A principios de año hablé sobre una potencial buena operación en el Euro. Allí decía que el apoyo de Merkel y Sarkozy podía suponer un buen rally para la moneda europea y que además había un patrón de doble suelo irregular (círculo).
Acto seguido el euro solo descendió, perforando el soporte de los 1.30
Evidentemente cuándo el mercado te dice que estás equivocado solo hay una cosa que hacer: cerrar la operación y mantener tu cuenta sin meterla en complicaciones. No hay ningún problema, eso es lo que esperamos que ocurra, algunas salen bien y otras salen mal ¿verdad?
El problema vino cuando después de romper ese soporte el euro volvió al alza superando el soporte, justo después de salir de mi operación.
Evidentemente, como ser humano que soy sentí una molestia. Una cosa es que uno haga una mala operación y ya está, se olvida de ella y punto. Pero otra cosa muy distinta es haber sido engañado por enésima vez por el mercado y haberme salido en un mínimo. Eso es algo que molesta a cualquiera y no podemos evitar sentir un cierto malestar ante ello.
Bien, esto pasa cada rato y al final te vas acostumbrado, puede que no te libres del malestar que producen este tipo de situaciones pero con el tiempo puedes llegar a experimentarlas de forma más leve. Cuestión de llevarse palos y endurecerse.
¿Pero qué pasa si de repente lo vuelves a ver alcista debido a nuevos argumentos? No solo lo ves alcista, sino que ahora lo ves alcista de verdad, con una nitidez cristalina. Has visto unos hechos ocurrir y tienes pocas dudas de que la cosa se va para arriba.
Pero he aquí amigo que de repente algo salta en nuestro cerebro. De repente nos acordamos de la última pérdida. Y aunque hemos escuchado que cada operación es independiente, nosotros no podemos olvidar que perdimos nuestra última operación en este mismo activo y que "fuimos engañados" a la baja y ahora nuestro cerebro racional nos dice que al alza de nuevo.
Por algún motivo hay algo dentro de ti que dice que no estas dispuesto a ser engañado dos veces seguidas por el mismo mercado en la misma situación. Estás convencido de que es una buena operación, pero te cuesta apretar el gatillo y comprar. No solo es que no estás dispuesto a ser "engañado" dos veces, sino que te acuerdas de algunas veces del pasado, dónde te viste en situaciones como ésta y perdiste hasta la camisa.
¿Entonces entramos o no entramos?
Esta es la respuesta que nadie te puede enseñar.
Es muy fácil decir que hay que evitar el primer error de los novatos: no cerrar las operaciones con pérdidas.
Es muy fácil decir que uno se ha de olvidar de las operaciones que salieron mal, incluso aceptar que el mercado después de sacarnos se volverá a girar y nos hará sentir mal.
Pero es muy difícil volver a entrar en una operación que se mostró perdedora unos días antes y no sucumbir al miedo de pensar que hemos entrado en una espiral irracional tal y como nos ocurrió otras veces. Incluso si creemos con fuerza que tenemos razón, nada en el mundo hará desaparecer la duda.
Esto no te lo puede explicar absolutamente nadie. No hay curso, ni libro, ni amigo, ni nada en el mundo que te diga que hacer. Es en esos momentos donde se deciden los ganadores y los perdedores se quedan atrás. Este tipo de cosas se salen de la teoría y quedan bajo el dominio de las conexiones químicas de nuestro cerebro.
Cuando esto ocurre estamos absolutamente solos. Lo único que puede contar a nuestro favor en ese momento, son dos cosas:
- Experiencia que le da sangre fría. La única forma de ganar experiencia es llevándose palos y sobre todo aceptando que hace falta tiempo para experimentar.
- Una gestión del capital adecuada y disciplinada. Por adecuada se entiende que las pérdidas de la última operación sean tan pequeñas como sean necesarias para que nuestro trabajo no cambie de ser un trabajo intelectual a un "trabajo" emocional. O también por adecudada se entiende por aquél tamaño de la posición que te permite dormir tranquilamente por la noche incluso si el mercado abre un 10% abajo.
Por suerte, en este caso subió. Pero podía haber bajado.
Les recuerdo que el día 3 de febrero doy una conferencia online.