Otrosí digo :
Querella que deberíais interponer, o haber interpuerto hace tiempo, contra los administradores concursales, si tal y como tú afirmas en tu anterior comentario, SON VERDADERAMENTE NECESARIAS A TODAS LUCES. ¿ O es que, a caso el bufete Gil Robles no os está representando en el proceso mercantil?, ¿ O es que dicha representación únicamente se limita a la simple espera de la liquidación concursal de la compañía para,acto seguido, minutaros sus honorarios por el trabajo realizado de una manera tan excelente y profesional?.
No pienses que personalmente tengo nada en contra del bufete Gil Robles. Al fin y a la postre ellos no tienen la culpa de que vosotros, la junta directiva de la federación, hayais permanecido impasible ante tanto escarnio, y no exigir a dicho bufete actuaciones contundentes en defensa de los intereses de sus representados que, a su vez, son vuestros asociados.
Espero y deseo que, una vez hayas leído la querella presentada por Manos Limpias en contra de los concursales, realices, o realiceis, vuestras aportaciones encaminadas a la obtención de una sentencia favorable a nuestros intereses. También, en este campo, podeis continuar como hasta ahora, es decir, de brazos cruzados, viéndolas venir y criticando a todo aquél que se mueve.
Lo mas parecido a vuestra manera de actuar, es ésto que sigue a continuación :
LA FÁBULA DE LA ZORRA Y LAS UVAS
Había una vez una zorra que llevaba casi una semana sin comer, había tenido muy mala suerte, le robaban las presas y el gallinero que encontró tenía un perro guardián muy atento y un amo rápido en acudir con la escopeta.
Ciertamente estaba muertecita de hambre cuando encontró unas parras silvestres de las que colgaban unos suculentos racimos de doradas uvas, debajo de la parra había unas piedras, como protegiéndolas.—Al fin va a cambiar mi suerte, —pensó relamiéndose—, parecen muy dulces. Se puso a brincar, intentando alcanzarlos, pero se sentía muy débil, sus saltos se quedaban cortos los racimos estaban muy altos y no llegaba. Así que se dijo: —Para que perder el tiempo y esforzarme, no las quiero, no están maduras.
Pero resulta que si la zorra hubiese trepado por las piedras parándose en dos patas hubiese alcanzado los racimos, esta vez le faltó algo de astucia a doña zorra, parece ser que el hambre no la deja pensar.
MORALEJA : Hay que esforzarse para conseguir lo que se desea pero pensando primero que es lo que queremos y como conseguirlo, no sea que nos pongamos a dar brincos cuando lo que necesitamos es estirarnos, y perdamos el tiempo y el esfuerzo.