Re: Me voy a Lisboa
Como a mí los tuyos, que además de profundos e inteligentes, me dan unas lecciones de vida que a mis años todavía no he sabido poner en práctica.
Realmente no aprende español para vivir con la persona amada, porque en casa hablamos alemán entre nosotros. Más bien para hablar con mi padre y logicamente para ir a hacer las compras y entenderse con el resto del mundo en nuestro país.
Para mí lo más complicado del alemán es aprender el género de los sustantivos. Todo lo demás son tablas y codos, declinaciones de todo lo declinable, jajjaaa y conjugar verbos, claro, como en cualquier otro idioma, pero si falla el género del sustantivo, la cadena de errores es fatal, lo arrastra todo.
La pronunciación es sin duda más fácil que la inglesa y la ortografía más que la francesa.
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Creo que madres y padres vemos a los bebés recién nacidos con otros ojos. Quizá por ello la Filosofía nos hable de un impulso a la paternidad y un instinto a la maternidad.
Respecto a lo de llorar o no por la noche, pues creo que depende mucho de cada bebé. Mi hermano, me contaba mi madre, era un comilón, pero por lo visto muy bien educado, porque mi madre le tenía que despertar para darle el pecho, jajajaa. Sin embargo, yo que era pésima comedora (Dios mío, cómo he cambiado a este punto, jajaja) lloriqueaba toda la noche, les despertaba y encima no cogía el pecho... Estoy pensando ahora mismo que entiendo porque mis padres no fueron a por el tercero, ;-)
Lo de los dientes en menor medida también lo he sufrido con los cachorros, buf, cuando están con los dolores, adios pata de la mesa, de la silla ¡¡o tobillo!! Lo que agarren les sirve, sobre todo si está muy frío...
Pero es lógico que con un bebé sufras más por cada pequeño detalle. Un poco de fiebre, un enrojecimiento de la piel, una diarreíta... En esa edad, te asustas, y me imagino que será fácil caer en ponerse siempre en lo peor. Dí que tenéis tantas compensaciones con una sola sonrisita, que merecerá la pena sin duda.
Has escrito un párrafo que desprende tanto amor, que te voy a pedir un favor: Guárdalo para cuando sean mayores. Estoy plenamente convencida que les encantará leer lo que su padre les ha querido, les quiere y les querrá siempre. Se trata del párrafo que describe los cambios diarios del bebé. ¡Qué bonitas líneas!
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Jajajaaa, qué gracioso lo del caballo de Atila, jajjaaa. Supongo que será un torbellino. Me ha pasado con mis sobrinitos. Oye, están en una habitación y yo tan tranquila, levanto la vista del libro y ¡¡ya no están!! Dios mío, qué rápidos son, jajjaaaa
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En el amor verdadero ni importa la edad, ni la altura de cada uno, ni si estás gorda o esmirriada. El amor es para siempre, pero solo si es amor con todas las letras, el que Acompaña, Mima, Obedece y Respeta. El que está dispuesto a sacrificarse por el bien del otro, el que se alegra con la pareja y enjuga las lágrimas en los momentos difíciles. El que siente, el que no cuestiona porque ya conoce de antemano la respuesta y el que confía ciegamente porque sabe que ya no somos dos, sino uno solo y para siempre.
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La Naturaleza nos da lecciones a cada momento, nos alimenta, nos cura, nos ayuda mucho más que nosotros a ella. A veces, demasiadas, somos egoístas con ella, y así nos va.
La frase de la mariposa no es mía. Realmente no sé de quién es, pero ya la decía mi abuela y entonces yo no la entendía, porque creía que el amor de alguna manera tenía que ser posesivo, que si no eras celoso, no amabas de verdad... Logicamente esta mentalidad cambia cuando tienes la suerte de conocer lo que es el amor.
Un abrazo muy fuerte para los cuatro, bueno, para los pequeños un besito delicado.
Si un amigo es de verdad, su amistad perdura en el tiempo y con la distancia.