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Este gráfico, extraído de un informe del BBVA: Productividad . Una perspectiva internacional y sectorial , elaborado por Matilde Mas y Juan Carlos Robledo,  merecería la pena que fuera visto y entendido por quienes se están encargando de hacer frente a la reforma del mercado de trabajo español, ésa pieza básica del paquete de  reformas estructurales  que la economía española ha de afrontar so pena de perder el tren –una vez más- del futuro (o mejor, futurible) crecimiento económico.

Obsérvese que, según dicen los datos, la productividad del trabajo en España creció en la época de las “vacas gordas” desde 1995 a 2007 a una anémica tasa del 0,54% anual, en tanto que se ha disparado en los primeros compases de la crisis pues ha crecido a una tasa del 2,63% en el periodo 2007-9. Sólo Grecia y Francia, pero con cifras de mucha menor magnitud han tenido un comportamiento relativamente similar. Y si digo relativamente es porque hay que acentuar que, en el periodo de expansión, la productividad en Grecia creció a una tasa del 2,3% y en Francia lo hizo a una tasa que más que doblaba la española (un 1,62%); a la vez que cuando se ha desencadenado con total dureza la crisis, sus tasas de crecimiento de la productividad son, más que mucho, muchísimo  más bajas que la española.

Algo pasa en el mercado de trabajo español. No hay duda. Pero lo que pasa es muy especial o idiosincrásico. Como ya dije, no soy ni mucho menos un experto en este asunto, y por eso me permití  el lujo de exponer públicamente lo que llamé la “hipótesis friki” acerca del mismo(http://www.rankia.com/blog/oikonomia/428720-notas-situacion-economica-espanola-iii-extrano-caso-mercado-trabajo). La idea de que para el conjunto de la economía española, el factor trabajo se comporta como un  factor de producción necesario, como nasturalemente tendría que ser, sino -aunque parezca absurdo- como un "bien" de lujo. es decir, como un factor cuya demanda crece más que proporcionalmente si la economía crece más de un 2%, en tanto que decrece también más que proporcionalmente cuando la economía crece a menor tasa o decrece, como está sucediendo en la actualidad. Y, como no sé mucho, los datos que aporto me confirman que nuestro mercado de trabajo es muy, pero que muy, especial. Tanto que, si me atreviese,  lo consideraría un mercado donde esa “hipótesis friki” quizás sea acertada.

Y la cuestión, entonces, si ello es así, es la de si las recetas para reformar ese mercado  tan “especial” pueden traerse sin más de lo que ha funcionado en otros mercados. Al igual que sucede con el cáncer, en el que hoy en día se buscan tratamientos personalizados, ¿no será acaso oportuno plantearse una reforma del mercado de trabajo español que tenga en cuenta esas  características suyas tan "particulares"? Pues, obsérvese, que si la "hipótesis friki" es en alguna medida realista, lo que hay que reformar es fundamentalmente el comportamiento de los demandantes de trabajo, o sea, el comportamiento de los empresarios y no tanto el de los oferentes, los trabajadores, en la dirección de desincentivar las contrataciones cuando las cosas van bien (o sea, cuando hay crecimiento económico) , y dificultar el despido cuando las cosas van mal.Lo contrario, pues, a lo que se está proponiendo como ejes fundamentales de la reforma del mercado de trabajo.

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  1. #10
    26/03/12 13:28

    Estoy bastante de acuerdo en que la productividad fuera es mayor pese a trabajar menos horas, pero eso ya puede influir en gran cantidad de elementos externos, de nuestro modo de trabajar, la cantidad de intermediarios entre una materia prima y el producto final que no hacen más que incrementar costes sin aportar nada, etc.

    De todos modos, en mi empresa abogamos por aumentar la productividad individual para aumentar así la productividad general. Trabajamos con ordenadores, y hemos instalado un software llamado Workmeter que mide la productividad basándose en el tiempo que utilizas aplicaciones productivas y no productivas. Antes, en 10 horas se trabajaban 6 productivas, ahora, conseguimos esas 6 o más en 8. Menos presión, más felicidad, mejor realizadas... todo es positivo. Hemos aprendido a ver cómo funciona nuestra empresa realmente.

    Por si a alguien le interesa el programa puede ver mas en:
    http://www.workmeter.com

  2. en respuesta a Fernando esteve
    -
    #8
    17/06/10 20:23

    Con el compañero de debate, contracorriente, hemos creido conveniente pasarle este articulo.
    LA CRISIS DE LA ZONA EURO
    Los bandazos del FMI
    ANDY ROBINSON - Madrid - La frustración del presidente del Gobierno español quedó patente en un desayuno a puerta cerrada a finales del mes pasado en Madrid con economistas de renombre como Jeff Sachs, Joe Stiglitz, Stephany Griffith-Jones - todos de la Universidad de Columbia, en Nueva York-y Nick Stern, de la London School of Economics.
    "Hemos tenido que cambiar constantemente de traje (...)", se lamentó Zapatero, según fuentes presentes en la reunión. En el 2007-2008, España había sido uno de los primeros países en cumplir con las recetas del nuevo Fondo Monetario Internacional keynesiano a favor de fuertes estímulos fiscales. Y cuando hace unos meses Dominique Strauss-Kahn, director gerente del FMI, aún advertía que "una salida prematura de los estímulos perjudicaría la recuperación", España le hacía caso.
    Pero los consejos de activismo fiscal eran buenos hasta que los mercados financieros decidieron que no lo fueron. Amenazada con verse forzada a adoptar un ajuste aún más duro si pedía ayuda al nuevo fondo anticrisis europeo, España optó por tirar la toalla y adoptó un programa draconiano de recortes del gasto público, según explicaba en el mismo desayuno la vicepresidenta segunda y ministra de Economía, Elena Salgado.
    Pese a consejos anteriores, el FMI aplaudió las nuevas "medidas audaces y concretas, como recortar los salarios en el sector público". Las agencias de calificación de deuda tan influyentes en los mercados de deuda, también. "El colapso de la confianza en los mercados ha terminado el debate sobre los estímulos fiscales", dijo Arnaud Mares, vicepresidente de Moody ´ s, en una entrevista concedida a La Vanguardia.Y, siguiendo la vieja regla de que con los mercados financieros conviene ser más ortodoxo que el Papa, el Gobierno optó casi exclusivamente por medidas de recorte de gasto, pese a que Mares afirmó:
    "Nosotros, en Moody ´ s, somos agnósticos respecto a impuestos o gasto".
    Pero luego Fitch, rival de Moody´s en el negocio de calificar deuda, mareó aún más la perdiz. Rebajó la deuda española citando el "impacto de las medidas de ajuste sobre el crecimiento". La frustración que Zapatero manifestó en el desayuno puede resumirse en el dicho británico Damned if you do; damned if you don´t (maldito si lo haces; maldito si no).
    Pese a su propio viaje de ida y vuelta desde la ortodoxia a la heterodoxia, el FMI aún defiende la lógica del programa de estímulos español en el 2008, equivalente al 4% del PIB, mucho más que otros países europeos como Alemania. Jorg Decressin, economista responsable de la zona euro del FMI, lo calificó en abril de "acertado" ya que "la causa del aumento del déficit no son los estímulos sino la caída de recaudación tributaria" debida a la recesión. Sin los estímulos - vino a decir-,el déficit español ahora sería aún mayor.
    Pero crecen las críticas al FMI, a las agencias de calificación y a otros centros de análisis económico, que parecen estar zigzagueando detrás de mercados, adaptando sus argumentos a la ciclotimia financiera.
    Desde un lado, un grupo de economistas critican ya el exceso de celo keynesiano del FMI en el 2008. "Yo estaba en contra, desde el principio, de los estímulos fiscales en Estados Unidos y en países como España", dijo Sachs, autor de las draconianas terapias de choque en América Latina y Europa del Este en los años ochenta y noventa. "El FMI lo recomendaba bajo presiones de Estados Unidos, pero lo que ganas con ese tipo de política a corto plazo lo pierdes a largo", añadió.
    Pero para otros economistas no es el FMI keynesiano del 2008 el problema, sino el nuevo FMI del 2010, que vuelve a sus raíces. "Es extraño - dijo en una entrevista a La Vanguardia Robert Kuttner, fundador del influyente Instituto de Política Económica en Washington y director de la revista Prospect-.El FMI, bajo el socialista francés Dominique Strauss-Kahn, había rechazado las políticas de austeridad que hicieron tanto daño a su imagen en las economías emergentes; pero ahora en Europa vuelve a las recetas de austeridad que jamás funcionan".
    "España -continuó- era un modelo de buena política fiscal; no tiene un Estado de bienestar especialmente caro; sufre las consecuencias fiscales de una caída de ingresos achacable a la recesión. ¿Por qué, entonces, castigarla con duchas frías?", se pregunta.
    Kuttner cree que "es una locura permitir que los mercados pongan las condiciones (...) El pánico financiero tiene una raíz que es totalmente independiente de las cuestiones fiscales", dice. Más que dar bandazos a la zaga de mercados al borde de un ataque de nervios, las autoridades deberían tranquilizarlos, dijo: "Asegúrate de que has comprado suficiente deuda soberana como para que los mercados se sientan tranquilos y seguros; es lo que ha hecho la Fed". Esto puede ser la raíz del problema. Para economistas como Kuttner, que siguen la tradición de Keynes y de Hyman Minsky, si el activismo fiscal heterodoxo asusta a los mercados, hay que calmarlos con medidas monetarias heterodoxas también. Y Strauss-Kahn no logró convencer al BCE y a Alemania a tiempo de que el keynesianismo monetario era tan importante como el keynesianismo fiscal. "Keynes siempre ponía más énfasis en lo monetario que en lo fiscal", dijo Graham Turner, de GFC Economics, en Londres.
    Los estímulos fiscales sin las correspondientes compras de deuda provocan miedo a moratoria y suben los tipos a la deuda considerada arriesgada."Japón en los noventa ya demostró que la expansión fiscal sin la compra de bonos no funciona", dice Turner. Aunque el BCE finalmente ha empezado a comprar deuda periférica - por 35.000 millones de euros en el último mes-,es insuficiente y demasiado tarde, advierte.
    Asimismo, pese a sus esfuerzos, el FMI tampoco logró que los estímulos fiscales estuviesen diseñados para reducir los desequilibrios en la zona euro. Esto ha dado el resultado perverso de que España ha hecho más en términos relativos para generar demanda agregada en la zona euro que Alemania. Economistas del instituto DIW berlinés reconocieron que Alemania - con un superávit comercial frente a España por más de 12.000 millones de euros en el 2009-"esperaba aprovechar los estímulos de los demás".
    A.Robinson LV
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    mi comentario a debatir

    Alemania, y sus bancos e inversores se dejar llevar por sus ideas de inversión..repansado el articulo de Detlef Gütler, pag,4 del suplemento dinero de Lavanguardia, de este domingo, nos indica como actúa la banca alemana,“el dinero alemán idiota” por su preferencia a comprar e invertir un productos de de fuera aunque sean malos ..el Kreditersatzgeschäft. …. “invertir dinero en lugar de prestarlo” seguramente enlaza el porque en España en 2009,siguió colocando células hipotecarias a Alemania a inversores, bancos y fondos de pensión alemanes, de esta forma se aprovechaba de los estímulos de los demás como dice A.Robynson en este articulo.

    El FMI acaba dependiendo de su máximo contribuyente Usa, hay actuaciones suyas para todos los gustos, Argentina y México no quedaron muy contentos. En la crisis asiatica creo que el FMI,actuo bien, pero no se hizo caso de esta crisis como aviso de posteriores tal como dijo el BPI.

    Creo hay contradicciones, porque hay muchas interrelaciones, al final cuando se aplican medidas - NO convencionales- se crea mas incertidumbre, mas información asimétrica, se emiten mas falsas señales. Hay también el efecto del carry trade, (puede implicar una nueva burbuja de activos) Hay también el efecto de no saber que pasara con tanto tiempo en Usa con tasas de interés al 0 (en realidad negativas), nos indican que con este tipo de interés se fomenta la especulación. La FED conduce al mercado, estaría relacionado con el Quantitative Easing, empujando los tipos a un valor negativo.
    No se sabe bien como actuara China. (pasa de comprar deuda de Usa, a comprar la semana siguiente deuda europea, o bien oro la otra semana)
    Además de los efectos del "overshooting" que se explican por la diferente velocidad con que operan los mercados de activos financieros con respectos a los procesos de creación de capital físico.
    Y en España encima los efectos de expulsión ( crowding out)..., y la recesion de balance (desapalancamientos de familias, empresas y bancos)

    Demasiadas incógnitas o problemas en tampoco poco tiempo, este es el problema.

    como bien dice contracorriente, nos recuerda su articulo - El Catch-22 de la economía española-

    Cuando un gobernante pierde el control del pais acaba a merced de las instituciones como el FMI y los prestamistas.
    Existe pues un grave riesgo de que latinoamericanicen a los europeos, lal como dice Comstar.

    saludos cordiales Ram,Cnt y Comt.

  3. #7
    16/06/10 12:10

    recomiendo:
    http://www.project-syndicate.org/commentary/gros9/Spanish

    Los miembros del sur de Europa de la zona euro tienen que reducir sus costos salariales para recuperar la competitividad que han perdido desde que adoptaron la moneda común. pero..existe el riesgo de que este enfoque vaya en la dirección equivocada. La competitividad, que normalmente se mide en términos de costos unitarios de la mano de obra, es un concepto relativo.Las ganancias de un país son las pérdidas de otro. Restablecer la competitividad en algunos países miembros (España, Grecia) requeriría que otros (Alemania, en primer lugar) aceptaran pérdidas en las propias.
    El ajuste podría darse--mediante incrementos salariales-- en países con costos de mano de obra más bajos, en lugar de hacer recortes en los países donde los costos son muy altos.
    La obsesión de competitividad de Europa
    Daniel Gros

  4. en respuesta a Contracorriente
    -
    #6
    13/06/10 14:49

    Me parece una excelente exposición de la llamada tesis de la "enfermedad de los costes" de William Baumol.Es una tesis más que sugerente, aunque, como a todas, también se le puede buscar un poco las "cosquillas". Por ejemplo, es lo mismo un corte de pelo al cepillo como me lo pegaba Sixto mi peluquero a mí cada quince días en mi tierna infancia, que un corte de pelo de diseño de esos que se ven hoy día donde se usan materiales tecnológicamente sofisticados. Obviamente, no. En peluquería, uno de los ejemplos favoritos de Baumol, ha habido indudables avances en productividad. Y, cierto, seguro que el crecimiento de la productividad en la industria es en principio mayor que en el sector servicios, no creo que se debiera olvidar que la actual revolución en las tecnologías de la información, procesamiento de datos, sector sanitario, etc., es característica de este sector servicios. precisamente, lo que quienes se enfrentan a la peculiaridad del mercado de trabajo español pretenden hacer es que esa revolución informacional penetre más profundamente en el tejido productivo español. Por cierto, metes al sector construcción entre los sectores enfermos, pues no lo tengo tan claro pues la productividad del sector construcción en España ha crecido en los últimos veinte años, basta con ver el equipo capital que usan los pocos obreros que ahora te hacen un edificio en menos de dos años, pero sin embargo sigue siendo mucho más baja que en alemania, ¿por qué? Y, en cuanto al sector turístico, ¿es el mismo bien una habitación en un resort de cinco estrellas que atienden en varios idiomas y sirven productos de lujo que en una pensión de mala muerte? No te olvides que Francia y Italia son cabezas del sector turístico, o sea, que no se trata de un sector condenado de salida a uina vida lánguida en términos del crecimiento de la productividad. Y así podríamos seguir con muchos otros.
    Pero, aún aceptándote en su plenitud la tesis de Baumol, la cuestión desde mi punto de vista sigue abierta, pues caso de que esa tesis "explicase" la baja tasa de crecimiento de la productividad agregada de la economía española por su brutalmente sesgada composición a favor de los sectores de menor crecimiento de la productividad, lo que no me explica nada de nada, es lo que sucede cuando la producción decrece en el curso de una recesión, porque ¿cómo es que la productividad crece entonces? ¿por qué? ¿Cómo es posible que los trabajadores que se encuentran en sectores "enfermos" en la terminología de Baumol aumenten tan brutalmente la productividad? Observa que esa composición estad´sitica a la que achacas el resultado que afirmas es más que dudoso que se haya producido en la intensidad que cuentas por el simple hecho que la economía española no se ha contraído tanto como las cifras del desempleo muestran, o sea que su composición sectorial ultrasesgada con seguridad que no ha variado tanto como para avalar tu hipótesis.
    Por lo que queda el hecho que planteo: la especificidad del mercado de trabajo español. Porque observa el gráfico. ¿No me dirás que no es raro, raro? ¿Es que somos caso el único país de la zona al que se le pueda aplicar tu tesis o la tesis de Baumol?

  5. #5
    13/06/10 14:15

    Pues en esta ocasión estoy en desacuerdo con usted. Su “hipótesis friki” no deja de ser, en mi opinión, una versión actualizada de lo que en el Siglo de Oro era el “deshonor del trabajo”. Y aunque todos conocemos algún caso puntual en el que el empresario contrata a alguien para que “haga su trabajo”, pudiendo vivir él “noblemente” es decir, sin necesidad de trabajar, me parece que tratar de explicar el comportamiento del conjunto del mercado laboral español con esa hipótesis es exagerado.
    Voy a tratar de explicar mis razones:

    ¿Cómo estamos midiendo la productividad? ¿Estamos teniendo en cuenta los sectores de actividad, o estamos midiendo a nivel agregado? Si lo que estamos midiendo es PIB/L a nivel agregado de la economía, pues, en mi opinión esto no nos dice absolutamente nada. Pongamos un ejemplo. Supongamos que en una economía sólo se han creado puestos de trabajo de peluqueros, y sólo aumenta la producción en el sector de la peluquería. El resto de sectores permanece estático, sin variaciones ni en la producción ni en el empleo.
    Yo supongo que el trabajo de peluquero no ha variado su productividad de forma significativa desde los tiempos del Imperio Romano. Aunque el PIB seguramente ha aumentado en esta hipotética economía ¿podemos esperar que la productividad lo haya hecho? Yo creo que no.
    Ahora vamos a suponer que esta hipotética economía tiene un sector gigantesco dedicado a la peluquería, y una pequeña fábrica que apenas tiene unos cuantos empleados. Vamos a suponer que la fábrica, sujeta a la competencia internacional, invierte en nueva maquinaria, y consigue aumentar su producción en un 50% con el mismo número de empleados. Sin embargo, como su tamaño es pequeño en relación al enorme número de peluqueros que hay en esa economía ¿podemos esperar que su aumento de productividad sea significativo cuando medimos a nivel agregado?

    Volviendo al mundo real, creo que algo parecido es lo que ocurre en España. El empleo y la producción han crecido de forma significativa en sectores que, por su propia naturaleza, no pueden tener aumentos sustanciales de productividad: construcción (sobre todo residencial), turismo, servicios. ¿Es lógico pensar que hay incrementos significativos en la productividad de un albañil, de un camarero, de un teleoperador o de un dependiente? No lo creo.
    Por tanto, si es en estos sectores en los que ha aumentado de forma sustancial la actividad y el empleo, medir la productividad del conjunto de la economía no nos dice nada, ya que lo que podemos esperar es que el denominador L haya crecido de forma proporcional al numerador PIB en todas estas ramas de actividad, lo que introduce un sesgo a la baja en la productividad si hacemos la medición para la economía en su conjunto.

    En mi opinión, sólo tiene sentido que midamos la productividad por sectores de actividad, y no de forma conjunta para toda la economía de un país. Así, creo que lo acertado es medir la productividad de la agricultura, de las diversas ramas de la industria, de las varias ramas de los servicios, por separado. Sólo de esta forma estaremos midiendo la productividad de forma adecuada.
    Si hacemos esto así, seguramente comprobaremos que el empleo se ha destruido de forma muy significativa en determinadas ramas del sector servicios, así como en la construcción, y que el producto de estos sectores ha disminuido de forma proporcional al empleo, permaneciendo la productividad prácticamente constante. Para la industria y la agricultura, probablemente veremos una menor destrucción de empleo, así como una bajada en la producción menor que en los sectores anteriores, permaneciendo su productividad también prácticamente constante. El resultado agregado es así perfectamente compatible con un aumento en la productividad agregada de la economía. No es mas que un efecto estadístico: como ahora la construcción, el turismo y los servicios tienen menos “peso” en el conjunto de la economía “aparentemente” la productividad ha crecido. Pero esto sólo se debe a que los sectores mas productivos (industria) han ganado peso relativo en el conjunto de la economía.

    En definitiva, lo que estoy sugiriendo es que hay conviviendo en la economía española sectores con baja productividad por empleado (construcción, servicios, turismo) con otros de alta productividad (industria), pero que los primeros tienen mas peso en la economía que los segundos. De esta forma, cuando el PIB crece, en esos sectores se contrata a mucha mano de obra de baja productividad; pero no porque sus empresarios deseen “vivir noblemente” o que alguien haga el trabajo por ellos; es decir, el trabajo no es un bien de lujo. Lo hacen porque la propia naturaleza de estos trabajos lo requiere: si para levantar una pared de ladrillo hacen falta 10 peones, se les contrata, porque no es posible hacerlo con menos gente. Son actividades difíciles de mecanizar. De la misma forma, cuando el PIB baja, se destruye mucha mano de obra en esos mismos sectores, ajustan su producción a la demanda despidiendo a trabajadores.
    Mientras tanto, la industria crece a base de aumentar su producción más que su fuerza laboral, y en periodos de crisis, al contrario, baja su producción permaneciendo su empleo relativamente estable o ligeramente a la baja, pero no se destruye empleo con la intensidad que en los sectores de productividad baja. Pero su escaso peso relativo en la economía española “esconde” sus ganancias de productividad cuando medimos a nivel agregado en periodos de crecimiento. Y esas ganancias de productividad afloran cuando los sectores servicios – turismo – construcción pierden peso relativo en épocas de recesión.

    También por esa razón, no es posible hacer comparaciones agregadas con otras economías; al no tener la misma estructura productiva que la nuestra, no es posible hacer comparaciones. Sólo sería posible comparar si midiéramos la productividad sector por sector. Por tanto, comparar la productividad agregada entre países, lo único que nos informa es sobre la división internacional del trabajo existente: hay países relativamente mas especializados en servicios de bajo valor añadido, turismo y construcción; mientras otros están relativamente mas especializados en servicios de alto valor añadido e industria.

    Finalmente, creo que su “hipótesis friki” sólo tendría validez si midiésemos la productividad del trabajo sector por sector, y en todos, o en la gran mayoría, se cumpliese de forma sistemática ese comportamiento al que usted alude: fuerte crecimiento del empleo y anémico crecimiento de la productividad en periodos de auge; y fuerte destrucción de empleo con fuerte incremento de la productividad en periodos de recesión. Y eso, siempre que midiéramos la productividad del trabajo de forma adecuada, es decir, en forma de sectores verticalmente integrados. Pero esto ya es harina de otro costal, y creo que ya me he extendido demasiado.

    Saludos, y aunque hoy no estoy de acuerdo con usted, gracias de nuevo por hacernos reflexionar sobre Economía.

  6. en respuesta a Daiskn1
    -
    #4
    11/06/10 14:04

    Pues, como dices, lo del la productividad en España también para mí es un misterio. Los datos confirman que el aparato productivo español ha tenido varias reconversiones a lo largo delos últimos treinta años y su stock de capital se ha rejuvenecido. La inversión ha sido más que aceptable en esoso años, con lo que no se puede achacar los vaivenes de al productividad a lo largo del ciclo, ni la tendencia a largo plazo a la escasez de capital. Finalmente, no creo que las técnicas que se usan en este país sean tan diferentes a las de los países que nos rodean y que tienen mucha más productividad como Francia o Alemania: Y, finalmente, yo lo del capital humano no me lo creo como quieren que me lo crea. No me creo que los cursitos de formación del INEM se traduzcan en incrementos sustantivos de la productividad a la vez que me parece que el que las empresas tengan página web es en la mayor parte de situaciones (fuera de empresas del sector financiero, transporte o turístico) una adorno. Así que ¿por qué la prouctividad en españa es tan baja relativamente' pues no lo sé. de ahí la hipótesis friki. Y sí, mi experiencia en Alemania y en francia también me confirma que no se matan a trabajar ni mucho menos.

  7. #3
    11/06/10 11:49

    Esto de la productividad de España es un misterio para mi. Siempre he querido que alguien me lo explicara.

    Hablo por mi experiencia, puede que me equivoque.
    Aparte de España he trabajado en otros tres países de la UE. En ninguno de ellos he visto que se hagan tantas horas extras como en España (sin pagar, por supuesto).
    He visto jornadas semanales de 35 horas y vacaciones anuales de 7 semanas. Y los sindicatos vigilando que nadie haga más de sus horas.
    He visto un absentismo laboral que jamás lo he visto en España. La mayoría de las veces causado por resaca y no pasaba nada, el jefe se reía del afectado. Fiestas de empresa organizadas los miércoles y al día siguiente hasta las 12 no aparece nadie por la oficina (si aparecen).
    He visto que la gente trabaja de 8 a 4, SI, de 8 a 4 y punto.

    Por supuesto los salarios en esos países son muchos más altos.

    ¿Es que los españoles somos tontos, y por eso no producimos?

  8. #2
    11/06/10 00:48

    No estoy de acuerdo con el artículo, en absoluto.
    A mi entender, lo que sucede en España en relación con Europa es provocado por la diferente forma de vida del Norte con respecto al sur. Pasa en todo el planeta.
    En España tenemos cubiertas, sin necesidad de ningún esfuerzo adicional, mayor número (o durante mas días al año) de necesidades básicas que en los países al norte.
    Además, si nuestro tejido empresarial es poco tecnificado (muy manual) y la oferta de trabajo es alta la gente no ve peligrar su puesto de trabajo y se relaja, pero cuando la oferta es baja la gente aumenta su productividad para evitar perder el trabajo y la productividad aumenta rápidamente.
    La solución pasa por eliminar protección social universal publica.
    -Quieres sanidad?: trabaja
    -Quieres asegurar desempleo?: pága un seguro privado
    .......así indefinidamente.
    Resultado: todos espabilamos para asegurar nuestro bienestar en lugar de esperar a que papá estado lo haga por nosotros.

    Nota: que nadie se alarme, esto no implica que no haya mecanismos para asegurar protección a ciertos colectivos que no pudieran COMPETIR en igualdad de condiciones.

    Uno de los trabajadores cansado de mantener a diez 'NO TRABAJADORES' (por no utilizar otros adjetivos mas despectivos) sobre su espalda.

  9. #1
    10/06/10 20:26

    Lo que ha venido sucediendo en España en cuanto a la productividad es bien conocido. El trabajo que se creó en los momentos de euforia se centró en sectores intensivos de mano de obra y poco productivos, principalmente construcción y servicios, tirando hacia abajo la productividad global de la economía. La crisis ha venido destruyendo precisamento los empleos de los sectores menos productivos por lo cual la productividad global ha crecido.

    Hay que tener en cuanta además que los sueldos bajos no incentivan la productividad, ¿para qué gastarse dinero en mejorar la maquinaria, los sistemas o cualqueir otra cosa si pueses contratar trabajadores a bajo coste?. Un coste alto de la mano de obra incentiva el interés en mejorar la productividad, precisamente para reducir el coste por unidad de producción, mientras que los salarios bajos desincentivan la mejora en productividad.