Chapulín Colorado
04/07/12 22:32
Ha comentado en el artículo El mejor post de la década (2)
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No me tire de la lengua, que últimamente la tengo muy salivosa.
En ocasiones he de plasmar en mis comentarios ideas genéricas con la pretensión de que sean fácilmente inteligibles y recordables, aunque siempre puedan caber puntualizaciones y matices.
Cuando expreso que los metales preciosos son una verdadera reserva de valor, ello no sirve para concluir que no fluctúen a lo largo del tiempo, sea en relación al dinero de papel o a la cantidad de bienes y servicios adquiribles con el metal que contienen.
En relación a las 100 pesetas de plata con la efigie del General Franco. Hagamos unos apuntes.
- Se emite la moneda en 1966. Es un éxito para el Régimen, puesto que desde 1934 en España no se habían creado monedas de plata para la circulación ordinaria.
- Si bien en multitud de países existían (Portugal, Francia, Italia, Alemania, Suiza, Austria, Holanda, Bélgica, EE.UU., Canadá, Australia, Venezuela, etc.) se crean en un momento en el que numerosos países se plantean reducir la cantidad de plata de sus monedas (por ejemplo EE.UU pasar de ley .900 a otra de .400, o Canadá al pasar de ley .800 a otra de .500) o sencillamente sustituir la plata por cuproníquel (Suiza a partir de 1968, con la excepción de los 5 FF. de 1969, o Francia a partir de 1970 en los 5 FF.).
- Como moneda creada a destiempo para dar prestigio al Régimen se emite desde 1966 hasta 1970. Se acuñaron aproximadamente 76 millones de piezas. Debido a las altas tasas de inflación, a la devaluación de la peseta respecto al resto de divisas y a la paulatina subida de los metales, a la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre cada vez le salía más caro producir estas monedas.
- Inicialmente emitidas con un señoreaje a favor del Banco de España, y por ende, del Estado, la plata que contenían valía menos de 100 pesetas. En 1970 se detiene su acuñación por no ser rentable la continuidad de la emisión, al coexistir con billetes mucho más baratos de imprimir. Hasta 1973, todavía era fácil recuperar piezas usadas al valor facial acudiendo a las sucursales bancarias.
- En enero de 1980, cuando la plata llegó a su máximo histórico intradía superando los 52 $/ oz. troy en el Chicago Board of Trade, los inversores particulares llegaron a pagar por las 100 pesetas de Franco hasta 1.300 pesetas, o sea, 13 veces su valor facial. En aquel tiempo era posible adquirir un piso usado de unos 70 m2. en un barrio medio-bajo de Barcelona ciudad por el equivalente a 1000 monedas de Franco.
- Tras el desplome de la cotización de la plata auspiciado por el episodio de acoso y derribo a las posiciones de derivados de los Hermanos Hunt, el valor de las monedas para por distintos estadios, llegando a costar poco menos de 250 pesetas.
- En el día de hoy, la plata que contienen (sin tener en cuenta el metal de aleación, confección de los cospeles, costes de acuñación, transportes, seguros e IVA) tiene un valor de 10,95 € (1.821 ptas).
De ello podemos concluir que:
1.- Quien haya guardado una moneda de plata de Franco habrá tenido un dinero cuyo comportamiento ha sido mucho más rentable que quien haya retenido un billete de 100 pesetas de Manuel de Falla. Concretamente, el Banco de España cambia ese billete por 0,60 euros, o sea, unas 18 veces menos que el valor atribuido a la moneda de plata.
2.- Evidentemente hay mejores momentos para comprar y vender la plata, ya que aunque sea dinero per se, puede fluctuar como cualquier otra materia prima.
3.- La plata está muy barata en relación a otros activos (salarios, vivienda, masa monetaria local y global, etc.) y máxime cuando las reservas per cápita mundiales están en mínimos históricos y se ha consumido en las últimas décadas la plata extraída en los últimos 5 siglos.
4.- A los Estados les interesa mucho más emitir dinero fiat de papel, que dinero real con valor intrínseco. Las monedas de 2000 pesetas, 12 euros, 20 euros y 30 euros, todas contienen la misma plata, pero el Estado ha subido el valor facial para aplicar un señoreaje y desincentivar el acopio por parte de la población.
5.- La pérdida (o ganancia) de poder adquisitivo en relación a la adquisición de plata dependerá mucho del momento del ciclo en el que uno acceda a su adquisición. Si alguien compró las monedas y las ha guardado desde 1966, probablemente podría haber hecho cosas más rentables desde entonces. Si compró en máximos en 1980 ha perdido en términos reales una parte considerable de su inversión. A los que llevamos comprando desde 2006, pese a los recurrentes "pullbacks", no nos ha ido nada mal. Para quienes compren a partir de este momento, se pueden beneficiar de transformar una divisa -el euro- con una cotización muy elevada respecto a las demás y adquirir el metal un 40% más barato que en los máximos del año pasado.
Que la plata cotice tan barata sin duda es una OPORTUNIDAD HISTÓRICA pero además supone una reserva de valor que actúe como eficaz seguro para hacer menos precaria la vida de las familias en un futuro cercano. Lo ideal sería comprar plata para sentirse un poco más arropado, pero ojalá nunca la tuvieran que hacer un uso forzoso de la misma.
Y, por supuesto, llegará un día en que la plata suba a un precio en que será adecuado su venta o cambio por otros activos más interesantes; la respuesta la brindará la evolución del ciclo económico, pero tener un activo anti-corralito fuera del sistema que promueven los banksters no tiene precio.