La última vez que me disfracé fue por obligación, jajaja. De niña me disfrazaba mi madre de bruja buena, o sea de hada, ya sabes, las madres (y los padres) ven a sus hijos con pasión de madre y su amor les ciega; pero de alguna manera me marcó ese disfraz, ;-)
En otra ocasión me disfrazó de violetera, como Saritísima en su película. También de chulapa madrileña, a ver si encuentro las fotos en Bilbao y las posteo, porque estoy monísima...
Y ya en la Uni, me disfracé de Blancanieves, de Mamá Noël y de pilinguis. ¡Dios mío! Ahora que lo pienso, qué descaradas éramos... Esas fotos no las postearé, jajajaaa.
Ahora ya no me disfrazo nunca. ¿Para qué? Si por muchos trapitos que me ponga, enseguida se me reconoce...
Un abrazo
Si un amigo es de verdad, su amistad perdura en el tiempo y con la distancia.