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Se cuenta que dijo Clemente de Alejandría :

“El mismo sol derrite la cera y seca la arcilla”

Dicotómico como pocos, el filósofo cristiano fue una de las figuras más importantes del pensamiento de su tiempo, ya que con maestría supo navegar como rompehielos dentro del politeísmo romano, escapando incluso de persecuciones como la de Séptimo Severo, convirtiéndose por méritos en el primer doctor de la Iglesia. De sus obras quisiera destacar el “Protréptico”, una exhortación a sus conciudadanos para abandonar el paganismo y reencontrarse en el espíritu con el Dios revelado, el Dios bíblico. El estilo propio de Clemente es lo que quisiera destacar, ya que lejos de incendiario u obtuso el autor era un erudito del paganismo y destacado conocedor de la filosofía platónica, la cual enlazaba creando una comunión de intereses entre el mito de la caverna y la búsqueda de Cristo. Su éxito no fue vencer sino convencer (lo que siempre decimos cuando hablamos del asesoramiento), y para ello tomó lo mejor de ambos mundos, el politeísmo grecolatino y el monoteísmo oriental.
 
Lejos de ser esta una clase de eclesiología, la ambivalencia clementina me sirve para proponer hoy una solución que adopta cualidades de los dos grandes pilares de la inversión, la renta fija y la renta variable, materializado en la forma de los Bonos Convertibles. Para quienes lo quieren todo, este tipo de activos por definición son híbridos entre obligaciones ordinarias, con sus flujos de capital fijo, y warrants, cuya conversión se traduciría en ganancias de capital variable más revalorización del principal, y nos van a permitir sacar rédito de las alzas bursátiles del equity vinculado, mientras que sin embargo en situaciones de caída su componente de deuda nos amortiguará notablemente.
 
Pero no olvidemos que existe el fantasma de la escalada de tipos de interés. El año I d.T. (después de Trump) se prevé más “hawkish” que “dovish” a tenor de la reordenación prevista en el consejo de la FED, ¿cómo nos repercutirá sobre nuestra estrategia?. En cierta forma vamos a tener una mayor protección, esto es debido a que a la hora de efectuar el cálculo de valoración de los bonos convertibles no sólo tenemos en cuenta factores corrientes como Cupón, tasa de interés o nominal (Valor del bono ordinario), sino que agregamos además el Valor de Conversión, dependiente este de la cotización del valor, la tasa de crecimiento esperada y el ratio de conversión del bono adquirido, “diversificando” así las variables a las que estamos sometidos y obteniendo como “Floor Value” el mayor de ambos valores.
 
Precisamente tomando el último Guide to the Markets de JP Morgan vemos que de entre los activos de Renta fija disponibles sólo hay 3 cuya rentabilidad total terminaría en positivo de producirse un alza del 1% en los tipos: bonos de tipo variable (sopesamos los ligados a la inflación en la entrada “Sócrates entró en mi despacho”), deuda high yield (que también se sugirió desde su perspectiva Buy&Hold en “Ocupar y mantener”) y bonos convertibles.
 
Toca pues dar una recomendación, tenía sobre la mesa excelentes porpuestas como el Lazard Convertible Global o el Jupite JGF Global Convertibles pero me he decidido por un tercer candidato.

Un fondo para creer: Franklin Gobal Convertible Securities Funds

Se estrena en el blog Franklin Templeton Investments, casa fundada en California a mitad del s. XX y cuyo nombre homenajea directamente al ex presidente Benjamin Franklin, con un fondo capitaneado por Alan Muschott (clasificado como Citywire +) y vocación inversora de Convertibles Global.
 
La elección de dicho fondo se debe básicamente a la composición de su cartera, puesto que consumo y tecnología copan el 50% de los activos, y a la duración media alrededor de 1,4 años. Además, el equipo gestor se interesa por anteponer el comportamiento de la acción al plan estratégico, buscando así unos ingresos por apreciación del capital por encima de la media, lo que queda patente cuando se comprueba que los resultados del fondo son superiores a los del conjunto de su categoría.
 

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  1. en respuesta a E.delvalle
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    Emilio José Pérez Poyatos
    #2
    02/02/17 16:37

    Gracias por su comentario, procuraré ser más profuso en la próxima recomendación tal y como me sugiere.

    Un saludo

  2. #1
    02/02/17 15:53

    Hace tiempo que la Filosofia cotiza en Bolsa. Hace tiempo que se usó a Deleuze para estrategias de Inversión. Rizoma Funds. Mandelbrot también nos enseñó lo suyo.

    Quis dives salvetur decía el buen Clemente. ¿Que rico se salvará?. Y enseñaba que Ser rico no es malo, pero dejarse esclavizar por la riqueza si.

    Me gustan tus artículos por esa conjunción de filosofía y números. Unión que si ahora nos llama la atención era requisito sine qua non en la Academia Griega. "No entre por esta puerta nadie que no sepa matemáticas" se advertía a los filósofos.

    Me gusta esté artículo por lo que enseña y la puerta que abre. Si echo de menos una mayor profundización en el producto recomendado, asi que investigaré algo sobre Franklin Global y me haré una idea. Gracias por la presentación.

    Saludos