Re: Encuesta Margrave: ¿Cuánto dinero necesitas para vivir sin trabajar, y ser feliz?
Alli no hay sharias. Hay un ley de la Republica y el Senado y el Presidente deciden. A ningun extranjero se le ocurre sacara los pies fuera del tiesto (eso es para Europa). BB 80
1) Concepto de Cruzada
Hans Eberhard Mayer: “(…) en el fondo la cruzada no era más que una peregrinación armada que estaba dotada con unos privilegios religiosos especiales y se consideraba un hecho particularmente meritorio” (Historia de las cruzadas, Itsmo, Madrid, 2001, p. 28).
2) Concepto de Escatología
Diccionario RAE: “Conjunto de creencias y doctrinas referentes a la vida de ultratumba”.
Etimología: Griego escaton, fin, y logos, palabra o doctrina.
Noción teológica: “El hombre y el mundo creados por Dios deben volver a Dios. (…) Así, pues, la Escatología será la ciencia de las cosas últimas” (José María Pujol, "4. Escatología. Sintesis teológica", en GER (Gran Enclopedia Rialp), Tomo VIII, Ediciones Rialp, Madrid, 1989, p. 761).
3) Causas o motivos de la primera cruzada
Sobre esto, compartimos el punto de vista de Jacques Heers:
“La cruzada no se reduce a explicaciones simplistas, exclusivas. Reunir todos los elementos en un solo haz de intenciones es un mal método. Lo sistemático es signo de pereza o de ceguera, pues todo es diversidad y complejidad. En un momento no lejano de nosotros, para una escuela histórica que deliberadamente privilegiaba lo material y la búsqueda de los beneficios sobre toda otra consideración, era de buen tono ver en las cruzadas sólo empresas lanzadas a la conquista de nuevas tierras y mercados” (La primera cruzada, Editorial Andrés Bello, Santiago, 1997, p. 17).
No se puede negar el factor económico como causa o motivo de la primera cruzada. Por ejemplo, en los decenios anteriores, se experimenta un gran aumento demográfico. Esto se expresa en una mayor división de las tierras explotadas, en un proceso de creciente urbanización, en talas de bosques, etc.
Pero tampoco puede negarse que la primera cruzada tiene, al menos originariamente, un sentido trascendente, que podemos llamar “escatológico”.
¿Por qué? Porque el viaje y rescate de los santos lugares se ve como un camino seguro hacia el fin último de la existencia, Dios. Y la Jerusalén terrestre se ve como un anticipo de la Jerusalén Celestial.
Autores como Eberhard reconocen este sentido:
“Estas ideas [las escatólogicas] tuvieron que actuar en gran medida a favor de la cruzada, si tenemos en cuenta que un buen número de cruzados no debía ser capaz de diferenciar la Jerusalén terrena de la celestial, y creería que marchaba directamente a aquellas moradas de felicidad eterna” (Historia de las cruzadas, Itsmo, Madrid, 2001, p. 24).
Y Heers, que parece destacar más el eslemento espiritual, señala:
“El impulso demográfico de Occidente no fue, ciertamente, el origen de las cruzadas, pero sin él estas empresas no habrían prosperado” (op. cit., p. 17).
4) Urbano II y el Concilio de Clermont
El 18 de noviembre de 1095, el papa Urbano II (1088-1099) abre un concilio en Clermont, al que acuden principalmente obispos franceses. Este concilio ha pasado a la historia como el origen inmediato de las cruzadas.
Desde el verano de ese año, el papa se encuentra de viaje en el sur y sudeste de Francia.
Los principales asuntos abordados son de orden eclesiástico, referidos al clero francés. Además, se tratan aspectos de la reforma de la Iglesia (investidura de laicos, compra simoníaca de cargos, relaciones adúlteras del rey de Francia con una dama noble, etc.).
También se amplía la Tregua de Dios (institución encargada de restringir las guerras privadas a determinados días) al conjunto de la Iglesia (antes tiene un carácter meramente regional).
ecién el 27 de noviembre, poco antes de la conclusión del concilio, se produce un discurso del papa que, por gran afluencia de clérigos y laicos, se celebra en las afueras de la ciudad.
En este discurso, el papa se refiere a la grave opresión de la Iglesia de Oriente. Y, en efecto, los selyúcidas (dinastía turca) habían ocupado Asia Menor y destruido y profanado las iglesias y Santos Lugares de la cristiandad.
El éxito de la arenga es extraordinario:
La muchedumbre habría gritado “Deus lo volt”, Dios lo quiere.
5) Conclusiones
Algunos autores -por ejemplo, Eberhard (Cfr. op. cit., p. 21)- afirman que el papa no utilizó en la predica de Clermont la palabra Jerusalén; se fían, fundamentalmente, en Foulcher de Chartres.
Y, en efecto, son las otras versiones (Guibert de Nogent, Roberto El Monje) de la predica las que incluyen un llamado concreto a liberar Jerusalén.
En cualquier caso -es decir, aunque no se nombre Jerusalén como meta de la cruzada-, las palabras del pontífice revelan un fuerte sentido religioso-escatológico. El documento de Foulcher habla de una búsqueda de “recompensas eternas” y de una “doble gloria”.
En suma, aunque sea o no, en Clermont, Jerusalén una meta, lo cierto es que dicha predica guarda un carácter escatológico: la cruzada se configura como un camino de salvación. Por eso, autores como Jacques Heers pueden sostener que la cruzada es, ante todo, “un acto de fe” (op. cit., p. 15).
Además, a finales de 1095, Urbano II menciona en una carta a Jerusalén de pasada. Y en una carta a los boloñeses, de septiembre de 1096, Jerusalén se cita expresamente como meta de la cruzada.
Esto lo reconoce Eberhard (Ibid., p. 22); pero lo que él recalca es que tal ciudad no se configura como meta en Clermont, sino después por obra e impulso del pueblo.
Por otra parte, el canon segundo del Concilio de Clermont habla, concretamente, de la marcha a Jerusalén.
Y no hay duda que después del Concilio se empieza a hablar únicamente de Jerusalén y no ya dentro del marco más amplio de la Iglesia de Oriente.
La ballesta, arma potente que atravesaba armaduras, fue prohibida por concilio solo entre cristianos. Se permitia su uso en las Cruzadas.
Por decirlo claro, que es la UE de hoy, con sus mercados burocraticos: UNA MIERDA. BB 80.