El PSOE confirma que habra terceras elecciones

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La sesión de investidura a finales de agosto, con los españoles rematando las vacaciones, ajenos casi a lo que sucede en el Congreso, se saldó con el resultado esperado. El candidato a la Presidencia, Mariano Rajoy, perdió la votación por 170 votos a favor y 180 en contra, en un pleno celebrado en un ambiente de desencanto general y cierta preocupación sobre cómo se percibirá en la calle este nuevo intento fallido. El viernes se repetirá la liturgia y, aunque Rajoy no necesitará alcanzar la meta de los 176 diputados -la mayoría absoluta- y le valdría con una mayoría simple -más síes que noes- no se prevé ningún cambio.

El Congreso rechaza la investidura de Rajoy en primera votación
Propulsada hacia otra investidura fallida, la política española vuelve a estar encapsulada. Ahora con el agravante de que tras el portazo que Pedro Sánchez le ha dado a Rajoy nadie alcanza a atisbar una salida. No hay un camino escrito. La pérdida de la votación, que automáticamente pone en marcha el proceso para la celebración de unas elecciones el 25 de diciembre, y el enroque del líder socialista en el no a Rajoy instalaron la sensación de que no existe otra alternativa que una nueva convocatoria electoral. En su intervención Sánchez no dejó ni un solo resquicio que invite a pensar otro cosa [lea el discurso en PDF]. Su rechazo a Rajoy fue cristalino, inequívoco y para no andarse con rodeos lo pronunció en su primera frase. «El PSOE votará en contra de su candidatura a la presidencia del Gobierno. Con total y absoluto convencimiento, por coherencia con nuestro ideario político, por nuestros votantes y por nuestro país». Porque España, dijo, necesita con urgencia un Gobierno pero no un «mal Gobierno». A partir de ahí su discurso se convirtió en una feroz diatriba contra Rajoy, en la que utilizó la corrupción que ha afectado al PP como argumento para vetar al candidato. Su gestión, afirmó, es una «suma letal de corrupción, mala gestión económica y recortes». Su dureza, salpimentada con una vuelta a los postulados clásicos de la izquierda, cegó cualquier posibilidad de que en un futuro el PSOE acabe absteniéndose. Al menos esta es la lectura en la que coincidieron PP, Ciudadanos y Podemos. Por motivos distintos en los tres partidos se defendió la opción de unas terceras elecciones como un «escenario no descartable». Ciudadanos mantiene que la rotundidad de Sánchez hace casi inviable que varíe su postura. «Probablemente ni el mismo sabe lo que va a hacer», aseguraron fuentes de la formación. En Podemos incluso se compartió esta visión. Creen que la presión sobre el dirigente del PSOE será enorme en las próximas semanas y esperan que no ceda a ella, según fuentes de la formación. Pero se sienten frustrados de que no dé pasos en firme para configurar una alternativa a Rajoy. Una posibilidad que, aunque Sánchez no concreta, tampoco acaba nunca de orillar. En el PP prácticamente se dio por hecho que habrá una nueva cita electoral pero, pese al discurso del líder socialista, intentaron no dar nada por perdido. Los populares creen que Sánchez quiere unas terceras elecciones para continuar al frente de la Secretaría General aunque no desechan la idea de que los barones del PSOE contrarios a él acaben obligándole a rectificar y facilitar un Gobierno de Rajoy. En Génova llevan dando por enterrado políticamente al líder de los socialistas desde la noche del 20 de diciembre, sin que hasta el momento esta previsión se haya cumplido.
El feroz discurso de Sánchez contra Rajoy hace pensar a todas las formaciones que el PSOE nunca se abstendrá Absoluta incertidumbre en la política española
Este miércoles, de nuevo, la confianza del PP en que Rajoy sea finalmente elegido se sustentó en los movimientos internos que se puedan producir en el PSOE. De todos modos, si alguien no le teme a unas nuevas elecciones es el PP. «Dos meses (el plazo que resta hasta la disolución de las Cortes) dan para mucho», aseguraron. Los populares se mostraban divididos entre quienes creen que todo depende de los socialistas y los que ven otra tabla de salvación en los votos del PNV. De hecho, distintas fuentes destacaron que su portavoz, Aitor Esteban, a pesar de la dureza de su intervención, se mostró «abierto al diálogo». «Después de las elecciones vascas a ver que pasa», señalaron. En el PP y en el resto de partidos dan por sentado que, tras la segunda votación del viernes, todos se volcarán en las gallegas y las vascas. Su resultado y el hecho de que desaparezca la «tensión electoral» podría contribuir, según el PP, a que llegue el desbloqueo. «Puede haber cambios de todo tipo tras el 25-S y siempre se puede volver a intentar», aseguraron, para reconocer a continuación la existencia de una gran «incertidumbre» porque «nadie sabe a ciencia cierta lo que va a pasar». La sensación de incertidumbre general define a la perfección el clima político que se vivió en el Congreso. Partidos como Podemos, ERC, PDC (la antigua Convergència) y Compromís reclamaron «coraje» a Sánchez para presentar una alternativa. Mientras Mariano Rajoy defendió que el dirigente socialista va «pasar a la historia» por provocar la convocatoria de terceras elecciones generales en un año.El aspirante popular se aferró a la tesis de que ha ganado en dos ocasiones los comicios y que la última vez fue el único que mejoró el resultado. La distancia de 52 diputados respecto al PSOE fue uno de sus argumentos recurrentes para solicitar la confianza de los partidos de la Cámara. Provisto de mucha sorna intentó en el debate que el dirigente socialista lo entendiera. «Si yo soy tan malo, ¿cuánto de malo es usted? ¿Pésimo?», le dijo. A Rajoy, en cambio, le costó poco comprender la persistente negativa de su adversario. «He entendido todas las partes del no, así que tranquilícese» Pese a ello concluyó su intervención solicitando al PSOE que «le deje gobernar». «Le ofrezco 170 diputados, ocho acuerdos y le pido un poco de responsabilidad». «Le pido -repitió - que se abstenga, no que apoye a PP, no podemos estar elección tras elección a que salga un resultado que le convenga al señor Sánchez». En su debate con Pablo Iglesias Rajoy pareció ajeno a toda presión. Tampoco es que se mostrara tenso con Sánchez. Con ambos utilizó el mismo tono muy cáustico. Más incluso con Iglesias. «Usted es estupendo, la quintaesencia de todas las virtudes, el único decente, independiente mientras el Ibex nos presiona a todos, posiblemente todos tengamos una habitación allí». Con los partidos catalanes y el PNV volvió el Rajoy serio. Pasadas las ocho perdió la votación y se marchó.

Hernando matiza que un acuerdo de izquierdas es «muy difícil, imposible»
S. N.. Madrid. Hace 15 minutos 21

El portavoz parlamentario, que no ha descartado que el PP decida finalmente cambiar de candidato, se ha reafirmado en que los socialistas tampoco cambiarían por ello su posición.

EL célebre cuadro de Goya cobró vida ayer en el Congreso de los Diputados en las personas de Pedro Sánchez y Mariano Rajoy, que emularon a las figuras del maestro sustituyendo los garrotes por palabras gruesas, rostros crispados y discursos ásperos, fruto de rancios rencores, absolutamente inútiles con vistas al interés común que ambos invocan. Duelo a garrotazos entre políticos representantes de los dos grandes partidos llamados a vertebrar España, que ni siquiera intentan disimular la insalvable aversión que se provocan mutuamente. Un enfrentamiento enconado, a ratos agrio, por momentos pueril, propio de niños de guardería obcecados en el «y tú más». Si algo puede afirmarse tras el espectáculo al que asistimos en el Parlamento es que jamás habrá acuerdo alguno entre el PP y el PSOE mientras al frente de esas formaciones estén dos hombres cuya relación personal ni es mala sino peor. Una mezcla de odio y desprecio absolutamente incompatible con la fragua de un gran pacto entre fuerzas constitucionalistas como el que invocó acertadamente Albert Rivera y necesita perentoriamente esta nación amenazada de desguace.

El líder de los socialistas subió a la tribuna de oradores armado de un violento afán de revancha que se le asomaba a la expresión y destilaba, gota a gota, en cada palabra. Su demoledora intervención no pretendió otra cosa que vengar la afrenta sufrida en su investidura fallida, sometiendo a su rival a una dosis igual de amarga medicina de fracaso. Y tanto forzó la provocación que sacó del candidato lo peor, convirtiendo las réplicas y contrarréplicas en una tomadura de pelo para el conjunto de los españoles, rehenes de esa lucha estéril.

Con Rajoy y Sánchez al timón de sus respectivos partidos no hay ni habrá en el futuro la menor posibilidad de alcanzar un acuerdo de investidura y mucho menos elegir un gobierno estable en el marco constitucional. Su condición de agua y aceite nos condena a volver a votar en diciembre, sin la menor garantía de que las urnas resuelvan la endiablada aritmética parlamentaria actual, o bien a buscar fórmulas que creíamos felizmente superadas. Fórmulas que incluyen en la ecuación a nacionalistas echados al monte, abiertamente enemigos del principio de soberanía nacional recogido en la Carta Magna, y que supondrían ceder a su eterno chantaje a cambio de unos votos prestados.

Fracasado el segundo intento de investir a un presidente para el gobierno de España, ya que nada permite prever que en las próximas horas cambien las cosas, pueden producirse varios escenarios. De menos probable a más: que, en un alarde de patriotismo, Sánchez y Rajoy anuncien su retirada en aras de facilitar el consenso; que Sánchez vuelva a intentarlo de la mano de Podemos y previa aceptación de la infamante condición exigida por Tardá; que un probable revolcón socialista en las elecciones autonómicas vascas y gallegas provoque la caída de Sánchez; que se convoquen unas terceras elecciones y seamos el hazmereír del mundo.

Más allá de la votación final, que certificó el desenlace conocido de antemano, la sesión celebrada ayer permitió visualizar con claridad algunos de los peligros ciertos que se ciernen sobre la democracia española, como el veneno demagógico contenido en la retórica pseudo-revolucionaria escupida por los portavoces de Unidos Podemos o la desvergüenza con la que los separatistas catalanes y vascos desafían al Estado de Derecho reiterando su determinación de ignorar las resoluciones judiciales. Amenazas ante las cuales cobran sentido los 32 «síes» pronunciados finalmente por los diputados Ciudadanos, que deberían, no obstante, modular y calibrar mejor sus mensajes si vamos a una tercera campaña electoral, con el fin de no acabar diciendo Diego donde dijeron una y otra vez «digo».

Isabel San SebastiánIsabel San Sebastián

Los de podemos no dan para mas

http://www.lavanguardia.com/television/20160901/4141881099/albert-rivera-portavoz-del-pp-foto-montaje-tve.html

¿Fueron ellos?

Pedro Sanchez quiere quitarse el muerto de encima de ser el culpable de unas terceras elecciones y ahora propone un gobierno con PODEMOS+PSOE+CIUDADANOS.

Como saber que esto no va a ser posible dice que ahora se podra ir a la cama con la conciencia tranquila ya que la culpa pasara a ser de podemos o ciudadanos

http://www.lavanguardia.com/politica/20160902/4146088296/pedro-sanchez-plan-b.html

Nos toman por imbeciles, ya está bien. Que asuma la parte de responsabilidad que le toca, pues logicamente si hay 3º elecciones no será culpa ni de ciudadanos, ni de podemos. Además me imagino que en dicho caso el sería el presidente.
Me juego la merienda de mi niño a que si le dijesen que sí, pero que el no fuera el presidente no lo aceptaba y luego le echaría la culpa de escoger a otro candidato no tan valido como él.
Ver para creer, si es que esto es España en puro.

El papel que ha tenido C,s es como el perro del hortelano que ni come ni deja comer...su papel es mucho más importante de lo que parece.

Una vez analizados los resultados de las primeras elecciones C,s hizo todo lo posible para que el Sánchez no fuera presidente.

Recuerdo que evitó que pudiera existir cualquier entendimiento entre el PSOE y Podemos... o el pacto con C,s se rompería en mil pedazos. ¿A eso cómo se le llama? Desde luego... eso sólo tiene un nombre y es hacer de tapón porque el PSOE estaba vendido.

Una vez deshojada la margarita en las segundas elecciones, se le ha visto la patita al Sr. Rivera...y no se sabe bien el por qué, Rivera es el mamporrero de Rajoy...a saber que oscuros informes guarda el ministro del interior en el cajón sobre Rivera.

aqui hay unas cosas claras
1 que quien ha gando por 52 diputados sobre el segundo ha sido el PP
2 que solo el PP ha subido en votos y diputados respecto a la anterior que fue ya ganador
3 que ha llegado el PP a un concenso de 170 diputados con CC y Ciudadanos
4 que una posible alternativa es utopica ya que tendria que juntarse al PSOE, Podemos, IU; confluencias, Compromis, convergencia , PNV, Esquerra....cuando el comite federal ha dicho no a podemos y a independentistas
5 que unas posibles terceras elecciones seria ridiculo y en principio favorecerian al PP y a Podemos

conclusion en octubre habra gobierno del PP SEGURO

Los barones del PSOE presionan para evitar unas terceras elecciones
Page también pide un Comité Federal que aborde la investidura de Rajoy tras las elecciones vascas del 25 de septiembre

El bloqueo político en España ha llegado este jueves al diario The New York Times. En un editorial, el periódico estadounidense reclama al PSOE que permita la investidura de Mariano Rajoy, con una abstención en la segunda votación-que se celebra este viernes- y que la legislatura eche a andar.

El diario sostiene, además, que los socialistas apenas tienen posibilidades de mejorar sus resultados electorales en caso de unos terceros comicios, que se celebrarían el 25 de diciembre, y destaca además que, desde la oposición, podrían tener un papel determinante para controlar al futuro Ejecutivo.

“Abstenerse no será fácil para el líder socialista, Pedro Sánchez. La alternativa, sin embargo, son cuatro meses más de Gobierno en funciones, lo que supone que no haya presupuestos, ni nuevos ministros, ni probablemente nueva legislación”, recoge el diario, en un texto en su versión digital.
Según el diario, un Gobierno “complicado” es “mejor” que una ausencia de Gobierno y “ningún país puede mantenerse en el limbo político por mucho tiempo sin riesgos”.
Recuerdan, además, que España tiene importantes retos, como el desafío independentista o los compromisos con la Unión Europea.

Delirante lección de historia de Joan Tardá para reclamar la independencia de Cataluña
“El bloqueo político en España fue creado por votantes que demandan un mejor y más honesto gobierno”, advierte, reclamando tanto a Rajoy como a Sánchez que, “en tanto que líderes de los dos partidos más afectados por la insatisfacción de los votantes deben entender que la salida a la parálisis pasa por demostrar que han oído el mensaje”.

Pues entre el riesgo de que aquí estemos un año sin gobierno, y el riesgo que tienen allí de tener uno encabezado por Trump, me quedo con el nuestro.......

sin duda alguna ...imaginate un bipartidismo con Trump e Iglesias
saludos170

¿Cómo se va a quitar de encima un muerto que es de Rajoy y el PP en exclusiva?
Lo raro es que no digas que la culpa es de ZP, hasta hace poco era el culpable hasta de la muerte de Manolete.