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Un panorama inminente de Cambio Climático catastrófico.

12 respuestas
Un panorama inminente de Cambio Climático catastrófico.
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#9

Re: La pólemica Lomborg.

*El método científico y "El estado real del mundo"
A finales del 2002, el Comité Danés sobre Deshonestidad Científica, tras el examen de un grupo de trabajo formado por cinco expertos, cuatro de ellos catedráticos de diversas disciplinas, sentenció la publicación como "claramente contraria a los criterios de la buena práctica científica" - por el uso sesgado de datos y fuentes- si bien no pudo demostrar que fuese "deliberadamente o con grave negligencia". Más allá de la culpabilidad objetiva pero no subjetiva de Lomborg, el Comité tuvo que hacer frente al problema de determinar hasta qué punto podía o no ser calificada de ciencia -en lo que no se pusieron de acuerdo. Esto es relevante en la medida en que el discurso Lomborg reivindica el status de ciencia libre de valores, parapetado en "la forma mucho más clara de ver el mundo" que ofrecen las estadísticas. A pesar de reconocer que "la identificación de un problema depende de la teoría con que interpretamos aquello que observamos en el mundo" (p. 80), cae en el dogma positivista de que todos traicionan la (imposible) neutralidad epistemológica menos uno mismo, y es ahí donde el discurso productivista probablemente pueda ser juzgado con menores riesgos.
En cualquier caso las incoherencias internas son demasiadas como para pasarlas por alto. Desde el punto de vista formal la abundancia de falacias de todo tipo llama la atención. Una característica común a ellas es una constante productivista: el desprecio al riesgo. Así, como no se ha demostrado su toxicidad, "las patatas transgénicas no son tóxicas" (pp. 465-468) -falacia ad ignorantiam. En general, la renuencia a la regulación ambiental denota un silogismo del tipo siguiente: (1) La precaución es cara, (2) nunca tendremos certeza de que no hay riesgos, por lo tanto (3) hacer caso a las voces de alarma es caro e inútil. El uso sesgado de los datos, las elecciones metodológicas, empíricas y epistemológicas que llevan a la conclusión sorprendente de que todo va mejor que nunca, se subordinan a una relativización del riesgo. Sin embargo, cuando se hila más fino, las conclusiones pueden ser distintas.
Por ejemplo, sólo puede sostenerse que el área forestal del planeta ha incluso aumentado si se equiparan bosques primarios y plantaciones -se ha perdido el 8.7% de los bosques tropicales sólo en los años noventa. Sostener que "la productividad marina se ha doblado desde 1970" aunque las pesquerías se están agotando pasa por compensar las capturas con la producción en piscifactoría - el ejemplo del salmón es el preferido de Lomborg, sin mencionar contaminantes biológicos o químicos o insumos de grano. Quitar peso a la pérdida de biodiversidad se hace a costa de reiterar que esta no tiene lugar al ritmo de 40.000 especies por año, como predijo Norman Myers en 1979, - sino a un ritmo de entre 1000 y 1500 veces como mínimo la pauta natural. "La mayoría de recursos [especialmente los fósiles como el petróleo o el gas] son ahora más abundantes" aunque su consumo aumente cada año, sólo si confundimos las reservas disponibles a precios rentables con los stocks físicos totales. Y así ad infinitum una a una las principales tesis de Lomborg pueden ir siendo desenmascaradas sin grandes dificultades.
*El abono ideológico del neoproductivismo
Los sesgos del trabajo de Lomborg, involuntarios o no, son perfectamente coherentes con todo un conjunto de puentes ideológicos con el ideario neoliberal y neoconservador. En primer lugar, la creencia en la sustituibilidad entre factores que son cualitativamente distintos pero que son asimilados a la noción de capital: trabajo (capital humano o social) por tecnología y mercancías (capital manufacturado), este por recursos (capital natural), y todos ellos por capital financiero. Esta es la puerta al uso y abuso del análisis coste-beneficio en la evaluación de las distintas alternativas en casos de incertidumbre: reducidos todos lo

#10

Re: La pólemica Lomborg.

En general, el análisis coste-beneficio y la noción de sustituibilidad subyacente reflejan el universo mecanicista y utilitarista -que la ciencia contemporánea va dejando atrás- al asignar con grandes dosis de arbitrariedad un valor monetario a vidas, descontar los intereses de generaciones futuras, excluir las consecuencias distributivas de los riesgos, así como ignorar las variables que no pueden ser cuantificadas (valor de especies perdidas, servicios ambientales deteriorados, riesgos que pueden significar pérdidas catastróficas). Por el contrario, la perspectiva de las ciencias ambientales y particularmente de la ecología nos sitúan en intrincadas redes de vida que no pueden ser explicadas según el modelo del reloj o del mecano -la naturaleza como un espacio lineal, pasivo, predecible y corregible-, cuya transformación precipitada puede implicar cambios irreversibles -la interdependencia puede llevar a que la desaparición de un elemento desestabilice todo el conjunto. En gran medida quienes están acostumbrados a la incertidumbre, a los dilemas propios del conocimiento y la regulación en la ciencia contemporánea, se muestran reticentes a darse por sabedores del estado real del mundo. Así, la evaluación de la ciencia a raíz del cambio de paradigma ocurrido en los años setenta, tiende a pensarse a partir de múltiples criterios y valores. Tenidas en cuenta las dimensiones políticas, éticas y científicas del análisis de la regulación ambiental hay métodos más adaptados a la incertidumbre, abiertos ya a la inconmensurabilidad ya a la legitimidad (como al Análisis Multicriterio, distintas formas de participación ciudadana e incluso la formación del grupos de consenso como es el propio IPCC, encargado de estudiar el cambio climático).
En segundo, asume la noción de Curva de Kuznet ambiental: la calidad ambiental decrece para cada incremento de renta, pero sólo hasta un nivel de riqueza en que justamente mejora a medida que la renta aumenta (gráficamente describe una U invertida); "a mejores ingresos le corresponden mejores niveles de protección ambiental" (p. 74). Sin embargo, lo cierto es que no hay pruebas sólidas de que el desarrollo ambiental sea resultado directo del desarrollo económico al menos para las tendencias más relevantes. Hay varias razones por las que lo que ha sido verdad para los países ricos no tiene que ser necesariamente verdad para el conjunto (falacia de la composición).
Para ser cierta, la actividad económica y sus efectos ambientales deberían coincidir geográficamente, y no es el caso. El espacio ecológico global está distribuido de una manera muy desigual: la "huella ecológica" de un consumidor de un país rico o sobredesarrollado es mucho mayor que la de uno en un país pobre, entre otras cosas por la capacidad de importar sostenibilidad a bajo precio en los productos y materiales adquiridos en el océano de las relaciones comerciales globales. El americano medio consume 330 veces más energía que el etíope medio porque compra recursos (fósiles) no renovables y porque no paga los servicios ambientales deteriorados por su uso (como el cambio climático). Además, para las sociedades con mayor consumo, una reducción del impacto por unidad extra (donde pone la atención el enfoque marginalista asumido también por Lomborg) queda compensado por el incremento agregado; es decir, si la renta crece más rápido que la eficiencia en recursos, el impacto es cada vez mayor. De esa manera, los costes de transacción de los países menos desarrollados podrían ser simplemente inalcanzables: nunca podrían llegar al consumo de los ricos excepto si disponen de otras áreas en las que apropiarse del plus de servicios y recursos ambientales.
En último lugar, se da por bueno el axioma de la correlación entre precios y escasez. No es casual que la conversión ideológica de Lomborg se produjera al leer al economista Julian Simon, famoso entre otras cosas por haber ganado una apuesta en 1980 contra prestigiosos científi

#11

Re: La pólemica Lomborg.

En primer lugar porque fue una visión utilizada profusamente también en la derecha del espectro político y social en un momento en que el capitalismo precisaba afrontar un cambio estructural de cara a salir de la crisis en que se encontraba. En 1973, V. Giscard d'Estaing jugaba con la ambigüedad del lenguaje para señalar: "un tipo de crecimiento llega a su fin. Es necesario que entre todos inventemos otro". En segundo, porque hoy nadie se atrevería a señalar que en el corto y medio plazo sea la naturaleza finita de los combustibles fósiles lo que daña el clima global, sino justamente su opuesto: el exceso. De otro lado porque la noción de límite biofísico está lejos de ser rebatida: por mucho que las tendencias hayan sido tales los últimos años, de ahí no se sigue que vayan a serlo por siempre. No hay que esperar al agotamiento del petróleo para reconocer la actividad humana como generadora de riesgos ambientales, si bien ahora nos fijamos menos en la escasez de recursos no renovables y más en la de los renovables -incluida la degradación de servicios ambientales. Además, porque al evaluar la contribución que el ecologismo haya podido tener en la regulación ambiental, hay que tener en cuenta el balance final entre las falsas alarmas y las buenas y preguntarse en qué mundo viviríamos de asumir -como hace Lomborg, ciego a la relación causal entre movilización social y mejoras legales y tecnológicas- que son la propia iniciativa empresarial y el cambio tecnológico autopropulsado las razones de la prosperidad -muy poco escéptico de su parte. Vistas así las cosas, el alarmismo ecologista puede pecar incluso de defecto más que exceso, cuesta creer que el mundo sea mejor a pesar de los movimientos ecologistas y no gracias a ellos, y esas deben de ser las razones por las que son calificados como grupos movidos por valores antes que lobbies guiados por intereses. Por lo menos para la ciudadanía europea y para casos tan significativos como el de los transgénicos, las ONGs ambientales merecen mucha más confianza ante la ciudadanía que los científicos y políticos susceptibles de tener algún interés en defender las prioridades de los grandes negocios -que, a pesar de Lomborg, tienen más medios para "hacer más ruido".
Culpar a los ecologistas de la falta de programas sociales presentando dicotomías falaces puede que a estas alturas contribuya en poco a dividir aún más a la izquierda social, pero sin duda la invitación a aferrarnos a la democracia liberal y a la economía de mercado bajo el paraguas de la globalización como el motor adecuado para el progreso humano le hace el juego a la derecha. Si bien la versión ambiental de El final de la Historia requiere casi un acto de fe, en el actual "ambiente" político las creencias encuentran un suelo especialmente fértil.
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Notas:
1 La red facilita el acceso al debate: www.lomborg.com ( http://translate.google.com/translate?hl=es&sl=en&u=http://www.lomborg.com/&prev=/search%3Fq%3Dwww.lomborg.com%26hl%3Des%26lr%3D%26ie%3DUTF-8%26sa%3DG )y Greenspirit ( www.greenspirit.com http://translate.google.com/translate?hl=es&sl=en&u=http://www.greenspirit.com/index.cfm&prev=/search%3Fq%3DGreenspirit%26hl%3Des%26lr%3D%26ie%3DUTF-8%26sa%3DG ) permiten acercarse a las posiciones favorables; para las lecturas críticas véase www.anti-lomborg.com ( http://translate.google.com/translate?hl=es&sl=en&u=http://www.anti-lomborg.com/&prev=/search%3Fq%3Dwww.anti-lomborg.com%26hl%3Des%26lr%3D%26ie%3DUTF-8 )y en particular las aportaciones de World Resources Institute ( www.wri.org/index.html http://translate.google.com/translate?hl=es&sl=en&u=http://www.wri.org/&prev=/search%3Fq%3DWorld%2BResources%2BInstitute%2B%26hl%3Des%26lr%3D%26ie%3DUTF-8%26sa%3DG ), Grist Magazine ( www.gristmagazine.com http://translate.google.com/translate?hl=es&sl=en&u=http://www.gristmagazine.com/grist/&prev=/search%3Fq%3DGrist%2BMagazine%2B%26hl%3Des%26lr%3D%26ie%3DUTF-8%26sa%3DG ) y Consejo Ecológico Danés

#12

Re: El día de mañana es hoy.

El día de mañana es hoy
Greenpeace ha lanzado una web gemela a la oficial de la película El Día de mañana ( http://www.thedayaftertomorrow.org/sp/# ) dentro de la campaña internacional que lleva a cabo para conseguir que se frenen las emisones de gases de efecto invernadero, causantes del clima climático.
En la web de Greenpeace se pueden ver lasconsecuencias del cambio climático y su realidad a través de un trailer que carece de efectos especiales y con fotografías impactantes de lo que está sucediendo hoy. También se presentan datos procedentes de científicos que estudian este problema y diversas iniciativas que los ecologistas han puesto en marcha para hacer frente al cambio climático.
``Millones de personas verán la película y se preguntarán hasta qué punto el problema es real, ya que la preocupación por el cambio climático es
creciente entre la sociedad. Cuando visiten nuestra web podrán obtener más infotmación sobre la realidad del cambio climático´´, ha declarado el responsable de cambio climático de Greenspeace. ``La película es ficción, pero este problema es real y no podemos perder más tiempo en hacerle frente´´.
La web ecologista apunta directamente a la Administración Bush como uno de los mayores culpables y responsables del cambio climático, ya que está bloqueando el Protocolo de Kioto, único mecanismo existente a nivel internacional para hacer frentr a este problema. Para que este mecanismo se convierta en ley internacional sería necesaria la ratificación de EE UU y/o Rusia. La anunciada ratificación de Rusia por parte de Putin aislaría aún más a la Administración Bush en sus intentos de minar los compromisos mundiales, de obligatorio cumplimiento, de reducción de las emisones de gases de efecto invernadero.
A pesar de que el Protocolo de Kioto no es todavía una ley internacional, la UE ha asumido el liderazgo en la lucha contra el cambio climático, de manera que el cumplimiento de Kioto sea obligatorio en los países europeos. La situación en España es alarmante por el incremento de emisiones de gases de efecto invernadero (40% sobre los niveles de 1990) sobrepasando nuestro límite máximo comprometido (no más de 15% sobre los niveles de 1990).
``España está muy por encima de los niveles permitidos en Kioto y debemos corregir nuestra tendencia. Hay que tener en cuenta que la situación geográfica de España nos confiere una especial sensibilidad a los impactos del cambio climático, sobre todo en cuanto a olas de calor, sequías y fenómenos meteorlógicos extremos de estas características´´, añadió el responsable. ``El Protocolo de Kioto es el primer paso para hacer frente al cambio climático´´.
NATURAL. Otoño 2004, pg.21

#13

Re: El día de mañana es hoy: ¡¡¡OCURRIRÍA EN TAN SÓLO 10 AÑOS!!!

OCURRIRÁ EN TAN SÓLO 10 AÑOS
El calentamiento global podría abrir un pasaje en el Ártico entre el océano Atlántico y el Pacífico.
http://www.elmundo.es/elmundo/2002/08/30/ciencia/1030702501.html
MADRID.- El cambio climático y el consecuente calentamiento global podrían, en tan sólo diez años, convertir en realidad el sueño de muchos navegantes: un pasaje en el círculo polar Ártico entre el océano Atlántico y el Pacífico.
Según informa la CNN, un estudio publicado en la Journal Science afirma que el hielo polar del Ártico está reduciéndose de tal forma que en unos años se podría abrir una ruta marítima entre Islandia y Groenlandia, a través del archipiélago antártico en el norte de Canadá y a lo largo de la costa norte de Alaska.
Esta nueva ruta marítima permitiría a los barcos que comunican Europa y Asia a través del canal de Panamá, ahorrar más de 4.000 millas, además de las tasas y los continuos retrasos. También aquellos que por sus dimensiones tienen que realizar el trayecto a través del Cabo de Hornos, podrán tomar este itinerario.
La combinación entre el descenso del nivel de los hielos y el continuo tráfico de barcos podría alterar radicalmente el habitat de los peces, focas y osos polares de la zona, además de amenazar el modo de vida de la comunidad inuit (esquimal), que dependen de estas especies para sobrevivir.
Expertos en navegación aseguran que el pasaje sólo podría ser utilizado en verano, y que los barcos necesitarían grandes reformas para mejorar su línea de flotación y protegerse así de posibles colisiones y de la posibilidad de quedarse atrapados.
El artículo del Journal Science cita el trabajo de la Comisión de Investigación del Ártico de EEUU, que aventura que en una década los barcos dispondrán de un pasaje marítimo los meses de verano. Aunque hay otros análisis climáticos más conservadores que sugieren que eso no pasará hasta por lo menos el 2080.
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Sucede que Estados Unidos no reconoce la soberanía canadiense sobre esa zona marítima y, para escenificarlo, pasea con sus barcos por allí como Pedro por su casa. Por otro lado, la economía de Panama depende en gran medida del canal, por lo que la nueva vía tendría graves consecuencias económicas en ese país.