Amigo Geodesei; éstos forajidos que tienen secuestrado nuestro dinero tienen un dilema: no harían muchos ascos a unos cuantos suicidios de preferentistas, que así se quitarían de encima a algunos molestos reclamantes, pero, de otra parte, temen que eso suscitara la misma "alarma social" que les ha obligado a cortarse un poco con los criminales desahucios. No es que crea que tienen podrido el corazón, sino que aseguro que no tienen. El tipejo que me estafó a conciencia con las PPs. me dijo, cuando el canje de las antiguas por acciones de mierda, que esas eran, muchas de ellas, "de muertos". Naturalmente, se lo tendrá que explicar al juez cuando éste le obligue a deponer ante él.
Mi demanda, y me gustaría que la mayoría de las de éste Foro, y de todos los estafados, ya está, impecable de forma y de fondo, en el juzgado que le ha correspondido en Madrid. Ahora mi caso, parecidísimo al de la mayoría, está a merced de la Justicia, de la misma que, para no seguir siendo cooperadora de las malas e inhumanas prácticas bancarias, incluidas las que podrían considerarse como inductoras al suicidio, se ha rebelado y ha forzado a los partidos mayoritarios de éste régimen infame a parar la sangría de los desahucios. En manos de los jueces, que no del Gori-gori, ni del Guindaleras, ni del Rajaillo, está mi legítima Demanmda.
Mañana miércoles, día general de protesta en España contra ésta basura de realidad que nos propina la gente del Gobierno, que sólo atiende a los intereses de los especuladores y los potentados, el jueves en la calle de Alcalá y en la plaza del Celenque, y el lunes en las puertas de la Audiencia Nacional, les informaremos, simplemente, de que no nos vamos a quitar la vida, que no les vamos a ayudar en eso, y que la vamos a emplear, como ya venimos haciendo, en recuperar lo que nos pertenece. Tienen dos opciones: un canje justo, al 100% (con eso, ya hemos perdido suficiente) o el banquillo. De momento, un banquillo de lo mercantil, pero nada les garantiza que no habrán de acabar, si perseveran en el delito, a la sombra. Y entonces, cuando caigan (que caerán), nadie les llevará bajo palio, ni les invitará a simposiums y comilonas, nadie les cogerá el teléfono, ni les llevarán consuelo ni cigarrillos a la cárcel.
Salud y ánimo.