LOS CASOS AFINSA Y FORUM: UN TERRENO ABONADO PARA LA HIPOCRESÍA Y LA MENTIRA
Autor: José María Sempere
Fecha: junio 2006
“Si te he visto no me acuerdo”
“¿Queréis contar a vuestros amigos? Caed en el infortunio.”
NAPOLEÓN BONAPARTE
Curioso, al mismo tiempo que vergonzoso e indigno es el cambio de comportamiento de muchos que ayer estaban dispuestos a arrastrarse mezquinamente ante quienes gozaban del éxito social y económico y hoy, porque han caído en desgracia, les vuelven la espalda renegando de su relación.
Hasta hace menos de un mes todos cuantos nos movemos en el mundo de la filatelia hemos contemplado el proceder rastrero de quienes adulaban a los dirigentes de Afinsa aunque pudieran criticar su actividad cobardemente por la espalda. ¡Cuántos lumbagos habrán producido las reverencias a Albertino de Figueiredo! ¡Cuánta adulación para ahora disimular que se han tenido tratos comerciales o de cualquier orden con estas empresas!
¿Tanto cuesta aceptar la realidad? Afinsa y Forum han sido empresas con las que casi todos los comerciantes hemos mantenido relaciones comerciales, directa o indirectamente, porque nos interesaba. Yo mismo estuve trabajando en el grupo Afinsa durante un año tras venderles mi stock y deshacerme de mi propio negocio. Bien es verdad que luego presentaría mi dimisión cuando pretendieron que me sometiera a las directrices de una persona que carecía de experiencia y formación filatélica.
No me duelen prendas confesar que mientras estuve trabajando en Afinsa Portugal, en el campo del coleccionismo, recibí un trato exquisito y plena libertad de acción.
Estaba hace unos días en Madrid, cuando la policía hizo una visita a los comercios filatélicos de la zona de la Plaza Mayor y preguntaban si conocían y habían tenido tratos con un personaje ahora detenido en el proceso que se sigue contra las empresas de inversión filatélica. Maravillosos alardes dialécticos para, sin llegar a mentir, negar toda relación con él.
Hace poco tiempo a ese personaje, proveedor de Afinsa, todos le poníamos una alfombra a su paso para que entrara a comprar en nuestras subastas o en nuestros establecimientos, porque se trataba de un cliente excelente que compraba a precios más altos que los demás y pagaba religiosamente. Hoy se le rehuye como quien quiere evitar a un apestado.
“Eso ya lo sabía todo el mundo”
“Ley de Conway: En cualquier organización hay siempre una persona que sabe de qué va la cosa. Esa persona debe ser despedida.“
Anónimo
Otro fenómeno curioso que podemos constatar en medios filatélicos es la tajante afirmación de que el negocio de esas empresas era algo perfectamente conocido como una estafa, en el sentido que no podía generarse una plusvalía real como la que garantizaban por la adjudicación de los sellos que asignaban a sus clientes.
Si era de esa forma. Si era tan claro que se trataba de algo que todo el mundo sabía: ¿Por qué callaron todos hasta que ha estallado el escándalo?
Recuerdo que en la Revista de Filatelia (R.F.) del mes de octubre de 1999 (¡hace casi siete años!) terminaba un artículo sobre la vertiente que como inversión tenía hacer una colección de sellos diciendo:
“En la actualidad (…) se han creado sociedades y entidades especializadas que crean sus propios productos de ahorro-inversión, pero el análisis de las mismas es harina de otro costal. Al tratar de ellas entraríamos en el campo de la economía y, aunque sea economista, hace años renuncié a esa profesión para abrazar la de filatelista, que es en la que realmente me siento feliz. Además el objeto de esta sección es meramente filatélico.”
Ya, por aquél entonces, quería establecer la diferencia entre las empresas de inversión y el coleccionismo filatélico. Fui reprendido con una severa crítica de Juan Antonio Cano (entonces vicepresidente de Afinsa) en la que me advirtió de lo negativo que podía ser para el mercado introducir dudas sobre la bondad de la inversión que canalizaban esas empresas. A partir de ese momento gu