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Hablemos en serio del precio de los alquileres

El problema de los alquileres, al igual que otros temas importantes, nunca podrían ocurrir en un mercado libre de verdad. Desgraciadamente no se pueden poner ejemplos, ya que ningún gobierno del planeta ha podido resistir la tentación de meter sus sucias zarpas en cientos de temas que no le incumben.

La raíz del problema viene de hacer creer a la gente que la dictadura de la mayoría se llama democracia. Nadie se atreve a decir que es el peor sistema de gobierno posible, ya que la mayoría se ha equivocado siempre durante toda la historia.

Para conseguir que la mayoría te vote, se tienen que reunir varios requisitos:
 
  • No tener escrúpulos, ética o dignidad, y saber mentir con desparpajo.
  • Hay que saber que la mayoría se deja llevar por sus vicios y defectos y votará al que los promocione.
  • Se tiene que saber agrupar a las minorías, aunque pidan cosas contradictorias, y hacerles creer que se les concederán todos sus caprichos.
  • Hay que escoger un grupo minoritario y hacerle creer a la mayoría que ese grupo pagará la fiesta. No importa que sea imposible requisar el patrimonio de los ricos, puesto que no son tan tontos como para dejarlo al alcance de cuatro dictadores analfabetos. La mayoría se lo creerá, aunque sea imposible, pues la mayoría sólo cree en las cosas que le gusta creer. 
  • Una vez conseguido el poder hay que mantenerse en la poltrona, aunque para ello haya que destruir el país y a sus habitantes.

Lo mínimo para que algo se parezca a una democracia es que haya separación de poderes: legislativo, ejecutivo y judicial.

Hay que respetar la Constitución. Si algo no gusta que se cambie, pero mientras no se cambia no se pueden aplicar leyes o medidas anticonstitucionales.

Se tienen que respetar los derechos humanos (no confundir con privilegios).

Hay que respetar la propiedad privada, la dignidad y la libertad, incluida la libertad de expresión, sabiendo que “libertad de expresión” es poder decir sin consecuencias aquello que a los que mandan no les gusta oír. Por ejemplo, que haya una abuela de 90 años encerrada en la cárcel en Alemania por tener una opinión diferente del Holocausto, es una evidencia de que no hay libertad de expresión.

Sabiendo que en España no hemos tenido ni un sólo día de democracia ni de libre mercado, vamos al asunto de los alquileres.

Para conseguir que cualquier producto, bien o servicio baje de precio, la única solución es no impedir, desincentivar, restringir o poner trabas a la oferta.

En cualquier país o taifa en el que haya un señor feudal con poder sobre vidas y haciendas para requisar o confiscar propiedades privadas, la oferta de pisos en alquiler va a caer en picado, con el consiguiente aumento del precio (en blanco o en negro). Para rebajar el coste del alquiler a 50 familias, miles de personas verán incrementado el precio del alquiler en un cercano futuro. Cada vez que los que detentan el poder se meten en lo que no les importa, tanto la oferta como la demanda acaban siendo perjudicadas.

Tampoco ayuda a reducir el alquiler el que los desahucios por impago sean lentos, caros y se traten de impedir desde los mismos partidos que deberían defender la ley. Que alguien que impide los desahucios vestida de Superman acabe de alcaldesa, desincentiva la inversión en viviendas para alquilar en esa ciudad.

La mayoría de los millones de casas que hay vacías, saldrían al mercado del alquiler si el Estado ofreciera una seguridad jurídica. Curiosamente, todas las leyes injustas que los golfos que gobiernan hacen para aparentar que defienden a los inquilinos, tienen como resultado una disminución de la oferta y un aumento del precio del alquiler. Aunque hay que reconocer que les aportan votos de los mismos perjudicados. Ya he dicho varias veces que la gente siempre vota lo que menos le conviene.

El que los okupas tengan más derechos que el propietario de la vivienda tampoco ayuda a obtener unos alquileres más baratos. Que el vicepresi defienda a los okupas, mientras tiene a 20 policías a la puerta de su castillo para que no se meta nadie, no ayuda a incrementar la oferta de alquileres. Cualquier ataque a la propiedad privada o cualquier renuncia del Estado a defender la propiedad privada, supone un aumento del precio de los alquileres.

VAMOS A POR LAS SOLUCIONES DURADERAS

Cualquiera podrá crear una sociedad cuya única actividad será construir para alquilar.

Estas sociedades no pagarán impuestos, ni de sociedades, ni el IBI de las viviendas que construyan, ni licencia de obras, ni el IVA de los materiales, ni tendrán que sobornar al concejal de urbanismo. Si el Estado quiere disponer de alquileres baratos para sus votontos, también tendrá que renunciar a algunas mordidas.

En cada ciudad, los ayuntamientos sacarán a pública subasta unas miles de viviendas para alquilar, en arreglo a las siguientes condiciones:

Cada sociedad dedicada a construir para alquilar buscará solares en los que no se puede construir, pero que estén pegados a las zonas urbanizadas, y negociará una opción de compra con los dueños del solar.

Luego pujará en la pública subasta, diciendo la cantidad de viviendas que piensa construir y el precio por metro de alquiler que piensa cobrar. El alquiler se ajustará cada año con el IPC.

Ganarán la concesión las sociedades que ofrezcan el alquiler más barato hasta cubrir las viviendas ofertadas en cada ciudad.

Los pliegos que acudan a la subasta se abrirán por primera y única vez delante del público, para evitar chivatazos de amiguetes. 

Los proyectos que ganen la subasta obtendrán gratuitamente la recalificación del terreno y todas las licencias necesarias hasta la entrega de llaves a los inquilinos.

Esas viviendas sólo se podrán vender con la condición de que el comprador acepte las condiciones y el precio fijado para alquilarlas a perpetuidad.

Los inquilinos que el día 5 de cada mes no hayan pagado el alquiler, el día 15 deberán estar en la calle sin necesidad de acudir a los juzgados. Hay que implementar un desahucio automático. Hay que tener en cuenta que estas sociedades van a trabajar para sacar un 3% como mucho de la inversión, y ese dinero no se lo van a gastar en abogados y juzgados. Si no se hace así, se obliga a las sociedades a pujar con un precio del alquiler más alto. Para conseguir alquileres tirados de precio no hay más remedio que tener todo bien atado, si se dejan riesgos sueltos, el precio se dispara.

Si el ayuntamiento quiere ofrecer viviendas gratuitas a personas sin recursos, lo tiene fácil, sólo tiene que pagar el alquiler íntegro a la sociedad, y tendrá vivienda social de sobra al mejor precio que podría conseguir.

Los desperfectos en las viviendas las pagará el inquilino que las haya provocado. Si no los paga, quedará excluido para acceder a la bolsa de alquileres sociales. 

En caso de que los precios sigan siendo altos, el ayuntamiento puede sacar más viviendas a la subasta, hasta que la oferta sea mayor que la demanda. Y todo ello sin tener que requisar ninguna propiedad privada.

Se puede apostar sobre seguro a que esta propuesta nunca se hará, ya que la gente siempre votará al que piensa hacer lo que menos le conviene a la mayoría. Además, ningún Estado del mundo hace nunca nada que reduzca su poder o su nivel de mangoneo. Eso de dejar que el libre mercado solucione los problemas les da dentera. 

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    06/08/21 20:05