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España país de pandereta y genocidio

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España país de pandereta y genocidio
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España país de pandereta y genocidio
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#571

Re: España país de pandereta y genocidio

La vicepresidenta del Consell y consellera de Igualdad, Mónica Oltra, acaba de anunciar que ha aceptado la dimisión del director de la residencia de personas de la tercera edad de Carlet por la investigación que ha abierto el Consell y el síndic de Greuges para esclarecer la falta de cuidados que recibió un anciano que fue fotografiado caído en el suelo con las piernas atadas.Oltra ha explicado a los medios que Carlos Manzanero deja la dirección del mayor geriátrico de la Comunidad Valenciana en el que se había ocupado de su gestión durante los últimos cinco años. La vicepresidenta ha informado del cese durante una rueda de prensa en la residencia de Carlet en la que estaban presentes la directora general de Servicios sociales, Mercé Martínez, miembros del comité de empresa, de la junta de personal, de la dirección de geriátrico.Otra ha anunciado que se está buscando la solución para poder mejor la atención de los ancianos de ésta y del resto de residencias públicas, para evitar que se produzcan casos como el de la persona fotografiada por falta de personal.La investigación se ha iniciado, curiosamente, tras publicar EL MUNDO la fotografía denuncia, pese a a las reiteradas denuncias de los trabajadores por la falta de plantilla que ya se ha convertido en un problema estructural para el centro. De hecho, la visita de la vicepresidenta al Centro es consecuencia de esta dramática situación.

#572

Re: España país de pandereta y genocidio

Simple-lógica: sube PP, baja Ciudadanos. PSOE y UP se mantienen con mínimas variaciones.
HACE 18 HORAS por IAGO PIÑEIRO
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ESTIMACIÓN DE VOTO:

PP 35.4% (+1.9)

PSOE 22.8% (+0.5)

UNIDOS PODEMOS 21.3% (-0.3)

CIUDADANOS 12.3% (-1.8)

#573

Re: España país de pandereta y genocidio

El alcalde de Pamplona, Joseba Asirón, uno de esos batasunos que cuando les preguntan por lo suyo dicen que hay que superar el conflicto y mirar al futuro, ha decidido vaciar las tumbas de los generales José Sanjurjo y Emilio Mola –y, de paso, las de siete combatientes del requeté–, que se encuentran desde 1961 en la cripta del Monumento a los Caídos de Navarra. El asunto puede tener alguna complicación legal, pero en la comunidad foral, donde el carlismo, el mismo que nos llevó a disputar tres guerras civiles, se diluyó en las tortuosas aguas del franquismo, la cosa se da por hecha.
De los requetés muertos, poco hay que decir. Formaron parte de los 40.000 voluntarios navarros que lucharon en las filas de los rebeldes y que se distinguieron, a las órdenes de Mola, en la conquista del norte de España. Si se piensa, en la ribera casi todos los vecinos deben tener un abuelo o un pariente de esos de la boina roja, la bota de vino y el «detente bala» con la imagen del Sagrado Corazón que hicieron correr a los gudaris en el trincherón de Bilbao. Y si no, descendientes de falangistas, que más de seis mil dieron las tierras del Ebro. El caso es que en Navarra se produjo una de esas encrucijadas que hacen palidecer a la ficción frente a la historia.
No es preciso remontarse mucho en la cronología de la II República. Basta con saber que hacia febrero de 1936, tras el triunfo del Frente Popular en las elecciones, al Gobierno de Madrid se le ocurrió destinar al general Mola a Pamplona, por entender que, allí en el bucólico norte, lejos del poder, poco podría conspirar. Para el caso de Francisco Franco se ideó lo mismo y lo enviaron a Canarias.
Paraíso golpista
El tercero en discordia, José Sanjurjo, ya vivía exiliado en Lisboa desde 1934. Mola halló en Pamplona lo que en estos tiempos podría denominarse el «paraíso del golpismo». Un pueblo profundamente católico, conservador y monárquico que, además, mantenía viva las tradiciones militares del carlismo y detestaba a su mozos con un fusil. Gentes recias, propietarios del trozo que labraban y de los prados donde pastaba su ganado. La España eterna, más cerca de los Austria que de los Borbones, para quienes la República no era más que bulla, desorden y templos en llamas. A Mola, héroe de las guerras africanas, el nuevo régimen no le había tratado bien. La caída de Alfonso XIII le había sorprendido al frente de la Dirección General de Seguridad. Es decir, que estaba marcado por la represión de la sublevación de Jaca y del movimiento subversivo republicano.
Tras el golpe fallido de agosto de 1932 –el que dio Sanjurjo– le apartaron del Ejército, aunque no había participado en la intentona. Sin sueldo ni subsidio, pasó penalidades, tuvo que trabajar hasta de ¡periodista! y volvió cuando fue amnistiado por el Gobierno de Lerroux, que le destinó al protectorado marroquí. En Pamplona, lo de Mola y los carlistas fue, tenía que serlo, un flechazo.
Que el golpe se avecinaba era un secreto a voces. El Gobierno de Casares Quiroga bailaba en la cuerda floja entre los embates del anarquismo y el vocerío de quienes, desde la izquierda socialista, proclamaban que la República burguesa había cumplido ya su función, que, al parecer, no era otra que la de mamporrera de la revolución marxista. Balandronadas y violencias estériles. Casares, que no era el estúpido que nos ha querido retratar el oficialismo progre, hizo lo que pudo por desbaratar el golpe militar sin, al mismo tiempo, dejar desarmada a la República frente a la amenaza revolucionaria. No lo consiguió. Si la cabeza de la sublevación, al menos en el plano moral e intelectual, era Sanjurjo, Mola, tras la política de traslados y destituciones de altos jefes militares llevada a cabo por Casares, se convirtió en el «director» estratégico y técnico de la sublevación.
Fechas febriles
También estaba Franco, en las lejanas islas. Conspiraba, pero estaba comido por las dudas, consciente de que el equilibrio de fuerzas era desfavorable y convenía esperar. «Miss Canarias» fue el epíteto que le dirigieron en aquellas fechas febriles de la primavera del 36 algunos de los mismos camaradas que, luego, le exaltarían sin un pero a la Jefatura del Estado. Pero por aquel entonces, que Franco estaba dispuesto a acatar el mando de Sanjurjo era un hecho. Que Sanjurjo quería reinstaurar la monarquía, era probable, como que Mola se empeñó en sublevarse bajo la bandera de la República, aunque los navarros, sin embargo, ya habían decidido marchar bajo la vieja rojigualda y se saldrían con la suya. La preeminencia de Sanjurjo sobre el resto de los sublevados era innegable. Nacido en Pamplona, hijo de un coronel carlista, pero forjado como militar en las guerras de Marruecos, había sido el jefe directo de Franco y de Mola en la notable hazaña del desembarco de Alhucemas. Fue, en efecto, Sanjurjo quien comandó la que, a la postre, sería la primera operación aeronaval de la historia, la que luego estudiaría el Estado Mayor yanqui para lo de Normandía. Desde el fracaso de Gallipoli en 1915, nadie creía que fuera posible poner en tierra un contingente militar bajo las barbas de un enemigo avisado y atrincherado. Con el informe de las operaciones de Gallipoli como referente, Sanjurjo armó las suyas y Abdel Krim fue, por fin, derrotado.
En Alhucemas, su fama alcanzó el cenit. Así que cuando Alfonso XIII decidió que ya había tenido bastante con Miguel Primo de Rivera, el de la «dictablanda», y lo despidió como a un cochero, Sanjurjo creyó que él era el hombre que debía encabezar el nuevo Gobierno. Pero el rey eligió al general Berenguer y Sanjurjo se molestó. Luego, cuando las elecciones municipales de abril de 1931 trajeron la República, Sanjurjo, que mandaba la Guardia Civil, dio a entender que no movería un solo tricornio. Y Don Alfonso se fue al exilio.
Luego pasó lo de la quema de iglesias, la matanza de guardias civiles en Castilblanco, las reformas militares de Azaña y el idilio republicano de nuestro monárquico general se acabó. No había durado un año. El golpe militar, forzado en último término por el asesinato de José Calvo Sotelo a manos de un comando de policías y militantes socialistas, fracasó como, por cierto, había predicho Franco, y desembocó en la Guerra Civil. El 20 de julio, Sanjurjo despegaba desde un campo improvisado en Estoril para volar hasta Gamonal, en Burgos, y ponerse al mando de la sublevación. El avión se estrelló sin conseguir elevarse y Sanjurjo encontró la muerte. Casi un año después, el 3 de junio de 1937, el general Emilio Mola perdía la vida en otro accidente aéreo, en el Puerto burgalés de la Brújula. Unos días después, las brigadas navarras, «sus» brigadas navarras, conquistaban Bilbao.

#575

Re: España país de pandereta y genocidio

Yo me pregunto . ¿por qué han tardado tanto? Es una vergüenza.
¿Y con el mausoleo qué van a hacer, lo van a demoler?

El silencio es hermoso cuando no es impuesto.

#576

Re: España país de pandereta y genocidio

Una niña contempla la evolución de los aviones en el cielo de Madrid. 1939. Los golpistas genocidas y sus socios nazifascistas preparaban la mejor aviacion de guerra con vistas ala 2ª guerra mundial.

Víctimas de bombardeos en la Red de San Luis, Madrid. Mayo1937

Víctimas de bombardeos en la Red de San Luis, Madrid. Mayo1937

Madrid, camino de la Casa de Socorro tras un bombardeo fascista en 1936

Madrid, camino de la Casa de Socorro tras un bombardeo fascista en 1936

Víctimas de un bombardeo fascista en Valencia. 1937.

Víctimas de un bombardeo fascista en Valencia. 1937.

Madrileños buscan en los listados de víctimas

Madrileños buscan en los listados de víctimas

Familiar de víctima mortal de bombardeo fascista

Familiar de víctima mortal de bombardeo fascista

Familiares de víctimas mortales de bombardeos fascistas. Barcelona 1938

Familiares de víctimas mortales de bombardeos fascistas. Barcelona 1938

#577

Re: España país de pandereta y genocidio

Vicentete tío.....ya te han vuelto a soltar del frenopático.....y vienes a ponernos nuevas soplapoyeces.
Entre tu y rajao .....vais a acabar con nosotros.
No tienes arreglo

#578

Re: España país de pandereta y genocidio

Los aliados nazis y fascistas de los golpistas genocidas provocaron una masacre en las ciudades de la retaguardia republicana, convertidas por designio expreso de Franco en primera línea de frente y teatro de guerra en el que había que sembrar el terror y la muerte. En la memoria de sus pobladores permanecerán para siempre como un recuerdo indeleble los horribles bombardeos, que eran constantes y diarios en las calles y casas de Madrid, Barcelona, Valencia y tantas otras ciudades. Los resultados de tanta reiteración genocida en las mayores ciudades españolas fueron decenas de miles de ancianos, mujeres y niños muertos, que llenaron sus depósitos, morgues y fosas comunes.

#579

Re: España país de pandereta y genocidio

Segun publica hoy el diario Publico María Ascensión López no sabe, a sus 52 años, el día exacto de su nacimiento. Es una de las víctimas de la trama de bebés robados por los golpistas genocidas que ya ha registrado en España más de 1.500 denuncias y una sola imputada. Su caso es uno de los pocos que ha llegado a juicio. Y no ha tenido el final esperado. Ascensión se enfrenta, a día de hoy, a una sentencia de 40.000 euros por injurias y calumnias a la monja que llevó a cabo su adopción. A esta cantidad hay que sumar los 3.000 euros de multa que el Juzgado de lo Penal número 3 de Almería le ha impuesto. La imposibilidad de abonar la sanción, por falta de medios económicos, ha derivado en cinco meses de prisión. La también presidenta de la Asociación Bebés Robados de Almería, se encuentra a la espera de un merecido indulto por parte del Consejo de Ministros en funciones. “En mi expediente de adopción consta que fui adoptada como recién nacida el 7 de mayo de 1964”. La descripción de su ropa de bebé, un mero papel que testifica la adopción firmada por Sor Dolores (prima adoptiva de la víctima) y el papel del registro civil. Escasos documentos que no han permitido a Ascensión conocer la verdad de su caso, a pesar de llevar seis años buscando en todos los archivos posibles. Sor Dolores tiene ahora 75 años, pero en la etapa del nacimiento de Ascensión, era una veinteañera que había ingresado en la orden de las Hijas de la Caridad de Sevilla. Prestaba servicios médicos en el antiguo Hospital de las Cinco Llagas, hoy sede del Parlamento Andaluz. Los papeles de la adopción de Ascensión encontrados en la Diputación, reconoce “los nombres de sus padres adoptivos, Cristóbal y Maria y la clara firma de Dolores que sería testigo presencial de la adopción”. Nada consta sobre el documento de renuncia de su madre biológica, de obligado trámite, en este tipo de casos.

Ascensión López Rodríguez, con su madre adoptiva

Ascensión López Rodríguez, con su madre adoptiva

Ascension López hoy

Ascension López hoy

Ascensión López Rodríguez, con su padre adoptivo

Ascensión López Rodríguez, con su padre adoptivo

#580

Re: España país de pandereta y genocidio

Esta es otra prueba más del pacto de la desmemoria durante la transicion trampa para conseguir la impunidad de los golpistas genocidas , en cualquier país democrático, ante cualquier sospecha, la policia y medios del estado empiezan a indagar, se tira del hilo y se llega a donde se quiera llegar que puede ser hasta el culpable de los bebes robados. Aquí se acaba con el mensajero y se sigue tapando el asunto y ademas se hunde al que busca en la miseria para escarmiento de futuros buscadores de responsabilidades de los golpistas genocidas

#581

Re: España país de pandereta y genocidio

Cuando en la Semana Santa de 1941 un grupo de presos republicanos antifranquistas de la Prisión Central de Valdenoceda (norte de Burgos) decidió plantarse y hacer frente en el patio de la cárcel a los golpoistas genocidas y a los furibundos curánganos que les santificaban, no podían sospechar que ese heroico gesto, que ellos interpretan como postrer y funesto, iba a acabar salvando la vida de muchos de ellos. Treinta y dos hombres, algunos aún muchachos, desesperados pero serenos y caracterizados por su gran predicamento entre los prisioneros, decidieron retar a la legión de sacerdotes jesuitas venidos expresamente desde Oña para catequizarlos y a los armados que los custodiaban, mediante los sencillos gestos de permanecer en pie frente al Santísimo, al oficiante y a la Dirección de la prisión en plena misa solemne y negarse a comulgar. El revuelo fue enorme. Arrestados, fueron conducidos entre golpes y empujones a celdas de castigo y rápidamente sometidos a expedientes, que desembocaron meses después en traslados obligados a durísimos batallones de forzados y a terribles penales con fama de aniquilar cuerpos y almas. Entre esta treintena de hombres se encontraban Juan Antonio Gaya Nuño, Ernesto Sempere Villarubia y Gabriel Martínez.

Juan Antonio Gaya Nuño

Juan Antonio Gaya Nuño

fábrica de sedas de Valdenocede reconvertida en temible prisión

fábrica de sedas de Valdenocede reconvertida en temible prisión

Gaya Nuño junto con otros compañeros de reclusión en la Prisión de Valdenoceda

Gaya Nuño junto con otros compañeros de reclusión en la Prisión de Valdenoceda

Ruinoso estado actual de la carcel de exterminio de Valdenoceda

Ruinoso estado actual de la carcel de exterminio de Valdenoceda

#582

Re: España país de pandereta y genocidio

¿Quién hizo a reyes, papas y regentes
árbitros de la ley, jueces del mundo?
¿Quién ungió a esa ralea pestilente
con el óleo blasfemo de lo inmundo?

Civiles asesinados por los fascistas como consecuencia de un bombardeo

Civiles asesinados por los fascistas como consecuencia de un bombardeo