Resulta comunmente aceptado por la comunidad científica datar el primer período inflacionista de la economía justo tras el descubrimiento (y expolio) de América.
El mecanismo básico pasó por la fabulosa inyección de oro que supuso incorporar a la masa monetaria existente las cantidades ingentes del preciado metal -toneladas y toneladas- que llegaron hasta el viejo continente provenientes del continente esbozado por Vespuncio.
Desde entonces, cada expansión monetaria viene arrojando tendencias inflacionistas desde una perspectiva macro. Desde una visión micro, el acceso al crédito y la futilidad valorativa del riesgo hace que los diferentes agentes aumenten su presbicia, al tiempo que se ven subyugados por su engreimiento endémico.
En un contexto de oferta limitada, un incremento de precios vía demanda asimétrica provoca un “efecto crowding-out” con respecto del resto de demandantes (agentes asimétrico-pasivos) que son objeto del sesgo provocado por el agente asimétrico- activo (en adelante, “efecto Real Madrid”).
En otras palabras: el “efecto Real Madrid” tiende a producirse cuando un demandante está dispuesto a pagar comparativamente mucho más que el resto de los demandantes –y de hecho lo hace de forma repetida- por un recurso que resulta escaso (finito), si este demandante (agente asimétrico-activo) puede hacerlo fuera de la realidad de valor a largo plazo que en verdad representa la adquisición (hablando de empresas, al margen de su análisis fundamental y en contra de los criterios sugeridos por éste), y es capaz de hacerlo continuadamente, en un mismo mercado y afectando a los mismos demandantes asimétrico-pasivos; entonces, en concurrencia de estas circustancias, el mercado de ese “recurso” se ve imperfeccionado.
El tipo de imperfección referida parte de la asimetría que se da en el acceso a los recursos y al apalancamiento.
Cuando se da un oligopolio (o incluso un duopolio a la Cournot) constituido por agentes asimétrico-activos, el valor de los bienes sufre una espiral inflacionista, provocando la expulsión del resto de agentes asimétrico-pasivos en la puja y adquisición de estos recursos. El precio de los factores sube, el riesgo de la operación aumenta y el ROI a largo plazo cae estrepitosamente.
El caso PANRICO es digno de análisis
El fondo de capital riesgo Apax Partners hizo su aparición en PANRICO tras adquirir, en 2005, de manos de Sabadell, La Caixa y la familia Costafreda sus respectivas participaciones.
Su estrategia pasaba por una salida a bolsa, y para ello acudió al apalancamiento, al estilo Bhavnani (esto es, a lo bruto), sólo que en este caso facilitador y garante no eran la misma cosa.
Para materializar los 900 millones de euros en los que se tasó la operación, Apax Partners vió la luz al acceder a créditos sindicados, lo que dificultaba su futuro poder de negociación.
Como en propio descargo sugiere en sus memorias, Ram Bhavnani hace todo lo posible para escuchar con atención a personas que saben más que él. Y de ahí la teoría de la contra-parte financiera que viene aplicando.
En todo caso, y en caracterización de las posibilidades de Apax, debemos apuntar que recurrir a apalancamientos ofrecidos por la misma entidad sobre la cual se realiza la operación y ofrecer como garantía (en opción eventual de auto-cartera) los propios títulos objeto de la operación es una particularidad muy poco generalizable que Bhavnani ha repetido en diversas ocasiones con éxito notabe.
Como suele decir el profesor Rodriguez-Braun, el mejor amigo del hombre no es el perro, sino el chivo expiatorio. Ahora, en estos días, la prensa afín a Apax Partners especula sobre la mala suerte que ha seguido la operación-suicida.
Justificaciones infantiles sobre la pérdida de contratos de varias marcas blancas y la reducción de ventas provocada por la caída del consumo; incluso sobre una coyuntura que no facilitaba una OPV con éxito de colocación.
Tras esta cortina de excusas de mal pagador (nunca mejor dicho) debemos ser perspicaces -y suspicaces-, e identificar la silueta de la euforia y la incompetencia en la gestión del riesgo. Porque hemos de recordar que la empresa cuenta con un cash- flow y bruto de explotación positivos para este año (50 millones de euros). Con la minoración de la deuda, al convertir cromos de deuda en títulos de propiedad, ya podrá hacer frente a sus compromisos, máxime cuando se le brinda una moratoria de dos años en el retorno de deuda.
El capital-riesgo en tiempos de bonanza ha actuado como el nuevo rico, probablemente como entidades financieras por doquier.
Apax Partners cede sus títulos a cerca de cien entidades financieras que evitan provisionar (maravillas de la ingeniería contable), convirtiendo deuda-mora en inversiones financieras a largo plazo.
La fabricante de Donuts convierte deuda bancaria en recursos propios. Una operación redonda, pero con un pequeño hueco en el centro. Compras apasionadas y eufóricas; Artiach o La Bella Easo, sin ir más lejos. La conglomeración y la creación de valor falaz es técnica común. Chicharrazos. Los juegos de espejos en el parquet se dan de vez en vez y los afortunados que no se apellidan Bañuelos no suelen tener mucha suerte.
Cuántos ejemplos jalonan estas líneas de una forma tácita (léanse los jocosos episodios de Martinsa, Habitat, Sacresa, MediaPro, Prisa, etc)...
…algunos de ellos resueltos con solvencia; otros, con ridícula petulancia.
Cuando el dinero no cuesta de conseguir, difícil es valorar juiciosamente en qué invertirlo. La cuestión nace si ciertas inversiones, por su carácter, se asimilan a gastos.
Quizá en el management empresarial -como en la vida-, ante el primer síntoma de euforia hilarante, debiéramos releer hasta la extenuación al siempre entrañable Arthur Schopenhauer.