En realidad hasta que no indagué y me adentré en el apasionante mundo de la historia monetaria, yo apenas sabía nada. Había piezas del gran puzzle que no encajaban y el tema del dinero era una pieza capital, puesto que algo tan falsario -que se crea de la nada y no existe más que en el imaginario colectivo debido a la manipulación social- sirve como medio de esclavización de la humanidad presente y futura.
Yo también fui otrora un pardillo que creía en la meritocracia y en el esfuerzo personal como medio para progresar económica y socialmente respecto a mis congéneres. Hasta que me dí cuenta que el secreto está en robar, puesto que trabajar no es un negocio -aunque etimológicamente pueda parecer lo contrario-.
Descubrir la plata como inversión supuso una agradable sorpresa, al comprender que históricamente el dinero (oro y plata) sí tenía un valor intrínseco y actuaba como eficaz reserva de valor.
Dilucidar que estamos viviendo un momento dulce para la inversión en plata hizo que me lanzara a la piscina y redirigiera mis inversiones a este metal, ya que lo llevo estudiando desde que valía 6$ la onza troy, e invirtiendo desde los 8$.
No obstante, en la actualidad la plata sigue baratísima si se considera el astronómico incremento de la masa monetaria mundial y el consumo de las reservas históricas de plata (tanto stocks como metal de recuperación). Tanto la producción como el consumo de este metal son absolutamente inelásticos en la actualidad.
En realidad, yo no compré plata para prevenir la inflación, sino porque la ví la mejor alternativa para que no me estafaran con el modelo económico del dinero deuda. Podía haber sobreponderado el oro, y tampoco me hubiera ido mal, pero a la plata la veía con más potencial y pese a la corrección del último año, el resultado sigue siendo mejor.
Vivimos una ficción en que los Estados (o los sistemas bancarios de propiedad privada, como la FED) crean dinero de la nada y facultan a los bancos para que lo multipliquen discrecionalmente por 10 e incluso por más mediante la ingeniería financiera y los derivados, para después prestarlo a los amigotes en las condiciones más favorables para ambos. Y si es necesario derrocar regímenes políticos o masacrar a parte de la humanidad, se hará si es rentable.
Contrariamente a lo que usted cree YO SÍ CONFÍO EN LOS POLÍTICOS. Sé positivamente que actuarán según las instrucciones que reciban de la voz de su amo. Son marionetas colocadas por quienes detentan el poder,o sea, por los auténticos amos del cortijo. La democracia es un sistema pervertido en que se esclaviza a los borregos para hacerles creer que ellos eligen a los pastores.
Para mí la adquisición de plata supuso una gran liberación a varios niveles:
- Desde una vertiente ética, me puedo mirar mejor todas las mañanas en el espejo, sabiendo que intento eludir el actual sistema del dinero-estafa (o dinero-deuda) que aniquila arbitrariamente a la humanidad.
- El dinero-deuda supone un insulto a mi inteligencia, ya que sólo tiene valor mientras que el emisor es solvente, la población lo acepta como medio de pago, y no diluye su capacidad de adquisición a lo largo del tiempo. Como el emisor crea ese dinero de la nada, al final siempre tiende a su valor intrínseco, o sea, cero. Esto ha sido así a lo largo de la historia de la humanidad. Al final siempre ocurre ineluctablemente lo mismo: LOS TONTOS SIEMPRE SE QUEDAN EL PAPEL, LOS LISTOS SIEMPRE SE QUEDAN LA PLATA.
- Una vez adquirida la plata me da igual la fluctuación de la divisa. No me que los pesos argentinos se hundan, o que haya un corralito, o que se implante un sistema de limitación de cambio de divisa, puesto que mis pesos son de metal precioso, que conservan una implícita reserva de valor. LA PLATA ES UNA INVERSIÓN A PRUEBA DE TONTOS EN LA ACTUALIDAD.
El proyecto euro nació y morirá. Evidentemente no sé cuando, pero no preveo que dure tanto como el Imperio Romano, que fue la primera Unión Monetaria europea.
Lo que yo sí tengo claro es que mis monedas de EUROS EN PLATA seguirán siendo valiosas miles de años después de que España y la Unión Europea pasen a mejor vida, ya que la plata es una RESERVA DE VALOR ATEMPORAL. De la misma forma que ahora son apreciados los denarios republicanos de plata, dos milenios más tarde se hablará en los foros numismáticos de la moneda de 12 euros con la efigie un monarca campechano y putero ,que nació con una flor de lis en el culo para convertirse en el Jefe de Estado del Reino de España y aparece acompañado de su cornúpeta esposa, asistente asidua a las reuniones del Club Bildelberg.
Como colofón, me gustaría lanzar una respuesta al aire. ¿Plata sí o plata no?
Yo les diría que si ustedes no tienen parientes que dependan de ustedes, hagan lo que les dé la real gana. Pero si no es el caso, apelo a su sentido de la responsabilidad. Yo no tengo una bola de cristal con la que pueda prever el futuro, pero creo tener bases bien cimentadas sobre los que erigir mis argumentaciones.
¿Por qué Llinares les hace con tanta insistencia el avioncito con la plata?
Porque aquí hay que hablar claro. El autor del blog sabe mucho más de economía y finanzas que el 99,8 % de ustedes (sé que me quedo corto, pero no me gusta abusar). Pero no es que sepa un poquito más, no, me refiero más bien a una distancia sideral medida en parsecs, porque en años luz, la cifra daría demasiadas dígitos.
Sí él les recomienda DESINTERESADAMENTE que redirijan PARTE DE SUS AHORROS a los metales preciosos, coño, háganle caso, aunque sólo sea por sus hijos y sus padres. Cuando en la vida uno no es un genio, desafortunadamente ha de plagiar a quien ha brindado inequívocas muestras de talento.
EDITO para hacer una mención expresa a la abuela de D. Francisco Llinares, una mujer sin formación económica (más allá de haber sufrido en carne propia los estragos causados por el dinero estafa de papel) pero que cobraba sus remesas en duros de plata sabedora que con ellos siempre podría adquirir los bienes básicos puesto que es dinero real.
O sea, que la augusta señora daría sopas con honda a muchos idiotas que con dos carreras económicas y máster creen saber de dinero y cuyos vástagos padecerán por la ignorancia e ineptitud de su padre.