Lo sé, voy con retraso. Este segundo post sobre programas electorales tenía que haber salido junto con el del PP –por aquello de ser ecuánime- pero no ha podido ser. Espero que nadie haya visto favoritismo por empezar con el virtual ganador, según todos los pronósticos.
Sé que las comparaciones son odiosas pero debo reconocer que, así como el programa del PP me ha resultado más liberal de lo que esperaba –al menos en lo fiscal-, la propuesta del PSOE me ha sorprendido por su creatividad. Desde luego, el documento del PSOE está más currado intelectualmente –y eso que ocupa menos páginas- y aporta medidas mucho más concretas, algunas de ellas incluso prevén el momento de la legislatura en el que deben ser implantadas. Con esto no quiero decir que me parezca bien su modelo de más impuestos- para pagar más prestaciones por desempleo-mientras el futuro Gobierno Europeo nos saca de la crisis. Pero bien está reconocer que, al menos, hay valores de fondo y un buen surtido de ideas, cuando menos, originales.
Por ejemplo, no me resisto a comentar una que ha pasado desapercibida en los titulares de prensa: la posibilidad de invertir la devolución del IRPF en títulos de deuda pública. No sé cuánta gente podrá permitirse optar por ello pero seguro que todos aquellos ricos que se ofrecían a pagar más impuestos ahora podrán convertir su altruismo en una resultona inversión a favor del Tesoro y un alivio temporal para la apurada Hacienda Pública. Sólo por esto puedo perdonar la ampliación de la desgravación por vivienda habitual a las rentas de 30.000 €, a mi juicio totalmente absurda en un programa de mayor presión fiscal.
Otra idea interesante es la incorporación del concepto Thought in Spain, que me imagino acompañará al oportuno Made in China –me perdonáis el chiste fácil-. Lo cierto es que si nos creemos lo de la economía del conocimiento y la innovación, algún valor habrá que darle a la actividad de pensar, diseñar y patentar nuevos productos. Y también me ha parecido muy buena la idea de crear entidades de economía social que agrupen la cadena de valor artística: ¿veremos en el futuro cooperativas de triunfitos arañando cuota de mercado a las viejas discográficas? ¿Y escritores agrupados en sociedades laborales que controlen sus propias redes de distribución?
Donde veo que cojea el programa del PSOE es en materia de empleo, y no por falta de medidas concretas como la extensión del contrato a tiempo parcial o el sistema bonus-malus en las cotizaciones sociales. El problema es que los de Rubalcaba creen que el empleo lo crea el dinero público de la nada, y si este dinero procede de un impuesto para ricos, más defendible ante el electorado. No le cojo el punto al impuesto sobre transacciones financieras -¿por qué penalizar la circulación del dinero cuando el problema es su inmovilización? Y, por otro lado, los programas para facilitar el primer empleo a los jóvenes acaban siendo utilizados para que negocietes apañados consigan mano de obra barata. No es esta la forma de conseguir empresas competitivas.
Una última consideración, volviendo a las odiosas comparaciones: al PSOE le falta un equipo económico creíble. Mientras en el PP hay tortas por ocupar los Ministerios económicos –lo cual me resulta curioso, por cierto, con la que está cayendo- echo de menos algún peso pesado que avale el programa económico socialdemócrata. ¿Tan difícil es defender una alternativa al reformismo de Rajoy?
Ahí queda eso. Como siempre, agradezco vuestros comentarios.
Ya estoy con los programas de UPyD, IU y Equo, espero tener listas mis valoraciones para el fin de semana.
S2.