Hombre, que estén contentos el 100% de los clientes supongo que es imposible. Pero que todos tengan un montón de indignados, es llamativo.Yo he tenido algún desencuentro con mi aseguradora, pero en ningún momento he llegado a la indignación. Y no digo cuál es para no hacer publicidad y que se malinterprete.
Lo que me preocupa es que en este foro no se libre ninguna aseguradora. Puede suceder que, en vista de eso, algunos decidan que es mejor no tener seguro, con los riesgos que eso conlleva para todos, no sólo para el interesado.Por ahí está el hilo de quien tuvo un incendio sin seguro y puede ser que acabe arruinado y la comunidad sin resarcirse de los daños sufridos.
A bote pronto, una tonelada de pavimento en una vivienda de 90 m2 supone una carga de unos 11 Kg/m2. Las viviendas menos fiables, por ejemplo de los años 50, soportan sin problemas cargas de 200 Kg/m2 (dos personas juntas suponen 150 Kg/m2 aproximadamente). Por lo que esos pavimentos no ponen en riesgo la seguridad, es bastante peor poner una librería llena de libros, algo habitual en la mayoría de las viviendas.Cuestión distinta es que el técnico de las obras quiera cubrirse las espaldas por si hay defectos ocultos en la estructura.
No acabo de entender eso de que el arquitecto dijo que el edificio está al límite de cargas, ¿se utiliza como almacén de materiales pesados?Creo que el acuerdo de la comunidad fue un error y una extralimitación.
En mi caso, Mapfre me ha cubierto los daños por granizada + lluvia casi torrencial, que fueron producidos al entrar el agua en mi piso por desbordamiento del canalón debido al atasco de la bajante por el granizo. Lo curioso es que, en el expediente que he visto por Internet, pone "Agua-Consorcio", ¿será que Mapfre lo adelanta y luego lo recobra al Consorcio?
Aunque no tenga que ver con lo que preguntas, en referencia al refuerzo de las vigas, es cierto que del hormigón se pueden sacar catas que se analizan y se someten a pruebas de resistencia, pero no siempre es suficiente porque si la viga tienen muchos años puede haber sufrido un deterioro en las armaduras (la ferralla según idioma de obra) por corrosión. Por ello finalmente lo que prevalece es el ojo clínico del técnico que generalmente se cubre las espaldas.