En el momento tan extremo, escandaloso y sangrante como nos ha llegado a afectar a los españoles de a pié la corrupción tan generalizada entre nuestros políticos/gestores públicos, que se han llevado y llevan a manos llenas nuestro dinero, creo que es momento de clasificar este hecho como una emergencia nacional.
Habría que forzar una catársis que aparte de raíz a los imputados y sospechosos de serlo de las instituciones y poderes públicos. ¿Que nos quedarían muchos menos?. Con todos los que sobran, hasta sería un gran beneficio.
Esta utopía, que sé que lo es, llevaría a:
Reunión de urgencia de todos los partidos.
Que todos apoyaran apartar de sus puestos a los imputados y a los que están siendo investigados. Todos deberían estar de acuerdo pues, de no hacerlo, ya se estarían imputando ellos mismos.
Promulgación con urgencia de una ley y de su cumplimiento en el menor tiempo posible.´
Prioridad y urgencia en resolver todos los casos que estén o vayan llegando a los tribunales, con la condición de que si a alguno de los que se les juzgue, se confirma su inocencia, que sea restablecido de inmediato en su cargo y se le pague indemnización por daños y perjuicios.
A los que se condene, apartarle de la vida pública de por vida, embargarle los bienes necesarios para pagar hasta el último euro del que se haya apropiado ilegalmente (intereses añadidos) y pedirle, traducido en buena cuantía económica, los daños y prejuicios ocasionados a todos los españoles.
En resumen, imponer por ley, con carácter de extrema urgencia, lo que debería ser la obligada e innata esencia de cualquier representante público: LA ÉTICA Y LA DECENCIA.