¿Por qué cometí la mayor traición del fútbol?
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ya entonces había señales inequívocas de que cuando el nacionalismo catalán decía que el Barça era Més que un club, se refería a que también debía ser una avanzadilla para lograr una Cataluña independiente, excluyente e intolerante.
Todo ha ido cobrando sentido con los años: la forma en la que los errores arbitrales eran voceados en el patio del colegio como afrentas a Cataluña, las victorias presentadas como resarcimientos de las heridas de la historia o la confusión deliberada de los sentimientos del barcelonismo con los de todos los catalanes. Y así hasta el empeño estos días por parte de los más sectarios de convertir el Nou Camp en lugar de peregrinación del pensamiento único, donde se exige pulcro respeto a los símbolos del separatismo y se denigran los del resto de los españoles.
Porque bien está que la Justicia haya decidido que los seguidores del Barcelona puedan llevar hoy banderas independentistas al Calderón -mira que hacen cosas extrañas los Estados opresores-, rectificando una torpe decisión del Gobierno que lo único que había logrado era dar oxígeno victimista al nacionalismo. Pero resulta grotescamente hipócrita que ese respeto sea reclamado por quienes marginan sistemáticamente todo lo que representa a España, faltan al respeto a su jefe de Estado con pitadas maleducadas o aplauden la quema de la Constitución en un programa de la televisión pública. Para el nacionalismo, los únicos sentimientos legítimos son los propios. El resto se pueden pisotear.
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DAVID JIMENEZ
http://www.elmundo.es/opinion/2016/05/22/57409e87268e3eff0c8b45f1.html
Para el nacionalismo, los únicos sentimientos legítimos son los propios. El resto se pueden pisotear.
Para el nacionalismo, los únicos sentimientos legítimos son los propios. El resto se pueden pisotear.
Para el nacionalismo, los únicos sentimientos legítimos son los propios. El resto se pueden pisotear.
Para el nacionalismo, los únicos sentimientos legítimos son los propios. El resto se pueden pisotear.
Para el nacionalismo, los únicos sentimientos legítimos son los propios. El resto se pueden pisotear.
Para el nacionalismo, los únicos sentimientos legítimos son los propios. El resto se pueden pisotear.