Además hay Premios NOBEL y científicos de la NASA sacando conclusiones al respecto:
Los científicos a favor de la Teoría Abiótica, señalan que el origen de los hidrocarburos naturales es el resultado de un proceso inorgánico resultado de la reacción de carbonato de calcio y agua a altas presiones y temperaturas en el interior de la corteza terrestre.
Un nuevo paradigma científico que sostiene que el origen del petróleo y el gas natural proviene de procesos abióticos que se realizan en los estratos profundos de la tierra. En 2004, Henry Scott de la Universidad de Indiana junto con científicos del Instituto de Carnegie en Washington, del Laboratorio Nacional de Livemore y con investigadores de la Universidad de Harvard, entre los que destaca Dudley Herschbach, Premio Nobel de Química en 1986, realizaron un experimento en el que sintetizaron metano. Este equipo de científicos decidió mezclar óxido de hierro, carbonato de calcio y agua a temperaturas muy elevadas, hasta de 500 grados centígrados y a una presión altísima en el rango de 11 gigapascales (un gigapascal equivale a la presión de 10 mil atmósferas). En concreto lo que estos científicos deseaban probar era la posibilidad de producir metano en laboratorio con la combinación de estos elementos a elevadas presiones y temperaturas, comparables a las que se experimentan en los mantos profundos de la tierra. El objetivo era probar que un hidrocarburo de la familia petrolera podría ser producido a través de reacciones inorgánicas que no incluyeran agentes biológicos. El experimento fue todo un éxito, con la producción de gas metano o sea, gas natural. Estos resultados sugieren la posibilidad de la existencia de grandes reservas de gas metano, no sólo en la corteza terrestre, sino también y abundantemente, en los mantos superior e inferior de la tierra (mesosfera); los depósitos serían termodinámicamente estables con las condiciones geológicas presentes en estos estratos profundos, por lo que las reservas de metano podrían existir de manera potencial por millones de años. Esto representa implicaciones serias para las reservas de hidrocarburos de nuestro planeta, ya que debido al enorme tamaño de los mantos superior e inferior de la Tierra, las reservas de hidrocarburos en las capas más profundas podrían ser más grandes que las reservas encontradas y estimadas hasta la fecha en la corteza terrestre.
Otro hallazgo importante fue el descubrimiento de la NASA en diciembre del año 2005. Se encontró abundante cantidad de metano de naturaleza no-biológica en la luna más grande del planeta Saturno llamada Titán. Este descubrimiento lo anunció el científico Hasso Niemann de la NASA responsable del estudio e interpretación de la “Cromatografía de Gases/Espectrometría de Masas” realizadas a bordo de la nave Cassini-Huygens que aterrizó en Titán el 14 de enero del año 2005. En ésta expedición también se encontraron trazas de hielo, alquitrán y petróleo. Este gran hallazgo científico se constituyó en una prueba más de que el gas natural no requiere de productos biológicos para formarse. En un principio, la NASA pensó en la posibilidad de que el metano de la luna Titán del planeta Saturno pudiera constituirse en una prueba de que hasta cierto punto pudo haber dinosaurios, o bosques antiguos o aún vegetación marina de alguna clase en esa luna.
Pero hasta donde los científicos han podido comprobar, no existe señal alguna de vida biológica que haya sido encontrada jamás en Titán. Aún así, esta luna es abundante en metano. Actualmente el Departamento de Energía de Estados Unidos patrocina un proyecto llamado “Incursión Profunda” (Deep Trek) con el fin de recuperar recursos de gas natural a profundidades cercanas a cinco kilómetros bajo la superficie de la tierra. La tecnología actual ya permite la recuperación comercial de depósitos de gas en lugares profundos de la tierra. De esta manera surge un nuevo paradigma que podría cambiar nuestra visión respecto al gas natural. Si el gas natural se puede formar con procesos totalmente inorgánicos en las profundidades de la tierra, entonces podría ser que la misma tierra esté generando y produciendo gas natural en un proceso continuo. Los científicos van aún más lejos, y afirman que los esfuerzos de exploración sugieren la existencia abundante de metano en las profundidades de la tierra y que dudan de que pueda acabarse, aun si sustituimos una parte importante de otras fuentes energéticas por el uso de más gas natural.