Las pérdidas son la cruz de la moneda. Si no estás dispuesto a tener pérdidas entonces quizá no deberías jugar a la bolsa. El truco estriba en encontrar un método en el que las ganancias sean superiores a las pérdidas.
Lo primero que tienes que decidir es el tipo de inversor que quieres ser, y es algo que se debe ajustar a tu psicología. Hay quien no vale para hacer trading y quien no vale para comprar y esperar años a que se revalorice un título. Hay quien invierte por dividendos y quien solo opera con derivados. Cualquier sistema es bueno siempre que gane dinero y sea adecuado a la persona que lo practica.
El invertir mirando el gráfico anual de una compañía es como conducir mirando el retrovisor. El gráfico de Nokia era impecable hasta que dejó de serlo.
No todo lo que sube baja, ni todo lo que baja sube. Las compañías como las personas, nacen, crecen y mueren. Más del 90% de las compañías que han cotizado en los índices americanos entre 1900 y 1980 han desaparecido. Otras languidecen sin ir a ninguna parte durante muchos años, y otras como Apple suben mucho más de lo que uno creería razonable.
Para evitar quedarse estancado en compañías que no interesan está la rotación de carteras, que incrementa la rentabilidad, pero que requiere no estar pillado. Esencialmente vendes parte de lo que lo ha hecho muy bien, para comprar parte de lo que no lo ha hecho tan bien, y de esa manera contribuyes a vender caro y comprar barato. También analizas la cartera para deshacerte de valores que se han vuelto poco interesantes.
Si tienes una aversión muy grande al riesgo, entonces lo recomendable es comprar ETFs sobre índices o muy amplios, como el SPY, o el VT. Los índices a diferencia de las compañías que los componen, nunca quiebran, y en general siempre se recuperan, aunque no conviene comprar cuando hay burbuja bursatil, porque los 16.000 en el Ibex ya veremos cuando los volvemos a ver, y los 40.000 del Nikkei ni te cuento.
Nunca promedies a la baja. Las pocas ocasiones en las que sale bien no compensan el riesgo.
Ten una razón para entrar y una razón para salir. Casi todo el mundo sabe responder a la pregunta de cuando comprar, pero muy poca gente sabe responder a la pregunta de cuando vender. Si el mercado se deteriora o la compañía se deteriora, siempre se puede uno salir, y comprar más abajo cuando deje de caer o comprar otra cosa que no esté cayendo.
No limites tus ganancias mientras dejas correr tus pérdidas. Ese es un pecado muy común entre principiantes. "Yo compro y si gano un poco me salgo, mientras que si pierdo no vendo" es una receta para perder, dado que pones las probabilidades en tu contra, puesto que ganando poco y perdiendo mucho necesitas acertar casi siempre. Es al contrario, necesitas vender si pierdes y aguantar si estás ganando hasta donde te lleve. De esa manera las operaciones perdedoras puede que sean más numerosas, pero serán limitadas.