Si anteriormente hablamos del el papel del oro en la operativa y lo sobre lo que hay de cierto en la imagen del trader propuesta en ciertos medios y películas. Hoy vamos a tratar sobre un tema que aparece frecuentemente en la publicidad de brokers y otros intermediarios: la supuesta ventaja que nos proporciona el apalancamiento.
Como todos sabemos, y podemos leer en el enlace, el apalancamiento nos indica la relación entre el crédito y el capital obtenido. De esta manera podemos obtener la totalidad del beneficio poniendo encima de la mesa sólo un porcentaje del capital, parece una buena idea, ¿o no?
Puedes pensar: ‘mismo beneficio por menos dinero, pues está claro que es una ventaja’. Si con 100€ puedes obtener los réditos de operar con 40.000€ es una oportunidad que no puedes dejar pasar. Claro que hay una pega, puedes obtener los beneficios de operar con 40.000€ o puedes obtener las pérdidas de operar con 40.000€ ¿es algo que te puedes permitir? Sobre todo cuando realmente no dispones de esos 40.000€.
El apalancamiento no nos hace mejores operadores, sólo intensificar el uso de nuestro dinero. Nada más.
Pongamos un ejemplo sencillo. Imagina lo siguiente, vas caminando y de repente ves que el puente que deberías coger para seguir tu viaje está dañado por una crecida del río y no se puede pasar. No está señalizado y además nada te hacía prever que fuera a estar en esa condición. Sencillamente te lo encuentras así.
Como van andando no pasa nada. Lamentas que pase y buscas un camino alternativo.
Ahora pensemos que vas en bicicleta. Tampoco ocurre gran cosa. Igual si vas rápido te llevas un pequeño susto, pero no pasa nada más. ¿Y si vas en coche? Pues si conduces a una velocidad en la que puedes controlar el automóvil, pues tampoco. Igual te toca frenar de golpe y punto.
¿Y si vas en el automóvil a toda velocidad? pues... Terminas en el rio, no hay otra.
La velocidad a la que te desplazas en el ejemplo es similar al apalancamiento que usas en tus estrategias. Si no usas apalancamiento alguno irás despacio en tu ganancias. Pero también podrás soportar las pérdidas sin que te expulsen del mercado.
Con el tiempo podrás pasar de ir andando a coger la bicicleta y posteriormente la moto hasta llegar finalmente al coche. Y este siempre a una velocidad razonable. Da igual lo bueno que seas, si no eres capaz de medir y controlar el riesgo las pérdidas se llevarán tu portfolio.
En cada momento podremos coger el apalancamiento que nos permita nuestra capacidad de asumir riesgos.
Lo que está claro es que comenzar desde un principio con el máximo apalancamiento es empezar la casa por el tejado. Porqué no olvides que independientemente del apalancamiento que elijas, puentes dañados van a existir siempre.
Hasta la próxima.