El tiempo que empleamos en estudiar una inversión suele ser, por desgracia, extraordinariamente breve y es difícil poder formarse una opinión sobre la misma, con pocos medios y poco tiempo. Y es que ese es el primer paso para un desastre financiero en toda regla. Y es que es algo que observo muy a menudo en la vida real, con muchísimos minoristas haciendo cosas realmente curiosas, por así calificarlas, ya que la falta de dedicación a nuestro patrimonio es algo muy habitual, mucho más de lo que pudiera parecer. Evidentemente, esto no pasa a la gente de comunidades como Rankia, pero es algo que se percibe en la calle.
Oiga, yo quiero un depósito al 0,4%, o unos fondos que sólo suban, cuanto más, mejor.
Claro, como a todos. ¿A quien le molesta ganar dinero y no perder? Pero en los minoristas hay una percepción muy curiosa del depósito y de sus alternativas. Hubo gente que se incorporó al mercado en Febrero o incluso Marzo de 2015 y vio como su inversión se revalorizaba... y todo iba bien. Daba lo mismo, comprando fondos o acciones directamente en el mercado, sin distinción de calidades, ya que todo subía. Sin embargo, muchos de estos nuevos inversores eran los típicos clientes de plazo fijo que quisieron pasar al mercado para ver cómo su inversión se revalorizaba más que invirtiendo el dinero en las ipf al 0,4%. Y al principio, todo fue bien. Hasta que en Mayo empiezan los problemas con Grecia. Este inversor suele ser muy temerario, ya que no fija un horizonte temporal de inversión y al final, por los nervios, acaba siempre perdiendo dinero. Y empezamos con las turbulencias griegas.
Este primer envite, hizo que las bolsas bajaran bastante. Aunque luego se recuperó algo, y las aguas se calmaron relativamente. Pero el final de año, con las fuertes bajadas y sobre todo, las bajadas de enero y hasta mediados de febrero, motivó que muchísimos inversores salieran de los fondos de inversión y de la bolsa porque pensaban que "iban a perderlo todo". Esta es una de esas cosas que me llama poderosamente la atención y que el genial Warren Buffet ha resumido brillantemente en su conocida afirmación de "El letargo que raya en la holgazanería, sigue siendo la piedra angular de nuestro estilo inversor". La gente se muere por plantarse ante el televisro para ver esos programas de la televisión que hablan sobre la vida de los demás, y sin embargo les importa poco (o nada) el destino de su propio dinero y la mejor forma de sacar rendimiento a sus inversiones. Se pueden tirar 1 mes comparando precios de vuelos a Nueva York pero tardan menos de 1 día en decidir en que invertir su dinero.
¿Usted ha buscado información o le da todo igual?
Claro, la consecuencia lógica de tal decisión siempre es la misma: No han tomado una decisión reflexiva ni mucho menos informada. ¿Por que no han contrastado la información? ¿Han estudiado el comportamiento de la inversión que se plantean hacer? Pero el colmo es que no saben distinguir entre desempeño a corto plazo y a largo plazo. Eso es fundamental, porque es ahí donde reside la importancia esencial de las inversiones. Claro, si no distingues ya esto, difícilmente comprenderás otras cosas como calidades de las inversiones o flujos de caja. Ya no hablemos de consistencia en los resultados y demás....
Y es ahí donde viene otro de los grandes problemas desde mi punto de vista. La inversión es ideal vehiculizarla por medio de fondos de inversión, ya no sólo por las ventajas fiscales, sino por la gestión que debe hacer la gestora de los activos y los ahorros en costes de compra venta y custodia. Pero la gente muchas veces no ha tenido una buena experiencia con los fondos comercializados por las grandes entidades (con razón, porque hay mucha basura financiera de altas comisiones y pésimo desempeño) y eso hace que se nieguen a entrar en fondos de inversión, especialmente el inversor más conservador que hace un pupurrí entre el riesgo, los fondos, las subordinadas, las preferentes y otros animalitos de compañía. Y claro, si mezclas todo eso con un asesoramiento altamente deficiente, tienes un coctel explosivo. Por eso quizás para muchos pequeños inversores los fondos tienen "riesgo".... Aunque de eso ya hablaré.
Y así la gente asume riesgos inasumibles
Muchos clientes por eso han preferido incorporarse al mercado directamente, comprando acciones ellos directamente, pero han caído en el error de concentrar riesgos de forma temeraria.Lo peor de esta alternativa es que se asumen una serie de riesgos de los cuales el pequeño inversor no es consciente ni tampoco sabe valorar, lo cual hace que pueda acabar trasquilado, que es lo que siempre le pasa.
Y es que el inversor de a pie, al final sólo ha comprado acciones de bolsa española. Primer riesgo: Concentramos todo el riesgo en nuestro mercado, lo cual no deja de ser un riesgo que ya asumimos "per se". A ese riesgo, la gente añade un segundo riesgo, y es que suelen comprar 2, 3 o 4 empresas en las que repartir sus inversiones. Los más diversificadores, compran hasta 5 o 6. Ya ha aparecido el segundo riesgo de la inversión, y es que concentramos enormemente la inversión. Totalmente temerario. ¿Por que motivo? Dos razones fundamentales: La primera es que la gente ve que así el banco le cobra menos comisiones de custodia, cuando esa comisión, en bancos tradicionales, que suelen cobrar custodias más bajas generalmente que los online (excepto algún caso concreto online) suelen ser bastante razonables, del orden del 0,2% al 0,4% anual, aunque hay entidades que superan esos niveles. Pero claro, todo lo que sea pagar al pequeño inversor le sienta fatal, aunque le sea beneficioso, porque el pequeño inversor está dispuesto a asumir costes de oportunidad realmente elevados antes que asumir el más mínimo gasto. La segunda es que así pueden seguir la inversión de forma más cómoda: De un vistazo ven los dos o tres valores en el periódico, en Internet o incluso en el teletexto (si, todavía hay gente que sigue los valores por el teletexto). Pero no acaba ahí la fiesta. Por si no eran pocos los riesgo asumidos, los inversores añaden un riesgo adicional. El tercer gran riesgo para esta cartera de medio pelo: La gente que "diversifica" incorpora siempre al menos a los dos grandes bancos a su cartera. Eso cuando no meten algún banco más. Es decir, acabamos de añadir un riesgo sectorial a la cartera. Y la gente encima dice que así le va mejor que invirtiendo en fondos de inversión de cierta calidad. Sin duda, la ignorancia financiera en su pleno esplendor, y orgullosos de ella.
Lo más sorprendente del pequeño inversor es su rechazo a escuchar otras ideas, otras propuestas, y a valorarlas, lo cual no significa que tenga que aceptarlas porque a lo mejor no le interesan o no le convienen. Pero ese rechazo debe basarse en una reflexión y una motivación clara. Piensa que sus ideas son las mejores y difícilmente escuchan propuestas alternativas. Es la desconfianza mezclada con soberbia y un toque de pereza por valorar alternativas propuestas por otros. Ya lo dijo Buffet y no le faltaba razón.
¿Habrá un cambio?
Pues lo dudo. Realmente el problema al que se enfrenta el pequeño inversor es una cierta falta de cultura financiera, mezclada con importantes dosis de desconfianza y pereza. La pereza es normal, y es que la gente no quiere tampoco informarse ni contrastar la información. Contra este problema, poco se puede hacer, ya que es algo que depende de cada persona.
Sobre la desconfianza, creo que se podrán hacer cosas interesantes. La desconfianza está en buena parte bien motivada por los atropellos cometidos por diversas entidades financieras. Y es que se han cometido auténticos disparates con los pequeños inversores, a los que se les ha vendido porquería financiera a precio de oro. Cualquiera que se leyera los folletos de las emisiones de las preferentes de cualquier caja e hiciera un pequeño análisis, tenía que perder el sueño. Sin embargo, aunque se entregaban a los clientes, los clientes estaban contentos, mientras se pagara el cupón, todos felices. Las preferentes como tal pueden ser un instrumento de inversión interesantísimo, y una excelente forma de generar rentabilidades muy superiores a la bolsa, pero debido a su complejidad, la inversión en estos productos no es apta para la gran mayoría de los inversores, salvo que tengas un asesor experto en el asunto o conozcas bien lo que te traes entre manos. En este aspecto, MIFID II creo que creará una importante disrupción en el mercado, en beneficio del pequeño inversor, pero también de la transparencia, y que por ello muchos de los stakeholders quieren postponer "sine die".
Sobre la incultura financiera, también se puede hacer poco, aunque también creo que MIFID II hará que cambien las cosas porque permitirá habilitar un espacio a los asesores independientes que serán los auténticos formadores de sus clientes. Aunque para ello, el cliente deberá tener claro si está dispuesto a pagarle al asesor por su servicio. Será la prueba de fuego para el pequeño inversor: ¿Le pagará a sus asesor o preferirá ahorrarse el servicio? Será la clave del cambio, pero en la que el cliente deberá tener claro que si el quiere ganar, su asesor también tendrá que ganar. El típico win-win. Aquí todo el mundo tiene que ganar para que todos puedan hacer negocio. No hay otra.