Re: Me voy a Lisboa
Si yo te contase anécdotas de alguna negligencia médica con mi madre en su terrible enfermedad, más que juramento le deberían llamar promesita de quinta regional... y cruzando los dedos por detrás de la espalda.
Gracias a que soy farmacéutica y me di cuenta de CUATRO errores garrafales, uno en la dosificación de un citostático, el tema hubiera sido mortal de necesidad -di que pensarían que antes o después la iba a palmar igual-; otro en la administración de un antibiótico -sin hacer previamente un antibiograma- la bacteria era resistente a dicho medicamento; otro en un calmante al cuál mi madre tenía alergia y otro de intentar pinchar con una aguja con la que se acababa de pinchar una enfermera...
Y algun detallito más como por ejemplo, a la hora del café, justo después de comer, apagar la llamada sonora de las habitaciones y dejar la luminosa sola, para que las enfermeras de planta pudieran descansar tranquilitas, dentro de su salita, sin estorbos moribundos ¡y SIN poder VER la luz parpadeante!
Pero todo ésto no pasó en un hospital de la SS, sino en una Clínica Privada muy conocida...
Un saludo cordial
Si un amigo es de verdad, su amistad perdura en el tiempo y con la distancia.