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Es septiembre había colgado un post sobre curiosa forma de entender la competencia según las tabacaleras, en el que trataba de explicar las razones por las que las empresas tabacaleras pedían al gobierno un aumento de los impuestos mínimos al tabaco. Por supuesto, las empresas tabacaleras, no pedían tal medida para reducir el consumo de tabaco, por las razones obvias, sino que pedían tal medida para lograr mejorar sus cuentas, a costa de reducir la competencia en el sector.

Unos días después lo completaba con un post que se titulaba la economía de oferta, en el que trataba de exponer como el gobierno aprueba todas y cada una de las medidas, que vayan encaminadas a generar negocios en las empresas, entregando a los consumidores. Por supuesto, las tácticas varían dependiendo de las características de cada mercado y sector.

El 3 de diciembre, una de los pagos a cuenta del rescate que nunca existió porque estábamos linchando controladores, nos hemos encontrado con que el gobierno cede a la pretensión de las tabacaleras de intervenir en el mercado para evitar la guerra de precios en el sector. Por supuesto, ahora la coartada es tratar de reducir el consumo de tabaco.

Concretamente, lo que se ha aprobado es la subida del impuesto específico de los cigarrillos desde 10,2 a 12,7 euros por cada mil cigarrillos, (Lo que supone 5 céntimos de subida por cajetilla). También sube el impuesto mínimo de 91,3  a 116,9 euros por cada mil cigarrillos, (lo que supone 50  céntimos de subida para aquellas marcas que estuviesen pagando el mínimo y cero para los que ya pagan más).

Esta tarifa en dos partes, genera que las marcas más baratas tienen que subir mucho más el precio que las más caras, de forma que lo que se logra es que las marcas más caras suban menos tanto en importe pagado como en porcentaje del precio que las marcas más baratas. Es fácil entender que esto además de ser un atentado contra las normas de la competencia, penaliza especialmente a las rentas más bajas.

Y hablando de las rentas bajas, el colmo de la medida, estriba en el caso del tabaco de liar, que se ha incrementado de forma espectacular en el contexto de las subidas que lleva el tabaco en estos años, unido a la situación de las familias.  Para entender esto debemos entender que el 2008 comenzó con el paquete de winston a 2,50 euros y ahora está en en torno a 3,60, (lo que supone el 50% de subida en dos años).

Pues dada la subida del tabaco, y dado el resto de condiciones que los españoles estamos asumiendo se ha disparado el consumo de tabaco de liar, por su menor precio. Pero claro, ante tal situación, lo que procede es encarecer las alternativas de forma que se han subido también los impuestos sobre el tabaco de liar de tal forma que el impuesto especifico ha subido de 6 a 8 euros por kilo, (2 euros por kilo o bien un 33 %), mientras que el impuesto mínimo ha supuesto una subida de 50 a 75 euros por kilo.

La conclusión es que en el caso del tabaco de liar, el impacto sobre los precios ha sido de una subida del 40% en el precio del tabaco de liar. Poniendo por ejemplo el coste de Winston de 100 gramos, ha pasado de 8,35 a 12,15, lo cual implica una subida de 38 euros por kilo.

Por supuesto, estas subidas de precios, no pueden ser justificadas por la subida de impuestos porque por un lado, son significativamente superiores a las subidas de impuestos aprobadas, por no hablar de que las citadas subidas de impuestos van a ser a partir del 1 de enero de 2010, de forma que la subida de diciembre no es a cuenta de los impuestos.

Esto no ha sido otra cosa que rescatar a las tabacaleras, con todo el morro del mundo, mediante la adopción de una decisión fiscal destinada a reducir el volumen de competencia en el sector.

Por supuesto, toda la demagogia de que los fumadores nos lo merecemos y todo eso, no es más que una excusa barata, que sería más creíble si no estuviésemos rescatando a los “camellos”, (que digo que la comparación de fumadores con poco menos que drogadictos tiene más implicaciones que para los reiteradamente faltados al respeto).

En fin, pero esto es España, donde el gobierno se carga todas las normas de competencia sin ningún problema. Y van unos cuantos sectores. En todo caso aprovecho para volver a pedir el apoyo para ir creciendo en la lucha contra el monopolio de las gasolinas, en la iniciativa de la lotería de las gasolinas

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  1. en respuesta a Gaspar
    -
    #22
    31/12/10 12:55
    Yo sigo creyendo que el gobierno sale perdiendo dinero en lo del tabaco por un razonamiento muy simple. La cuota que paga un trabajador que fuma para su SS es igual a la cuota que paga un trabajador que no fuma, cuando debería de haber una diferencia.
    La diferencia seguramente está en lo que paga por impuestos al comprar tabaco y lo que deja de cobrar por la pensiones. Los viudos o viudas de fumardores cada vez son menos porque se ha llegado a al igualdad también en el consumo de tabaco. Yo sigo pensando que la subida gradual en los precios de los cigarrillos tiene el éxito asegurado y con ello se puede controlar fácilmente los costes que generan la efermedades que provoca. El éxito del tabaco se basa en una adicción por lo que su consumo se ve afectado más por el grado de ésta (que para colmo siempre es creciente con el paso del tiempo), que por el precio. Saludos
  2. en respuesta a Lacaseton
    -
    Joaquin Gaspar
    #21
    30/12/10 01:06

    Recuerda que cuando un pensionado muere su concuvin@ tiene un beneficiario y aunque no recibe el 100% de la pensión si recibe algo. Los datos del supuesto pico me gustaría verlos porque realmente casi siempre son enfermedades de años de tratamiento y se van muriendo en ese transcurso, es muy raro que quien fuma 20 años y se muere en el año 21 sin jamás haber ido a consulta por el tabaco. La cuestión de las pensiones no es tan simple como mencionáis ya que las reservas que se tienen al morir el contratante (fumador) antes del tiempo esperado sirven para contrarrestar los gastos de quien muere después del tiempo esperado o de quien sufre de enfermedades crónicas.

    Yo sigo creyendo que el gobierno sale perdiendo dinero en lo del tabaco por un razonamiento muy simple. La cuota que paga un trabajador que fuma para su SS es igual a la cuota que paga un trabajador que no fuma, cuando debería de haber una diferencia.

    De todos modos sería interesante encontrar las cifras.

    Saludos

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