacional del trabajo complementaria y cooperativa.
La desobediencia de los diversos Pactos por la Austeridad que arrancan desde Maastricht.
Establecer una declaración de impago, pudiendo inspirarse en los acuerdos establecidos en 1953 con Alemania, desarrollando auditorías que determinasen la parte ilegítima de la deuda para proceder a su reestructuración y quita. Los acreedores bancarios y los capitalistas en general son responsables y han de pagar por lo que han hecho.
Entre los países que convergiesen en esta política alternativa, formular estrategias de solidaridad e integración igualitaria y redistributiva en materia financiera, comercial y de inversiones. Esto podría abrir la puerta a construir una nueva área económica supranacional con el máximo de países posibles [una nueva moneda para los países del Sur].
Reclamar una orientación y diseño institucional en Europa de carácter alternativo, con un nuevo Banco Central favorable a la creación de empleo y competente para regular el sistema financiero europeo, un presupuesto público europeo capaz de crear un sector público de bienestar ampliado, establecer un control adecuado de los flujos de capital que hiciesen eficaces un régimen fiscal progresivo, plantear una armonización de las relaciones laborales, etc…
De no aceptarse, construirlo entre los países que estuvieran conformes con este otro esquema [el citado euro de los países del Sur].
Y concluye:

En mi opinión, la salida del euro, o el establecimiento de medidas proteccionistas, no deberían ser nuestra consigna, y de serlo sólo deberían emplearse como un arma de negociación y, si acaso, un paso atrás, tras la expulsión, que busca dar dos hacia delante, orientados hacia una construcción internacionalista alternativa [el euro del Sur].

Las consecuencias de la salida

Ahora bien, los economistas de Podemos también son conscientes de que esa opción de euro alternativo formado por varios países del Sur, siendo su opción ideal, es improbable. De ahí que, en última instancia, apuesten por abandonar el euro de forma unilateral.

¿Qué efectos tendría para España dicha salida y/o expulsión de la moneda única? Este delicado punto es tratado en otro revelador artículo elaborado por Albarracín y Nacho Álvarez economista, y miembro de la cúpula de Podemos, a mediados de 2013, bajo el título La crisis del sistema euro: análisis y alternativas.

El diagnóstico es, simplemente, demoledor. Ambos admiten el brutal impacto negativo que tendría dicha salida para la economía española y el conjunto de la población, pero, aún así, defienden esta opción bajo la creencia de que las ventajas de la salida del euro superarían dichos inconvenientes a medio plazo.

Conviene en este punto ser claros con respecto al coste económico a corto plazo que supondría la salida unilateral del euro para un país fuertemente endeudado con el exterior y muy dependiente de las importaciones para su abastecimiento básico.

Una salida del euro en este caso provocaría corrimientos bancarios inmediatos, se incrementarían masivamente las fugas de capitales y, finalmente, llegaríamos al temido "corralito". Los depósitos y ahorros de la población se depreciarían notablemente (tengamos en cuenta, además, que las grandes fortunas ya han sacado sus ahorros de los países de la periferia).

Incluso con un repudio de la deuda, el Estado tendría que elegir entre que las familias trabajadoras perdieran sus depósitos y ahorros o tener que socializar buena parte de las pérdidas bancarias que se producirían (en este contexto, nacionalizar los bancos sería nacionalizar también sus pérdidas).

Es decir, fuga masiva de capitales, corralito y fuerte devaluación, con la consiguiente pérdida de poder adquisitivo de todos los españoles (perderían buena parte de sus ahorros y riqueza).

[…] la nueva moneda se depreciaría intensamente en sus primeras semanas de vida, generando un incremento automático de la deuda externa. La dicotomía se establecería ahora entre asumir una deuda aun más gravosa que la actual (lo cual abocaría de nuevo a más austeridad) o suspender los pagos de deuda denominada en euros; lo cual evidencia la imposibilidad de lograr conquistas significativas si la salida del euro no fuera acompaña o precedida de la ruptura con la tiranía de la deuda (impago).

Es decir, la salida del euro implicaría en todo caso, antes o después, el polémico impago de la deuda soberana que tanto defiende Podemos.

[… ] la fuerte devaluación de la nueva moneda se traduciría en un importante incremento de los precios de los productos importados. Esto no sólo podría suponer un fuerte incremento del coste de la cesta básica de las clases populares (alimentación, transporte, etc.), implicando en la práctica un proceso inmediato de empobrecimiento en términos reales, sino que frenaría las supuestas bondades de la devaluación para actuar como motor de la recuperación; ésta era, no hay que olvidarlo, una de las principales ventajas que acarrearía la salida del euro.

Reconocen, pues, la entrada en una nefasta escalada inflacionista de efectos devastadores para la población, ya que agravaría el empobrecimiento generalizado de las familias. Como consecuencia de todo lo anterior, los economistas de Podemos reconocen el "enorme" impacto económico y social de su propia estrategia.

La salida unilateral del euro entrañaría costes económicos, sociales y políticos de una enorme magnitud a corto plazo. Ese impacto inmediato sobre una población ya muy golpeada por la crisis resulta un elemento crucial, que no se debería ignorar ni infravalorar, a la hora de considerar la oportunidad táctica de plantear dicha reivindicación.

Pero, aún así, insisten en que la única solución a los problemas de España es abandonar la moneda única, solos o en compañía de otros países. Y ello, sobre la base de que las ventajas, a medio plazo, compensarán los graves costes que acarrearía dicha salida a corto plazo.

No se defiende que dichas consecuencias económicas negativas en el corto plazo impliquen la necesidad de permanecer en el euro a toda costa. Se trataría de buscar el contexto propicio y gestionar la salida de forma que las ventajas que la salida del euro implicara (ampliación del margen de maniobra y de los recursos disponibles) compensaran en el medio plazo estos impactos.

Uno de los criterios para adoptar la salida del euro y abrirse a otra moneda podría ser la posibilidad de construir un proyecto alternativo con otras economías. El punto clave entre que una salida unilateral del euro merezca la pena y no, no es únicamente un balance entre las consecuencias de la permanencia o la salida, sino la oportunidad de un horizonte internacionalista sustentado en un fuerte respaldo social, donde el paso subsiguiente sea la construcción de una nueva área económica supranacional bajo parámetros solidarios.

#419

Re: Programa de Podemos.

Enrique Riobóo ha presentado este sábado en Sin Complejos su libro "La cara oculta de Pablo Iglesias" un relato de su relación personal con el líder de Podemos, a quien le producía su tertulia La Tuerka cuando ésta se emitía en Canal 33, el canal del que era propietario este periodista que se confiesa de izquierdas y admite haber votado a Podemos en las elecciones europeas de mayo. Para Riobóo Iglesias "es un personaje digno del Lazarillo de Tormes, un pícaro" aunque también le reconoce virtudes "está creando escuela de comunicación y aprovechando muy bien el hueco dejado por dos partidos en horas bajas".

Su relación se remonta a una manifestación contra la Comunidad de Madrid en la Puerta de Sol "se me acercó y le cedimos el micrófono, porque enseguida vimos su desparpajo" y llegó a ser de amistad: "él me decía un día, cenando: `Enrique, ¿no estás harto de todos esos políticos y comunicadores que son unos inútiles y que se lo llevan crudo?´. Estaba obsesionado con entrar en IU, cuando nos dejó para llevar La Tuerka a Público esa era su intención". Según Riobóo, la entrada en Público se produjo después de haber intentado comprar con dinero de Venezuela el Canal 33 "seguramente ese dinero terminó sirviendo para comprar los equipos con los que hacen ahora el programa". El dueño del Canal 33 se ha reafirmado en sus acusaciones a Iglesias de cobrar en dinero negro y ha dicho que, si es preciso, las probará delante de un tribunal: "él dice que el dinero negro no firma recibís, pero yo se lo hice firmar a su productora por miedo a que me intentasen cobrar dos veces el mismo servicio. Ahora se esconde de los medios ante estas acusaciones y su gente argumenta que es poco dinero, es un comportamiento digno de lo peor de la casta". Para Riobóo "estamos empezando a conocerle. Yo confío en mi oficio, el periodismo, y los españoles sabrán quién es Pablo Iglesias. Si ahora se comportan así no limpiarían el país si llegasen a gobernar".

En "La cara oculta de Pablo Iglesias", que lleva vendidas cuatro ediciones, Enrique Riobóo desvela la cara más personal del líder de Podemos, que también ha sido objeto de la entrevista con Luis del Pino "se le llena la boca hablando de `la cadena de los obispos´ pero yo recuerdo que estaba como loco porque le invitasen a 13 TV. Desprecia a casi todos los que le han llevado a sus tertulias". En cuanto a su relación con América Latina, Riobóo asegura que le ha servido para, entre otras cosas, aumentar su repercusión, pues afirma que de las 80.000 descargas de La Tuerka en You Tube muchas proceden de gente afín en ese continente. Y sobre su relación con la dictadura de Irán, que le financia su propraga Fort Apache, considera indigno que no haya renunciado aún a ese dinero siendo eurodiputado: "él me decía, literalmente, que había que `cabalgar las contradicciones´". Para Riobóo, Iglesias es alguien rodeado de aduladores que se demuestre lo que se demuestre le van a apoyar. El dueño de Canal 33 asegura que su círculo es cada vez más cerrado y practica el "si te he visto no me acuerdo. Lo hace con gente que trabajamos con él e incluso con colectivos sociales a los que ahora desatiende"

#420

Re: Programa de Podemos.

Gracias a ti Solfam , es lo bueno en un sistema democrático la libertad de elegir quien nos gobernara y por supuesto todas son respetables , faltaría mas , ojala Sorfam te escuchen los dos grandes partidos , yo no vote esta opción porque no creo en ella , por falta de voluntad de ambos partidos , en cambio el pueblo alemán si es afortunado en ese sentido los dos partidos gobiernan por el interés general y con logros , como instaurar un salario minimo y subidas de las pensiones por encima del IPC

un saludo

#421

Re: Programa de Podemos.

creo que toda la corrupcion que ha habido servira para que tanto PP como PSOE se den cuenta de lo que tu dices que ambos participen para un interes general españa y esto sirva para que sepan de una vez que son servidores del pueblo español y no somos nosotros sus servidores ojala sea asi y veamos otra forma de hacer politica saludos

#422

Re: Programa de Podemos.

Tengo un primitivo recelo por la novedad, y especialmente por la novedad política, de manera que corro el riesgo de menospreciar la capacidad de permanencia de la moda del momento. Pero, dicho esto, me parece aún más arriesgado y poco riguroso tratar de explicar la novedad acudiendo a experiencias del pasado que nos resultan familiares y, por eso, reconfortantes. Así, por ejemplo, esa analogía que viene circulando entre el PSOE de principios de los años 80 y el partido Podemos, sustentada en la radicalidad del programa (y la retórica) de los socialistas de entonces y en el deseo de cambio que impulsó su llegada al poder.

Los que hacen la comparación extraen de ahí, con singular optimismo, que, igual que Felipe González giró entonces de la radicalidad al pragmatismo, harían lo mismo los podemistas, forzados por la tozuda realidad, si por un casual llegaran un día al gobierno. En fin. Admito que no sé qué harían: sólo lo sospecho. Pero, en cambio, tengo motivos para impugnar la validez de la analogía.

El PSOE no obtuvo la mayoría absoluta de 1982 por lo que prometía o dejaba de prometer en aquel programa radical que metió enseguida, muy sensatamente, en un cajón. La consiguió porque había sucedido un intento de golpe de Estado un año antes y porque la UCD estaba herida de muerte. El deseo de cambio que se expresó en el voto masivo a González estaba más relacionado con una voluntad de consolidar la democracia que con un horizonte de radical cambio social, económico o –mucho menos aún– de sistema.

Era además el PSOE, pese a los cuarenta años de vacaciones que le reprochó Tamames, un partido con una historia y, al margen de la valoración que esa historia pudiera merecer, eso significaba, básicamente, que no era un perfecto desconocido. Desde las primeras elecciones había quedado claro que era el PSOE y no el PCE el partido que iba a congregar el voto de la izquierda al centro. Ya estaba ahí, con un nutrido grupo de diputados y un papel preponderante, antes de recibir la confianza de la mayoría del electorado.

Luego olvidan del todo, los que comparan, un aspecto esencial: el PSOE tenía su anclaje en la socialdemocracia europea, que si bien producía entonces experimentos izquierdistas, efímeros como los dos primeros años de Mitterrand, también contaba con experiencias de gobierno muy respetables como la de Helmut Schmidt, por citar una que no sea escandinava. Compárese ese anclaje con el de Podemos, que si fondea en alguna parte no es a este lado del charco. Y que, precisamente para evitar que se lo asocie con sus referentes, se acaba de marcar un inverosímil giro a la identidad socialdemócrata, o sea, un Humpty Dumpty: socialdemócrata significa lo que yo quiero que signifique.

No. Podemos no es ni será socialdemócrata y su núcleo dirigente no tiene nada en común con aquel del PSOE de 1980, dispuesto a la transacción con la realidad y a mudar radicalidad por pragmatismo. Pero vamos a ver: si es novedad, y esto parece aceptarse, analícese como tal. Sin el comodín, sin la comodidad, de recurrir a lo que hemos conocido

#424

Re: Programa de Podemos.

Deuda es igual a crédito. Son dos caras de la misma moneda. Quien proporciona financiación otorga crédito y quien la recibe asume una deuda. Acaso la diferencia entre ambas es que crédito suena bien y deuda, en cambio, suena bastante mal: pero son el lado activo y pasivo de una misma y exacta operación.

Conviene aclarar este abecé financiero antes de reflexionar brevemente sobre la complicada relación que guarda el documento económico de Podemos con la deuda y el crédito. No en vano, desde muy diversos ámbitos de este país –no sólo desde Podemos– se ha considerado el "exceso de deuda" y "la carestía de crédito" como las dos grandes lacras de nuestra economía, cuando una es antagónica de la otra: si hay exceso de deuda, entonces no hay carestía de crédito (podrá haberla de nuevo crédito, pero no de crédito histórico), y si hay carestía de crédito, entonces no puede haber exceso de deuda. Sucede que, con Podemos, la esquizofrenia entre el reproche contra el sobreendeudamiento y el éxtasis del libre acceso al crédito ha llegado a su máxima expresión hasta la fecha.

De entrada, Podemos deplora que la deuda pública haya aumentado en más de 600.000 millones desde el año 2007 y lamenta, al mismo tiempo, que el crédito privado (la deuda privada) se haya reducido en ese mismo período en más de 170.000 millones (página 25): es decir, Podemos considera negativo tanto el apalancamiento (público) como el desapalancamiento (privado). Por supuesto, uno podría atribuirles cierta preferencia por la financiación al sector privado por encima de la concedida al sector público, pero más adelante nos encontramos en ese mismo documento con que no es posible "salir de la situación actual en la que se encuentra la economía española sin reducir la deuda [privada]" (página 26): es decir, por un lado se reprocha que la deuda privada se haya reducido en 170.000 millones y, por otro, que la deuda privada sea demasiado alta y no se esté reduciendo. De hecho, por si quedaran dudas, el documento económico remarca que nuestras dificultades proceden del exceso (que no del defecto) de crédito/deuda: "El problema de la deuda pública y privada es el más importante que tiene la economía española, tanto por su propia magnitud como por sus efectos sobre el comportamiento de las familias, las empresas, los bancos y el sector público" (página 56).

Tan grave les parece el problema del endeudamiento que hablan abiertamente de la posibilidad de plantear una quita que minore la deuda privada: "Reestructuración o quita de la deuda familiar en condiciones que proporcionen la mayor estabilidad posible al sistema y restituya el daño recibido por las familias en años anteriores" (página 47). Razonen conmigo: uno de los síntomas de la desastrosa evolución de la economía española durante los últimos siete años es que la deuda privada se ha reducido en 170.000 millones de euros en lugar de haber seguido aumentando, pero nuestro mayor problema actual es el sobreendeudamiento privado, el cual deberá ser solventado con una quita que reduzca ampliamente la deuda privada.

Mas lo relevante de las propuestas de Podemos no es sólo qué hacer para paliar la actual situación de sobreendeudamiento (o infraendeudamiento, según se mire), sino qué hacer para evitar su repetición. En este sentido, Podemos tiene muy claro que una de las causas de la crisis es la sobreexpansión del crédito privado: "La gran expansión de la economía española anterior a la crisis fue el resultado de un gigantesco endeudamiento, del desarrollo extraordinario del negocio bancario que consiste en generar deuda" (página 28); y en esa misma página nos informan de que la causa profunda de ese sobreendeudamiento cabe buscarla en que el tratamiento fiscal al crédito "hacía que a las empresas y familias les resultase más barato endeudarse que autofinanciarse". Es decir, el excesivo crédito vino de los tipos de interés demasiado bajos. ¿Solución propuesta por Podemos? Conseguir que el crédito se vuelva todavía más accesible y más barato de lo que lo es en la actualidad: Podemos quiere "consagrar" en la Constitución el derecho al crédito "y a la financiación a la economía como un servicio público esencial, obligando a que su disposición necesariamente responda al interés general" (página 42); es decir, quiere evitar que el excesivo poder de la banca en la provisión del crédito condene a que "las empresas productivas y los consumidores tengan que soportar en España costes asociados al crédito mayores que en otros lugares de Europa" (página 41).

En suma: el documento económico de Podemos es un batiburrillo ideológico por lo que se refiere al crédito. Por un lado, diagnostican –con razón– que el germen de nuestros problemas actuales cabe localizarlo en la oferta excesiva de crédito artificialmente abaratado; por otro, deploran que actualmente el sector privado haya pasado a reducir su endeudamiento y reclaman consagrar un derecho constitucional al crédito barato. Dado que los economistas de Podemos se niegan a reconocer que nuestro problema actual es causado por un modelo productivo desestructurado y no por la falta de consumo, sólo saben huir hacia adelante: reclamar mucho más gasto financiado, claro está, con más deuda. El mismo modelo burbujístico de siempre, pero apadrinado explícitamente ahora por la extrema izquierda.

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