FERRAN MONEGAL
Para Jesús Hermida debe haber sido como un broche, un colofón, un regalo profesional y personal, extraordinario y magnífico. ¡Ah! Es algo humano y comprensible. Efectivamente, han sido tan pocas, tan escasasísimas, las entrevistas que Juan Carlos de Borbón ha concedido en sus 37 años de reinado, que el hecho de haber sido elegido como entrevistador del Rey en su 75º aniversario es indiscutiblemente una recompensa, una distinción, que redondea la dilatada labor de este reconocido periodista.
En estos magnos acontecimientos a veces ocurre, no obstante, que la gloria del suceso, el placer de encuentro tan magnífico, se transforma en un valor en sí mismo, al margen de lo que en la conversación se diga. Es el caso. Planteada como una sucesión de grandes temas en diacronía, se han esmerado en transmitir un sentimiento de satisfacción absoluta.
Placer, complacencia y regocijo. «¡Somos estupendos!», podríamos titular como resumen. Estupendos como monarquía, estupendos como país, estupendos como pueblo, estupendos como generación..., hasta estupendos como transmisores de una herencia magnífica que vamos a dejar a nuestros hijos. Hombre, ha sido un planteamiento idílico, pero discutible.
Ya sabemos que esta entrevista no era para apretarle las tuercas al Monarca con detalles horribilis, pero cuando el Rey, hasta por tres veces, aludió con inconcreta delectación a que «nuestra generación ha trabajado mucho para conseguir lo que hemos conseguido /.../ Es una gran satisfacción haber conseguido lo que hemos conseguido /.../ Los españoles en general están satisfechos de lo que hemos conseguido», ante esta fantástica iteración de «¡lo que hemos conseguido!» quizá cabía preguntar, con respeto, con delicadeza, y con mucha curiosidad
«¿Y finalmente, qué hemos conseguido, majestad?»
Después de la entrevista, TVE añadió un cumplido fin de fiesta titulado La quinta del Rey, con una selección de personalidades de la sociedad civil. Permítanme entresacar dos intervenciones. La de José Manuel Blecua: «Lo más decepcionante, la corrupción.
Con la ilusión del cambio nunca pudimos imaginar que hubiera tantos casos de corrupción». Y la de Lola Herrera: «La gran decepción es lo que estamos viviendo. ¡Quien se esperaba que, en tan poco tiempo, íbamos a perder todo lo que habíamos construido por el camino!».
O sea, cabe preguntar: ¿es esto lo que hemos conseguido?
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