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Contracorriente 05/07/10 11:51
Ha comentado en el artículo No a la discriminación
Pues a mi el mensaje de Intereconomía si que me parece homófobo. Para mi, resaltar en un mensaje "364 días de orgullo de la gente normal y corriente" en contraposición a "1 día de orgullo gay", me parece homófobo. ¿Qué pasa, que los gays no son "gente normal y corriente"? Para mi la multa está muy bien puesta. Hay cosas que se deben respetar, la libertad de uno mismo empieza donde termina la de los demás. Y no creo que se deba amparar el insulto a los demás en una mal entendida "libertad de expresión". Así que, si insultan, que se atengan a las consecuencias y paguen la multa. Si esta cadena no está de acuerdo con la homosexualidad, pues OK, pero que no insulten. Porque el mensaje que hay tras su anuncio es que los gays "no son gente normal y corriente". ¿Qué son entonces? ¿Anormales? Vaya pena me dáis los que seguís dándole audiencia a Intereconomía.
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Contracorriente 15/06/10 10:54
Ha comentado en el artículo ¿Se cae definitivamente España?
Yo alucino con posts como éste. Ni de coña somos un país quebrado. Este señor no se de dónde narices se saca que tengamos un nivel de deuda del 400% del PIB. ¿Del ABC? Pues igual podía ir pensando este diario revisar un poquito a su redacción de economía. Si la deuda privada es del 178% del PIB (que tampoco me lo trago) y la deuda pública está rondando el 60%, me falta bastante para llegar al 400% ¿no? Por favor, un poco de seriedad. Además, el problema no creo que esté en el nivel de deuda que un país tenga. Estados Unidos tiene un nivel de deuda privada muy superior a la de España, allí se compran bienes de consumo a crédito de forma masiva, y nadie está diciendo que "está claramente quebrado". Nuestro nivel de Deuda pública es inferior al de Italia, Irlanda, Portugal, Reino Unido, California, y nadie está diciendo que "están claramente quebrados". Seamos serios, por favor. Al final, lo que estamos sufriendo es una crisis de credibilidad. Si se hacen comentarios como los de este post, totalmente irreales, y encima nos los creemos, pues vamos de cráneo. Sobre todo, porque estos posts crean un estado de opinión. Y esto es como si una persona se cree que está enferma: al final acaba enfermando. Si entre todos alimentamos la idea de que "España está quebrada", pues esto claramente nos perjudica. Por favor ¡dejemos de tirar piedras contra nuestro propio tejado!
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Contracorriente 13/06/10 14:15
Ha comentado en el artículo Más sobre la hipótesis "friki" del mercado de trabajo español
Pues en esta ocasión estoy en desacuerdo con usted. Su “hipótesis friki” no deja de ser, en mi opinión, una versión actualizada de lo que en el Siglo de Oro era el “deshonor del trabajo”. Y aunque todos conocemos algún caso puntual en el que el empresario contrata a alguien para que “haga su trabajo”, pudiendo vivir él “noblemente” es decir, sin necesidad de trabajar, me parece que tratar de explicar el comportamiento del conjunto del mercado laboral español con esa hipótesis es exagerado. Voy a tratar de explicar mis razones: ¿Cómo estamos midiendo la productividad? ¿Estamos teniendo en cuenta los sectores de actividad, o estamos midiendo a nivel agregado? Si lo que estamos midiendo es PIB/L a nivel agregado de la economía, pues, en mi opinión esto no nos dice absolutamente nada. Pongamos un ejemplo. Supongamos que en una economía sólo se han creado puestos de trabajo de peluqueros, y sólo aumenta la producción en el sector de la peluquería. El resto de sectores permanece estático, sin variaciones ni en la producción ni en el empleo. Yo supongo que el trabajo de peluquero no ha variado su productividad de forma significativa desde los tiempos del Imperio Romano. Aunque el PIB seguramente ha aumentado en esta hipotética economía ¿podemos esperar que la productividad lo haya hecho? Yo creo que no. Ahora vamos a suponer que esta hipotética economía tiene un sector gigantesco dedicado a la peluquería, y una pequeña fábrica que apenas tiene unos cuantos empleados. Vamos a suponer que la fábrica, sujeta a la competencia internacional, invierte en nueva maquinaria, y consigue aumentar su producción en un 50% con el mismo número de empleados. Sin embargo, como su tamaño es pequeño en relación al enorme número de peluqueros que hay en esa economía ¿podemos esperar que su aumento de productividad sea significativo cuando medimos a nivel agregado? Volviendo al mundo real, creo que algo parecido es lo que ocurre en España. El empleo y la producción han crecido de forma significativa en sectores que, por su propia naturaleza, no pueden tener aumentos sustanciales de productividad: construcción (sobre todo residencial), turismo, servicios. ¿Es lógico pensar que hay incrementos significativos en la productividad de un albañil, de un camarero, de un teleoperador o de un dependiente? No lo creo. Por tanto, si es en estos sectores en los que ha aumentado de forma sustancial la actividad y el empleo, medir la productividad del conjunto de la economía no nos dice nada, ya que lo que podemos esperar es que el denominador L haya crecido de forma proporcional al numerador PIB en todas estas ramas de actividad, lo que introduce un sesgo a la baja en la productividad si hacemos la medición para la economía en su conjunto. En mi opinión, sólo tiene sentido que midamos la productividad por sectores de actividad, y no de forma conjunta para toda la economía de un país. Así, creo que lo acertado es medir la productividad de la agricultura, de las diversas ramas de la industria, de las varias ramas de los servicios, por separado. Sólo de esta forma estaremos midiendo la productividad de forma adecuada. Si hacemos esto así, seguramente comprobaremos que el empleo se ha destruido de forma muy significativa en determinadas ramas del sector servicios, así como en la construcción, y que el producto de estos sectores ha disminuido de forma proporcional al empleo, permaneciendo la productividad prácticamente constante. Para la industria y la agricultura, probablemente veremos una menor destrucción de empleo, así como una bajada en la producción menor que en los sectores anteriores, permaneciendo su productividad también prácticamente constante. El resultado agregado es así perfectamente compatible con un aumento en la productividad agregada de la economía. No es mas que un efecto estadístico: como ahora la construcción, el turismo y los servicios tienen menos “peso” en el conjunto de la economía “aparentemente” la productividad ha crecido. Pero esto sólo se debe a que los sectores mas productivos (industria) han ganado peso relativo en el conjunto de la economía. En definitiva, lo que estoy sugiriendo es que hay conviviendo en la economía española sectores con baja productividad por empleado (construcción, servicios, turismo) con otros de alta productividad (industria), pero que los primeros tienen mas peso en la economía que los segundos. De esta forma, cuando el PIB crece, en esos sectores se contrata a mucha mano de obra de baja productividad; pero no porque sus empresarios deseen “vivir noblemente” o que alguien haga el trabajo por ellos; es decir, el trabajo no es un bien de lujo. Lo hacen porque la propia naturaleza de estos trabajos lo requiere: si para levantar una pared de ladrillo hacen falta 10 peones, se les contrata, porque no es posible hacerlo con menos gente. Son actividades difíciles de mecanizar. De la misma forma, cuando el PIB baja, se destruye mucha mano de obra en esos mismos sectores, ajustan su producción a la demanda despidiendo a trabajadores. Mientras tanto, la industria crece a base de aumentar su producción más que su fuerza laboral, y en periodos de crisis, al contrario, baja su producción permaneciendo su empleo relativamente estable o ligeramente a la baja, pero no se destruye empleo con la intensidad que en los sectores de productividad baja. Pero su escaso peso relativo en la economía española “esconde” sus ganancias de productividad cuando medimos a nivel agregado en periodos de crecimiento. Y esas ganancias de productividad afloran cuando los sectores servicios – turismo – construcción pierden peso relativo en épocas de recesión. También por esa razón, no es posible hacer comparaciones agregadas con otras economías; al no tener la misma estructura productiva que la nuestra, no es posible hacer comparaciones. Sólo sería posible comparar si midiéramos la productividad sector por sector. Por tanto, comparar la productividad agregada entre países, lo único que nos informa es sobre la división internacional del trabajo existente: hay países relativamente mas especializados en servicios de bajo valor añadido, turismo y construcción; mientras otros están relativamente mas especializados en servicios de alto valor añadido e industria. Finalmente, creo que su “hipótesis friki” sólo tendría validez si midiésemos la productividad del trabajo sector por sector, y en todos, o en la gran mayoría, se cumpliese de forma sistemática ese comportamiento al que usted alude: fuerte crecimiento del empleo y anémico crecimiento de la productividad en periodos de auge; y fuerte destrucción de empleo con fuerte incremento de la productividad en periodos de recesión. Y eso, siempre que midiéramos la productividad del trabajo de forma adecuada, es decir, en forma de sectores verticalmente integrados. Pero esto ya es harina de otro costal, y creo que ya me he extendido demasiado. Saludos, y aunque hoy no estoy de acuerdo con usted, gracias de nuevo por hacernos reflexionar sobre Economía.
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Contracorriente 27/05/10 21:33
Ha comentado en el artículo D. Antonio Sáez del Castillo se explica muy bien
Pues a mi este personaje me parece un demagogo barato de la peor calaña, que lo único que intenta es vender su libro con titulares sensacionalistas del tipo "las crisis se organizan de manera consciente para robarle el dinero al pueblo". Se ve que ha echado cuentas y ve mas rentable vender su librejo que ganar dinero como analista financiero. De pena.
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Contracorriente 06/05/10 19:33
Ha comentado en el artículo ¿El euro tiene futuro?. La única salida de Grecia, y sobre todo España
Bueno… no se si me he explicado bien. Mi comentario sólo se refería a que el comentario de Lmsanchez es correcto: una devaluación, por sí sola, perjudica el poder de compra de un país. Encarece las importaciones y abarata las exportaciones. Lo que tu estas diciendo ahora es otra cosa: a ver si lo entiendo… Lo que propones es devaluación + subida de salarios en la misma proporción que la devaluación que hemos efectuado. ¿no? Aquí, francamente, creo que entramos en un terreno pantanoso, porque no tengo muy claro si el efecto final sobre la economía del país será positivo o negativo. Sin poder entrar en muchos detalles, creo que es lo que se ha venido haciendo en el pasado, en países como España, Italia, Grecia, Portugal… La devaluación permite que crezcan los salarios nominales en el interior del país, con lo que obtenemos un aumento de demanda por dos vías: por vía interna (mayores salarios = aumento de la demanda agregada), y por vía externa (mejora de la balanza comercial, por el abaratamiento de las exportaciones). ¿Cuál es el problema de utilizar esta vía para escapar a las recesiones? A corto plazo, ninguna. Devaluamos, aumentamos salarios en el país, ya sea vía aumento en salarios nominales o vía reforma impositiva (tal como hizo Enrique Fuentes Quintana; una reforma impositiva en el sentido de mejorar la progresividad fiscal). ¿Cuál es el problema, entonces? El problema va a ser el largo plazo. A largo plazo, los empresarios no tienen ningún incentivo en hacer a sus empresas competitivas. ¿Para qué, si es mucho mas fácil hacer presión política para que “papá Estado” devalúe nuestra moneda? No va a haber presión por mejorar los procesos productivos, por producir los productos con mejor calidad o a mejor precio que los competidores extranjeros, o por introducir nuevos productos con los que mejoremos nuestra penetración en el mercado. No va a haber presión por competir con las empresas del exterior. ¿Para qué? Cuando vengan las vacas flacas, ya pediremos al Estado que devalúe la moneda. Precisamente, una de las cosas que se buscaban con la Moneda Única era que esa vía no existiera. Era como lanzar un mensaje a los empresarios: señores, pónganse las pilas. Mejoren sus empresas, háganlas competitivas, porque el mecanismo de la devaluación va a desaparecer. Así que, inviertan, señores. Mejoren el capital humano de sus empresas. Inviertan en nueva maquinaria. Introduzcan nuevos productos. Y compitan contra los mejores de su sector. Haciendo una analogía, es lo mismo que cuando en el siglo XIX y XX, nos defendíamos de la competencia internacional subiendo los aranceles. A corto plazo, podía tener efectos beneficiosos (encarecía las importaciones y abarataba las exportaciones). A largo plazo, efectos ruinosos (porque el resto de países hacía lo mismo, y porque los empresarios nacionales no tenían incentivos a mejorar sus procesos productivos ni a innovar en proceso ni en producto ¿para qué, si tenemos un “mercado cautivo”, al abrigo de la competencia? Por tanto, si hacemos lo que tú propones, nos cargamos el euro y devaluamos, vamos a lanzar a los empresarios un mensaje nada positivo: ¡Señores empresarios, sigan ustedes pagando salarios bajos! ¡sigan produciendo lo mismo de siempre y de la misma manera que siempre! ¡No es necesario que inviertan, ni que compitan con las empresas del extranjero! Cuando vengan mal dadas, y su posición se debilite, el Estado devaluará… y a seguir con lo mismo.
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