Acceder

Conducía un Porsche 914 naranja con la matrícula “PHOBOS”. Nombre tomado de una de las lunas de Marte. Nunca le pregunté: “¿Por qué Phobos? ¿Por qué no la otra luna, Deimos?” como me hubiese gustado que fuese. De niño me fascinaba la mitología griega y conocía a Phobos como el semidiós del miedo. Es irónico, pues mi padre era la persona menos miedosa que he conocido. Aunque se preocupaba por el estado del mundo de vez en cuando, nunca le detuvo. Cuando hablábamos sobre cómo sería el mundo dentro de 25, 50 o quizás 100 años, decía que era consciente de que habría graves dificultades y retos por delante, pero también creía que todos estaríamos dispuestos a afrontar la tarea. Creía en el ingenio humano y en la compasión, en pensamientos a largo plazo y no a corto plazo, en poner nuestras numerosas diferencias a un lado. Creía en un mañana mejor.

Creía en nosotros.

 

 

Es el testimonio de la persona que probablemente mejor le conoció. Su propio hijo, Dorion Sagan.

Dorion es también hijo de Lynn Margullis, famosísima bióloga por, entre otras cosas, haber presentado, defendido a ultranza y desarrollado la teoría endosimbiótica. En otras palabras, sostuvo y, creo que ya ha demostrado a estas alturas, que asociaciones permanentes de bacterias dieron lugar a las células eucariotas o células con núcleos diferenciados. Células como las que conforman nuestro organismo humano, células que a su vez se organizan y colaboran entre sí para crear nuestros cuerpos.

¡Esa casa tuvo que ser alucinante! Por una parte, Dorion es hijo de una bióloga que dio al traste con una teoría evolutiva que pintaba a los organismos terrestres como unos desalmados, compitiendo unos contra otros como único mecanismo de la selección natural, para reemplazarla por una teoría bien distinta que dicta que los organismos complejos aparecen por pura colaboración.

Como en la economía real: El comercio y la cooperación proporcionan mucha más riqueza que el sometimiento.

Y por otro lado, está el protagonista de este artículo, el padre de Dorion. El sabio contemporáneo que, probablemente, tiene más millones de homenajes dedicados en todo internet.

 

Aquí va mi homenaje particular a modo de regalo de Navidad, uno más de entre millones, pero no pierdan de vista que  el legado de Sagan  no sólo tiene utilidad para astrónomos, astrofísicos o científicos en general, sino sobre todo para mantener la cordura y el sentido común. Carl Sagan es sinónimo de Ciencia, pero sobre todo de sentido común aplicado a todos los campos de la Ciencia.

Incluida la ciencia económica.

Sí amigos, el legado de Carl Sagan puede también enseñarte a invertir, utilizando el escepticismo, el sentido común, el método científico y el amor al desarrollo humano. Si buceas en sus mensajes como yo lo he hecho verás que son una magnífica herramienta para distinguir entre las buenas y las malas inversiones.

 

*** Carl Sagan ***

 

El sabio que te enseñó que tú también eres hermano de las estrellas

 

Cuando se describe a Carl Sagan se dice que se hizo famoso por ser astrónomo, astrofísico, cosmólogo y divulgador científico. Pero no fue sólo eso sino que, como buen sabio, se atrevió a escribir sobre campos muy dispares y aparentemente no conectados entre sí. Áreas del conocimiento tan diversas como la evolución, la psicología, la antropología, la biología, la genética... y hasta sobre los efectos de la marihuana.

Sí, Carl Sagan investigó científicamente el uso y consecuencias de fumar marihuana y lo registró todo bajo el pseudónimo de Mr X.

Sin embargo, Sagan no es especialmente famoso por el ingente conocimiento que aportó. En realidad no era un "minero del conocimiento", sino que es mucho más recordado por el entusiasmo que despertó, y sigue aún despertando cada día desde que murió en 1996, en millones de personas en todo el mundo por su forma de estudiar el cosmos y por el sentido común que desprende los métodos con los que se acercaba a su estudio.

¿Qué es el Cosmos? ¿El Universo? ¿El Espacio? ¿Las galaxias con sus estrellas?

No, para Sagan el Cosmos era mucho más:

 

El cosmos es todo lo que es, todo lo que fue y todo lo que será. Nuestras más ligeras contemplaciones del cosmos nos hacen estremecer: sentimos como un cosquilleo nos llena los nervios, una voz muda, una ligera sensación como de un recuerdo lejano o como si cayéramos desde gran altura. Sabemos que nos aproximamos al más grande de los misterios.

 

Sagan es sinónimo de entusiasmo por el saber, por desentrañar la naturaleza de la propia Naturaleza, de amor a la vida, de rigor científico, de autoconocimiento y exploración espacial y microscópica, de buceo excitante en la psicología humana, de respeto extremo al medio ambiente y a la dignidad de la especie humana. El nombre de Sagan tiene reminiscencias a polvo de estrellas, ese polvo del que estamos hechos todos en este planeta, la materia de la que forman parte todos los cuerpos del Sistema Solar. Silicatos, aluminio, hierro, oxígeno... y hasta el mismísimo carbono sin el que no existiría ser alguno en la Tierra, se formaron en el interior de una estrella anterior al Sol que, posteriormente, explotó para dar lugar a la estrella que hoy nos alumbra.

 

Somos polvo de estrellas.

 

La estrella a la que dedico este blog, y sin la que no tendríamos más opción que refugiarnos cerca del manto terrestre para sobrevivir como especie.

Sagan nos enseñó que la especie humana, como especie inteligente, no es sino la forma que tiene el Universo de autoexplorarse y conocerse a sí mismo. Como única muestra conocida inteligente de todo el cosmos, aunque él creía que muy probablemente hay vida inteligente ahí fuera, Sagan asigna a los humanos la increíble y titánica tarea de ampliar los límites del conocimiento del Universo a la vez de conservarlo, para que siga siendo posible la vida, inteligente o no, en él.

 

Como le ocurre a millones de personas de Ciencia, Carl Sagan es mi fuente de inspiración más potente, mi sabio de cabecera y mi guía personal en los momentos de incertidumbre. Ocupa el lugar que para otros podría llenar quizás un dios, a modo meramente de guía espiritual, con la diferencia de que yo sé que Carl es mi padre intelectual, pero ni era perfecto, ni inmortal ni podré reunirme con él cuando muera. Sólo me queda su legado, es lo que le hace inmortal; su memoria y su palabra viviendo en cada uno de nosotros. Sus ganas placenteras de abrirse al conocimiento del mundo con sentido común, pero con sano escepticismo, su incansable lucha contra todo tipo de teorías pseudocientíficas que socavan los principios más básicos de la Ciencia.

Si tuviéramos la enorme suerte de tener a Carl hoy entre nosotros, no me cabe duda de que habría aportado una impagable labor contra la magufería que se extiende por internet como una mancha de aceite, contra los negacionismos de todo tipo (del virus del VIH, del cambio climático, de la imposibilidad de romper el Segundo Principio de la Termodinámica con coches de agua y máquinas de movimiento perpetuo, de las vacunas, etc.) que se basan en un retorcimiento torticero de argumentos pseudocientíficos y en un desprecio total al consenso científico.

 

Si quieres salvar a tu hijo de la polio puedes rezar o puedes vacunarlo... Aplica la ciencia.

 

www.ploff.net

Hey, no nos pongamos excesivamente serios. Sagan, como buen sabio, tenía un excelente sentido del humor.

 

Porque necesitamos a Carl Sagan a diario, y hoy más que nunca, necesitamos más Ciencia.

Cuando flaquean las fuerzas porque se impone el oscurantismo, la sinrazón y se desprecia el método científico para premiar las creencias, supersticiones, magufadas, teorías pobremente sustentadas y fundamentadas y todo tipo de miserias humanas que se acumulan en torno a la sinrazón, siempre me viene a la mente una cita adecuada de Carl. En ese momento todo empieza a cambiar y mi ánimo se incrementa,sSus palabras me reconfortan y motivan y su aliento me impulsa a seguir investigando, comparando, dudando, a ser escéptico pero con amplitud de miras, tal y como él era.

Escéptico, dudando de todo. Pero abierto al mundo, abierto siempre a la posibilidad de aprender. Con la mente abierta... pero no tanto que se te pueda caer el cerebro, ¿verdad?

 

Encontrar el equilibrio entre no creerse nada y creérselo todo puede ser más sencillo de lo que crees. Combina escepticismo, sentido común y método científico. Te asombrarás del resultado.

 

¿Acaso no se sienten así muchos inversores y especuladores tras dejarse llevar por los cantos de sirena de, por ejemplo, ciertas compañías cotizadas? ¿Por qué no trasladar sus enseñanzas al mundo de la inversión bursátil?

 

La ciencia es más que un simple conjunto de conocimientos: es una manera de pensar

 

Aplicar el método científico es bastante sencillo. No hace falta ser físico, ni científico, ni siquiera haber cursado la secundaria. Incluso el más analfabeto puede recorrer el proceso de ver un hecho, plantear una hipótesis para explicarlo y chequear si es realmente así. Hasta el inversor menos experimentado puede recurrir al escepticismo para preguntarse a sí mismo si esa inversión en la que quiere entrar es una buena empresa o, si por el contrario, nuestros deseos nos hacen confundir realidad y fantasía.

 

La primera gran virtud del hombre fue la duda, y el primer gran defecto la fe.

 

Aquí Sagan se refiere tanto a la fe religiosa como a cualquier otra convicción no soportada por evidencias o por el mero sentido común.

La duda, bien administrada, nos libra de necesitar la fe. Invertir con fe en lugar de con cabeza es un craso error que incluso los científicos más inteligentes pueden cometer. El coeficiente intelectual de Sir Isaac Newton ha debido ser uno de los más elevados de la especie. Sin embargo, al dejarse contagiar por el entusiasmo bursátil de la gente se portó como un estúpido (como nos hemos portado otros muchos sin tener su extraordinaria cabeza, por cierto). Entre la sabiduría y la necedad hay un corto paso que muy pocos son capaces de no dar.

 

El coeficiente intelectual de Sir Isaac Newton ha debido ser uno de los más elevados de la especie. Sin embargo, al dejarse contagiar del entusiasmo bursátil de la gente se portó como un estúpido. Entre la sabiduría y la necedad hay un corto paso que muy pocos son capaces de no dar. - See more at: http://efrueda.com/newton-y-la-bolsa#sthash.N8FvyT5o.dpuf

Puedo calcular el movimiento de los cuerpos celestes, pero no la locura de la gente.

Sir Isaac Newton tras perder 20.000 libras en la Compañía de los Mares del Sur.

 

Carl Sagan fue probablemente la persona que llevó la técnica del escepticismo a su más alto nivel. Porque ser completamente escéptico es fácil, muy fácil, sólo consiste en dudar y renegar de todo lo que uno no tiene por cierto. Desgraciadamente, las personas que dudan de todo son las primeras que se suelen enrocar en posiciones inamovibles ajenas a la Ciencia, ¿verdad?

 

La pseudociencia difiere de la ciencia errónea. La ciencia crece sobre los errores, arrancándolos uno por uno. Conclusiones falsas se obtienen todo el tiempo, pero son hechas tentativamente. Las hipótesis se hacen de modo que sean capaces de ser refutadas. Una sucesión de hipótesis alternativas es confrontada por el experimento y la observación. La ciencia vaga y se tambalea hacia un entendimiento mejorado. Los sentimientos propios desde luego son ofendidos cuando una hipótesis científica es rechazada, pero esos rechazos son reconocidos como centrales para la empresa científica.

La pseudociencia es lo opuesto. Las hipótesis frecuentemente son hechas precisamente para que sean invulnerables a cualquier experimento que ofrezca un prospecto de refutación, así que en principio no pueden ser invalidadas. Los practicantes son defensivos y cautelosos. El escrutinio escéptico tiene oposición. Cuando las hipótesis pseudocientíficas fallan en cautivar a los científicos, se deducen conspiraciones para suprimirlas. [...]

Carl Sagan, El mundo y sus demonios.  Vía La Corte de los Milagros.

 

Conspiraciones para justificar las bases de la pseudociencia. Estoy seguro de que muchos estáis recordando en silencio multitud de ejemplos modernos en muchos ámbitos del conocimiento que internet ha amplificado de forma extraordinaria.

 

Quizás la más nítida distinción entre ciencia y pseudociencia es que la ciencia tiene una apreciación más fina de las imperfecciones y falibilidad humanas que la pseudociencia (o la revelación "inerrante"). Si nos negamos a reconocer dónde estamos en riesgo de caer en el error, entonces podemos esperar con confianza que el error —incluso el error serio, equivocaciones profundas— será nuestro compañero para siempre. Pero si somos capaces de una pequeña autoevaluación valerosa, sin importar las lastimeras reflexiones que puedan engendrar, nuestras oportunidades mejoran enormemente.

Carl Sagan, El mundo y sus demonios.  Vía La Corte de los Milagros.

 

Pero él iba más allá al acercarse a las nuevas cuestiones planteadas, siempre con escepticismo, pero a la vez con amplitud de miras. "Voy a estudiar este fenómeno, esta mera posibilidad, a ver si es posible, pero tengo que encontrar (y contrastar) todas las razones por las que quizás no es posible. Una vez lo haga, lo presentaré como un caso digno de consideración".

 

¿Qué es el escepticismo? No es nada esotérico. Nos lo encontramos a diario. Cuando compramos un coche usado, si tenemos el mínimo de sensatez, emplearemos algunas habilidades escépticas residuales (las que nos haya dejado nuestra educación). Podrías decir: "Este tipo es de apariencia honesta. Aceptaré lo que me ofrezca." O podrías decir: "Bueno, he oído que de vez en cuando hay pequeños engaños relacionados con la venta de coches usados, quizá involuntarios por parte del vendedor", y luego hacer algo. Le das unas pataditas a los neumáticos, abres las puertas, miras debajo del capó. (Podrías valorar cómo anda el coche aunque no supieses lo que se supone que tendría que haber debajo del capó, o podrías traerte a un amigo aficionado a la mecánica.) Sabes que se requiere algo de escepticismo, y comprendes por qué. Es desagradable que tengas que estar en desacuerdo con el vendedor de coches usados, o que tengas que hacerle algunas preguntas a las que es reacio a contestar. Hay al menos un pequeño grado de confrontación personal relacionado con la compra de un coche usado y nadie afirma que sea especialmente agradable. Pero existe un buen motivo para ello, porque si no empleas un mínimo de escepticismo, si posees una credulidad absolutamente destrabada, probablemente tendrás que pagar un precio tarde o temprano. Entonces desearás haber hecho una pequeña inversión de escepticismo con anterioridad.

Carl Sagan. La carga del escepticismo.

 

Es curioso como Sagan emplea las palabras "inversión" y "pagar un precio". Aunque os siga sonando extraño, mantengo la hipótesis, (no falsable, eso sí, lo reconozco) de que Sagan habría sido un gran inversor en bolsa.

Desde luego, mostrarse escéptico, con flexibilidad y altura de miras, es más que rentable. Y, ¿podría hacerlo todo el mundo? ¡Claro que sí!, no es cuestión de ser más o menos inteligente, ni de haber estudiado en tu juventud. Se trata en realidad tan sólo de ser curioso y tener capacidad de dudar hasta de uno mismo.

 

Ahora bien, esto no es algo en lo que tengas que emplear cuatro años de carrera para comprenderlo. Todo el mundo lo comprende. El problema es que los coches usados son una cosa, y los anuncios de televisión y los discursos de presidentes y líderes políticos son otra. Somos escépticos en algunas cosas, pero, desafortunadamente, no en otras.

Carl Sagan. La carga del escepticismo.

 

El escepticismo constituye una forma de evitar los errores, o al menos de disminuir las posibilidades de cometerlos. Se ponen a prueba las ideas, se las verifica empleando rigurosos criterios de comprobación. Yo no creo en la existencia de una única verdad, pero cuando se permite la discusión de las distintas opiniones, cuando cualquier escéptico puede practicar un experimento para verificar su teoría allí tiende a surgir la verdad. Esto lo ha experimentado la ciencia en toda su historia. No es un método perfecto, pero sí el único que parece dar resultado.

Carl Sagan. La carga del escepticismo.

 

Por encima de todo, Carl Sagan fue un sabio. Y como buen sabio, explicaba cosas complejas de forma sencilla y cautivadora. Millones de personas saben de él gracias a la legendaria serie Cosmos, un delicioso viaje por el universo, la historia, la filosofía y el conocimiento humano. Ver los capítulos de Cosmos debería ser obligatorio en la escuela. Te hace reconciliarte con el mundo, adquirir conciencia de lo pequeño que eres y a la vez de lo potente que es el ser humano cuando aplica la mejor herramienta de la que dispone: La Ciencia.

Cuarenta años después, Cosmos sigue siendo un documental fresco y rico en profecías, varias de las cuales ya se han cumplido.

Cosmos está disponible de forma gratuita en Youtube. Por favor, atiende el mensaje de Ann Druyan, tercera esposa de Sagan y la valedora de su mensaje desde su muerte en 1996 a través del Portal Carl Sagan y la Fundación Carl Sagan. Deléitate viéndola con tus hijos, enséñales a pensar, provéeles de la mochila de entusiasmo y espíritu crítico que debería acompañarles durante toda la vida.

 

 

De entre la prolífica lista de artículos, libros, ensayos y hasta documentales que nos legó Sagan, es difícil escoger una cita o una obra de referencia que les pueda transmitir en poco tiempo la síntesis de su filosofía. Quizás el pasaje en el que habla de la Biblioteca de Alejandría en el último capítulo de la serie Cosmos, el número 13 (tomad del frasco, supersticiosos), es el que más me gusta. En este pasaje, Sagan resume como todo el conocimiento humano acumulado en la antigüedad, que era mucho más completo de lo que solemos pensar, cae en el olvido gracias al fanatismo, la superstición y el miedo a lo desconocido.

 

 

Sin embargo, Sagan hace una concesión a la autocrítica. Por encima del fanatismo religioso o de la turba enfurecida, echa la culpa del desastre del saqueo de la biblioteca a la falta de comunicación entre los científicos y la población y al escaso espíritu crítico (falta de escepticismo al fin y al cabo) de la sociedad consigo misma, empezando por los propios sabios de la biblioteca. Los científicos vivían de espaldas al pueblo en una especie de despotismo ilustrado Ptolemaico, por ejemplo, obviando la injusticia de la esclavitud.

 

La ciencia y el saber en general estaban reservados a unos cuantos privilegiados, la vasta población de esta ciudad no tenía la mas vaga noción de los grandes descubrimientos que se estaban realizando dentro de estas paredes. ¿Cómo podían saberlo? Los nuevos hallazgos no eran explicados o popularizados, el progreso realizado aquí les beneficiaba poco, la ciencia no formaba parte de sus vidas.

Carl Sagan. Cosmos, cap.13.

 

A pesar de que se tienen pruebas de que ya existían primigenias máquinas de vapor y otros inventos que, todos hemos visto, han tenido una aplicación brutal a la hora de liberar a la población de las tareas y trabajos más peligrosos y exigentes desde hace ni dos siglos escasos, ese conocimiento se guardaba celosamente en la biblioteca en lugar de ser compartido con los demás para que todos pudieran beneficiarse.

 

Se cuestionó la permanencia de las estrellas, pero no si la esclavitud era justa o no.

Los científicos jamás captaron el enorme potencial de las máquinas para liberar al pueblo.[...] La ciencia nunca capturó la imaginación de la gente.

No existía contrapeso alguno contra el estancamiento, el pesimismo ni la más abyecta entrega al misticismo. Así que, cuando el populacho vino a quemar esta biblioteca, no había nadie que pudiera detenerlo.

Carl Sagan. Cosmos, cap.13.

 

Después de todo, cuando estás enamorado, quieres contarlo a todo el mundo. Por eso, la idea de que los científicos no hablen al público de la ciencia me parece aberrante.

 

Hoy no hay excusa. Internet hace posible que accedas a una gran parte del conocimiento del mundo. Usa tu escepticismo para filtrar la morralla del saber.

 

La serie Cosmos tiene un remake muy reciente, con grandes medios, imágenes espectaculares y un narrador de lujo, Neil de Grasse Thyson, otro científico marcado directamente y de por vida por la influencia de Sagan, tal y como él mismo lo explica:

 

Que te envíe una carta personal el científico y divulgador más famoso del mundo no es algo que pase todos los días. Sin embargo, para Carl era muy normal dedicar el tiempo necesario a cualquier persona que quiera saber más sobre Ciencia y el Cosmos, era parte de su tarea en el mundo.

 

 

Sagan nunca rechazaba la oportunidad de despertar la llama de la vocación temprana en los niños o ayudar a desarrollar las prometedoras carreras de los jóvenes.

 

Es por ello que Carl Sagan dedicó una buena parte de su vida a hacer llegar el mensaje de la Ciencia a la población, a divulgar Ciencia de una forma absolutamente deliciosa para todo el mundo. Creo poder decir, sin temor a equivocarme, que la mayoría de los astrónomos y astrofísicos del mundo, y una muy buena parte de las decenas de millones de científicos que deben existir sobre la faz de la Tierra, deben el despertar de su vocación, y las energías para no hundirse en los momentos duros, al aliento de Carl Sagan.

 

Hace ya 20 años que pensé en dedicarme al estudio de la energía, lo cual no quiere decir que viva de ello. Existen muy buenas razones para haber tomado esa decisión, desde caer en la cuenta de que somos muy brutos en la forma de como generamos esa energía, hasta la sospecha inical de que los residuos que generamos y emitimos al medio ambiente tras usarla no tienen más que efectos perjudiciales en todos los ecosistemas del planeta.

Un buen día, leí sobre la sospecha, hoy constatación, de que el ser humano está modificando el clima de su único planeta. El consumo desaforado de energía fósil, carbón, gas y petróleo, es el responsable, con gran diferencia sobre el resto de los factores, de que nuestra atmósfera esté sufriendo un cambio irreversible que tendrá profundas implicaciones en toda la Naturaleza y en el sustento de todas las especies. Tan profundas que apenas somos capaces de imaginar que pasará realmente, pero sí sabemos que el proceso se ha iniciado y las consecuencias no están siendo nada buenas.

El clima no es una ciencia de efectos lineales y, realmente, no sabemos como se puede comportar un sistema complejo en el que interaccionan atmósfera, biosfera, criosfera, ciclo del carbono, ciclo del agua, efecto de las nubes, radiación solar, erupciones volcánicas etc. Existen siempre dudas al respecto, dudas razonables que se intentan acotar de la mejor manera. Pero sí tenemos constancia de varios hechos:

  • Estamos emitiendo gases de efecto invernadero a la atmósfera a un ritmo mucho más elevado de lo que el planeta puede absorber.
  • La concentración de gases es creciente; y el calor retenido también.
  • Es el cambio no violento más rápido experimentado nunca en la historia.
  • Una de las especies más perjudicadas por los efectos, debido a su amplia distribución y economía especializada, será el homo sapiens sapiens.

 

No se trata de una opinión, los hechos científicos no son opinables. Los hechos demostrados por la Ciencia no se tratan como cuando se habla sobre el futuro resultado del Madrid-Barça, sobre si te gusta más Rihanna o Miley Cyrus o los supuestos efectos de la independencia de Cataluña en la recaudación del Baix Ampordá. Los hechos comprobados y rebatidos miles de veces por el método científico no son objetos de discusión de sus fundamentos en la barra del bar.

 

Yo mismo he gastado cientos de horas, inútilmente, en tratar de hacer entender a muchas personas que no se trata de una religión ni de una imposición de un supuesto lobby climático ni de una mafia calentóloga, que el cambio climático existe y está mundial y universalmente comprobado y que cualquiera que tenga un mínimo de curiosidad, escepticismo y amor por la Naturaleza y el Cosmos puede llegar a constatarlo con su curiosidad como motor, el sentido común como moderador y la mera aplicación del método científico como herramienta.

 

Sin embargo, como Carl decía:

No puedes convencer a un creyente de nada porque sus creencias no están basadas en evidencia, están basadas en una enraizada necesidad de creer.

 

La realidad del cambio climático está sustentado por las miles de pruebas que han realizado cientos de miles de científicos en todo el mundo gracias a las herramientas más poderosa de la que dispone el ser humano: La Ciencia.  Es imposible que un ser humano que desprecia el método científico y que, por supuesto, jamás se dignará a leer nada mínimamente serio que no sea la editorial su periódico de cabecera, que normalmente es un periódico religioso o sectario para más inri, se atenga a contrastar sus ideas preconcebidas.

Pero también nos podemos encontrar con el efecto contrario, un exceso de ortodoxia científica para negar la mayor. Hace poco encontré un artículo de un médico científico que se declaró en su día cansadísimo de luchar contra los negacionistas del VIH y su relación con el SIDA. Susitúyanse los acrónimos VIH por "gases de efecto invernadero" y SIDA por "cambio climático" y comprenderán como me siento yo.

Cuando se dispone de un cuerpo de evidencias experimentales que han sido admitidas por la inmensa mayoría de los especialistas en el campo, se da por validada la teoría de que VIH existe y produce el SIDA. Siendo estricto eso no significa que lo validado sea una dogma, lo que significa es que ahora el peso de la prueba cae del otro lado, quien afirme que esos tubos no contienen el virus, o que lo que contienen es inocuo, son lo que deben demostrarlo. No vale ampararse en historias ni conspiraciones, los tubos están a disposición de quien quiera investigar con ellos. Basta con hacer unos experimentos y para validar/refutar su hipótesis.

Pero conforme iba escribiendo la historia con más detalle fui perdiendo interés. Por vez primera desde que he tratado este tema en el blog, me ha empezado a dar igual que haya gente que piense que el VIH no existe, o que es inocuo, allá ellos. He escrito suficiente información, tanto desde el punto de vista de la biología molecular, como desde el punto de vista social e histórico, como para sentirme tranquilo y satisfecho de haber cumplido con mi papel de divulgador. A partir de aquí cada uno debe empezar a ser responsable de lo que piensa y de las consecuencias que eso pueda acarrear.

Este nuevo “pasotismo” deriva del continuo martilleo de preguntas realizadas mil veces y contestadas otras tantas, y de la información que leo en ocasiones en foros donde se niega la existencia del VIH. Se ha generado en la red una serie de información que se repite una y otra vez en todos los foros anteriormente mencionados y que provienen de la magnificación de las lagunas de conocimiento que aún se tienen, de lecturas parciales o tergiversadas de artículos de investigación o de bulos directamente inventados por personas de desconocidas intenciones (al menos para mí).

Manuel, vía el excelente blog La Ciencia y sus Demonios, el mejor blog en español como cura contra los negacionismos pseudocientíficos y las teorías magufas, como la negación del VIH y el SIDA, el creacionismo y la homeopatía.

 

Curiosamente, Carl Sagan fue uno de los científicos que avisó, de forma temprana, de la que se nos venía encima cambiando la composición de la atmósfera. Eso sí, sesenta años después de Svante Arrhenius.

Corrían los últimos años de la década de los cincuenta. Sólo era un doctorando en astrofísica y astronomía que estudiaba la atmósfera de planetas cercanos, principalmente por análisis espectral de la radiación que reflejaban del Sol. Es decir, intentaba discernir la composición de la atmósfera leyendo el espectro electromagnético reflejado por el planeta. Dicho en otras palabras, estaba deduciendo de que estaba compuesto un cuerpo a más de 100 millones de kilómetros del Sol (caso de Venus) simplemente estudiando la luz que llegaba desde allí.

Las conclusiones de su trabajo de doctorado causaron sensación, pues cerró las puertas a que la especie humana se estableciera en Venus... pero abrió las de Marte como potencial hogar de la Humanidad en un futuro.

Demostró que la vida, tal y como la conocemos, es imposible en Venus porque la espesa capa de nubes que cubría el planeta mantiene una altísima presión atmosférica y una temperatura global permanente que sobrepasa los 450º centígrados. Esto hace que Venus sea más caliente que Mercurio, a pesar de hallarse a más del doble de la distancia del Sol que éste y de recibir sólo el 25% de su radiación solar. Según cálculos teóricos fácilmente cuantificables, la temperatura de Venus no tendría por qué ser mayor, de media, a la temperatura de congelación del agua (0ºC), una temperatura muy similar a la que tendría teóricamente la Tierra. Sin embargo, según Sagan superaba esta cota en más de 450ºC nada menos, y todo ello debido a un efecto invernadero brutal causado por una atmósfera extremadamente rica en dióxido de carbono o CO2.

Estos resultados le dieron que pensar, cuando aún ni era doctor, sobre lo peligroso que era seguir incrementando las emisiones de este gas de efecto invernadero en la Tierra si no se encontraba la forma de volver a fijarlo de forma sólida para eliminarlo de la atmósfera.

La NASA quedó tan impactada por sus estudios que le llamó en el acto para formar parte del equipo que enviaría la sonda Mariner II a orbitar el planeta Venus. Tal y como lo predijo Sagan, la Mariner II constató que Venus es un planeta de extremos climáticos. Pudo detectar el lento movimiento de rotación retrógrada, la temperatura superficial extrema de en torno a 465ºC y las altas presiones en su superficie y, por supuesto, también pudo detectar la predominancia del dióxido de carbono en su atmósfera, en torno a un 96% del total de gases que la componen.

Desde entonces se aceptó este término acuñado por Sagan, "efecto invernadero", para dar explicación a las elevadas temperaturas del planeta Venus... y al fenómeno que hace posible que la Tierra esté 33ºC más caliente de lo que le corresponde y que puede ir más allá si no se le pone coto con las continuas emisiones de gases a la atmósfera por nuestra actividad industrial.

 

Pero Sagan fue más allá. Se fijó también en Marte y en como una escasez de atmósfera provoca justamente el efecto contrario. Sus observaciones y el ansia de colonizar otros mundos como modo de asegurar un salvoconducto para la humanidad debería llevarnos a reflexionar antes de intentarlo.

 

Hemos hecho un trabajo tan pésimo en lo que respecta a administrar nuestro planeta que deberíamos tener mucho cuidado antes de tratar de administrar otros.

 

Hacia el final de su vida, pocos meses antes de morir, la enfermedad puede estar afectándole. Su tradicional optimismo en la especie humana decae y muestra sus dudas sobre la trayectoria que ha emprendido el gobierno de su país. En esta corta entrevista  Sagan se lamenta de que vivimos en una sociedad basada en ciencia y tecnología, pero gobernada por ignorantes en ciencia y tecnología. No puedo evitar establecer paralelismos con la economía. Una sociedad que vive pendiente de la economía, una ciencia social en franco desarrollo al fin y al cabo, una sociedad gobernada por ignorantes en los fundamentos más básicos de esa ciencia económica.

 

 

La ciencia es algo más que conocimiento. La ciencia es una forma de pensar, una forma de interrogar al universo desde el punto de vista escéptico, entendiendo plenamente que el ser humano puede equivocarse.

Si no somos capaces de ser escépticos, de hacer preguntas a la autoridad, entonces estamos a merced del próximo charlatán político o religioso que se presente.

Es algo que ya dijo Jefferson: La gente debería ser educada para practicar su escepticismo, de lo contrario nosotros no manejaríamos al gobierno, sino que el gobierno nos manejaría a nosotros.

 

Y no les quiero contar mucho más. Investiguen por su cuenta sobre el legado de este extraordinario hombre, compren sus libros, incluida su única y deliciosa novela, Contact. Abran su mente sin permitir que se caiga su cerebro. Disfruten del mundo, del Universo, saboreen la incomparable experiencia de estar vivos y de disfrutarlo admirando la grandeza del Cosmos, del lugar en el que estamos y del cual provenimos. Vivan en comunión con él.

 

Somos el medio para que el cosmos se conozca a sí mismo.

 

No quisiera irme sin compartir con vosotros la sensación de haberme sentido el ser más nimio, insignificante y pequeño elemento de todo el Cosmos. Probablemente habréis sentido algo comparable al observar el cielo estrellado en campo abierto, admirando su inmensidad comparado con vuestro pequeño cuerpo. Creo que esa es una de las mejores sensaciones que un humano puede experimentar, porque no sólo nos provee de humildad a raudales, sino que nos hace conscientes, a la vez, de lo especial que es este Universo del que formamos parte... y lo absurdo de malgastar las energías en luchas fratricidas, esfuerzos fútiles y sentimientos rencorosos que no llevan a ningún lado, salvo el caos y el odio.

Este es mi regalo de Navidad para toda Rankia. Nada de deseos de amor, paz o felicidad, ningún mensaje religioso que no puedo dar, puesto que Sagan me mostró que soy ateo. Sólo procurad vivir esta experiencia: la de sentirse como una miserable cagarruta de mosca comparado con la inmensidad del Universo. Despojaos de vuestra soberbia, percataos de lo insignificantes que sois, que somos todos. Dejad a un lado esas rencillas que os amargan, siembran el odio y nublan la mente. Abrid vuestro corazón al Cosmos y a cada ser humano que forma parte de él.

Disfrutad de la certeza de que vivimos en un punto azul pálido, dejaos llevar por ese impulso de reconciliación con todo el Universo que experimentaréis al saber que:

El universo no fue hecho a medida del hombre; tampoco le es hostil: es indiferente.

 

The pale blue dot.

 

El estudio del universo es un viaje para autodescubrirnos.

 

Feliz Navidad.

 

Post Data

Me gustó mucho descubrir que el Agente Smith de Matrix habla igual que Carl Sagan. ¿Un guiño de los guionistas para con el "pepito grillo" de la humanidad"?

 

25

Disclaimer

Este post, como todos los que aparecen en el blog Ecos Solares cuando se analizan oportunidades de inversión y/o especulación, es una reflexión que comparto libremente en Rankia por motivos puramente educativos, de incremento desmesurado del ya de por sí desmesurado y soberbio ego personal y de fortalecimiento de amistad y relaciones personales con otros inversores particulares de la Comunidad de Rankia, y nunca se podrá considerar como una recomendación de inversión. El usuario que está detrás del nick "Solrac" no está habilitado para crear recomendaciones de mercado, gestionar carteras ajenas y ni lo hace ni pretende hacerlo al margen de la Ley. Este usuario, en todo caso, sólo ejerce actividades de inversión acogidas en el artículo 62.3 de la Ley 24/1988, de 28 de julio, del Mercado de Valores como excepciones a la aplicación de dicha Ley. La decisión de invertir es personalísima y autónoma y debe realizarse en un marco responsable por adultos formados.

¿Te ha gustado el artículo?

Si quieres saber más y estar al día de mis reflexiones, suscríbete a mi blog y sé el primero en recibir las nuevas publicaciones en tu correo electrónico.

  1. en respuesta a Solrac
    -
    #25
    23/12/16 23:57

    Sin palabras 👋👋👋
    Felices Fiestas, y próximo Año Nuevo.

  2. #24
    13/07/16 20:30

    Muchísmas gracias Solrac por el blog de todo corazón!! Yo soy uno más de la legión de fans de Carl Sagan y su legado. Hace ya 25 años que lo descubrí a través de su serie, tuve la suerte de leer su libro basado en la serie años más tarde y que me lo firmara Frank Drake (el de la ecuación de Drake). Mi pasión por el Cosmos y otros muchos campos (como las finanzas) es mi leit motiv...

    Muchas gracias.

  3. Top 25
    #23
    04/01/15 22:51

    Acogiendo conscientemente esta idea, usted puede descubrir cosas que otros no saben - cosas que los profesores de finanzas aún no conocen. Usted no necesita ser un profesor de finanzas o tener alguna clase de educación en finanzas para lograrlo. Para saber cosas que otros no saben, simplemente necesita pensar como un científico - reflexionar de forma brillante, ser curioso y abierto.

    Ken Fisher - The Only Three Questions that Count

  4. #22
    04/01/15 21:02

    Feliz año nuevo a todos y un saludo especial a ti, Solrac.

    Gracias por el par de horas maravillosas que me has brindado al hacerme recordar de nuevo a Carl Sagan. Esto me ha permitido conocer mejor a este pro-hombre del que había leído varios libros, hace ya tiempo. Lo último que leí de él, publicado a título póstumo por su mujer, es Billions & Billions, una colección de ensayos sobre diversos temas: Calentamiento global, la superpoblación, vida extraterrestre, ... Un placer de lectura.

    Sagan fue el gran divulgador de la ciencia del S. XX, en ello reside su grandeza. En unos tiempos en que el (necesario) nivel de especialización científica marca una clara tendencia a crear extremadamente sabios de muy poco, el representa la tendencia opuesta, un Leonardo Da Vinci contemporáneo. Y además fue capaz de transmitirlo de una forma honrada, emotiva y cautivante.

    Gracias también por revelarme aspectos de su vida desconocidos para mí como su experiencia Dr. X. Concuerda a la perfección con una persona totalmente abierta a nuevas experiencias. Ahora me explico la cara de "embobao" de algunos momentos en el capítulo I de Cosmos que tan amablemente has puesto a nuestra disposición ... jeje.

    Mentes abiertas, mentes inquietas y mentes brillantes es lo que más vamos a necesitar para intentar resolver con éxito los grandes retos a los que se va a enfrentar la Humanidad este S. XXI. Sagan seguro que es responsable del despertar de mas de una de ellas.

    Mis mejores saludos.

  5. en respuesta a Comstar
    -
    Top 100
    #21
    29/12/14 15:49

    El debate se ha ampliado en ese post para mostrar una vez más los argumentos de los escépticos en mayor detalle.
    Miras que muestro la información y aún así insisten en lo mismo.

    Por ejemplo, muestro cómo es que los escépticos primero ocultan el desenlace del CRU, luego al mostrarlo dicen que el CRU es corrupto, a pesar de que Scotland Yard ya lo investigó, lo cual al final estaría diciendo que el gobierno de Reino Unido es un mentiroso y encubridor, por ejemplo. Todo con tal de defender una creencia que tiene como evidencia unos argumentos basados en falacias.

    ¿Fundamentalismo climático? Geez, los escépticos necesitan buscarse una vida, irse al Himalaya a buscar el sentido de la vida en lugar de matricularse en sectas Jedi de corte laico.